Crítica a la homeopatía en los medios basada en datos falsos
Dr. José E. Eizayaga
Director del Departamento de Homeopatía de la Universidad Maimónides
www.homeos.org, www.homeopatiamaimonides.blogspot.com, www.maimonides.edu
dr.jose.eizayaga@gmail.com, homeopatia@maimonides.edu
En dos notas idénticas escritas por la licenciada en filosofía y doctora en ciencias
sociales Roxana Kreimer y publicadas por Clarín (25-4-12) y el diario de Río Negro
(19-4-12), la autora critica la homeopatía basándose en información errónea.
1,2
Según la autora, “las revisiones sistemáticas y metanálisis muestran de forma
concluyente que los productos homeopáticos no superan el efecto placebo.” Muy por el
contrario a esta afirmación, las revisiones sistemáticas y metanálisis de ensayos clínicos
homeopáticos muestran de manera consistente que el tratamiento homeopático es
superior al placebo. El primer metanálisis general de ensayos clínicos homeopáticos fue
publicado en The Lancet en 1997.
3
Allí fueron analizados 89 ensayos clínicos que
cumplían con los criterios de inclusión predeterminados por los autores. El resultado
general fue que el tratamiento homeopático resultó 2,45 veces superior al placebo.
Incluso limitando el análisis a los 26 ensayos clínicos de la más alta calidad
metodológica, el tratamiento homeopático resultó ser 1,66 veces superior al placebo. La
conclusión de los autores fue: “los resultados no son compatibles con la hipótesis de
que los efectos clínicos de la homeopatía son enteramente placebo.” Esta tendencia fue
confirmada en revisiones sistemáticas y metanálisis generales posteriores. También
pudo confirmarse en varios metanálisis de ensayos clínicos de tratamiento homeopático
de enfermedades específicas, como la influenza,
4
la rinitis alérgica,
5
la prevención del
íleo posquirúrgico,
6
la fibromialgia,
7
la diarrea infantil,
8
el SIDA,
9
algunos efectos
adversos de los tratamientos antineoplásicos,
10
la artrosis,
11
enfermedades reumáticas,
12
la polinosis,
13
infecciones y alergia de la vías aéreas superiores
14
y enfermedades de las
vías aéreas superiores incluyendo otitis media.
15
Un muy publicitado en los medios metanálisis general publicado en 2005 dio un
resultado desfavorable a la homeopatía, pero diversos análisis posteriores del mismo
mostraron un sinnúmero de sesgos metodológicos que tornaron sus conclusiones
inválidas.
16
Los autores compararon 110 ensayos clínicos homeopáticos con 110
ensayos clínicos alopáticos para las mismas afecciones y escogidos al azar. Una primera
observación de los autores fue que los ensayos clínicos homeopáticos resultaron de
mejor calidad metodológica que sus pares alopáticos. Este hecho por si solo invalida
cualquier comparación que se quiera hacer. No obstante esto, los autores llegan a la
conclusión de que la mayoría de los ensayos clínicos homeopáticos son positivos, como
mínimo tan positivos como los ensayos clínicos alopáticos. A posteriori de estas
observaciones y utilizando criterios no predefinidos de tamaño de las muestras,
decidieron seleccionar 8 ensayos clínicos homeopáticos, sin especificar cuales, y
compararlos con 6 ensayos clínicos alopáticos, llegando a la insólita conclusión de que
“los efectos clínicos de la homeopatía son compatibles con efecto placebo.”
Después de
la publicación y debido a las críticas que el trabajo recibió, los autores se vieron
obligados a aclarar en qué estudios habían basado sus conclusiones, poniéndose en
evidencia que la comparación había sido hecha entre ensayos clínicos de enfermedades
diferentes y no iguales como había sido originalmente planteado. También se debe
señalar que la selección hecha a posteriori de sólo 8 trabajos resulta metodológicamente
inapropiada. Una investigación posterior detectó además que los autores habían
excluido de la selección un ensayo clínico homeopático grande y de buena calidad con resultado positivo y no consideraron como de buena calidad 4 ensayos clínicos
homeopáticos calificados como entre los 10 mejores en 5 metanálisis previos, 3 de ellos
con resultado positivo. En cambio, incluyeron en el estudio 16 ensayos clínicos
homeopáticos no publicados, todos de baja calidad, mientras que todos los ensayos
clínicos alopáticos estaban publicados. Estas mismas investigaciones posteriores
demostraron que un metanálisis de los 21 ensayos clínicos homeopáticos de máxima
calidad mencionados en el trabajo original muestra un resultado positivo a favor de la
homeopatía y superior al placebo.
17,18
La recomendación de dejar de proveer homeopatía en los servicios de salud
británicos hecha por el Comité de Ciencia y Tecnología de la Casa de los Comunes no
es consecuencia del más exhaustivo metanálisis como sugiere la licenciada Kreimer,
sino de un reporte confeccionado por 3 de los 14 miembros de este comité, políticos no
expertos en investigación y publicado el 8-2-10 luego de 3 meses de trabajo con
informes escritos solicitados a 60 informantes de diverso origen.
19
La recomendación
fue rechazada por el gobierno con una contundente defensa de los derechos de elección
de los pacientes, los derechos y obligaciones de los médicos y reconociendo que hay
controversias entre las opiniones acerca de la homeopatía.
20
La autora de las notas
debería también saber que un revisión sistemática de la evidencia clínica de la
homeopatía encomendada por el gobierno suizo a expertos en investigación alemanes
recientemente publicada en inglés en forma de libro, luego de 7 años de trabajo arribó a
la conclusión de que “la efectividad de la homeopatía debe ser calificada como
verosímil.”
14,21,22
De 22 revisiones sistemáticas de investigaciones clínicas evaluadas
por los autores, 20 mostraron resultado favorable a la homeopatía. Las conclusiones del
estudio llevaron al gobierno suizo a aceptar la homeopatía en los servicios de salud.
Tampoco son ciertas las afirmaciones de la licenciada Kreimer de que el
principio de “lo similar cura lo similar carezca de evidencia,” que “los preparados
homeopáticos diluyen las sustancias hasta hacerlas desaparecer” ni que “cualquier
mecanismo de acción basado en la dilución extrema es implausible.” De hecho, una
revisión de experimentos hechos en animales de laboratorio, la experimentación en
modelos celulares y la experimentación físico-química demuestran exactamente lo
contrario.
23-28
Por último, que un grupo de escépticos se reúna en una plaza y tomen al mismo
tiempo un medicamento homeopático no constituye prueba de nada, ¿o sí? Si los
escépticos de la aspirina hicieran lo mismo, ¿contribuiría un gesto así a informar acerca
de la droga?
La crítica es bienvenida, pero a condición de basarse en datos veraces.
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(http://www.feg.unesp.br/~ojs/index.php/ijhdr/article/view/525/551)
el BLOG de Humberto AVESANI
Una mirada integral a la salud y la enfermedad.
domingo, 4 de agosto de 2013
domingo, 30 de junio de 2013
SOCIEDAD ARGENTINA DE MEDICINA HOMEOPATICA
Entrega de titulos del Post Grado en Farmacia Homepática año 2012
Licenciada Ana María Brane
Directora Area de farmacia Sociedad Argentina de Medicina Homeopática
Egresados y docentes
lunes, 2 de mayo de 2011
Tesis: "Variables psicológicas y personalidad en el paciente asmático"
Durante mucho tiempo en mi carrera de médico me interesó la influencia de los aspectos psicológicos y emocionales en la génesis de las enfermedades. En mis comienzos como médico cardiólogo y de terapia intensiva, veía que el factor emocional y la personalidad del individuo jugaba un rol esencial en la evolución de las enfermedades. Fue así que desde mis inicios como médico comencé a interesarme y estudiar la dimensión psicológica como una herramienta para la mejor comprensión de la enfermedad.
Al descubrir la Homeopatía, la misma colmó mis expectativas. La Homeopatía como herramienta terapéutica posee una visión integral cuerpo-mente, por lo que el estudio de la psicología continuó siendo materia para profundizar, en mi evolución personal como médico. Además la Homeoapatía presta especial atención en lo que se conoce como "personalidad homeopática". Estas personalidades homeopáticas, surgen de la aplicación de sintomas mentales que a manera de rasgos son utilizados para la elaboracion de un perfil determinado para la prescripción de un medicamento homeopático. De allí que el estudio de las diversas "Teorías de la personalidad" se constituyó por mi parte en un excelente marco teórico para la correcta prescripcion homeopática al mejorar la comprensión del enfermo.
El asma es una enfermedad crónica y con el transcurso del tiempo se torna invalidante.Los médicos homeópatas recibimos muchos pacientes que cursan con esta enfermedad, debido a que no encuentran respuestas satisfactorias a los medicamentos convencionales. En los comienzos de mi carrera médica, los docentes no aprobaban el concepto de que las emociones jugaban un rol importante en evolución de la enfermedad asmática. Con el transcurrir del tiempo los conceptos evolucionaron y se reconoció el valor de las emociones y de la personalidad del paciente, en la genesis, evolución y mantenimiento de la enfermedad. Como médico homeópata debí entonces cotejar la enfermedad asmatica con sus síntomas físicos, pero tambien su estructura psíquica para una correcta prescripción. La Homeopatía en este sentido, se erige como la única terapéutica que tiene en cuenta ambas dimensiones para una correcta prescripción. De allí mi interés personal y profesional en esta enfermedad que reconoce en las emociones y en la personalidad variables a tener en cuenta para su adecuado tratamiento.
El presente trabajo fue elaborado en el marco de las exigencias para el otorgamiento del título de "Magister en Psicología Clínica" por parte de la Universidad Siglo 21.
Fue el fruto de dos años de trabajo y de la inestimable ayuda de mi Director de Tesis y en especial del Dr Eduardo Bologna quien me brindó sus valiosos consejos en el area de estadística.
UNIVERSIDAD EMPRESARIAL SIGLO 21
(Córdoba –Argentina)
Escuela de PostGrado
Maestría en Psicología Clínica
Trabajo Final de Graduación
“VARIABLES PSICOLÓGICAS y PERSONALIDAD EN EL PACIENTE ASMÁTICO”
Autor: Dr. AVESANI Humberto
Director de Tesis: Dr. VUCOVICH, Pedro
CAPíTULO I
INTRODUCCIÓN
Definición de asma bronquial
La enfermedad asmática es una entidad reconocida clínicamente hace muchos años, siendo su diseminación prácticamente universal.
A pesar de su amplia distribución y de los modernos métodos de diagnóstico en medicina, según lo expresa Farreras-Rozman (1995, p.753) “no se ha conseguido hasta hoy conseguir una definición completamente satisfactoria”.
El asma es reconocida como una entidad clínica y descripta como tal desde la época de Maimónides. En su libro de trece capítulos “Tratado sobre asma” escrito alrededor del año 1211, describe la enfermedad y sugiere las medidas higiénico-dietéticas para un mejor control e indica diversos tratamientos (Rosner F. 1981).
La etimología de la palabra “asma” proviene del latín “asthma” y del griego “jadeo”. Ambas acepciones pueden equipararse con el término médico “disnea”, es decir “respiración difícil”.
Según GINA (Global Strategy for Asthma Management and Prevention-2006) el asma se define como: “… un trastorno crónico inflamatorio de las vías aéreas en el que están implicados muchos elementos celulares. La inflamación produce hiperrepuesta bronquial que determina episodios de sibilancias, disnea, tirantez torácica y tos, sobretodo por la noche o en las primeras horas de la mañana. Los episodios se asocian por lo general con una obstrucción generalizada y variable del flujo aéreo que suele revertir espontáneamente o con el tratamiento.”
La enfermedad asmática se considera como una patología inflamatoria de las vías aéreas a las que se asocia intensa hiperreactividad bronquial frente a estímulos diversos. Actuando conjuntamente, ambos fenómenos ocasionan la obstrucción bronquial cuya intensidad varía de manera espontánea o por acción terapéutica.
Factores de Riesgo para el asma bronquial
(Martin Escribano P., Ramos Seisdedos G., Sanchos Aldás J.2006)
Factores predisponentes
• Atopía
• Género
Factores causales
• Alergenos domésticos (ácaros)
• Alergenos medioambientales (pólenes)
• Aspirina
• Factores ocupacionales
Factores facilitadotes
• Infecciones del tracto respiratorio
• Bajo peso del nacimiento
• Factores dietéticos
• Polución ambiental
• Tabaquismo activo y pasivo
Factores agravadores
• Alergenos
• Infecciones del tracto respiratorio
• Ejercicio físico e hiperventilación
• Condiciones meteorológicas
• Dióxido de sulfuro
• Alimentos, aditivos, fármacos
También se han observado y descripto diversos polucionantes de origen doméstico que tiene efecto sobre la génesis del asma. (Martín Escribano P., Ramos Seisdedos G., Sanchos Aldás J.).
Polucionantes domésticos
TIPO FUENTE
Producto de Combustión
CO Combustión de Gas y carbón
NO2 Combustión de gasoil
SO2 Motores de gas y propano
Partículas Chimeneas
Humo de leña Estufas o cocinas de leña
Humo de tabaco Cigarrillos y puro de tabaco
Compuestos orgánicos volátiles Mobiliario, materiales de construcción, productos de consumo (cosméticos,etc),productos de combustión (gas, leña), materiales aislantes
Bacterias Humidificadores y acondicionadores de aire.
Virus Tratamiento del aire
Alergenos
Pólenes Plantas
Hongos Humedad
Artrópodos (ácaros, cucarachas) Viviendas, moquetas y alfombrados, cocinas
Insectos
Epitelios mamíferos
Plumas pájaros
Fisiopatología
Los aspectos más estudiados en la génesis de la enfermedad asmática a tener en cuenta de acuerdo a bibliografía médica convencional son:
A. Inflamación bronquial;
B. Alergia y atopia;
C. Hiperreactividad bronquial
A) Inflamación bronquial
Los factores intervinientes en la génesis de la inflamación del árbol bronquial son las células, los mediadores químicos y los neurotransmisores.
1. Células:
Las células relacionadas con el desenvolvimiento del proceso de bronco constricción y que se encuentran en la luz del árbol bronquial durante el episodio asmático son los neutrófilos, eosinófilos, basófilos y mastocitos. Estas son las encargados de liberar los productos relacionados con el proceso bronconstrictivo como la histamina, la prostaglandina y los leucotrienos.
Las células contienen en su interior las sustancias responsables de los procesos constrictivos del árbol bronquial y son liberados por intermedio de la acción en su membrana celular de las IgE presentes en los procesos alérgicos.
2.Mediadores químicos
Las células presentes en epitelio bronquial segregan mediadores químicos que son los responsables del edema y la broncoconstricción de la mucosa respiratoria. La histamina es broncoconstrictora y aumenta las secreciones bronquiales. El PAF (Factor activador de las plaquetas) y los eicosanoides son los precursores metabólicos de sustancias como las prostaglandinas, los tromboxanos, las prostaciclinas y los leucotrienos, todas sustancias responsables en mayor o menor medidas de los fenómenos inflamatorios del árbol bronquial. Así también el PAF es un potente broncoconstrictor.
3. Neurotransmisores
Las vías aéreas están reguladas por el Sistema Nervioso Autónomo (SNA), que ejerce su actividad sobre la musculatura lisa bronquial y las glándulas secretoras. Dentro del SNA se halla el Sistema Simpático y el Sistema Parasimpático. El mediador químico del sistema simpático es la adrenalina la cual a nivel bronquial produce funciones broncodilatadoras, mientras que el mediador químico del Sistema Parasimpático lo constituye la acetilcolina que cumple funciones bronco constrictoras. Hallazgos experimentales han certificado que la regulación del árbol bronquial por el SNA puede cumplir una parte importante y se erigiría en un campo teórico explicativo en la relación de la génesis del asma y eventos psicológicos.
B) Alergia y atopia
El asma es una enfermedad que presenta una frecuente asociación con la rinitis alérgica y el eccema (dermatitis atópica).
Estas enfermedades presentan como rasgo bioquímico la producción elevada de anticuerpos IgE frente a sustancias del medio ambiente conocido como alergenos. Los alergenos denominados antígenos son responsables de la respuesta inmune exagerada conocida como hipersensibilidad o alergia.
Las reacciones de hipersensibilidad o alergia, constituyen una reacción anormal del sistema inmunitario ante un alergeno. Implica una respuesta excesiva e inapropiada a un antígeno
Esta producción elevada de anticuerpos Ig E es conocida en inmunología como Reacción de Hipersensibilidad de Tipo I. La Ig E es la responsable de fijarse en la membrana celular de los mastocitos e iniciar la serie de eventos con la liberación de los mediadores químicos enunciados anteriormente que son los que causan los cambios patológicos en la mucosa bronquial.
Dentro de las Reacciones de Hipersensibilidad tipo I, tenemos a las Reacciones anafilácticas sistémicas y localizadas.
En las Reacciones anafilácticas sistémicas, se encuentra comprometido todo el organismo. A menudo son mortales. Este tipo de reacciones se encuentran presentes en individuos susceptibles a los alergenos implicados, como son el veneno de abeja y avispas, hormigas y algunos tipos de fármacos como la penicilina. La muerte puede sobrevenir por colapso vascular y asfixia por excesiva constricción bronquiolar.
Las Reacciones anafilácticas localizadas, conocidas también como “Atopia”, se encuentran limitadas a un órgano o tejido, cuyo epitelio haya estado en contacto con el alergeno implicado.
Los alergenos relacionados con la génesis del ataque asmático son numerosos, dentro de los que se hallan los pólenes, los ácaros y algunos productos de origen animal como son las plumas y los pelos de perros y gatos.
También se han descrito reacciones anafilácticas a los alimentos
Las personas que desarrollan una Hipersensibilidad de tipo I del tipo de la atopia, tienen mayor susceptibilidad a desarrollar asma. Pero sólo el 10 % al 30% de los atópicos desarrollan asma ( Goldsby RA., Kindt TJ., Osborne BA., Kuby J.2003. p. 397).
El porque algunos individuos ante la presencia del mismo alergeno, unos desarrollan atopia y asma y otros no lo hacen, es un elemento de discusión. Algunos lo relacionan con causales de índole genéticas. Ciertas investigaciones relacionan al cromosoma 5, 5q31-33, el cual tendría un vínculo importante con la génesis del asma. Este cromosoma posee una alta concentración de genes vinculados con la producción de Interleukinas, responsables del mecanismo del fenómeno asmático.
Mecanismo de actividad
El Antígeno, en este caso el alergeno, se pone en contacto con la célula B, la célula B activada por el alergeno se convierte en célula plasmática. La célula plasmática segrega Anticuerpos Ig E. Las Ig E producidas por las células plasmáticas, se fijan en la membrana de las células mastocitos y basófilos. Las IgE se fijan en un sitio específico de la membrana conocido como “receptor FC”. Cuando penetra nuevamente el alergeno al organismo se une a la IgE unida a los mastocitos y basófilos, provoca la degranulación de estos y con la consiguiente liberación de mediadores quimicos responsables de las reacciones alérgicas y del fenómeno asmático.
Mediadores químicos participantes de la Reacción de hipersensibilidad tipo I y sus efectos
MEDIADOR EFECTO
Histamina, heparina Aumento de la permeabilidad vascular.
Contracción del músculo liso pulmonar
Incremento de la secreción de moco
Serotonina Aumento de la permeabilidad vascular.
Contracción del músculo liso pulmonar
Factor quimiotáctico de eosinófilos Quimiotaxis de los eosinófilos
Factor quimiotáctico de neutrófilos Quimiotaxis de neutrófilos
Proteasas Secreción bronquial de moco
Bradicininas Aumento de la permeabilidad vascular
Contracción del músculo liso pulmonar
Prostaglandinas Vasodilatación
Contracción del músculo liso pulmonar
Citocinas (interleukinas,factor de Necrosis Tumoral) Incremento de la producción de IgE por las células
Promueve inflamación vascular
Factor activador de plaquetas Contracción de músculo liso pulmonar
Leucotrienos Aumento de la permeabilidad vascular
Contracción del músculo liso pulmonar
Los leucotrienos representan el último avance en el conocimiento de la fisiopatología de la enfermedad asmática con importantes consideraciones e implicancias en el tratamiento del enfermo asmático. Los leucotrienos (del latín “leuco”: referido a los glóbulos blancos y “trieno”: triple conjugación de doble uniones proteicas), deriva de una familia de productos derivados del metabolismo del ácido araquidónico que utiliza a la enzima 5-lipooxigenasa para su producción. Los leucotrienos utilizan un receptor de la superficie celular de las células inflamatorias Estos receptores contienen en su estructura el aminoácido cisteína por lo que son conocidos como receptores cisteinil leucotrienos (receptores CystLt). Los receptores CystLt, son los mediadores para la actividad celular produciendo broncoconstricción, secreción de moco, y edema en la vía área (Peters-Golden M., Henderson WH. 2007).
La histamina se logra mediante la descarboxilación oxidativa del aminoácido histidina y se ubica principalmente en el mastocito. La histamina posee tres tipos distintos de receptores. El receptor H1 es el más relacionado con los fenómenos alérgicos, su activación provoca contracción del músculo liso intestinal y bronquial, aumento de la permeabilidad en el sector vascular y un aumento en la secreción de moco por parte de las células epiteliales del árbol bronquial. Los receptores H2 están más relacionados con la dilatación de los vasos sanguíneos y estimulación de la secreción glandular.
Además de los mediadores químicos mencionado liberados por los mastocitos y basófilos, otras células como los neutrófilos y eosinófilos, desempeñan un papel importante en lo que se conoce como “Fase tardía” de mantenimiento del proceso asmático.
El factor quimiotáctico de los eosinófilos, atrae a éstos hacia el lugar de contacto de la mucosa bronquial con el alergeno. Los eosinófilos de manera similar a como ocurre con los mastocitos y basófilos, se ponen en contacto con el alergeno y la IgE, produciéndose también sustancias químicas responsables del fenómeno asmático como son los leucotrienos, proteína básica principal, factor activador de las plaquetas y la proteína catiónica de los eosinófilos. La liberación de estos mediadores desempeñar una función defensiva frente a las infecciones.
En este caso de hipersensibilidad, estos mediadores contribuyen a las lesiones vasculares extensas en el tracto respiratorio.
Existe evidencia que la actividad de los eosinófilos en el árbol bronquial, contribuye a la inflamación crónica de la mucosa bronquial, y colabora para la presentación del asma bronquial persistente.(Goldsby RA et al.)
Un número considerable de citokinas regula la función de los eosinófilos en el asma. Dentro de ellas, la interleukina-5 estimula la liberación de eosinófilos dentro de la circulación y prolonga su vida. La presencia de alergenos en la vía aérea, aumenta la concentración local de interleukina-5, con lo que se correlaciona en forma directa con el aumento de la cantidad de eosinófilos en la vía aérea (Busse WW., Lemanske RF.2001).
Los neutrófilos son el otro grupo celular implicado en la génesis del asma. Atraídos por el factor quimiotáctico de los eosinófilos, cumplen una función análoga a la desplegada por los eosinófilos. Tanto los neutrófilos, como los eosinófilos, constituyen ambos responsables de lo que se denomina “reacción de fase tardía” en la provocación del asma bronquial, puesto que se da a posteriori de la acción de los mediadores químicos vasoactivos liberados en un principio por los mastocitos y células basófilas.
El área de la inmunología se halla en pleno proceso de nuevos descubrimientos que explican en parte la aparición del fenómeno asmático. En este contexto Schwartz RS (2002), cita un trabajo de Finotto et al., donde se explicita una nueva serie celular implicadas en las reacciones alérgicas. Ellas serían las células Th2 (de sus siglas en inglés “type 2 helper”). Estas células secretarían interleukinas que provocarían la inflamación alérgica y estimularía las células B a producir IgE y otros anticuerpos.
C) Hiperreactividad bronquial
Se considera bajo esta definición a los fenómenos de una respuesta broncoconstrictora excesiva frente a estímulos de diversos orígenes, pudiendo ser estos últimos de naturaleza física (ejercicios físicos, cambios de temperatura) o química (histamina).
Manifestaciones clínicas de la enfermedad asmática
La característica clínica más importante de la enfermedad asmática es la falta de aire o “disnea”. Esta es la expresión sintomática de las alteraciones fisiopatológicas que se provocan en el árbol bronquial: broncoconstricción y producción excesiva de moco, impidiendo el normal flujo aéreo.
El enfermo vivencia esta falta de aire con opresión toráxica y necesidad de hiperventilar. El aire que penetra en los pulmones no puede salir, evidenciándose una disnea a predominio espiratorio.
Expresiones clínicas de la falta de aire están dadas por síntomas de palidez y cianosis periférica.
Las características de estas manifestaciones clínicas varían de intensidad y frecuencia de presentación. Variando éstas de acuerdo a los resultados de la medicación instituída, como de la presencia o no de los factores desencadenantes.
La intensidad puede variar desde un simple jadeo o falta de aire hasta la crisis asmática propiamente dicha donde la limitación de la actividad se hace presente, el enfermo debe reposar para poder hacer frente al ataque agudo de asma. El ataque de asma revierte en forma espontánea o mediante medicación.
La gravedad del ataque del asma está dada por las características de la dinámica respiratoria implicadas. Puede ser de corta duración o ir hasta el estado conocido como “mal asmático”, circunstancia en que el ataque asmático se prolonga en el tiempo sin mejoría a pesar del tratamiento ambulatorio instituido y comienza a afectar el equilibrio hemodinámico del organismo. Este caso necesita de tratamiento hospitalario y si la situación se prolonga aún más, se debe acudir a la asistencia mecánica ventilatoria. La gravedad de esta situación si no es atendida de acuerdo a las circunstancias clínicas que se presenten, puede evolucionar hasta el Paro respiratorio, situación de riesgo vital que lleva a muerte si no es corregida por personal especializado.
La frecuencia de las crisis, está junto con la intensidad de las mismas, relacionada con el éxito del tratamiento instituido y con la presencia de factores desencadenantes. La frecuencia de presentación varía desde una continua persistencia de síntomas respiratorios crónicos sin presencia de períodos asintomática, hasta la remisión de sintomatología, que suele ocurrir en adolescentes donde la enfermedad se hizo presente durante la infancia.
La tos, de aparición nocturna es otra característica de la enfermedad. Habitualmente se acompaña de expectoración mucosa.
Los síntomas nasales como rinorrea, obstrucción y prurito nasal, junto con estornudos en salvas, son otros síntomas acompañantes.
Examen Físico
La auscultación del campo pulmonar manifiesta los clásicos ruidos pulmonares: roncus y sibilancias. En los casos graves de crisis asmática y sobre todo en niños, se observa la utilización de la musculatura accesoria pulmonar para compensar la falta de oxigenación. Este uso se ve reflejado en el tórax a través del tiraje intercostal y de las fosas supraclaviculares, junto con incoordinación respiratoria toracoabdominal.
Exámenes Complementarios
Aunque para el diagnóstico de la enfermedad asmática muchas veces solo es necesario la presencia de las manifestaciones clínicas, la utilización de pruebas complementarias es de utilidad para evidenciar la mejoría con el tratamiento instituido así como la evolución y pronóstico de la enfermedad.
• Radiología.
La radiografía pulmonar no evidencia signos radiológicos patognomónicos de la enfermedad. Algunas veces cuando la enfermedad es crónica y en momentos de crisis aguda puede comprobarse cierto grado de hiperinsuflación. La presencia de atelectesia es rara.
• Laboratorio
La presencia de elevada cantidad de eosinófilos puede revelar estado alérgico relacionado con la enfermedad asmática.
• Gases en sangre:
La deficiencia en la ventilación pulmonar puede ponerse de manifiesto mediante una concentración de gases en la sangre alterada. De esta manera en los estados crónicos puede existir en sangre un aumento del anhídrido carbónico (CO2) y una disminución de la concentración de oxígeno; mientras que en un estadio agudo de ataque asmático y debido a la hiperventilación se evidencia un descenso de presión de anhídrido carbónico en sangre, proceso conocido como de alcalosis respiratoria.
• Pruebas de funcionalidad respiratoria
Mediante la utilización de aparatos que miden el aire espirado, se puede medir la capacidad ventilatoria pulmonar y el grado de disfunción pulmonar. Básicamente existen dos mediciones para evaluar la capacidad pulmonar: el “volumen espirado durante el primer segundo”, y el “pico de flujo espiratorio”, ambas conocidas por las siglas de denominación inglesa como VEF1 y PEF respectivamente.
• Estudios inmunológicos
Pruebas de sensibilización alérgica mediante pruebas cutáneas e intradermoreacciones, con el objetivo de identificar el alergeno desencadenante de las crisis. Su valor reside en arbitrar las medias de control ambiental.
Anatomía Patológica
Evidencia que la inflamación de la vía aérea respiratoria, es el principal componente del asma bronquial, fue en un principio hallazgo de autopsias encontrados en casos de asma fatal. La vía aérea se presentaba infiltrada por células inflamatorias como neutrófilos y eosinófilos, los mastocitos presentaban degranulación, se evidenciaba engrosamiento de la membrana basal, pérdida de la integridad epitelial y oclusión por mucus de la luz bronquial; además de hipertrofia del músculo liso como también hiperplasia de las células. Estas observaciones fueron consideradas características del asma fatal, pero no se consideraban como patognomónicas de otras formas de asma y sólo habían sido descriptos en personas fallecidas. No se sabía acerca de los cambios histopatológicos que ocurrían en los bronquios de los pacientes asmáticos en vida (Haley KJ., Sunday ME.;Wiggs BR.; Pozakewich HP.; Reilly JI.; Mentzer SJ.; Sugarbaker DJ.; Doerschuk CM, Drazen JM.. 1998).
De hecho en forma más reciente con la utilización de técnicas de obtención de material a través de biopsia de epitelio bronquial y lavado bronquial, se han obtenidos evidencias de los cambios inflamatorios que ocurren en otros tipos de de características menos severa. Los cambios inflamatorios en el árbol bronquial ocurren desde el mismo comienzo de la enfermedad y están en relación con la evolución y severidad de la enfermedad. La presencia de células inflamatorias degranuladas, indica la participación directa de estas células en los procesos inflamatorios del árbol bronquial mediante la liberación de sus sustancias histoquímicas implicadas en los procesos inflamatorios. (Vignola AM.; Chanez P.; Campbell AM.; Souques F.; Lbel B.; Enander I.; Bousquet J. 1998).
Otros autores poseen una visión más comprometedora en la génesis de la enfermedad. Siempre se hace mención a la enfermedad asmática como acotada a los grandes y medianos espacios aéreos, sin embargo otros investigadores implican también al tejido alveolar dentro de los cambios histopatológicos. Esta visión podría tener implicancias importantes en el tratamiento farmacológico que se utiliza habitualmente. (Kraft M.; Djukanovic R.; Wilson S; Holgate ST, Martin RJ. 1996).
Básicamente se considera que los cambios histopatológicos ocurren en el epitelio bronquial. Las alteraciones que se producen es conocido como “fenómeno de remodelado”. Estos cambios comprenden las siguientes características (Robbins CK. 1990, p.818):
• Engrosamiento de la membrana basal del epitelio bronquial
• Edema e infiltrado inflamatorio en las paredes bronquiales, con presencia de eosinófilos que constituyen del 5 al 50% del infiltrado celular
• Incremento del tamaño de las glándulas submucosas
• Hipertrofia de las musculatura bronquial que refleja la prolongada broncoconstricción.
• A veces existen cambios enfisematosos con la cronicidad.
Epidemiología
Si se tomara en cuenta la definición de epidemia, la cual hace referencia a las enfermedades cuando atacan en gran número de personas, al mismo tiempo y en el mismo lugar; podríamos estar hablando desde este punto de vista de una epidemia de asma en el mundo.
Hoy en día el asma es la enfermedad crónica con mayor prevalencia en la niñez y la adolescencia, existiendo grandes variables entre los países. Se presume que actualmente el 10% de de los niños padecen de una forma u otra manifestaciones clínicas compatibles con enfermedad asmática.
Las cifras de prevalencia parecen ir en aumento en algunas regiones, aunque no se sabe con certeza si este aumento se debe a un aumento real del número de casos, o a que la población ha tomado más conciencia de la enfermedad y acude más al médico, por lo que la cantidad de niños diagnosticados por asma ha ido en aumento.
Actualmente el asma es la primera causa de hospitalización en niños y una de las más importantes en provocar ausentismo escolar como enfermedad crónica.
Los problemas para la correcta evaluación epidemiológica del asma, son los diferentes criterios con los cuales se establece un diagnóstico. Los cuestionarios para evaluar la enfermedad asmática depende de los criterios de diagnóstico médico empleados, de la definición de términos utilizados (“disnea”, “respiración entrecortada”, “bronco espasmo”, “ataque de asma”) y de la percepción de propia enfermedad por parte del paciente en términos de su intensidad y gravedad de expresión. Así mismo la percepción de síntomas, depende del estado emocional y psicológico del paciente
En los Estados Unidos de América, el asma afecta a casi 15 millones de personas. De 1982 a 1992, la prevalencia de la enfermedad subió un 42% y su tasa anual de mortalidad en un 40 %. En 1991 los Institutos Nacionales de Salud inician estudios sobre los factores desencadenantes y diversas variables demográficas y socioeconómicas. Dentro de las conclusiones que se arribaron fue que la densidad poblacional urbana poseía una fuerte correlación en la aparición de la enfermedad asmática, quizás debido por la mala calidad del aire que se respira en esos centros y que actúa como irritante ( Rev Panam Salud Pública-1997).
El Centro de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos informó un incremento de la prevalencia de la enfermedad asmática de cifras del 3,6% al 5,8 % en el año 2003. Según las cifras aportadas por este organismo, el asma es la tercera causa de hospitalizaciones entre las personas por debajo de los 18 años, siendo antecedida sólo por la neumonía y los traumatismos (Eder W.; Ege MJ.; von Mutius E.; 2006).
El Estudio Internacional sobre Asma y Alergia en la Niñez (ISAAC- por sus siglas en inglés), fue un relevante estudio en la investigación de la prevalencia de la enfermedad asmática que se realizó a nivel mundial. El estudio se realizó mediante un cuestionario administrado en 56 países e incluyo la recolección de datos de 721.601 niños a través de 156 centros distribuidos en todo el mundo. En septiembre 1997 finalizó la recolección de datos y se procedió a su análisis. (ISAAC. International Study of Asthma and Allergic Disease in Childhood. Steering Comitee extraído de: www.isaac.auckland.ac.nz).
Posteriormente se realizaron otros relevamientos, que evaluaron otras variables de estudio, el ISAAC II profundizó sobre los factores etiológicos, posteriormente se realizó una tercera fase el ISAAC III, que consistió en administrar el mismo cuestionario del ISAAC I, pero cinco años después, en los centros y a los niños a quienes se les habían administrado el cuestionario. Su objetivo era evaluar la tendencia de la prevalencia en los centros de los países implicados.
Los resultados que se obtuvieron, demostraron que existía una disminución de los pacientes asmáticos, especialmente en el grupo etáreo comprendido entre las edades de 13-14 años. Se observó una disminución de casos en los países de habla inglesa y Europa occidental, demostrando que el número de casos puede haber llegado a una meseta en estos países. Con respecto a América latina, donde la prevalencia era baja durante la fase I, se observó un aumento de porcentajes durante la Fase III del ISAAC. ( Rev Panam de Salud Pública. 2007).
Con respecto a la República Argentina, se estudiaron poblaciones de Buenos Aires, Córdoba y Rosario.
En Buenos Aires se relevaron las localidades de Capital federal, Almirante Brown, Mar del Plata, General Villegas, La Plata, San Nicolás, Pergamino y Bahía Blanca.
En el grupo etáreo de niños entre las edades de 13-14 años, con una muestra de n=2996, se obtuvo una prevalencia del 6,6 %; mientras que en las edades de 6-7 años con una n= 3005, la prevalencia fue del 4,1 %.
En Córdoba la prevalencia de la enfermedad asmática dentro de las edades de 13-14 años fue del 9,6 %, con una n= 3042.
Estos resultados obtenidos, coinciden con los conseguidos por otros autores años después, en regiones más alejadas y utilizando cuestionarios similares pero adaptados a la región; por lo que podemos argüir a favor de los datos obtenidos.( Tello MA.; Jinete del Villar RA.; Salmun N. 2003).
Otro estudio de envergadura realizado principalmente en Europa, aunque también abarcó ciudades de Canadá, Estados Unidos, Australia y África, fue el denominado ECRHS ( European Community Health Survey in Adults). El estudio multicéntrico incluyó la administración de un cuestionario a 140.000 individuos adultos entre las edades de 20-40 años de 22 países, y fue conducido entre los años 1990 a 1994. (International Steering Comité ECRHS. Extraído diciembre 2007 www.echrs.org )
Las cifras de prevalencia de enfermedad asmática fueron desde 2.0% al 11,9 %, de acuerdo a la zona geográfica implicada. Las más altas prevalencias pertenecen a los países de habla inglesa, mientras que las más bajas pertenecen a países de la región mediterránea y el este europeo ( Burney PGJ.; Luczynska C.; Chinn S.; Jarvis D. 1994) (Janson C.; Anto J; Burney P.; Chin S.; de marco R.; Heinrich J.; Kuenzli N.; Leynaert B.; Luczynska C.; Neukirch F.; Svanes C.; Sunyer J.; Wjst M. 2001). Los valores obtenidos fueron correlacionados con el ISAAC, obteniéndose valores similares, por lo cual ambos estudios multicéntricos pudieron ser validados mutuamente (Pearce N. ; Sunyer J.; Cheng S.; Chinn S.; Bjorksten B.; Burr B.; Keil U.; Anderson HR.; Burney P. 2000).
A pesar de los importantes esfuerzos relacionados con identificar la prevalencia del asma en el mundo y de los diversos estudios multicéntricos, el asma continúa siendo en su presentación una enfermedad que depende de muchos factores, lo cual hace que la dispersión de los valores dependiendo de las regiones geográficas sea una constante.
Control y tratamiento
Aunque las verdaderas causa de la enfermedad asmática, tanto en su fisopatogenia, como en sus factores desencadenantes y variables de comorbilidad, no son hasta ahora del todo manejables y en cierta medida desconocidas, el tratamiento de la enfermedad asmática se ha desarrollado en torno a las anomalías patológicas subyacentes, es decir: la inflamación de la vía aérea, hipersecreción del mucus y la hiperreactividad bronquial (Little F. 2006). Dice el autor citado: “ aún cuando estos tratamientos han probado ser efectivos, los médicos se encuentran a menudo humillados mientras que la condición asmática progresa a pesar de sus mejores esfuerzos para controlarla, estrategias que focalicen asociaciones con la enfermedad hasta ahora desconocidas son necesarias”.
A pesar de las herramientas terapéuticas a nivel químico que se posee, la enfermedad está lejos de poder controlarse de acuerdo a los criterios GINA (Global Initiative for Asthma Management and Prevention-2006).
En este sentido los autores Neffen H., Fritscher C., Cuevas Schacht F., Levy G., Chiarella P., Soriano JB., Merchall D. (2005); han evaluado a 2148 adultos o padres de pacientes asmáticos utilizando los criterios clasificatorios y de control de enfermedad de acuerdo a los criterios de GINA. La muestra fue obtenida dentro de los países de América latina De este modo, sólo el 2,4 % de los pacientes consultados reunió criterio para el total control de la enfermedad asmática. Los autores del documento verificaron un “inaceptable” alto nivel de morbilidad. Dentro de las causas por las cuales se verificó el fracaso del tratamiento figuran: errónea aplicación del tratamiento, inadecuada educación por parte del paciente de lo que la enfermedad asmática significa, negativismo por parte del paciente y reducción de las esperanzas de mejoría de calidad de vida.
Así mismo la adherencia y conformidad a un tratamiento y por ende al control de la enfermedad estaría afectado por variables psicológicas. Bosley CM, Fosbury JA, Cochranes GM (1995) publicaron un trabajo prospectivo con 102 pacientes asmáticos, en que la depresión y la ansiedad eran mayores entre los pacientes que habían discontinuado o abandonado el tratamiento en comparación con aquellos que presentaron adherencia al mismo.
Ello hace suponer que dentro del éxito de un tratamiento no sólo interviene la correcta elección de un medicamento y la utilización de un algoritmo propuesto, sino que también intervienen variables que exceden los criterios farmacológicos de prescripción médica clásica.
La prescripción de un fármaco, como de su posología y formas de administración, dependerá de la edad del paciente (niño o adulto), del estado de la enfermedad (agudo o crónico), de la intensidad de síntomas clínicos (leve, moderada o grave).
Los medicamentos utilizados de acuerdo a bibliografía médica son:
• Glucocorticoides
Pueden ser utilizados por vía sistémica e inhalatoria. De muy buena eficacia, sin embargo su uso no es curativo, su discontinuidad provoca un retorno de los síntomas. Así mismo su uso prolongado provoca reacciones adversas como desmineralización ósea y en los niños alteraciones en el metabolismo óseo con afectación del crecimiento en estatura (Saraví FD.; Guirao MA.; Carlos Elías P.; Guarnieri PJ. 2000).
• Inhibidores de los leucotrienos
Actúan inhibiendo a nivel del receptor la actividad de los mismos
• Beta 2 agonistas
Actúa provocando sobre el músculo liso bronquial provocando la broncodilatación
• Teofilina
Actúa como broncodilatador y en menor medida como antiinflamatorio
• Cromoglicato de sodio
Utilizado para el tratamiento a largo término
• Medicamentos Anti IgE
Utilizado en aquellos pacientes que cursan con elevado niveles de Ig E en sangre
• Medicación antihistamínica
• Desensibilización al alergeno
Mediante vacunas. La apropiada inmunoterapia exige la identificación del Alergeno
• Educación
Merece especial atención que dentro del esquema de Tratamiento debe incluirse un capítulo especial a la Educación del paciente por parte del personal sanitario.
Reflejando esta importancia Martín Escribano P.; Ramos Seisdedos G., Sanchos Aldás J., (p. 807) lo expresan diciendo: “El tratamiento del asma no sólo consiste en administrar con mayor o menor acierto determinados fármacos, sino que en la actualidad se considera que los aspectos educativos desempeñan un papel capital en el tratamiento de la enfermedad. Múltiples estudios han mostrado que los paciente convenientemente adiestrados experimentan un favorable curso clínico, incrementando la calidad y la función pulmonar, reduciendo la necesidad de fármacos, la frecuentación hospitalaria y los costes totales de la enfermedad.”
En el esquema de educación se incluyen el desarrollo de habilidades personales a fin de que los pacientes puedan comprometerse activamente con el tratamiento, con el objetivo de lograr mayor adhesión. A sí mismo se deberá incluir información básica, e instruir al paciente en técnicas y métodos de autocontrol de la enfermedad.
Es de destacar que a los fines que se cumplan con estos objetivos, es menester el desarrollo y la presencia de ciertas aptitudes y actitudes por parte de paciente con respecto a su enfermedad, desarrollo de la voluntad y adquisición de habilidades para modificar conductas no deseables para el mejoramiento de su salud. Así mismo será necesaria la construcción de una adecuada relación médico-paciente basada en la cooperación y la confianza mutua.
En la elaboración de estas estrategias de “Educación para la salud”, será indispensable el conocimiento de las variables psicológicas y la personalidad del paciente, a los fines de adecuar convenientemente los objetivos a cumplir en esta área.
Clasificación
Existen diversas clasificaciones que están relacionadas con distintas facetas de la enfermedad sin llegar a una total unanimidad de términos propuestos. Ello es debido a la propia dinámica de la enfermedad, y que no existe una etiología conocida hasta el momento que pueda dar una explicación totalizadora al conjunto del fenómeno asmático.
Sin embargo, a los fines del presente trabajo y sin entrar en las controversias que cada una de estas clasificaciones suscitan, nos hemos fundamentado para elaborar la presente clasificación en referencias bibliográficas (Naureckas ET., Solway J 2001;Calvo M. 2006; Gayoso Cervantes, O. 2003; Salazar J. 2001; Grammer LC, Greenberger PA. 1992; Martín Escribano P., Ramos Seisdededos G., Sanchos Aldás J.2006) y en grupos de expertos de calificación internacional como son el GINA (Global Initiative for Asthma-Global Strategy for Asthma Management and Prevention-2006) y el NAEPP ( National Asthma Education and Prevention Program- Expert Panel Report-Full Report 2007-National Heart, Lung and Blood Institute-National Institutes of Health-U.S. Department of Health and Human Services).
Así tenemos la siguiente clasificación:
1- De acuerdo a criterio inmunológico
• Asma Extrínseca o Alérgica
Relacionada con la Reacción de Hipersensibilidad tipo I. Su actividad está mediada a través de la reacción antígeno-anticuerpo y cursa generalmente con cifras elevadas de IgE.
Se encuentra relacionada con un fuerte componente genético, de historia familiar de alergia, eccema y fiebre de heno.
Comienza habitualmente en la infancia.
• Asma Intrínseca o Idiopática
Se presenta habitualmente sin títulos elevados de IgE a causa de que no se la relaciona con fenómenos alérgicos.
Se postula que la génesis de este tipo de asma radica en una hiperreactividad bronquial o excesiva “sensibilidad” bronquial, los cuales son capaces de reaccionar frente a numerosos estímulos de origen inespecíficos. Dentro de estos estímulos externos se ubican un sinnúmero de situaciones sin ningún tipo de relación entre ellos tales como: exceso de humedad, emociones e irritantes
• Ocupacional: relacionada con elementos irritantes en el lugar de trabajo. Su gravedad depende de la higiene industrial aplicada al lugar y a la susceptibilidad del paciente.
• Por intolerancia a medicamentos: tales como antiinflamatorios no esteroides y acido acetil salicílico.
• Asma inducida por ejercicios: se presenta con mayor frecuencia en niños asmáticos. Se desconoce la causa precisa. Se cree que podría deberse a la hiperventilación durante el ejercicio, que estimula la degranulación de los basófilos situados en la adyacencia del epitelio bronquial
2- De acuerdo al grado de severidad
CATEGORÍA Síntomas Síntomas nocturnos Función Respiratoria
Intermitente Síntomas, máximo 2 veces a la semana.
Sin síntomas y con PEF normal entre exacerbaciones.
Exacerbaciones breves ( pocas horas a pocos días); con variable intensidad Máximo 2 veces al mes. FEV o PEF del 80%
Persistente leve Síntomas más de 2 veces a la semana, pero no diarios.Las exacerbaciones pueden afectar la actividad Más de 2 veces al mes FEV o PEF mínimo 80% del predicho
Persistente moderada Síntomas diarios. Usos diario de de betaagonistas de acción corta. Las exacerbaciones afectan a la actividad. Exacerbaciones, como mínimo 2 a la semana, pueden durar días Más de 1 vez a la semana. FEV o PEF mayor del 60% y menor del 80% predicho.
Persistente Grave Síntomas continuos. Actividad física limitada. Exacerbaciones frecuentes Frecuentes
FEV o PEF máximo del 60% predicho
3-De acuerdo al grado de control de la enfermedad
Esta última clasificación difundida por ámbitos de expertos contempla una revisión de términos mas acorde con la dinámica de la enfermedad, teniendo en cuenta los resultados del tratamiento instaurado, mas que la descripción de la enfermedad en sí misma.
- Asma controlada
En este nivel no existe sintomatología diurna ni nocturna. No existen restricciones a la actividad física, ni tampoco necesidad de utilizar medicamentos de fase aguda (no más de dos veces semanales). Las pruebas de flujo son normales y no se presentan ataques de asma.
- Asma parcialmente controlada
En este nivel los síntomas diurnos se presentan dos veces a la semana, algunas veces de noche y ocasionalmente existe limitación de la actividad física. Medicamentos de fase aguda son necesarios más de dos veces por semana. Las pruebas de flujometría son anormales en un 80% con respecto a los valores normales. Los ataques de asma ocurren al menos una vez por año.
- Asma No controlada
En este caso el asma, posee episodios de tres o más características del asma parcialmente controlada por lo menos tres veces a la semana, los ataques de asma se presentan semanalmente.
Factores desencadenates de una crisis asmática
Además de los factores etiológicos causales del asma, existen factores, que sin estar directamente implicados en la génesis de la enfermedad, constituyen factores desencadenantes del fenómeno asmático.
• Contacto con alergenos
• Contacto con elementos irritantes de las vías aéreas respiratorias (tabaco, humo )
• Reflujo gastroesofágico: el reflujo de contenido gástrico actuaría como un irritante provocador de asma
• Menstruación y embarazo: los cambios hormonales en estos períodos, provocarían cambios en los mecanismos fisiológicos. La naturaleza íntima de estos cambios son por ahora desconocidos.
• Infecciosos: las infecciones concomitantes del tracto respiratorio aéreo alto provocados por bacterias, virus, pueden desencadenar un estado asmático por irritabilidad de la mucosa sujeta a procesos inflamatorios por parte del estado catarral alto.
• Climáticos: cambios bruscos de temperatura.
Aportes de la Psicología al conocimiento de la enfermedad asmática
La interacción mente-cuerpo. El campo de las emociones y los sentimientos
Las contribuciones de la psicología en sus distintas escuelas, el marco teórico psicoanalítico, el campo de las enfermedades psicosomáticas, la perspectiva de la Psicoinmunoneuroendocrinología (PINE), han tratado de esbozar una nueva dialéctica en la comprensión de la génesis y mantenimiento de las enfermedades y otorgar nuevos recursos en la comprensión del individuo sano/persona enferma.
A pesar de estos aportes, existen fuertes corrientes médicas que tratan de constreñir el proceso salud/enfermedad en un evento unidireccional causa-efecto y restringido sólo al ámbito de lo puramente biológico y medicalizar la enfermedad. Desde el campo de la educación médica y la bibliografía más utilizada por los futuros profesionales médicos y los médicos, continúan con la observación de la enfermedad desde un punto de vista biologista y negando los aspectos psicológicos de la enfermedad.
Así algunos autores de bibliografía médica especializada y referentes a nivel educacional de la comunidad médica como lo es Farreras-Rozman al explayarse sobre la génesis de la enfermedad coronaria y sus factores de riesgos, ponen en tela de juicio que las formas de conducta tipo patrón A según clasificación de Friedman y Roseman , según la cual aquellos individuos que presentan mayor grado de hostilidad y agresividad, pudieran tener alguna relación con la aparición de enfermedad cardiovascular. Se minimiza de este modo la participación de la psiquis en la génesis de esta importante enfermedad que afecta a gran parte de la humanidad, expresándose de esta manera (Farreras-Rozman, 1.995; p.535): “Durante…los últimos diez años se ha especulado sobre la posibilidad de que los enfermos coronarios presenten ciertos rasgos de conducta particulares. Friedman y Roseman denominaron patrón tipo A al de los individuos con mayor grado de hostilidad, agresividad, competitividad y sentido de urgencia del tiempo, y le atribuyeron la naturaleza de factor de riesgo coronario a esta forma de conducta; su importancia está en discusión”.
Sin embargo la personalidad tipo A y su relación con la enfermedad coronaria ha sido ampliamente estudiada. En este sentido Liebert RM y Langenbach Liebert L. (2000) citan diversos autores además de los estudios liminares de Friedman y Rosenman, en los cuales este tipo de personalidad se encuentra relacionada con eventos cardiovasculares. Al respecto los autores mencionan que el patrón de conducta tipo A es la principal causa de enfermedades del corazón y las coronarias de acuerdo a los trabajos de Friedman y Rosenman. Así mismo se descubrió que las personas tipo A producen más colesterol y catecolamina, elementos que se encuentran imbricados profundamente con la patología coronaria.
También se evidenció que la personalidad tipo A difieren de las tipo B, que son más relajadas y despreocupadas, en cuanto a ciertas respuestas glandulares y metabólicas que aumentan los riesgos de enfermedad coronario.
Además se encontró que la conducta tipo A difiere de la de tipo B en cuanto que la primera es más excitable, elevando por ejemplo su presión sanguínea, y de este modo elevando el riesgo de enfermedad coronaria.
Farreras-Rozman, con respecto a la enfermedad asmática, la personalidad y las emociones expresan (p. 760): “La hipnosis y la sugestión pueden provocar broncoconstricción. No es infrecuente que las emociones fuertes desencadenen o empeoren las crisis de bronco espasmo en los pacientes. En contra de una opinión muy extendida, nunca se ha podido demostrar que el origen del asma resida en un trastorno psicológico, ya que no se conocen casos convincentes de individuos sanos que hayan iniciado su enfermedad únicamente por motivos emocionales. Algunos estudios han mostrado que la personalidad puede influir sobre el pronóstico de la enfermedad, ya que se ha observado que el riesgo de muerte por asma es más elevado en los pacientes que padecen ansiedad y depresión...”.
Se deduce del párrafo citado, que el pensamiento médico hegemónico si bien reconoce algunas variables psicológicas presentes en la enfermedad asmática, desdeñan la posibilidad a que la enfermedad asmática sea el resultado multifactorial de entidades tanto físicas como psíquicas y que en el mantenimiento de la patología se deban reconocer entidades psíquicas que al momento actual de la bibliografía médica especializada convencional no son tenidas en cuenta.
Por otra parte intentos de superar los límites del reduccionismo biologista se están realizando por intermedio de la comunidad médica a través de investigaciones en el campo formal de la medicina y como contrapartida de los ejemplos citados anteriormente.
En este contexto hace mucho tiempo que investigaciones formales y de amplio reconocimiento por parte de la comunidad médica, ensayan un reconocimiento de la intervención del campo de lo emocional en la génesis de las enfermedades orgánicas.
El reconocido estudio de cohorte conocido como “The Framingham Study”, llevado a cabo desde el año 1948, evaluó en forma exhaustiva los factores de riesgo para contraer enfermedades cardiovasculares, dentro los que se identificaban: la hipertensión, hipercolesterolemia, tabaquismo, diabetes, obesidad, sedentarismo y los “factores biopsicosociales”.
De este modo, los factores “psicosociales” han comenzado a ser tenido en cuenta dentro de la bibliografía médica convencional. En este contexto, Rozanski A, Blumenthal JA, Kaplan J. (2000),incluyen citando bibliografía de referencia que dentro de los “factores psicosociales” deberían incluirse como los más importantes a la depresión, la ansiedad, el stress crónico, la irascibilidad y el aislamiento social. En este concepto se están tratando de influir en las variables psicosociales con medidas de intervención psicológica de tipo conductual. Las variables como personalidad tipo “A”, la ira y la hostilidad y la ansiedad, son tenidas en cuenta en el momento de diseñar una intervención psicológica (Fernández-Abascal EG, Dìaz MD, Domínguez Sanchez FJ; 2003) y de este modo influir sobre la evolución de la enfermedad cardiovascular.
Diversas investigaciones con amplia repercusión pública son realizadas por argentinos, tratando de impedir la dicotomía mente/cuerpo. En este sentido investigadores del Instituto Universitario CEMIC (Taragano,2002) hallaron en un estudio prospectivo, luego de 31 meses de seguimiento y utilizando una muestra de 478 pacientes, que el riesgo de daño cardíaco o cerebral era nueve veces mayor en los sujetos que habían sufrido gran ansiedad y no habían aceptado ayuda psicológica. El factor creador de ansiedad lo constituyó la crisis financiera del año 2001, conocida como la “crisis del corralito”. A sí mismo el estudio encontró que algunas de las características de la personalidad como la inquietud persistente, la impaciencia, la sensación de que siempre falta tiempo, al competitividad extrema, son características personales que nos ponen en riesgo cardiovascular. En esta misma línea Vicario y Taragano (2002) aportan en un artículo de revisión la importancia de la esfera emocional en las enfermedades cardiovasculares, sosteniendo que existe suficiente evidencia médica para sostener a la depresión como un “factor de riesgo independiente” para la enfermedad coronaria y el infarto de miocardio, y un “indicador de pronóstico negativo” para enfermos cardiovasculares. Los posibles mecanismos que se enuncian para explicar estos hechos es que “la disfunción del eje hipotálamo-hipófiso-suprarrenal junto con una reactividad plaquetaria alterada, incidirían en forma directa sobre el endotelio vascular, punto inicial del proceso arteriosclerótico responsable de los eventos clínicos y su ocurrencia”.
En cuanto a la enfermedad asmática en particular, la integración del hecho psicológico es reconocida por algunos autores y se realiza un esfuerzo para promover una visión integral de la misma.
Vucovich P. y Vucovich G. (2004, p.125) rescatan su importancia dentro del contexto de un hospital polivalente y su implicancia en la génesis y mantenimiento de la enfermedad como también en su tratamiento. De este modo reconocen a la personalidad del paciente asmático con las siguientes características:
• Sobreadaptación: adecuación exagerada. Adicción a la realidad externa en detrimento a la realidad psíquica
• Autoexigencia:”no reconoce sus límites, ni detecta cansancio, por lo que se excede en tiempo y esfuerzo”
• Hiperreactividad: “posee alto nivel de competitividad, características que se desprenden de los rasgos anteriores y le dan un claro perfil”
Los mismos autores, señalan características psicológicas que enmarcan la “modalidad de afrontamiento de la enfermedad” en aquellos pacientes asmáticos que presentan dificultades en cumplimentar con la medicación indicada, llevando como consecuencia a una agravación de su situación orgánica debido a la falla en la respuesta terapéutica
Modalidades en afrontamiento de la enfermedad
• Aprensivo: “sobredimensionan los síntomas......la pruebas de función respiratoria son cercana a la normalidad. Son “policonsultadores”, por lo tanto mezclan a voluntad distintos fármacos indicados por distintos profesionales, y así su riesgo es el abuso de broncodilatadores y corticoides.Los primeros pueden ser causa de arritmias cardíacas, y los segundos conducir al síndrome de Cushing, expresión mayor de lo efectos adversos de los glucocorticoides. Esta modalidad de afrontamiento corresponde al asma intermitente o persistente leve.
• Negador o con alta disociación: “ subestima la enfermedad, tiene auto percepción desminuida de la disnea. Al negar la enfermedad también niega al tratamiento; esta modalidad corresponde en un alto porcentaje a pacientes que tienen asma moderada o grave”. Continúan diciendo los autores “....Son enfermos de alto riesgo: al desvalarorizar las crisis demorando las urgencias, agravan al deterioro de la función pulmonar, por lo que llegan a las guardias hospitalarias en insuficiencia respiratoria, con riesgo de vida”. “Existe un tercer grupo intermedio, entre ambos extremos: afrontamiento bueno, considerado habitualmente por sus estrategias adaptativas, tales como el análisis lógico y la redefinición cognitiva, a la vez que utilizan en menor medida la descarga emocional, que implica fracasos en el control afectivo y se hipotetiza como desadaptativa. Estos pacientes cumplen los tratamientos, teniendo muy buena evolución y gratificando de esta manera a los profesionales que hemos elegido esta vocación”.
Como se ve en este párrafo, resulta de importancia fundamental para un correcto cumplimiento del tratamiento instaurado, tener en cuenta las características de la personalidad en cuanto a la génesis de la enfermedad, como también las diversas variantes que el paciente presenta en afrontar su enfermedad de acuerdo a su personalidad de base.
Así mismo Gomez Centurión A. y Cagnani J. (2004), plantean la importancia del reconocimiento de lo psicosomático en la enfermedad asmática como punto de inicio para la conformación de grupos de autoayuda como una alternativa de tratamiento dentro del programa de Salud Mental de un hospital de alta complejidad. Al respecto los autores expresan: “El objetivo propuesto tiende al logro de una dimensión “psicosomática” de la afección asmática, promoviendo internamente un esbozo de conciencia de enfermedad en su dimensión más amplia. Cuando hablamos de asma como afección psico-somática, estamos haciendo referencia a trastornos orgánicos en los que los factores psíquicos tienen una incidencia relevante, aunque esta sea desconocida. En un sentido más estricto del término haremos hincapié en los psico somático siempre que hablemos de un cuerpo que “padece y espera algo” que no puede tramitarse psíquicamente”. Posteriormente siguen expresando los mismo autores: “El síntoma, la crisis asmática en este caso, toma el valor de una denuncia masiva de postergación a la que el cuerpo es y ha sido sometido, producto de una disociación mente-cuerpo a la que estos padecimientos apelaron precozmente”. Estos autores analizan los resultados obtenidos en la terapia grupal con pacientes asmáticos, siendo abordados estos desde un ángulo psicosomático, y concluyen diciendo: “A modo de síntesis de lo anteriormente expuesto, queremos destacar que consideramos los grupos de autoayuda interdisciplinarios una alternativa de tratamiento para el paciente psico-somático. Con ello no invalidamos ni restamos importancia cualquiera de las demás alternativas, sean grupales, individuales o familiares, siempre que tiendan a la asociación de los psicosomático disociado; no sólo desde el ámbito de la toma de conciencia en el orden conceptual y técnico de los trabajadores “psi” para el abordaje al paciente, sino también desde el ámbito operacional, asociándonos al cuerpo médico y logrando de esta forma una más amplia red de significación de nuestra tarea, insertos en el ámbito institucional”.
El modelo biomédico imperante ha logrado una explicación satisfactoria de los fenómenos bio-fisiológicos que suceden en el enfermo asmático, pero ha fracasado en dilucidar preguntas que pertenecen más al ámbito del “enfermo” que de la enfermedad:
¿por qué algunos pacientes fracasan ante la medicación instaurada y otros no?
¿porqué algunos pacientes presentan períodos asintomático cuando en teoría se hallan expuestos a las mismas condiciones ambientales que provocaron la génesis de la enfermedad?
¿porqué a largo plazo, en la evolución de la enfermedad asmática crónica, los medicamentos administrados fallan en su eficacia, debiéndose aumentar las dosis hasta alcanzar el equilibrio funcional?
¿existen características psicológicas en los pacientes asmáticos que brinden mayor o menor adherencia al tratamiento?
Es indudable que el modelo biologista no logra responder a todas las inquietudes que surgen de la práctica cotidiana.
Dentro del contexto de las enfermedades psicosomáticas, se realiza un esfuerzo para conjugar las teorías biologistas de las enfermedades dentro de un marco más holístico. En el caso de la enfermedad asmática, la misma es reconocida por algunos autores clásicos como Henri Ey en el ámbito de la psiquiatría como una enfermedad psicosomática y dentro de los síndromes lesionales del aparato respiratorio. El autor citando a Alexander y French expresa (Henri Ey, 2000; p.909): “Desde 1941, Alexander y French describieron el retrato psicológico del asmático, que comienza en la infancia, por el miedo a perder el amor materno. El niño queda prendido en el ciclo de accesos de desesperación y cólera que terminan por constituir una estructura particular de las relaciones entre el niño y su madre. El asma representa una crisis de llanto inhibida (Alexander, 1951; Ziwar, 1956). La inseguridad profunda del carácter aproxima al asmático al neurótico fóbico y a la posición depresiva neurótica”. Continúa Henri Ey citando a F. Alexander, T. M French y Ben Rappaport del siguiente modo: “F. Alexander, T. M French y Ben Rappaport, describieron en 1941 los puntos esenciales de la psicodinamia del asma, de los que la separación de la madre sería el principal; estos autores han sido además los primeros en hablar del “grito reprimido”. Señalan la frecuencia de los trastornos respiratorios del niño futuro asmático; la pubertad reactivaría este primer esbozo y el asma estaría en relación con la pulsión sexual reprimida. Los estudios se multiplican. En la década siguiente en los Estados Unidos, en los Paìses Bajos (Stokvin, 1944), en Italia (Belloni,1955). Numerosos autores señalan las constataciones clínicas que caracterizan al asmático: ansiedad, timidez, retenciones pulsionales sexuales y agresivas, emociones bloqueadas, etc…; cierta rigidez de la personalidad hace que el Yo no pueda regresar y que estalle el asma, como síntoma de angustia y, al mismo tiempo, como recuperación del amor por la emoción desencadenada en los testigos. Marty sostiene la teoría de una relación de objeto específica de la alergia. Mitscherlich considera que no existe ninguna explicación suficiente todavía, pues todas las que hay son poco especificas. Hay que admitir, con numerosos autores, una especificidad de la respuesta para conflictos sin duda poco específicos (F Alexander, Stokvis, Groen)”.
El reconocimiento del componente psicológico del asma, como la comprobación de un perfil de personalidad específica y subyacente, puede cambiar el eje del tratamiento y el abordaje terapéutico de la enfermedad asmática.
Sin embargo en la práctica el enfermo asmático continúa acudiendo en su mayoría a los Servicios de Alergia y de Neumología, los niños asmáticos continúan siendo satisfechos en su demanda por la pediatría clínica y no son utilizados los equipos multidisciplinarios que reconozcan a la enfermedad asmática como una entidad nosológica de origen multifactorial en la realidad cotidiana.
De hecho, explicaciones biologistas desde la óptica de la fisiología clásica, se han enunciado para explicar la relación del fenómeno psíquico como productor o sostenedor del hecho patológico de órgano. De este modo los fisiólogos han demostrado un aumento de los reflejos vagales por factores psicológicos que producen contracción de la musculatura bronquial y broncoespasmo por medio del Sistema Parasimpático provocando crisis asmáticas como lo han señalado Rodríguez López, G. Rodríguez Vásquez J.C ( 1996), haciendo un compendio de estas explicaciones señalan: “ Los fisiólogos han demostrado la mediación de reflejos vagales aumentados en el asma, provocados por estímulos psicológicos y han podido bloquear ataques de asma de esta naturaleza con atropina; ya sabemos que las fibras musculares de los bronquios reciben una doble innervación automática, impulsos vagales que producen contracción e impulsos simpáticos que producen relajación. Así mismo se ha demostrado que la hiperreactividad bronquial puede ser también provocada por estímulos psicológicos, traducidos en el sistema nervioso central, mediante la actividad parasimpático aumentada”. Más adelante estos autores agregan: “las crisis de asma pueden resultar de la influencia de estímulos de origen social o psicológico (sugestión, reactivación de condicionamientos pasados, pensamientos, etc.) sobre el sistema nerviosos parasimpático, que aumenta la hiperreactividad bronquial y provoca una hiperventilación de origen psicológico, asociado a estados emocionales resultantes de la influencia de tales estímulos. La hiperventilación conduce al enfriamiento de las vías aéreas y a su sequedad, así como posiblemente a una mayor entrada de alergenos y elementos irritantes, presentes en el aire, todo lo cual es capaz de producir broncoconstricción en sujetos asmáticos susceptibles, ésta exacerbará a su vez la hiperventilación, entonces se añade un componente fisiológico y se establece un círculo viciosos continuo y la crisis de asma”. Más adelante agregan con respecto a la dimensión psíquica y la enfermedad asmática en relación con la bibliografía pertinente: “Todos estos estudios e investigaciones intentan explicar la inserción de los factores psicológicos en la causa del asma bronquial y como tal hay que estudiarlos en cada caso pues actúan como desencadenantes de la crisis ( rol etiológico), empeoran las crisis ( rol en el curso y evolución de la enfermedad) o resultan de las vivencias negativas asociadas a la enfermedad ( rol pronóstico). También condicionan a la persona enferma del asma, activan cada vez un sistema de miedos irracionales de base objetiva en experiencias traumáticas anteriores y dificultades reales enfrentadas con anterioridad, que van determinando los mecanismos de adaptación del individuo y lo deja paralizado y cada vez más vulnerable. Si estos síntomas inicialmente reactivos y funcionales se estabilizan, las posibilidades del éxito de la intervención psicológica se ven reducida”. Los autores terminan señalando: “El estudio psicológico del asmático para diagnosticar el proceso de enfrentamiento de la enfermedad y poder reeducarlo en el mejor control y adaptación a la misma, cobra especial importancia en el estudio integral y multifactorial de la enfermedad”.
Estos enunciados explicativos, proveerían un marco teórico mediativo entre el fenómeno psíquico y el soma como elementos conjuntivos en la génesis de la enfermedad. Las situaciones de ansiedad y stress parecerían actuar mediante la influencia de estos estados sobre el Sistema Nervioso Autónomo, mediante la sobre actividad del parasimpático o provocando un defecto de la transmisión adrenérgica.
Clásicamente el médico clínico utiliza parámetros clínicos para evaluar la gravedad de la enfermedad crónica, como el grado de obstrucción bronquial, la frecuencia de las crisis en cuanto a su magnitud y frecuencias de presentación. Otras variables como las psicosociales si es que son tenidas en cuenta, no son utilizables en el marco de un tratamiento. Sin embargo estos factores pueden ser imprescindibles en la evolución de la enfermedad asmática en el tiempo.
La ansiedad es una de las dimensiones estudiadas en el contexto de la enfermedad asmática.
Utilizando el cuestionario para ansiedad I.S.R.A (Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad), en pacientes asmáticos se encontraron resultados correlativos con significancia estadística entre asma y ansiedad. El I.S.R.A, es un inventario de tipo respuestas por situación. El total de los ítems de la prueba es de 224, midiendo diversos grados de ansiedad.
Fernández Rodríguez, J. C.; Cano Vindel A.; (2005) han señalado grados de asociación importantes entre asma y ansiedad: “Con las investigaciones realizadas con el I.S.R.A. se demuestra que la ansiedad guarda relación con el asma bronquial. Se demuestras que los pacientes asmáticos no sólo no poseen un grado más elevado de ansiedad general que sus iguales sanos, también se demuestra que poseen un mayor grado de sentimientos de inseguridad y preocupación, mayor activación del sistema nerviosos autónomo, mayor número de conductas motoras fácilmente observables por los demás y un mayor grado de ansiedad relativo a las cuatro áreas situacionales que evalúa este inventario”.
Los mismos autores citan a Pascual (1996), quien observó que aquellos pacientes asmáticos con mayor grado de ansiedad se caracterizaban por:
1.- Mayor necesidad de tratamiento medicamentosos antiasmático, reflejado tanto en la necesidad de mayores dosis de corticoides como días de hospitalización.
2.- Las mayores dosis de corticoides se relacionan con la intensidad de la sintomatología ansiosa, pero no se relacionan con un mayor grado de deterioro de la enfermedad. Esta sintomatología ansiosa puede llevar al médico a una confusión y diagnosticar una gravedad que en realidad no existe.
3.- Mayor tasa de hospitalizaciones que los sujetos con puntuaciones medias de ansiedad.
Los sujetos que puntúan más bajo en ansiedad se caracterizan por:
1.- Minimización de la intensidad de los síntomas aunque los perciban correctamente).
2.- Menor adherencia al tratamiento farmacológico indicado.
3.- Mayor tasas de reingreso en el hospital que los sujetos con puntuación media de ansiedad.
Comprobaciones de que los enfermos asmáticos muestran mayor emoción negativa que los individuos no asmáticos han sido también objeto de estudio. Los autores Leherer PM, Isenberg S, Hochron SM. (1993) realizan una revisión de la literatura sobre el tópico y llegan a la conclusión que los asmáticos poseen una tendencia a evidenciar un alto nivel de emociones negativas relacionadas con momentos de exacerbación y agudización de su sintomatología en períodos de sobrecarga emocional. Se hipotetiza que los mediadores relacionados entre asma y emociones incluyen la hiperreactividad vagal y alfa-simpáticas. Los autores en este modelo incluyen el tratamiento psicológico para el asma.
Isenberg S, Leherer PM (1992), señalan que la revisión de la literatura acerca de estas interrelaciones indica una relación entre asma, sugestión y emoción, proponiendo la hipótesis que estos efectos están mediados parasimpáticamente. La literatura revisada puntualiza que entre los asmáticos, la sugestión produce boncoconstricción y broncodilatación, y que situaciones de stress puede producir broncoconstricción.
Vazquez MI,Buceta JM,(1995) desarrollan una teoría teniendo en cuenta la mediación vagal de los efectos psicológicos sobre las vías áreas respiratorias. Bajo esta óptica las emociones negativas podrían ser un factor generatriz de la enfermedad o ser el resultado de la enfermedad. A este respecto algunas líneas de pensamiento abogan fuertemente por la teoría “psicomantenimiento psicológico” aduciendo que en realidad los factores biopsicosociales contribuyen francamente al mantenimiento y agravación de la enfermedad asmática.
Desde la Psicoinmunoneuroendocrinología (PINE), algunos autores postulan la interacción del sistema nervioso autónomo, el endocrino y el sistema inmunitario, mediado por el eje sistema hipotálamo-hipófisis-adrenal en las respuestas neuroinmunes. A través de este, las emociones influenciarían en la génesis del asma, y bajo este mecanismo la importancia de las emociones y los aspectos psicológicos serían fuertes intervinientes en la génesis del episodio asmático (Miller BD.2002). Al respecto Miller dice: “Las consideraciones más importantes en el tratamiento de niño o adulto asmático es ser consciente de las situaciones y eventos de vida estresantes, la calidad de las relaciones familiares, y la situación emocional individual del paciente. En el tratamiento de estos pacientes, es importante estar preparado para coordinar las intervenciones biológicas, psicológicas y familiares cuando estén indicadas y colaborar con conocimiento y respeto con el médico tratante...”.
Fernández Rodríguez JC (1998) en su Tesis Doctoral, realizó un estudio de diferencias en la personalidad en pacientes asmáticos comparado con NO asmáticos. Utilizó para ello a los siguientes cuestionarios como instrumento: el Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad (I. S. R. A.); Inventario de Expresión de ira estado/rasgo (S.T.A.X.I.) y el Cuestionario Tridimensional para la Depresión (C.T.D.). El autor encontró que los asmáticos presentan puntuaciones mayores que los sujetos normales en la escala cognitiva, “estas puntuaciones reflejan en los asmáticos una mayor presencia de pensamientos y sentimientos de inseguridad, miedo, preocupación, etc. Es decir los asmáticos presentan rumiaciones de tipo cognitivo que le llevan a un estado de alerta y tensión con mayor frecuencia que el sujeto que forma parte del grupo control...” Así también los asmáticos presentaron conductas motoras fácilmente observables como respuestas de escape o evitación tales como fumar, beber o comer en exceso. Comparando con los No asmáticos, los Asmáticos presentaron puntuaciones significativas en poseer mayor propensión o disposición para sentir estados de ira sin provocación específica y mayor tendencia a expresar ira con mayor frecuencia que los individuos No asmáticos. Utlizando el C.T.D., los asmáticos evidenciaron puntuaciones altas con respecto a los NO asmáticos, en presentar mayor número de pensamientos depresivos.
Se ha estudiado la influencia del estrés en el asma. La PINE posee actualmente el bagaje de conocimientos para dar respuestas satisfactorias a los mecanismos que se encuentran relacionados con las emociones y el soma.
Wright RJ (2005), establece que el estrés psicológico provoca activación del eje hipotálamo-pituitario-adrenocortical (HPA) y del sistema simpático adrenomedular, con aumento de la producción de cortisol y catecolamina, siendo este desequilibrio crucial para la enfermedad. Así mismo, se da una explicación a la resistencia al tratamiento con corticoides que se observa en algunos pacientes, esto se debería a que el estrés crónico provoca una activación del eje HPA, lo que induciría una regulación en menos de los receptores a los glucocorticoides, generando de este modo una resistencia funcional a los mismos.
En esta misma línea de pensamiento se encuentran los autores Priftis KN.,Papadimitriou A., Nicolaidou P. y Chrousos GP (2009), quienes en un trabajo de revisión, se expresan de la siguiente manera:“ El sistema de estrés coordina las respuestas adaptativas del organismo a estresores de cualquier tipo. Una respuesta inapropiada podría dar lugar a un incremento de las susceptibilidad a varios desórdenes, incluyendo el asma”; el eje HPA estaría imbricado en este proceso.
En un estudio de investigación experimental llevado a cabo en pacientes asmáticos y sujetos sanos, Ritz T., Stepide A., DeWilde S., Costa M. (2000), pusieron en evidencia que las emociones y el estrés incrementan la resistencia respiratoria en pacientes asmáticos.
En un estudio prospectivo llevado a cabo durante 18 meses en en 90 niños con edades comprendidas entre los 6 a 13 años de edad; Sandberg S.,Paton JY., Ahola S., McCann DC., McGuinness D., Hillary CR. Oja H.(2000), demostraron que la presencia de estresores crónicos y eventos adversos vitales (muerte, separación de padres, pérdida del sentido de seguridad), incrementan el riesgo de ataques de asma en niños.
Perpiñá Tordera M (2004) en un artículo de revisión y en base a diversos autores seleccionados señala: “Ahora sabemos que los sujetos que han experimentado episodios de asma casi fatal presentan tasas elevadas de ansiedad y pánico, y algo similar ocurre también entre los pacientes con asma lábil tipo I. Así mismo, se han podido comprobar los siguientes aspectos: a) la presencia de ansiedad altera la capacidad para detectar cambios en el grado de obstrucción de la vía respiratoria, b) la ansiedad y la depresión son variables independientes predictoras de los reingresos y de la duración de la estancia hospitalaria tras la agudización, y c) la morbilidad psiquiátrica dificulta el cumplimiento terapéutico”.
Teniendo en cuenta la relación de las emociones y los síntomas mentales en general con la enfermedad asmática, se realizan esfuerzos para un abordaje terapéutico del enfermo asmático poniendo énfasis en las dimensiones de la personalidad del paciente, como un intento de romper con estructuras que circunscriben al enfermo asmático como un paciente aquejado sólo de sus “pulmones”.
Benedito MC, Botella C y Alonso J (1996) estudiaron la influencia de tres procedimientos terapéuticos sobre las dimensiones de la personalidad del niño asmático: relajación, desensibilización sistémica como técnica de autocontrol e inoculación de estrés. Se estudiaron 39 pacientes asmáticos antes y después de las intervenciones psicológicas. Se analizaron las dimensiones ansiedad, neuroticismo, rigidez, extroversión, motivación y locus de control. El análisis estadístico reveló significancias estadísticas en algunas de las dimensiones de la personalidad consideradas antes y después de las intervenciones.
Se han realizado estudios sobre muestras poblacionales numerosas (Houvinen E., Kaprio J., Koskenvuo M., 2001) y analizado la prevalencia de la enfermedad asmática en estudios prospectivos. Si bien no se encontraron rasgos de personalidad distintivos de importancia en la prevalencia y comienzo en el adulto de la enfermedad asmática, pero se distinguieron estadísticamente diferencias entre rasgos de personalidad como neuroticismo y extroversión en mujeres, y la aparición de enfermedad asmática, así como también una disminución de las satisfacciones vitales.
Aproximadamente el 80% de los asmáticos son alérgicos y entre los desencadenantes de la crisis asmática se hallan un sinnúmero de alergenos. Al respecto es interesante citar el trabajo de Retamales R. (1998) sobre una muestra de 56 enfermos alérgicos, encontrando dimensiones de personalidad característicos. Se utilizaron pruebas de personalidad como el Cuestionario EPI de Eysenck, Cuestionario de Ansiedad de Spielberg y Test Arquetípico de Nueve elementos. La autora distinguió un alto nivel de estabilidad emocional de tipo neurótico, hipersensibilidad emocional, y ansiedad, así como una leve tendencia a la depresión. También se puso de manifiesto un “déficit de la capacidad de simbolización que tiene como consecuencia la dificultad para la expresión verbal de los sentimientos (alexitimia)”.
La alexitimia es un rasgo caracterizado por la dificultad en percibir y expresar las emociones y las sensaciones corporales. La falla en percibir disnea puede conducir a los pacientes alexitímicos a subestimar la severidad de una exacerbación asmática y por lo tanto incrementar el riesgo en desarrollar un caso “casi fatal de asma” (“near fatal asthma” en su expresión inglesa), es decir casos en que el paciente se encuentre en peligro de vida por su crisis asmática. Serrano J., Plaza V., Sureda B., de Pablo J., Picado C., Bardagi S., Lamela J., Sanchis J. (2006), estudiaron 179 pacientes que habían presentado un episodio de asma “casi fatal”, se utilizaron 40 pacientes asmáticos que no habían presentado este episodio como grupo control. El grupo de pacientes con episodio de asma “casi fatal” presentó un porcentaje mayor de síntomas de alexitimia, en comparación con el grupo control.
A pesar del caudal de argumentaciones teóricas para englobar al asma como una enfermedad psicosomática y/o de vincularla con desórdenes emocionales y psicológicos, son pocos los enfermos que son tratados desde una óptica integral. El paradigma hegemónico biomédico biologista y reduccionista imperante, evita que los pacientes puedan ser evaluados no sólo desde el punto de vista de su enfermedad somática en cuanto a su gravedad de acuerdo a la intensidad y frecuencias de las crisis, sino también ser inscriptos en una valoración de su personalidad y variables emocionales.
El paradigma hegemónico médico está basado en la enfermedad sin tener en cuenta las capacidades psicológicas del individuo enfermo para recuperar la salud. El modelo imperante sólo hace referencia al tratamiento médico farmacológico.
El campo de la investigación médica ha prestado y focalizado su atención en la capacidad de la noxa externa para provocar enfermedad. Este punto de vista centralizado sólo en lo externo está sesgado. Una prevención centrada sólo en evitar la noxa es rudimentaria en su expresión, puesto que quizás la noxa será un elemento que lo acompañe toda la vida.
El comportamiento humano ante la enfermedad
El estudio de la personalidad del paciente es de valor para la comprensión y resolución de situaciones que tienen relación con el aparato psíquico y la enfermedad orgánica.
Ante situaciones de estrés el individuo desarrolla estrategias de afrontamiento (“coping” en inglés), en las cuales los rasgos de personalidad tendrían un vínculo significativo. Las estrategias de afrontamiento deben ser consideradas como “aquellos esfuerzos cognitivos y conductuales que emplea el sujeto para controlar, reducir o eliminar la experiencia del estrés” (Rodríguez Campuzano ML.; Frías Martínez L.2005)
Estas estrategias y teniendo en cuenta diversos autores son según Rodríguez Campuzano ML.; Frías Martínez L.:
Confrontación: acciones dirigidas a la situación
Distanciamiento: olvidar, comportarse como si nada hubiera ocurrido
Autocontrol: guardar los problemas para sí mismo
Búsqueda de apoyo social: pedir consejo, exponer el problema a un amigo, etcétera.
Aceptación de la responsabilidad: disculparse, criticarse a sí mismo, etcétera.
Huída-evitación: beber, fumar
Planificación de solución del problema: establecer un plan de acción y seguirlo.
Reevaluación positiva: utilización de frases como “la experiencia enseña”, “hay gente buena”, etcétera.
Hacerse ilusiones: soñar, imaginar otras situaciones, desear poder cambiar lo que está ocurriendo.
Autoculpa: criticarse a sí mismo.
Así mismo según Rodríguez Campuzano ML.; Frías Martinez L., las personas optimistas poseen mejor resolución de las situaciones estresantes que los pesimistas, estos últimos ven al mundo fuera de control, mientras que el optimista considera que sus anhelos están a su alcance y se orienta más hacia el futuro, es más resistente al estrés porque no evita las situaciones sino que las enfrenta.
Trabajando con estas cualidades y teniendo en cuenta la personalidad del individuo se podría disminuir el grado de estrés y por ende atenuar la influencia de éste sobre la enfermedad asmática.
La manera de cómo se enferma el individuo y como reacciona el sujeto a la enfermedad constituye una forma de comportarse ante un hecho en el cual las personas reaccionan teniendo en cuenta su personalidad y su bagaje sociocultural.
El conocimiento de los rasgos de personalidad del paciente nos permitiría evaluar con mayor proximidad su manera de enfermar y sus posibilidades de sobrellevar o curarse su enfermedad. Es decir podríamos predecir su “Conducta de enfermedad”. Este término fue acuñado por Mechanic en 1962 para designar “las peculiaridades individuales de las respuestas ante la situación de enfermedad que mediadas por diferencias en su percepción y evaluación, estarían condicionadas por factores sociales como por las características personales del enfermo”, según la definición expresada por Nieto Munuera J.; Abad Mateo MA.; Torres Ortuño A. (1998).
Estos mismos autores sostienen que el constructo “Conducta de enfermedad” está conformado por múltiples variables que determinan el comportamiento de las personas ante la enfermedad y la salud. En un primer grupo se ubican la variable psicosocial, donde se encuentran las creencias sobre la enfermedad que mantiene el sujeto, su significado, como también “el proceso mental que supone la representación mental de la enfermedad y el afrontamiento a la misma”. En otro grupo se incluyen las variables social y cultural, “en donde los acontecimientos vitales y el apoyo social han demostrado fehacientemente su importancia”. Otra variable de importancia lo constituye la relación profesional médico-paciente, la cual es considerada como “mediadora y iatrogénica” según las circunstancias.
Posteriormente de la elaboración del constructo “Conducta de enfermedad”, se estableció un nuevo concepto: el de “Conducta Anormal de Enfermedad” en el cual se hacía también hincapié en los rasgos de la personalidad. Galán Rodríguez A.; Perez San Gregorio MA., Blanco Picabia A. (2001) citan a Pilowsky quien fue el que acuñó el término y quien definió la Conducta Anormal de enfermedad en los siguientes términos: “Es la persistencia de un modo inapropiado o desadaptativo de percibir, evaluar y actuar en relación al estado de salud de una persona, a pesar de que el médico ( u otros agentes sociales adecuados) hayan ofrecido una explicación racionalmente lúcida de la naturaleza de la enfermedad y del curso apropiado del tratamiento que debe ser seguido, con oportunidades para la discusión, negociación y clarificación con el paciente, basándose para ello en la evaluación de todos los parámetros de funcionamiento del sujeto ( biológico, psicológico y social) y teniendo en cuenta la edad, y el bagajejjeducacional y sociocultural del individuo”.
Estos modos “inapropiados” de reaccionar frente a la enfermedad se pondrían en evidencia através de un instrumento psicométrico que Pilowsky diseñó y puso en práctica denominado:“Illnes Behavior Questionaire”(IBQ). Galan Rodríguez A.; Blanco Picabia A.; Perez San Gregorio MA (2000) enumeran los elementos que pone en evidencia este cuestionario:
Hipocondría general: es un factor de conducta anormal de enfermedad, los que puntuarían alto en esa escala son aquellos sujetos con una actitud hacia la enfermedad llena de temor, con cierta conciencia de su naturaleza excesiva.
Convicción de enfermedad: refleja una creencia firme en la presencia de una alteración somática y un rechazo al intento de tranquilización por parte de los profesionales sanitarios.
Percepción psicológica versus somática de la enfermedad: una puntuación alta en este factor indica que el paciente está dispuestos a aceptar la influencia de factores psicológicos, mientras que puntuaciones bajas indican lo contrario.
Inhibición afectiva: mide las dificultades para expresar los sentimientos
Perturbación afectiva: evalúa la percepción de los sujetos sobre los síntomas afectivos originados por la enfermedad (ansiedad, depresión, tensión).
Negación: recoge la tendencia a negar existencia de problemas vitales aparte de la enfermedad, atribuyendo todas las dificultades a sus problemas de salud (y por tanto, considerando que si estuviera sano, no tendría ninguna dificultad).
Irritabilidad: dimensión que informa de sentimientos de enfado e irritabilidad, especialmente en contextos interpersonales.
Las dimensiones que evidencian conductas anormales ante la enfermedad asmática, fueron estudiadas por Campbell DA.; Yellowless PM.;McLennan G.;Coates JR.; Frith PA.; Gluyas PA.; Latimer KM.; Luke AJ.;Ruffin RE. (1995). Estos autores utilizaron el IBQ en 77 pacientes asmáticos que habían sufrido un ataque de “near fatal asthma”, es decir un ataque de asma en la cual había peligrado la vida. Se obtuvieron cifras importantes, el 57 % de los pacientes obtuvieron puntaje de más de tres puntos en una escala de 5 puntos en la dimensión de negación, como conducta inapropiada.
Las condiciones en que los pacientes se comporten ante la enfermedad de acuerdo a los constructos enunciados anteriormente, dependerán tanto del carácter y temperamento del individuo, como de sus rasgos de personalidad.
La vertiente psicoanalítica
Dentro de la corriente psicoanalítica, mucho se ha escrito para dar un marco explicativo y teórico a las vinculaciones de la fenomenología psíquica con la representación somática de la enfermedad.
Desde el ámbito de lo fisiológico se debe tener en cuenta que lo que falla en el asmático es el libre flujo del aire, y su principal componente el oxigeno, desde el interior del cuerpo al exterior y viceversa. Comenzamos nuestras vidas inspirando aire, nuestro primer acto en este mundo es un acto de independencia que llena nuestros pulmones y nos independiza de nuestra madre. Cuando nos vamos de este mundo nuestro último acto de vida es la última ola de aire con la cual nos liberamos de nuestro cuerpo. Entre dos actos respiratorios transcurre nuestra vida. Desde esta trascendencia del acto de respirar es que muchas palabras relacionadas con este simple acto, han llenado nuestro espacio cotidiano, tanto desde lo etimológico como desde lo simbólico, y desde donde las palabras alcanzan un significado distinto.
El aire o “pneuma” es traducido como “soplo”. Recordemos las palabras del Génesis bíblico cristiano “soplo divino” primigenio creador de las cosas visibles.
La palabra “psiquis” deriva del radical griego psykho- (alma), que a su vez proviene de psykhé (soplo de vida, aliento).
En castellano existen una serie de palabras que provienen de la raíz latina “spirare” que significa “respirar” y “soplar”, tales como: espíritu, inspirar, aspirar, espirar, expirar, suspirar, transpirar.
Otra raíz etimológica importante lo constituye la palabra “anhelare” que significa “respirar con dificultad”, de donde deriva palabras como aliento, alentar, anhelar.
Es de interés rescatar que estos términos abarcan procesos inconscientes que tienen una valoración distinta que su connotación literal.
Etimológicamente “inspirar” proviene del latín “spirare”, que significa “soplar hacia adentro”, “infundir ideas”.
De este modo la palabra inspiración no sólo designa al acto fisiológico de respirar, sino que posee también una connotación representativa simbólica de un acto creativo. Como dice Chiozza (1997, p. 57): “Resulta significativo que la palabra inspiración designe una parte del proceso respiratorio, la inhalación del aire, y también el “efecto de sentir del escritor, el orador, o el artista, aquel singular y eficaz estímulo que le hace producir espontáneamente, como si lo que produce fuera una cosa hallada de pronto y no una búsqueda con esfuerzo”.
De la misma manera, la palabra “aspirar”, posee la representatividad simbólica no sólo con el acto relacionado a la función respiratoria, sino también está relacionado con el deseo, la motivación y el anhelo en lograr un objetivo o un propósito determinado.
De la misma forma que el “desaliento” se interpreta como una “falta de aliento”, expresa de una manera u otra, la pérdida del deseo de sobrellevar una carga o la escasez de motivación para lograr un propósito. Al respecto dice Chiozza ( p. 63): “Otra forma de desaliento, que pone el acento en la aceleración del ritmo respiratorio, puede expresarse o simbolizarse mediante la respiración disneica anhelante. Anhelar “significa respirar con dificultad” (es decir disnea) y, también, “tener ansia o deseo vehemente de conseguir alguna cosa (Diccionario Real Academia española). Aquí también la coexistencia de ambos significados en una palabra nos remite a un mismo núcleo inconsciente. Si aceptamos que el anhelo lleva implícita una esperanza, y que la esperanza corresponde a la idealización defensiva de una espera que ha perdido la confianza en que se producirá el hecho deseado (desesperación), encontramos otro motivo para sostener que el anhelo encubre el desaliento”.
La palabra “desaire”, falta de aire, implica una connotación de desprecio. Lo mismo que la expresión “darse aires”, revela una situación de orgullo u pretensiones personales desmedidas.
De lo expresado se deduce las implicaciones, que desde el ámbito de lo simbólico provoca en los contenidos de la explicación psicoanalítica del fenómeno de la enfermedad asmática como enfermedad psicosomática.
Con respecto al paciente asmático, dice Chiozza : que existe “como rasgo caracterológico en los pacientes asmáticos, una terquedad vengativa”;y citando a Weizsaecker (pág. 67) explicita que esta terquedad surge frente al miedo a la “pérdida de la seguridad”. Continúa citando a Weiszaecker (pág. 67) diciendo: “el ataque asmático es una especie de llanto que tiene lugar en los pulmones, como expresión de miedo, terquedad y de aquella amenaza de enfermedad y muerte”.
Con respecto a la problemática del nacimiento y el paciente asmático, Chiozza cita a Racker expresando: “el nacimiento marca el momento de la primera función puesto que rompe la identidad entre sujeto y objeto; desde entonces el objeto y lo malo quedarán equiparados. En varios pacientes asmáticos encontró que se inhibían para amar porque lo vivían como desprendimiento de libido del yo, equivalente a la muerte. Estos pacientes experimentan el peligro de ser absorbidos (amados, comidos, matados) por la madre-Moloc, y ante ese peligro se tienen que defender”.
Según Chiozza, en los pacientes asmáticos lo que está alterado es la relación objetal y el vínculo materno es lo que se encuentra perturbada
Desde esta perspectiva, existe un conflicto entre “incorporar (amar, estar unido) y no incorporar (evitar lo malo y la muerte) a la madre”. De este modo se establece una lucha entre la madre que quiere entrar por las vías respiratorias y el propio paciente. La defensa consiste en cerrar los bronquios. Otra defensa lo constituye en incorporar al objeto, instalando un conflicto entre “retener y expulsar a la madre”. Sigue Chiozza diciendo (pág 68): “El enfermo introyectó al objeto y éste lo ataca, lo mata desde adentro. En este sentido, el asma sería una conversión somática de un delirio de ahogamiento.
Con respecto a la relación objetal materna y el proceso de nacimiento, Chiozza expresa (pág. 68): “En los asmáticos la madre es equiparada al aire. Tanto la inspiración como la espiración son mortales y el enfermo se ahoga, muere en este conflicto. Ahogarse equivale a la falta de aire y haber perdido a la madre. La contradicción entre la independencia y la pasividad se comprende en un plano más profundo: el del nacimiento. Nacer es separarse de la madre y morir. Pero nacer es también vivir. No nacer es también la muerte, pero es estar unido a la madre y, por lo tanto, vivir. Es esto lo que elige finalmente el asmático”.
Citando a O. Fenichel, Chiozza ( 68) dice con respecto a la crisis asmática y su relación con la madre: “El ataque asmático es, ante todo, un equivalente de angustia; ésta es percibida como un temor de asfixia, es un pedido de ayuda dirigido a la madre, a quien el paciente trata de introyectar por la respiración para estar permanentemente protegido”.
Knapp PH; Mushatt C; Nemetz J. (1966) elaboran interesantes implicancias psicoanalíticas en relación con el asma. Sus conclusiones están basadas en el caso de un hombre de 33 años de edad afectado de asma bronquial desde los siete años con algunos períodos de reversión y en trabajo psicoanalítico por 8 años. El paciente fallece en forma repentina el mismo día en que se aprestaba a reanudar su terapia, que había interrumpido durante las vacaciones de verano. Los autores analizan el trabajo realizado en consulta y elaboran conclusiones en esos 8 años.
Los autores hacen mención en que sus conclusiones están basadas en un trabajo de 10 años y habiendo estudiado a 100 pacientes asmáticos en consulta: “Los hallazgos obtenidos de ellos han contribuido a nuestras conclusiones, las cuales no están basadas únicamente a este solo paciente presentado aquí, él ilustra de una manera dramática y quizás exagerada las impresiones derivadas de esta experiencia sustancial”. A este respecto los autores sostienen. “este hombre en la superficie poseía amigos que lo admiraban, una familia afectuosa. Aún todavía, interactuaba exitosamente con mucha gente en su medio inmediato…..Sus sorprendentes deseos infantiles, que raramente reconocía, lo condujeron desde satisfacciones confortables en el presente, a sus secretas perversiones y nostalgias por el pasado. Poseía una infantil cordialidad, pero era tan infantil, que permanecía aislado. Hemos discutido la posibilidad que esta falencia en la personalidad, interactuando con predisposiciones biológicas, puede tipificar al asmático como así también a otras de las denominadas enfermedades psicosomáticas, particularmente en sus formas más severas”.
Teniendo en cuenta a la enfermedad asmática como mecanismo compensatorio de otros disturbios a nivel emocional y psicológico, desde el punto psicoanalítico los autores expresan: “A través de esta superficie de pasividad y dependencia, el asma dentro de la estructura presente psicológica (dejando de lado por ahora su fisiopatología), representaba para este hombre una solución por la cual él comunicaba su desesperado llamado, rechazando los impulsos destructivos asociados”.
Los autores, tomando el caso individual como ejemplo, analizan las similitudes que los pacientes asmáticos poseen desde el punto de vista psicoanalítico de acuerdo a su perspectiva: “Aquí deseamos puntualizar los variados aspectos de esta persona, la cual presenta similitudes tanto con otros pacientes asmáticos como con otros severamente afectados pacientes psicosomáticos. Estos aspectos son. 1- ) su pasiva y dependiente personalidad de manifestaciones externas; 2- ) el entramado entre lo psíquico y lo somático en los arcaicos elementos de su personalidad, 3) los disturbios emocionales que le permitían un alivio parcial, y 4- ) lo extremo de la tenacidad e indisolubilidad de sus conflictos”.
Finalmente los autores señalan en forma resumida las principales características psicológicas del paciente y su relación materna con el siguiente enunciado. “Su manifiesta indefensión y actitudes de dependencia, observadas también en otros pacientes asmáticos, estaban acompañadas por secretos deseos de excitación erótica y por explosivos impulsos hacia la violencia, a menudo sobreviniendo junto con un ataque de asma. Sus observaciones en su última sesión psicoanalítica fueron acerca de un asesino, que fue detectado mediante el análisis de sus pinturas acerca de una hermosa mujer (Imágenes que fueron vistas en un programa de televisión). Estas asociaciones sugieren una tentativa en resolver el intolerable conflicto de la pérdida mediante el mantenimiento de una imagen idealizada de su madre, un esfuerzo arriesgado por ocultos impulsos destructivos”.
No es propósito analizar el extenso y bien documentado trabajo de Knapp PH., Mushatt C., y Nemetz J., sino ilustrar los esfuerzos de la corriente psicoanalítica por dar un marco teórico a través de casos individuales, y que sin embargo posee una fuerte validación universal, para dar una explicación al fenómeno de la enfermedad asmática a pesar de los 40 años transcurridos desde su publicación. El paciente recibió tratamiento psicoanalítico por 8 años, sus sesiones fueron grabadas y analizadas por tres psicoanalistas. Las conclusiones que arribaron de sus asociaciones, fueron confrontadas con las experiencias obtenidas a través del análisis de 100 pacientes asmáticos sometidos a terapia.
Winnicott (1993) también abordó explícitamente la problemática del asma diciendo: “....para comprender plenamente el asma por obra de un factor externo adverso poderoso es necesario comprender el impacto que tiene sobre el niño el inconsciente reprimido que subyace en la compulsión de la madre a incurrir en un quehacer materno exagerado”.
Mas adelante agrega con respecto a la posición depresiva: “...Mucha más luz arroja sobre el significado del asma para el niño un tratamiento que tome en cuenta ese momento especial del desarrollo de la relación entre el niño y la madre que ha sido denominado la posición depresiva en el desarrollo emocional”. ( Winnicott, p.222)
Es interesante destacar la postura de reconocimiento de Winnicott con respecto a que traumas psíquicos alojados en el inconsciente que provendrían del momento del nacimiento y el parto, podrían estar relacionados con la enfermedad asmática: “Hay una mayor aproximación a la verdadera naturaleza del asma, aunque debe admitirse que mucho es lo que se está por comprender. El estado infantil trae consigo una revivencia de los problemas respiratorios asociados con los momentos posteriores al parto y con el propio proceso de nacimiento”. (p.223).
Winnicott como psicoanalista, tuvo una importante argumentación psicosomática en la génesis de las enfermedades (p.47): “El cuerpo de un niño puede soportar grandes tensiones, pero exactamente estas mismas tensiones, si continúan en la vida adulta, pueden desembocar a la postre en estados físicos irreversibles, como una hipertensión benigna, una úlcera de la mucosa de una parte del tracto digestivo, hipertiroidismo, etc.”.
La resiliencia en el paciente asmático
La enfermedad y la salud es un fenómeno humano. Bien dice Bleger (2003,p.73): “....todas las ciencias no son sino fragmentos de una sola realidad, única y total; todos los fenómenos se relacionan entre sí y se condicionan recíprocamente...”, “...No queda ninguna duda de que todos los fenómenos que estudiamos en psicología pueden y deben ser estudiados por la biología, pero esto último no implica la negación de la psicología, porque cada nivel de integración contiene el anterior, pero lo supera, de tal manera que aparecen cualidades y fenómenos nuevos que no existían en el nivel anterior”.
Son estas cualidades psicológicas que hacen que las personas ante la misma noxa o ante la misma enfermedad reaccionen de diferente manera y que individualizan al proceso de enfermedad en un enfermo. El concepto de “resiliencia” se encuadra dentro de esta orientación integradora mente/cuerpo.
La palabra resiliencia proviene de la física y designa la capacidad de resistencia elástica de algunos materiales al ser sometidos a los agentes físicos como el calor y constituye una cualidad para recuperar la forma inicial y soportar los golpes. Desde un punto de vista psicológico puede ser definida “como la capacidad del individuo a resistir ante un hecho amenazante mediante un proceso dinámico de adaptación positiva”.
Los sujetos resilientes tendrían algunas características comunes:
• Autoestima
• Exoestima
• Autoconfianza
• Introspección
• Independencia
• Sentido del humor
• Creatividad
• Curiosidad
• Aptitudes resolutivas
• Aptitudes sociales
• Moralidad
• Compromiso
• Flexibilidad
• Optimismo
Algunos autores propugnan que la aplicación de técnicas que fomenten el desarrollo de estas cualidades resilientes en el enfermo asmático, lo ayudarían a afrontar con mayor éxito su enfermedad asmática.
Al respecto es de valor mencionar el trabajo realizado por Zabalo D. en la Fundación PROSSA durante el Programa “Asma y Deporte” y que se halla bien documentado en su libro “Saquemos el león de la Burbuja” (Ed. Lumen.2000). En el mencionado Programa se aplicaron técnicas de aumento de la resiliencia en pacientes asmáticos propugnado el desarrollo de los siguientes parámetros:
-Optimismos y Esperanza aprendida: mediante la aplicación del criterio de curación del asma basada en el objetivo terapéutico.
-Locus de control interno: dándole elementos para el manejo de la crisis al propio paciente.
-Autoconfianza: evidenciar los cambios en el calibre bronquial que se producen luego de realizar los ejercicios respiratorios
-Sentido del humor: desdramatización del asma, fomentado mediante los juegos y el deporte, en especial la natación.
-Creatividad: desarrollar la capacidad fantasmática, reducida en estos pacientes, mediante los talleres de escritura, plástica y cine.
-Estilos de afrontamiento: fomentando las conductas desafiantes en lugar de las conductas de evitación.
-Cambios atribucionales: trabajo sobre el concepto de transitoriedad de la enfermedad, percepción de la crisis ajustada a parámetros objetivos mediante PEF.
-Exoestima: el trabajo en grupo de iguales y el desarrollo de la solidaridad genera un Valor Personal Social elevado
-Relaciones interpersonales: en los grupos de autoayuda aprenden a socializar y a mantener fluidas relaciones interpersonales.
-Autoestima: luego del trabajo en distintos talleres y viendo resultados en la remisión progresiva del asma en la mayoría de los casos, los pacientes dejan de ser pacientes y se sienten valiosos y merecedores de atención por sí mismo y no por su enfermedad asmática (“beneficio secundario del síntoma”)
Un cambio de paradigma
De lo que se trata entonces es de resolver la transición de un paradigma biologista y reduccionista, hacia la interpretación de la enfermedad en que los factores psíquicos y emocionales jueguen un rol terapéutico, no admitiendo solo a la farmacología clásica como la única responsable del bienestar de los enfermos.
Este cambio paradigmático no será un período de transición suave, sino por el contrario es un enfrentamiento entre los que defienden ambas posturas, en las cuales las crisis epistemológicas de lo que es la enfermedad y lo que representa un enfermo, buscan posicionarse.
T. S. Khun (1995, p. 245) abordó de manera clara lo que significan los cambios de paradigmas: “Pero para que un paradigma pueda triunfar deberá ganar algunos primeros adeptos, hombres que lo desarrollen hasta el punto de que puedan producirse y multiplicarse argumentos tenaces.”.... “Entonces más científicos se convertirán y continuarán la exploración del nuevo paradigma. Gradualmente, el número de experimentos, instrumentos, artículos y libros basados en el paradigma se multiplicarán. Otros hombres más, convencidos de la utilidad de la nueva visión, adoptarán el nuevo método para practicar la ciencia normal, hasta que finalmente, solo existan unos cuantos que continúen oponiéndole resistencia.”
El presente trabajo tiene como anhelo ser un punto más, en la imbricada malla de nuevas evidencias que sostengan el nuevo paradigma de una medicina más integral y multidisciplinaria.
Este cambio de paradigma en lo que a la enfermedad asmática se refiere en particular podrá traer consecuencias favorables para el tratamiento del enfermo, en donde la opción farmacológica clásica no sea la única herramienta a utilizar por el terapeuta. El enfermo asmático no pertenecerá en forma aislada al neumonólogo o médico clínico tratante, sino que será el eje de una unidad de salud conformado por clínicos y miembros del equipo de salud mental. Las opciones a tener en cuenta podrán ser variadas, al mantenerse el enfermo dentro de un concepto terapéutico más holístico e integral.
Este enfoque integrador que individualiza al sujeto podrá tener importantes consecuencias prácticas en el tratamiento de la enfermedad a saber:
Práctica de técnicas de relajación según las necesidades y rasgos de la personalidad del paciente
Abordaje sistémico, en donde los síntomas asmáticos sean tenidos en cuenta como un emergente de situaciones conflictivas a nivel familiar.
Contención psicológica mediante técnicas grupales.
Adaptación según la personalidad del individuo de técnicas de desarrollo artístico como la danza, o la pintura con fines terapéuticos.
Técnicas de afrontamiento con el fin de aumentar la resiliencia individual ante la enfermedad
Individualizar causas psíquicas a la falta de adherencia al tratamiento farmacológico
Preveer las causas relacionadas con motivaciones psicológicas que provocan la falta de adhesión al tratamiento
Habiendo reconocido la importancia del fenómeno psíquico en la génesis y mantenimiento de las enfermedades en general y de la enfermedad asmática en particular es dable preguntarse si en este contexto la personalidad y los rasgos individuales psicológicos inherentes a ésta, de acuerdo al abordaje teórico de cada una de ellas, pudieran representar un factor incuestionable en el momento de elaborar un diagnóstico y tratamiento integral del paciente asmático.
En este sentido, la estructura psíquica de la personalidad de un sujeto como variable psicológica de importancia en su manera de reaccionar al medio y a la enfermedad (resiliencia), aportaría un elemento de importancia en el tratamiento del paciente asmático.
El reconocimiento de la estructura del psiquismo en una determinada personalidad como factor psicológico de valor en el diagnóstico de la enfermedad asmática, conllevaría adscribir al concepto de que cada individuo “hace su propia” enfermedad de acuerdo a sus condiciones biológicas y “anímicas”.
Los rasgos caracterológicos del psiquismo de un individuo serían los factores individualizantes de la enfermedad y moldearían la actividad del sustrato biológico en la génesis y evolución de la enfermedad y podrían constituirse en variables predictoras de la misma.
Planteamiento del problema. Objetivos generales y específicos
PROBLEMA
¿Existen diferencias en las variables psicológicas que conforman la personalidad entre individuos asmáticos y no asmáticos?
OBJETIVOS GENERALES
Describir las variables psicológicas involucradas en la enfermedad asmática
Describir los rasgos de personalidad relacionados con el paciente asmático
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Identificar la existencia de estructuras y rasgos de personalidad en el enfermo asmático.
Comparar los rasgos de personalidad entre los individuos asmáticos y no-asmáticos
Identificar y analizar las diferencias de rasgos de personalidad entre asmáticos y no-asmáticos.
CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO
LA PERSONALIDAD
Evolución histórica del concepto de Personalidad
El interés por el estudio de la personalidad abarca un gran período de tiempo, y prácticamente la historia de la psicología y de las diversas corrientes que tratan de explicar la conducta humana, representando un esfuerzo por lograr un conocimiento más abarcativo del ser humano.
Es así que la palabra “personalidad” proviene del latín y es derivada del vocablo “personalitas”, utilizada para designar las máscaras o caretas que los actores utilizaban en las representaciones teatrales. La indudable connotación que la palabra indica, hace mención que la personalidad es el medio en que el ser humano interior se relaciona con lo circundante.
La palabra “persona” deriva de personalidad, por lo que se podría efectuar una disgregación etimológica diciendo que se es más persona en cuanto se tiene “más personalidad”. De allí que para algunas escuelas filosóficas, que la “personalidad” es una manera en que el “Ser interno” se reviste de una capa protectora o apariencia externa a los fines de desempeñar una actuación en la vida que lo rodea, a manera de una ficción escénica. En última instancia lo que acontece a nuestro alrededor son sólo símbolos externos que tratan de llegar a nuestro Ser interno a través de la “máscara” protectora de nuestra personalidad.
La teorías de la personalidad buscan explicar las conductas de los individuos y básicamente responder el porqué actuamos como lo hacemos ante diversos estímulos externos o situaciones en la vida.
Los autores de las diversas teorías de la personalidad fueron hijos de su tiempo, y la visión filosófica que subyace en cada una de las explicaciones de porque actuamos como lo hacemos, fueros atravesadas por el momento histórico en que se presentaron al público y teñidas de elementos culturales y sociales de la época que representaban. La diversidad de las teorías de ningún modo va en contra o en oposición de invalidarse una a otras, sino por el contrario enriquecen el amplio espectro del esfuerzo humano en comprender su funcionamiento psíquico. Cada una de las teorías elaboradas constituyen modelos predictivos y un intento explicatorio en responder ¿porqué la gente es como es?
Pervin LA (1996. p.3) define personalidad de la siguiente manera: “La personalidad representa aquellas características del individuo que explican los patrones permanentes en su manera de sentir, pensar y actuar”. De esta definición se desprende que dentro de la definición de personalidad debemos estimar valores importantes en todo individuo como son los sentimientos, los pensamientos y la conducta (manera de actuar) en nuestra cotidianeidad.
Según Pervin, lo que una Teoría de la personalidad trata de demostrar son los “qué, cómo y porqué”.
El “qué” hace referencia a las características de la personalidad y a la manera en cómo estas características se relacionan entre sí. El “cómo” hace hincapié a la manera en que los factores ambientales y genéticos determinan en mayor o menor medida los resultados en la personalidad de un individuo. El “porqué” está relacionado a las “razones de la conducta” de un individuo, si una persona es muy eficaz en su trabajo, ¿lo hace por complacer a sus superiores o porque sus necesidades económicas son muy grandes?
Todas estas preguntas pueden sistematizarse en cinco áreas, que según Pervin (1996) debe poseer toda Teoría de la Personalidad que desee ser científicamente aceptable, ellas son:
1. Estructura
2. Proceso
3. Crecimiento y desarrollo
4. Psicopatología
5. Cambio
1. Estructura:
Esta área hace mención a las unidades o eslabones en que está compuesta la Teoría. A manera de ladrillos de un edificio son los componentes básicos en que la Teoría está asentada. Hace referencia a los aspectos más estables y duraderos de la personalidad. A modo de ejemplo en la teoría freudiana estos aspectos lo constituirían los conceptos de Yo, Super Yo, Ello, inconsciente, preconsciente y consciente.
Las teorías de la personalidad se diferencian en el modo en como se conceptualizan estas unidades y en como se organizan jerárquicamente y en la forma de relacionarse entre ellas. Algunas unidades que forman la estructura de la teoría podrán ser más importantes que otras e interrelacionarse en forma simple o compleja.
2. Proceso
Esta área estudia las dinámica motivacionales que una teoría de la personalidad exhibe para explicar las conductas de un individuo. Básicamente existen cinco variantes de la teoría de la motivación: motivos de placer o hedonismo, motivos de crecimiento o autorrealización y motivos cognoscitivos.
Dentro del modelo hedonista se enfatiza la búsqueda del placer y la evitación del dolor, y básicamente está dividido en dos categorías: el modelo de reducción de tensión y el modelo de incentivo.
Los modelos de reducción de tensión explican las conductas humanas, puntualizando que las mismas obedecen en que los individuos buscan reducir la tensión de las necesidades fisiológicas mediante la satisfacción de tales exigencias. En la teoría freudiana las pulsiones sexuales y los mecanismos de defensas constituyen la explicación de la conducta humana. En el modelo de incentivo, se busca explicar los hechos aseverando que las conductas humanas están basadas en el deseo de logro de los objetivos y metas anheladas.
3. Crecimiento y desarrollo
En esta área toda teoría enfatiza como un individuo llega a ser lo que es, tratando de explicar el desarrollo de las diferencias individuales entre las personas en consonancia con el desarrollo de una persona como ser único y analizando como los determinantes actúan sobre esta persona para alcanzar su desarrollo. Tradicionalmente se reconocen dos determinantes clásicos en la evolución de la persona humana: los genéticos y los ambientales. Esta visión dual ha provocado debates importantes dentro de las teorías de la personalidad: ¿que es más importante en el desarrollo de una persona su naturaleza genética o las influencias del medio en que nació?
En la teoría freudiana este esquema se ve representado en las sucesivas etapas en la que se desarrolla el aparato psíquico según S. Freud: etapa oral, anal y fálica; y resolución del Complejo de Edipo.
4. Psicopatología
Una buena teoría debería explicar las causas del funcionamiento anormal o desordenado de la personalidad así como también las circunstancias del porque algunas personas enfrentadas a situaciones adversas en su vida pueden desarrollar mecanismos compensatorios hacia la salud psíquica, mientras que otros por el contrario despliegan comportamientos disfuncionales y psicopatológicos.
5. Cambios
Una teoría integral en su articulación debería explicar por qué la gente cambia o por el contrario se resiste al cambio en sus actitudes y conductas.
CLASIFICACIÓN
Podemos decir que todo intento clasificatorio es en última instancia un empeño de abordar una temática desde un modo estructurado y que depende muchas veces de las necesidades del que realiza la clasificación. Más aún cuando hablamos de personalidad en donde las teorías se enriquecen mutuamente y se hallan interrelacionadas. Sin embargo debemos intentar un análisis esquemático para comprender, aunque sea en forma compendiada una clasificación a los efectos de lograr una mejor comprensión de las diferentes teorías y cual de ellas es la que mejor se adapta a los fines del presente trabajo.
Con este objetivo se utilizará las clasificaciones bosquejadas por Lawrence Pervin en su extensa bibliografía que atañe al objeto de estudio de las personalidades humanas.
Según Pervin (1996; 2000), podemos abordar el estudio de la personalidad humana según dos vertientes:
I-) De acuerdo al modelo de investigación utilizada
II-) De acuerdo a su enfoque de estudio
I-) ESTUDIO DE LA PERSONALIDAD DE ACUERDO AL MODELO DE INVESTIGACIÓN UTILIZADA
A. Modelo de aproximación clínica
B. Modelo correlacional
C. Modelo experimental
A.) MODELO DE APROXIMACIÓN CLÍNICA
Autores de referencia:
Jean Charcot (1825-1893) y sus seguidores: Pierre Janet (1859-1947);Morton Price (1854-1929)
Jean Charcot y su discípulo Pierre Janet se abocaron primordialmente al estudio de la personalidad, particularmente la histeria, y son reconocidos históricamente por sus estudios sobre la hipnosis.
Morton Price introdujo el estudio de la “personalidad múltiple”, mediante descripciones que volcó en su libro “The dissociation of personality(1906)”.
Sigmund Freud (1856-1939)
Sigmund Freud y su teoría de la personalidad basada en los conceptos de división de la personalidad en tres formulaciones teóricas: Ello, Yo y Superyo, influencia en gran medida la elaboración de un marco doctrinario para la comprensión de las conducta humana. Creador de la terapéutica psicoanalítica como método de abordaje para la comprensión de los pensamientos y sentimientos inconscientes que se presentan en nuestra vida cotidiana.
Influenciados por el pensamiento freudiano, muchos otros abordaron el estudio de la personalidad basados en sus propias observaciones y experiencia; como ejemplo podemos citar a Jung y Adler, quienes en un principio estuvieron comprometidos con el pensamiento freudiano, pero que luego basados en sus propias formulaciones teóricas fundaron sus propias escuelas.
Henry Murray (1883-1988)
H Murray trabajó en la Clínica psicológica de Harvard. Dió gran importancia a la observación clínica por sus estudios de medicina, pero también trató de incluir cierta rigurosidad estadística por su formación bioquímica. Su esfuerzo fue el intentar plasmar en un retrato amplio de la personalidad humana, aunando los criterios observacionales del clínico con el rigor experimental. Este deseo se vio evidenciado en la creación del “Test de apercepción temática (TAT)”.
Carl Rogers (1902-1987) y George Kelly (1905-1966)
C Rogers fue un teórico de la personalidad humana claro representante de lo que se conoció como “movimiento del potencial humano”. Se acercó al enfoque psicoanalítico al reconocer al ser humano moviéndose por fuerzas ocultas inconscientes, y a la orientación conductista al aceptar que las reacciones conductuales de las personas depende en gran medida de los estímulos externos. C Rogers basó su visión de la personalidad en el concepto del Self, y del modo en como el individuo percibe y se adapta a su Self. Para C Rogers lo que moviliza al ser humano es su capacidad y deseo de “autorrealización”. Sus ideas en cuanto al proceso terapéutico se encuentran compendiadas en su libro “El proceso de convertirse en persona”.
El aporte de G Kelly a la teoría de la personalidad fue la de evidenciar que el comportamiento de los seres humanos se basa en la elaboración de “constructos” que pueden ser definidos como la manera que poseemos de analizar e interpretar al mundo. La problemática conductual del individuo se basaría en el hecho que estos constructos sean disfuncionales o no con la realidad circundante.
Para Rogers lo más importante era la experiencia humana y colocarla en empatía con el entorno, mientras que para G Kelly lo que se debía hacer referencia es a los constructos que elabora una persona, su meta era la de ayudar al sujeto a poner prueba su sistema de constructos frente a las circunstancias externas.
Este modelo implica la utilización individual de material clínico para elaboración de teorías acerca del funcionamiento de la persona. El valor de la individualización estriba en que pueden esbozarse muchas observaciones y elaborarse variadas hipótesis sobre un determinado conflicto o estructura de la personalidad. A favor de este modelo podemos argüir en su valor enriquecedor que brinda un marco teórico exegético de la conducta humana. En contraposición a esta riqueza de datos observados, podemos decir que este método adolece de una estructura observacional rigurosa y de confirmación de hipótesis que hagan de este modelo, un sistema fidedigno para la observación inequívoca y comprobación sistemática de las conclusiones a las cuales arriba. Por lo tanto el “análisis de la prueba” queda siempre en el campo subjetivo del observador.
B) MODELO CORRELACIONAL
El modelo de investigación correlacional utiliza las medidas estadísticas para establecer los grados de asociativos o “correlacionales” entre dos variables. Implica establecer las relaciones entre estas variables con significancia estadística. Por ejemplo busca evaluar el grado de asociación entre los individuos con trastornos anticipatorios y los resultados de sus exámenes. Si bien lo que se busca no son mecanismos causativos, se trata de obtener cierto grado de previsibilidad asociativa en el análisis de las variables correlacionales.
El precursor de modelo correlacional fue Sir Francis Galton (1822-1911), quien siendo primo de Darwin se vio influenciado por su teoría, y comenzó a observar y buscar las diferencias entre los seres humanos, tratando de descubrir si las diferencias entre ellos era debida a la herencia o factores exógenos. Comenzó así el estudio matemático de las variables utilizadas en el estudio de los sujetos. La intención de Galton era ver si las características humanas poseían características hereditarias, entre ellas por ejemplo la aptitud intelectual.. Galton con el transcurrir del tiempo evaluó una gran cantidad de individuos con sus características físicas y psicológicas. Para establecer relaciones entre ellos creo una medida matemática asociativa entre los datos denominada “coeficiente de correlación”. El trabajo de Galton fue seguido por su discípulo Karl Pearson (1857-1936), quien basado en los trabajos de Galton, creó el procedimiento estadístico utilizado y conocido hasta la fecha como “correlación del producto-momento de Pearson”. Así mismo los trabajos de Galton y de Pearson fueron seguidos por otro psicólogo británico, Charles Spearman (1836-1945). Spearman trató de determinar el origen de las diferencias individuales en la inteligencia. Para ello comenzó a estudiar mediante cuestionarios a centenares de personas con el objeto de estudiar sus aptitudes. Comenzó a estudiar los datos obtenidos y buscó agruparlos en grupos básicos de características que diferencian a la gente y que denominó factores. Para reunir estos factores, utilizó el procedimiento estadístico conocido como análisis factorial.
Este modelo correlacional através del análisis factorial de datos, influyó fuertemente en lo que se conoce actualmente como el “Modelo factorial de rasgos”, que se articuló alrededor de la implementación del “análisis factorial” como técnica matemática y al desarrollo del concepto de “factor” o “rasgo” como elemento básico de la estructura de la personalidad.
C ) MODELO EXPERIMENTAL
El modelo experimental reconoce la utilización sistemática de variables a estudiar. La investigación experimental trata de establecer relaciones causativas del fenómeno a estudiar.
El experimentador manipula la variable independiente dentro del contexto de un laboratorio, mientras que observa los efectos en la segunda variable, la variable dependiente. Como ejemplo, el experimentador puede influenciar experimentalmente el grado de ansiedad (variable independiente) sobre los resultados en el aprendizaje de una determinada habilidad (variable dependiente).
En este sentido Wilheim Wundt (1832-1920) adscribió a este modelo experimental, siendo el creador de la psicología experimental. Wundt sostenía que la psicología era la “ciencia de la experiencia inmediata” y estudió los efectos de los cambios en los estímulos (luces y sonidos) sobre la intensidad y la calidad de las experiencias en los sujetos estudiados. Wundt trató de estudiar el fenómeno psíquico dentro del campo de la ciencia experimental con procedimientos similares a los utilizados en las ciencias naturales.
Iván Pavlov (1849-1936) utilizó el laboratorio experimental para desarrollar su experiencia del reflejo condicionado en perros y elaborar su teoría de la “neurosis experimental”.
El conductismo a través de John B. Watson (1878-1958), adhirió al modelo experimental. Esta escuela sostenía que el propósito de la psicología era el estudio de la conducta objetiva y manifiesta, oponiéndose de este modo al uso de la introspección y al estudio de la subjetividad de los acontecimientos internos de la persona. Para Watson lo importante era el estudio de los acontecimientos que se desarrollaban alrededor de la díada estímulo-respuesta.
Desde un punto de vista, el modelo experimental constituye y representa el ideal científico por antonomasia en el estudio de la personalidad, puesto que manipula variables específicas, registra objetivamente los datos y trata de establecer relaciones causa-efecto lo más cercanas posible de acuerdo al análisis estadístico utilizado. Sin embargo, sus limitaciones en la dimensión de la psiquis humana son que mediante este modelo es imposible estudiar aquellos fenómenos psíquicos que no se pueden reproducir en el laboratorio. Así mismo el marco artificial inducido por el experimentador, limita la posibilidad de producción de nuevos descubrimientos en el campo subjetivo psíquico de la persona.
Un ejemplo típico de los logros obtenidos con el modelo experimental, es el desarrollo del concepto de “indefensión o debilidad aprendida”
II) ESTUDIO DE LA PERSONALIDAD DE ACUERDO A SU ENFOQUE DE ESTUDIO
A) Enfoque estructuralista: existe una estructura interna e indisoluble. Su enfoque de estudio va de lo teórico a lo empírico. En la personalidad se hallan descriptas las disposiciones e impulsos adquiridos a través de las experiencias y aquellos que son innatos. Desde un punto de vista estructuralista la personalidad lo constituye la organización mental del ser humano, en donde se haya comprendido los aspectos del carácter (intelecto, temperamento, habilidades, moralidad).
Comprende a las teorías:
Teoría Somatopsíquicas :
Teoría humoral
Teoría de Kretschmer
Teoría de Sheldon
Teorías psicodinámicas:
Teoría de S. Freud-M. Klein
Teoría de Jung
Teoría de Horney
Teorías organísmicas o fenomenológicas:
Teoría de Rogers
Teoría de A. Maslow
Teoría de F. Perls
Teorías conductistas:
La personalidad está marcada por el ambiente; lo que existe es la conducta.
Teoría de Skinner
Teoría de Bandura
Teoría de Ellis
Teoría de Rotter
B) Enfoque factorialista
La personalidad está determinada por los rasgos o funciones. Se constituye desde lo empírico a lo teórico. Los rasgos de la personalidad describen a las personas de acuerdo a su funcionamiento.
Abarca a los siguientes autores y teorías:
Teoría de Eysenck
Teoría de Cattell
Teoría de Allport
El concepto de “rasgo” designa a la consistencia o constancia de las respuestas característica de cada persona a las diferentes situaciones (Ej.: la emotividad, la generosidad).
Dentro de las teorías de la personalidad, los aportes de estos tres autores están comprendida en lo que se denominan las “Teorías de Rasgo”,
Se desarrolla el concepto de “tipo”, el cual designa a un conjunto de rasgos, implicando una configuración uniforme en las conductas de las personas. (Ej.: individuo tipo extrovertido/introvertido).
Teoría de Allport
Allport será recordado como el introductor de la teoría de rasgos. Fue su influencia teórica la que desenvolvió esta teoría y que fuera utilizada por el modelo factorialista para los cuestionarios pertinentes, aunque Allport nunca adhirió al modelo factorialista.
Allport sostuvo que había rasgos comunes a todas las personas y aplicable a toda la población (énfasis nomotético). Pero insistió también en rescatar la importancia de rasgos únicos en cada persona (énfasis ideográfico). Es por ello, por este deseo de individualizar a las personas, es que Allport nunca adhirió a la utilización del análisis matemático factorial en la teoría de rasgos.
Allport distinguió entre lo que consideraba como rasgos cardinales, rasgos centrales y disposiciones secundarias.
El rasgo cardinal debe ser interpretado como aquella característica de la personalidad más penetrante. Así se habla por ejemplo de rasgos cardinales “maquiavélicos”, “sádicos” etc…Los rasgos centrales hacen mención a características de la personalidad menos acentuadas pero que describen aún la manera de ser de la persona, así por ejemplo tenemos rasgos centrales como al bondad, la honradez, la indiferencia, la ama bilidad etc… En cuanto a las disposiciones secundarias son las que representan tendencias y expresiones de la personalidad menos consistentes y sobresalientes.
A pesar de que era un crítico del análisis factorial, Allport comenzó mediante un gran esfuerzo a desarrollar una “taxonomia de rasgos”, que fue utilizada a posteriori por otros teóricos de los rasgos y que utilizaron el análisis factorial.
Allport desarrolló una lista de términos hallados en el diccionario inglés que calificaban diversos tipos de rasgos. Allport encontró 18.000 términos que las calificó en categorías de acuerdo a las características perdurables y estables, estados de ánimo, características físicas, talentos y aptitudes de la personalidad. De esta manera Allport comenzó a desarrollar una clasificación de los rasgos basado en la utilización de términos de vocabulario que definen características de la personalidad y se erigió en el precursor de la “teoría de los rasgos”
Teoría de Eyseneck
Hans Eyseneck era un conductista clásico. Avizoraba al método científico estadístico como el apropiado para dar una comprensión teórica al funcionamiento psicológico de las personas. Para estudiar a los temperamentos de las personas, se basó en la técnica estadística del análisis factorial.
Concibió el concepto de tipo y rasgo como organizativas de la personalidad.
El tipo es el conjunto o síndrome de rasgos organizados alrededor de una estructura. Mientras que el rasgo debe ser considerado como las tendencias conductuales en actividad. De este modo explicaba la uniformidad de las conductas como mecanismos responsivos ante los mismos estímulos.
Eyseneck sostenía el valor de la herencia como condicionante de las conductas humanas, por lo que se abocó al estudio de los temperamentos en las personalidades.
En este sentido de acuerdo a la manera de reaccionar frente a los estímulos ubicó tres diferentes tipos de temperamentos o “dimensiones de personalidad” como ejes bipolares de opuestos. La persona podía ubicarse entre esos dos polos.
Neuroticisno
Introversión-Extroversión
Psicoticismo
Bajo la denominación de “neuroticismo” ubicó a las personalidades con temperamentos que oscilaban entre la tranquilidad y la calma con gran control emocional de sus reacciones conductuales, y aquellas con síntomas ansiosos, emocionalmente inestables, baja autoestima, tensos, tímidos, taciturnos y emotivos. El término “neuroticismo” no implicaba el desarrollo de síntomas neuróticos; su investigación dejaba entrever que aquellas personas que puntuaban alto en esta dimensión se hallaban más propensas a desarrollar síntomas neuróticos, de allí la denominación de esta dimensión.
Eysenck se apoyaba en sus descripciones en la fisiología para buscar explicaciones a sus hallazgos. De esta manera ubicó al neuroticismo dentro del funcionamiento del Sistema Nervioso Simpático, como una hiperactividad del mismo. Eysenck hipotetizó que las personas ubicadas en un puntaje alto de neuroticismo tenían una predisposición mayor a desarrollar síntomas neuróticos debido a una alta respuesta del Sistema Nervioso Simpático ante el más mínimo estímulo externo,lo que hacía que la persona estuviera en una grado de alerta exagerado y continuo. El ataque de pánico, sería para Eysenck, el arquetipo del síntoma neurótico.
La dimensión Neuroticismo-Estabilidad mediría el control emocional de la conducta.
El enfoque bidimensional de Extraversión-Introversión define la dimensión de la personalidad en términos de sociabilidad, actividad, buscador de sensaciones, emprendedor. Eysenck hipotetizó que estas características de “extraversión-introversión”, estarían relacionadas con un equilibrio de las funciones cerebrales de “inhibición” y “excitación”. Este enfoque mediría la relación del sujeto con el medio.
La dimensión del “psicoticismo” fue la última en ser descripta por Eyseneck. Fue la resultante en llevar sus investigaciones a instituciones asilares en el Reino Unido. Como era de esperar al analizarse los datos mediante la técnica factorial, se bosquejaron una serie de rasgos y cualidades que formaron parta de esta nueva dimensión. Como ocurre con el neuroticismo, la presencia de estos rasgos no implica enfermedad psicótica, sino que su manifestación se halla más frecuentemente entre psicóticos, pero que en determinados ambientes su aparición torna a una persona más susceptible a desarrollar síntomas psicóticos.
Los individuos con puntuaciones altas en este enfoque incluyen una serie de rasgos típicos como son: exagerada temeridad, despreocupación por las convenciones sociales y el sentido común, expresiones fuera de contexto para expresar sus emociones ante terceros. Lo que caracteriza al “psicoticismo” es la falta de aprendizaje de respuestas socialmente aceptadas ante un estímulo.
Teoría de Cattell (1905-1998)
La teoría de Raymond B. Cattell se apoya en el estudio factorial-estadístico de la personalidad, otorgándole gran importancia al método empírico.
Según R Cattell la personalidad es: “… aquello que permite predecir lo que una persona hará en una situación dada. En consecuencia, el objetivo de la investigación psicológica de la personalidad consiste en establecer leyes de lo que diferentes personas harán ante todo tipo de situaciones sociales y ambientales en general….La personalidad…..concierne a toda la conducta del individuo, ya sea manifiesta o latente.” (Cattell R, 1950; citado en Hall CS; Lindzey G, 1974).
La personalidad está estructurada en una serie de “rasgos” que dan explicación a la regularidad y consistencia a la reactividad conductual de las personas.
La estructura básica en la Teoría de Cattell es el concepto de rasgo, que se define como “una estructura mental”, inferida a partir de la conducta observada y destinada a explicar la regularidad o coherencia de ésta”.
Cattell explicitó que existen rasgos comunes, los cuales se encuentran en todos los individuos, también enunció la presencia de rasgos singulares que corresponden a un individuo particular y que no aparecen de la misma forma en ninguna otra persona.
La personalidad de un sujeto se define por la forma en que una persona reaccionará cuando se encuentre ante una situación determinada y se halla representada por la ecuación: R= f (sxp); en donde R es respuesta del individuo, s: situación estimulante, p: naturaleza de su personalidad, f: rasgos que generan tipos de respuestas.
El estudio de la estructura de la personalidad de Cattell constituye un nexo dialéctico entre las teorías clínicas de la personalidad y las experimentales. La conducta de un individuo dependerá de los rasgos de su personalidad y de la situación emocional relacionada con la situación que se trate.
Cattell también distinguió entre rasgos superficiales y fundamentales.
Los rasgos superficiales son expresivos de conductas que pueden aparecer unidas pero que no tienen una raíz causal común, estos rasgos pueden ser descubiertos a través de métodos subjetivos.
Los rasgos fundamentales, en cambio, conforman una dimensión de la personalidad unitaria e independiente, expresan una relación de conductas que covarían conjuntamente.
Cattel reconoce a dos grandes influencias en la aparición de los rasgos fundamentales: la herencia (“rasgos constitucionales") y aquellos moldeados por el ambiente en el que intervienen las "instituciones sociales" y las "realidades físicas que constituyen el patrón cultural"(Hall CS; Lindzey G.)
Los rasgos superficiales aparecen ante el observador como más importantes, puesto que pueden identificarse ante el simple hecho del la observación.
Dice Cattell con respecto a los rasgos fundamentales (Hall CS; Lindzey G.): “Los rasgos fundamentales se presentan como las verdaderas influencias estructurales subyacentes de la personalidad, las necesarias para encarar los problemas evolutivos, los psicosomáticos y los de integración dinámica...”
Para descubrir estos rasgos fundamentales se debe utilizar los procedimientos estadísticos del análisis factorial. De este modo el análisis factorial de Cattell se ubica dentro del enfoque nomotético, el cual pretende determinar leyes generales de la conducta, al contrario del ideográfico que aborda al sujeto individualizado como unidad funcional de análisis.
Así también R Cattell dividió a los rasgos según su modalidad de expresión:
• Rasgos dinámicos: son aquellos relacionados con la motivación del individuo a la concreción de algún objetivo
• Rasgos de aptitud: son aquellos concernientes a la efectividad en el logro de esos objetivos.
• Rasgos de temperamento: son los pertinentes a las características constitucionales del individuo
Fuentes de los datos
Cattell reconocía tres grandes fuentes de datos para la investigación de la personalidad:
• La historia personal o datos-L
• Cuestionario de autoevaluación o datos Q; que incluye las apreciaciones personales que el individuo posee sobre él mismo.
• El test objetivo o datos-T; mediante la elaboración de situaciones especiales con las cuales poder identificar las conducta de la persona de manera objetiva, como la inclusión de tareas en lápiz y papel.
En base a estos datos Cattell logró detectar los rasgos generales en los cuales logró basar su teoría de la personalidad mediante la utilización de análisis factorial.
Cattell comienza con un estudio exploratorio de 4500 nombres de rasgos obtenidos de un a lista de Allport que habían sido tomados anteriormente de un diccionario abreviado. Cattel posteriormente los reduce a 200, eliminado los términos sinónimos y metafóricos. Mediante la utilización de interrelaciones y agrupación de términos, Cattell logra individualizar 40 rasgos cuyas clasificaciones proveyeron el basamento para la aplicación del análisis factorial de los datos-L y datos-Q.
Las dimensiones de la personalidad que Cattell estableció como importantes con sus principales características luego de la revisión de los datos L y Q se enuncian en el cuadro siguiente (extraído de "Teorías psicológicas de la personalidad" de R. B . Cattell y G. M. Meredith):
Breve descripción de algunos rasgos fundamentales primarios hallados por análisis factorial
Descripción del nivel inferior Clasificación técnica.
POLO INFERIOR Clasificación Técnica
POLO SUPERIOR Símbolo estándar Descripción del nivel superior
Reservado, separado, frío esquizotimia afectotimia A Extrovertido,afectuoso,sin trabas, participante
Menos inteligente, pensamiento concreto capacidad mental general baja inteligencia B Más inteligente, pensamiento abstracto, brillante
Lo afectan los sentimientos, emocionalmente estable, fácilmente trastornado capacidad mental general baja.Fortaleza yoica inferior Fortaleza yoica superior C Emocionalmente estable, enfrenta la realidad,calmo.
Flemático, laxo Baja excitabilidad Alta excitabilidad D Excitable,estridente, busca llamar la atención
Humilde,suave,obediente,conformista. Sometimiento Dominación E Afirmativo, independiente, agresivo,empecinado
Sobrio, prudente, serio, taciturno Desurgencia Surgencia F Descuidado, atolondrado, alegre, entusiasta
expeditivo, obra a su antojo, deriva las obligaciones Fortaleza superyoica inferior. Fortaleza superyoica superior G Escrupuloso, perseverante, sosegado, atado a las reglas.
Arisco, contenido, apocado, tímido. Threctia Parmia H Aventurado, socialmente audaz, no inhibido, espontáneo.
Obstinado, confiado en sí mismo, realista, enemigo de frivolidades. Poca percepción estado de salud. Harria Premsia I Compasivo, dependiente, sobreprotegido, sensible. Ansioso sobre sí mismo, hipocondríaco
Confiado, adaptable, sin celos, fácil de llevarse con él. Alexia Protensión L Suspicaz, porfiado difícil de engañar
Práctico, cuidadoso,, convencional, regulado por realidades externas, formal. Praxermia Autia M Imaginativo, preocupado por urgencias internas, descuidado en asuntos prácticos, bohemio.
Franco, natural, sencillo, sentimental Sencillez Sagacidad N Astuto, calculador, mundano, penetrante
Plácido, seguro de sí mismo, confiado, sereno Adaptación imperturbada Proclividad a la culpa O Aprensivo, preocupado, depresivo, perturbado.
Conservador, respeta las ideas establecidas, tolera las dificultades tradicionales. Conservatismo Radicalismo Q 1 Experimentador, crítico, liberal, analítico, librepensador.
Dependiente del grupo, un afiliado y seguidor firme. Adherencia grupal Autosuficiencia Q 2 Autosuficiente, prefiere tomar decisiones, ingenioso.
Informal, no respeta el protocolo, desaliñado, obedece sus propios impulsos Autosentimiento débil Autosentimiento fuerte Q 3 Controlado, socialmente preciso, autodisciplinado, compulsivo
relajado, tranquilo, aletargado, no frustrado Tensión ergica baja Tensión ergica alta Q 4 Tenso, impulsado, sobreexcitado, irritable.
En el cuadro anterior se distinguen algunas dimensiones de la personalidad, denominadas con neologismos que nunca habían sido utilizados antes y que fueron creados por Cattell. Este hecho, fue una de las tantas causas por las cuales la Teoría de Cattell no fuera en sus comienzos del todo aceptada por los psicólogos clínicos.
En realidad la invención de estos neologismos por parte de Cattell, era la utilización de acrónimos, con el fin de que fuesen descriptores lo más fidedignos posible de la dimensión que se clasificaba.
De este modo muchas de sus palabras ideadas por él no sólo constituyeron un escollo para la mejor comprensión de su teoría, sino que también fueron objeto de malas interpretaciones que tenían como raíz el déficit de traducción.
Así por ejemplo Cattel utilizaba la palabra "syzothimia" para rotular a la dimensión de personalidad "A" en su polo negativo. Cattell se cuidó muy bien de que este término fuera mal interpretado con el término "schizothyme" acuñado por Kretschmer. Sin embargo justamente muchas de las traducciones de sus textos tradujeron "esquizotimia" el término elaborado por Cattell.
A este respecto dice Cattell en referencia al término "sizothymia" (Cattell RB;1965,Pág. 66-traducción propia): "En relación con este denominación, en vez de de la utilización de la palabra "schyzothyme", utilizada por Kretschmer para distinguir al temperamento normal del esquizofrénico, el público en general continúa tomando en cuenta el término "schizo" como indicativo de anormalidad. Debido a que los tests que describiremos para este factor sean probablemente registrados en niños escolares y discutidos con los padres, parecería mejor evitar términos que podrían ser malinterpretados, utilizando un nuevo término adoptado actualmente, denominado syzothimia, por sizo, derivando de la misma raíz de "size" ( en inglés) en píntura, que significa " aplanado" y se refiere a lo que los psiquiatras denominan " aplanamiento de los afectos", estos es, la ausencia de de emociones vibrantes y vívidas, como en la sizothimia. Esta frialdad y reserva es lo que caracteriza más que cualquier otra cosa, al normal A ( minus), es decir a la persona sizotímica".
Como vemos R Cattell tuvo que enfrentar no sólo las traducciones deficitarias de sus términos, sino también la resistencia en utilizar sus neologismos por parte de la comunidad.
La dimensión de personalidad H conocida como "parmia" y "threctia", en sus polos positivos y negativos, R Cattell las concibió en base a mecanismos fisiológicos que corresponderían y estarían relacionadas a las personalidades que estos términos tratan de describir. En este sentido la palabra "parmia" y "threctia" fueron derivadas de palabras utilizadas en inglés que describen estos rasgos de personalidad. Así lo explica R Cattell (Cattell RB; 1966,Pág. 99-traducción propia): " Por esta razón, en la hipótesis que el sistema nervioso parasimpático predomina en este tipo de individuo por sobre el sistema nerviosos simpático, se ha denominado con el corto término de parmia o "temperamento pármico". El polo opuesto es denominado threctia , porque su esencia es una alta susceptibilidad a la amenaza ( threat, en inglés)".
Del mismo modo el rasgo de personalidad I, fue denominado en su polo positivo con la palabra "premsia", mientras que su polo negativo con la palabra "harria". Estas palabra constituían los acrónimos de las palabras en inglés "protected emotional sensivity"(sensibilidad emocional protegida) y de "hard realism" ( realismo duro)
Como veremos más adelante estos neologismos fueron suplantados por otras palabras más fáciles de utilizar a los fines prácticos de su utilización clínica y mejor divulgación.
EL ANÁLISIS FACTORIAL
Aproximación histórica
Raymond B. Cattell nace el 20 de marzo de 1905 en la ciudad de Devonshire Inglaterra) y muere en los Estados Unidos el 2 de febrero del año 1998.
Obtiene su licenciatura en química y física (B.Sc.) en el “King´s College” de Londres en el año 1924. Esta formación en química y física, marcó posteriormente sus interés en el estudio de las personalidades en lograr una clasificación taxonomónica de la personalidad al estilo de Tabla Periódica de los Elementos de Dimitry Mendeleyeff, y lo ayudó en los conceptos matemáticos ya aprendidos en la utilización del análisis factorial para la descripción de la personalidad, con el que se encontró comprometido durante toda su vida. Viéndose atraído posteriormente por la psicología ingresa al “University College” de Londres y en el año 1929 obtiene su Ph. D. en Psicología.
Cattell comienza a interesarse en los estudios sobre la personalidad humana y adquiere una gran experiencia en psicología clínica infantil en la “Leicester Child Guidance Clinic”(1932-1937). Desde sus comienzos en la carrera de psicología, Cattell fue influenciado por C. E. Spearman en lo referente al análisis factorial, quizás debido a que originariamente Cattell había sido entrenado en sus comienzos como químico y físico. Cattell sustentaba la idea que el análisis factorial podía ser aplicado al estudio del comportamiento humano y que sus resultados podían asemejarse en objetividad y confiabilidad a aquellos logrados en la física convencional.
De esta manera Cattell poseía lo mejor que ambos campos del conocimiento humano podía ofrecerle. Por una lado su formación matemática y por el otro lado el ámbito de la subjetividad humana a través de la psicología. Catell era un convencido que a través de análisis matemático se le podría otorgar mayor previsibilidad y valor predictivo a las teorías clínicas de la personalidad. Catell pensaba que la medición de las variables psicológicas podía realizarse y no iba en desmedro a la subjetividad de la teoría clínica.
A este respecto Cattell se expresaba de la siguiente manera: “El nacimiento de la ciencia moderna se sitúa a menudo alrededor del año 1600, cuando Galileo comenzó a aplicar métodos cuantitativos a la observación mecánica. Se ha reconocido que la química se separó de la alquimia e inició una fase de vigoroso desarrollo cuando Dalton, Lavoisier y otros comenzaron a aplicar métodos cuantitativos para establecer leyes químicas. Por cierto hoy en día se acepta generalmente que como dijera Mach, “el objetivo de la ciencia es hallar fórmulas que expresan las relaciones entre fenómenos observados”. Juzgada según ese criterio, ¿cuál es el estado actual de la psiquiatría, en cuanto a ciencia?” (Cattell RB, Meredith GM, 1965, pág. 9)
El desarrollo de la Teoría de la Personalidad a través del análisis factorial de Cattell se desenvuelve en el intento de otorgar mayor firmeza, previsibilidad y predictividad a las teorías clínicas de la personalidad y a las especulaciones con respecto a las motivaciones conductuales por parte de la clínica. Cattell no fue un crítico de las teorías clínicas de de la personalidad en todo el sentido de la palabra, sino que por el contrario buscó mediante los estudios cuantitativos pertinentes, ser un nexo de unión entre la teoría clínica y la medición matemática de la subjetividad.
En este sentido se expresaba Cattell: “Las columnas gemelas que ofrece la psicología en apoyo del desarrollo de la psiquiatría, son las teorías de la personalidad y del aprendizaje. Hasta hace 50 años, la teoría de la personalidad se desarrolló principalmente como resultado exclusivo de la observación clínica- como lo ejemplifican las formulaciones de Kraepelin, Freud, Jung y Janet, verbigracia- o se basó en lo que podría llamarse la observación humana literaria y general, tal como lo ejemplifican las obras de William James, McDougall, Allport, Klages, Spranger y otros. La fase cuantitativa y experimental subsiguiente, que es el foco primordial de esta discusión, planteó inicialmente sus interrogantes en función de las teorías heredadas de la fase clínica y literaria anterior.
Sin embargo más recientemente ha construido una estructura teórica propia. Hasta la fecha, no ha logrado producir leyes científicas que puedan aspirar poseer los alcances y la elaboración de las especulaciones científicas derivadas de la fase anterior. Pero hay numerosísimos indicios de que ha construido cimientos muy sanos. Es el tipo de fundamento que producirá resultados definidos, expresados como leyes básicas y con poderes predictivos. Podemos esperar que se desarrollen en la ciencia aplicada con creciente rapidez durante la próxima década” (Cattell RB; Meredith G:, pág 11).
En el año 1939 Raymond B Cattell se dirige a los Estados Unidos, donde desarrollará toda su tarea de investigación, ocupando diferentes puesto académicos en distintas Universidades de ese país: Columbia, Duke, Harvard, Illinois. Durante su prolífica carrera como investigador y escritor, escribió más de 200 artículos y 15 libros. Su desarrollo teórico en la medición de la personalidad utilizando el análisis estadístico-factorial se ve corporizado en la creación del lo que se conoce como “Cuestionario 16PF (Personality factor)”. -
Revisión Metodológica
Cattell fue influenciado en el análisis factorial con las premisas de Spearman, y en cuanto a los términos utilizados para la asignación de rasgos, se basó en los estudios realizado por Allport, pero a diferencia de éste, utilizó el análisis factorial para la determinación de los términos en los diferentes grupos.
Utilizó miles de ítems aplicando cuestionarios a muchos individuos con el objetivo de determinar grupos en términos de rasgos. El objetivo de los cuestionarios era si los rasgos podían ser evaluados y descubiertos por las preguntas. Los cuestionarios fueron aplicados incluso en jardines de infantes y realizó también un seguimiento en el tiempo de las personas que habían respondido el cuestionario. Cattel aplicó el análisis factorial a las respuestas, obteniendo 16 factores o grupos de ítems. A partir de estos 16 factores elaboró lo que se llama “Cuestionario de los 16 factores de la Personalidad (16PF)”.
El análisis factorialista pertenece a la escuela experimental. Cattel utilizó el sistema multivariado donde diversas variables son medidas mediante el análisis factorial. A este respecto Cattell sostenía que el método experimental multivariado podía dar mayor respuesta a los interrogantes del fenómeno psíquico en contraposición al modelo experimental bivariado, en el cual se existían tan sólo dos variables: una independiente y otra dependiente. En este sentido Cattell se colocaba en abierta oposición a la escuela reflexológica-conductista. Es dable reconocer por ende que Cattel se encontraba más cómodo, como veremos más adelante, con los postulados de las diferente escuelas de personalidad clínica que con sus pares de la escuela experimental.
De esta manera Cattell sostiene (Cattell RB; Meredith GM; pág 12): “ Una de las razones por las cuales el mensaje del enfoque cuantitativo y experimental aún no se ha impuesto con la claridad con que puede hacerlo, es que la polvareda del conflicto domina ese terreno, sustentada por una batalla entre las escuelas bivariada y mutivariada de planificación experimental. La primera sigue el plan de experimentación clásica de la ciencia física; típicamente se maneja con una variable independiente y otra dependiente. Por ejemplo manipula un estímulo y mide una respuesta, tratando, y a menudo pretendiendo, mantener constante todo lo demás mientras lo hace. Wundt, Pavlov y Skinner, se hallan entre los defensores de este método, que ha sido heredado en forma completa por la escuela reflexológica de aprendizaje.
La segunda escuela de orientación experimental, que favorece el método multivariado, se debe a Sir Francis Galton, Spearman y Thurstone, y se ocupa en mayor proporción de métodos de correlación y del estudio simultáneo de la medición de muchas variables”.
Cattel luego establece diferencias entre el método multivariado y el bivariado expresando: “Por lo tanto el método multivariado tiene dos pretensiones de superioridad frente al plan experimental bivariado clásico. En primer lugar, el experimentador multivariado puede captar totalidades- entes normativos complejos, tales como los que enfrenta el clínico- mientras que el experimentador clásico habitualmente se maneja con única variable atomizada, a menudo de importancia menor e incapaz de representar un concepto complejo. En segundo lugar, el método multivariado puede pretender descubrir relaciones causales complejas sin tener que manejar, en la realidad, personas y circunstancias, cosa que siempre se ha considerado en la experiencia clásica”.
De este modo Cattell se posiciona como un defensor del modelo experimental, pero estableciendo premisas diferenciales con el método experimental clásico. Así Cattell no puede ser tomado en cuenta como poseedor de una concepción reduccionista o mecanicistas del hecho psicológico. Por el contrario, a favor de una visión integral de la subjetividad, continúa manifestándose de la siguiente manera: “La manipulación en las ciencias vitales tiene dos graves inconvenientes. Primero, puede trastornar los propios fenómenos que desea estudiar. Por ejemplo un perro al que se le han extraído las glándulas suprarrenales, sufre de algo más que de la supresión de la adrenalina de su torrente sanguíneo. Segundo la manipulación, en la vida de los seres humanos, de las vinculaciones emocionales cardinales típicamente implicadas en las generalizaciones clínicas, resulta práctica y éticamente imposible. Fundamentalmente es por esas razones que el experimentador que emplea solamente los métodos bivariados se ha orientado en proporción cada vez mayor hacia los experimentos con animales. Pero, incluso en circunstancias ideales, la aplicación de conclusiones extraídas de los experimentos con animales (que no incluyen conceptos culturales ni referentes al sí mismo) a sucesos que tiene lugar en la mente de seres humanos, impulsa al científico a un razonamiento especulativo en un grado grotescamente desproporcionado respecto de la precisión que caracterizaba su experimentación animal”. (Cattell RB; Meredith GM, pág. 13)
Como se ve la visión de Cattell con respecto al avance de la psicología desde el punto de vista de la investigación no era reduccionista ni simplista en su concepción. Tenía una dimensión totalizadora del fenómeno psíquico, la utilización de las matemáticas correspondía al uso de una herramienta de trabajo, pero para nada hacía prevalecer un método cuantitativo sobre el campo de la subjetividad.
Por lo tanto muchas críticas al análisis factorial multivariado, como un método donde la prevalencia de la matemáticas lo torna un mecanismo descontextualizado de la clínica carece de valor. Más aún Cattell con respecto al análisis factorial y su relación con la práctica clínica se expresaba del siguiente modo (Cattell RB, Meredith GM; pág. 14): “Tanto el clínico como el experimentador multivariado se ocupan de buscar generalizaciones mientras tienen en cuenta la conducta total, mediante la formulación de hipótesis que no pueden ser recogidas u operacionalmente representadas por una variable única. Por ejemplo, ambos pueden manejar los conceptos de instintos y de estructuras tan multifacéticos de la personalidad como los conceptos psicoanalíticos del Yo y Superyó. Pero en otro especto, el experimentador multivariado tiene más en común con el experimentador bivariado que el clínico: ambos exigen que los conceptos puedan referirse a operaciones mensurables y experimentos reproducibles, mientras que el clínico no pretende tal cosa y, con suma frecuencia, está dispuesto a proseguir sin la clase de resultados registrados y estadísticamente tratados que el experimentador considera indispensable”.
Como se ve en cierta medida Cattell se encontraba más cómodo conceptualmente con la práctica clínica cotidiana y sus teoría, pero veía la necesidad de que los constructos que se manejaban en las diversas teorías de la personalidad tuvieran un correlato capaz de ser mensurado estadísticamente. Dicho en propias palabras de Cattel: “ La teoría y la medición deben estar estrechamente unidas”.Como sustento de lo dicho Cattel se expresaba de la siguiente manera ( Cattell RB; Meredith GM; pág. 15): “Uno de los resultados desdichados del desarrollo de la matemática en el enfoque multivariado ha sido que, pese a que el clínico y el investigador multivariado están muy cerca en principio y en sus modos formales de razonar, cada vez que el clínico ha intentado llevar a cabo un experimento, con demasiada frecuencia ha caído en los esquemas sencillos del metodólogo bivariado”.
Se aprecia entonces, que Cattel sostenía fervientemente que la experiencia humana no podía resumirse en una experiencia de laboratorio, pero que debido a errores metodológicos, siempre se había relacionado al modelo cuantitativo con la experiencia reduccionista del laboratorio experimental como el único camino de brindar certeza estadística a la teoría.
Sin embargo Cattell sostenía que esto había sido una falacia, y veía como una necesidad que el análisis matemático y el método cuantitativo se erigiera en una herramienta promisoria para el futuro, a los efectos de brindar mayor certidumbre al campo de la clínica y abogando por la necesidad de una utilización transdisciplinaria de las habilidades en cada campo. Así se manifestaba Cattell (Cattell RB, Meredith GM; pág. 15) al respecto: “Puesto que los psiquiatras no pueden ser también matemáticos- salvo unos pocos ejemplos brillantes- , la organización interdisciplinaria eficaz de investigación actual exige que el experimentador multivariado acerque al clínico los conceptos estructurales que surgen, pero no en detalle sus bases matemáticas de apoyo”.
Su tarea es, pues, la de equipar al clínico con instrumentos de medición que correspondan a dichos conceptos. El investigador clínico puede muy bien utilizarlos en todo tipo de experimentos de criterio, empleando una comprensión puramente lógica de las dimensiones medidas, antes que una matemática. Después de todo, los recursos exclusivos del psiquiatra implican la aplicación de esos instrumentos de medición juntamente con su capacidad de comunicarse con el paciente. Es irrazonable esperar que exhiba igual competencia en cualquier zona del terreno de la investigación matemática, cuantitativa de la conducta, tal como lo sería esperar que el investigador multivariado fuese capaz de conducir competentemente una entrevista psiquiátrica”.
Se ha intentado esbozar el pensamiento de Cattell con el objeto de desvirtuar algunas afirmaciones que sostienen que la aplicación de Tests de personalidad multivariados, constituyen intentos reduccionistas de estudiar la personalidad humana, presentando escaso valor en la clínica cotidiana.
El CUESTIONARIO 16PF
Antecedentes metodológicos.
El objetivo de Cattell en la elaboración de un Cuestionario, era el de ofrecer un instrumento adecuado que sirviera como un descriptor lo más cercano posible de la personalidad de un individuo. De allí que el principal problema con el que se enfrentó fue de elaborar las dimensiones descriptivas de la personalidad que deberían ser tenidas en cuenta en el cuestionario. Existe en la vida cotidiana un sinnúmero de categorías descriptivas o formas para describir las personas. El reto de Cattell fue elaborar un conjunto de categorías descriptivas lo suficientemente apto y amplio para contener las variadas formas de la personalidad humana. Para lograr este objetivo Cattell se basó en los trabajos de Allport y Odbert. Allport y Odbert obtuvieron en un principio una lista de 18.000 adjetivos que calificaban a la personalidad humana, que recogieron del “Webster´s Second unabdriged Dictionary”( Segundo diccionario no resumido de Webster), que posteriormente fueron reducidos a 4500. Cattel trabajó con este listado, eliminado sinónimos, repeticiones y redundancias. Utilizando el análisis factorial Cattell obtiene una lista de 200 categorías descriptivas en lengua inglesa, posteriormente mediante el método de correlación se redujeron a 45 dimensiones de la personalidad. La descripción de este proceso de halla documentada en Cattell en su trabajo”Personality and mood by questionaire” (1973), citado por Karson S.; O´Dell JW (1995).
Cattell luego enumeró 12 ó 15 factores en lengua inglesa que parecían explicar de mejor manera las diferentes dimensiones de la personalidad humana y las denominó con las letras desde la A hasta la O. De este modo el primer factor A (Afectividad) fue el primero en ser encontrado, seguido de B (Inteligencia), luego el factor C (Fuerza del Yo) y así sucesivamente. Transcurrido cierto tiempo, Cattell se percata que algunos factores:D,J,K, no se encontraban asiduamente en los individuos sometidos a los cuestionarios por los que fueron eliminados. Así mismo otros factores fueron encontrados luego de las respuestas obtenidas en el cuestionario y que eran de frecuente presentación por los que también fueron agregados y se los denominó con la letra Q .
Las escalas que se logran en las respuestas al Cuestionario, adoptan la configuración en decatipos (escalas de 10 puntos). Los valores se han estandarizado, con una media de 5,50 y una desviación estándar de 2.
Este cuestionario posee algunas ventajas que lo hace sumamente útil comparado con otros tests utilizados en la actualidad.Con respecto al MMP1, este evalúa patologías mientras que el 16PF evalúa rasgos de normalidad. Es también un cuestionario mucho más completo por el número de variables que mide en relación con otros tests, su validación y uso internacional lo hace un instrumento referencial para medición de rasgos de personalidad.
Para cumplimentar con el propósito del presente trabajo se enunciará y desarrollará el modelo de dimensiones y rasgos de Cattell con el objeto de facilitar su comprensión. Para ello se utilizaron las descripciones basadas en el trabajo de Karson S,O´Dell JW (1995) y los enunciados explicativos del “Cuadernillo de aplicación del cuestionario 16 PF-5”(1995)
Dimensiones de Personalidad en el cuestionario 16PF
Se deberá tener en cuenta que el cuestionario básicamente analiza Escalas primarias (Factores de Primer orden) y Dimensiones Globales (Factores de Segundo Orden). Esta última se encuentra conformada por la interrelación de los factores de Primer Orden.
Cattell en su cuestionario analizó tres grandes categorías:
1. Estilos de respuesta
2. Dimensiones globales
3. Escalas Primarias
1. Estilos de Respuestas
I. Manejo de imagen (MI):
El Manejo de Imagen constituye una medida de “deseabilidadd social”. Una puntuación alta evidencia un elevado grado por parte del individuo de expresar conductas socialmente deseables, una puntuación baja evidencia una predisposición por parte del individuo en admitir conductas socialmente no deseables.
II. Infrecuencia (IN)
Está formada por elementos que fueron elegidos por un escaso número de casos. Son los resultados obtenidos mediante la elección de la respuesta “B” en el cuestionario.
III. Aquiescencia (AQ)
La aquiescencia es una categoría que evidencia la “distorsión motivacional” por parte del encuestado en engañar con las respuesta. Así por ejemplo una puntuación alta por arriba del promedio de 4, indica que la persona hizo grandes esfuerzos para contestar con la opción que le parecía “socialmente correcta”, tratando de este modo de engañar al encuestador dando una falsa imagen de sí mismo o la intencionalidad del encuestado en lograr una aprobación del examinador.
Las escalas primarias más significativas para evidenciar esta conducta son C ( Fuerza del Yo),L (suspicacia), O (culpabilidad) y Q4 (ansiedad flotante).
2. Dimensiones Globales
I. Apuntamientos
Con la presentación en decatipos, los decatipos inferiores a 3,50 y superiores 7,50 ; son indicativas de características peculiares y distintivas de la personalidad
II. Congruencia
El análisis de los datos de las dimensiones globales se hará de acuerdo a la pertenencia a la misma dimensión.
Se identificarán las escalas que son congruentes a las dimensiones que se analizan.
De este modo el sujeto que puntea alto para extraversión, los valores de las escalas en decatipos serán congruentes con esta dimensión.
III. Extroversión (Ext)
La dimensión extraversión es el primer factor de segundo orden estudiado por R. Cattell. Fue identificado primeramente por otros estudiosos de la personalidad como Gustav Jung y Eysenck.
La Extroversión se encuentra dentro del dipolo Extroversión-Introversión.
Una persona extrovertida puntúa alto en las escalas de Afabilidad(A+),Animación (F+), Atrevimiento social (H+), Abierta (N-), e Integrada al grupo (Q-).
La extraversión puede estar relacionada con una conducta proclive a manifestar sus sentimientos, como también el mostrarse empático con el medio. El individuo extravertido busca relacionarse con los otros y a sociabilizarse con el entorno en forma rápida.
Resumen de Conceptos
INTROVERSIÓN EXTROVERSIÓN
Reservada (A+) Afable (A+)
Seria (F-) Animosa (F+)
Tímida (H-) Atrevida, emprendedora (H+)
Calculadora/privada (N+) Llana, genuina, natural (N-)
Autosuficiente (Q2+) Seguidora, integrada (Q2-)
IV. Ansiedad (Ans)
La dimensión Ansiedad como la Extraversión, ha sido unos de los primeros en ser estudiados.
Posee como dipolo contrario la dimensión Ajustada. Un individuo bajo en Ansiedad, no significa normalidad.
Desde el punto de vista del análisis factorial la Ansiedad pude surgir como una respuesta a sucesos externos o generarse internamente. Puede formar parte del mecanismo lucha/huida, debido a una amenaza real o percibida.
Resumen de Conceptos
AJUSTADA ANSIOSA
Emocionalmente estable (C+) Reactiva (C-)
Confiada (L-) Vigilante,suspicaz (L+)
Segura (O-) Aprensiva (O+)
Relajada (Q4-) Tensa,impaciente (Q4+)
V. Dureza (Dur)
Denominada también en sus comienzos por Catell como Partemia-Cortertia.
Dentro de esta dimensión se agrupan cualidades de la personalidad de individuos con tendencia a la inflexibilidad, a la inamovilidad de sus conceptos y fijeza de criterio. La persona que puntúa alto posee características relacionadas con dificultades para aceptar nuevos puntos de vista, objetivos en sus juicios y que emocionalmente no se involucran con el problema.
En contraste con “Dureza” encontramos a la personalidad “Receptiva”. Esta personalidad es característica de los individuos que se involucran sentimentalmente con el problema, abiertos a experiencias novedosas, pero con impedimentos emocionales para emitir juicios objetivos.
Resumen de Conceptos
RECEPTIVA DUREZA
Afable (A+) Reservada (A+)
Sensible (I+) Objetiva, utilitaria (I-)
Abstraíada (M+) Práctica (M-)
Abierta al cambio (Q1+) Tradicional (Q1-)
VI.Independencia (Ind)
Individuos con puntuaciones altas corresponden a individuos activos y enérgicos en la consecución de sus fines. Poseen como cualidad el ser abiertos al cambio, pudiendo caracterizarse por su mordacidad y agresividad para lograrlo. La personalidad independiente no se amilana ante los cambios y le agradan los desafíos y los retos. La novedad constituye un aliciente y no un obstáculo. Por lo tanto posee tendencias en desafiar lo establecido y en expresar sus opiniones sin menoscabo.
En el polo opuesto encontramos la personalidad “Acomodaticia”. Estas personas poseen una personalidad pasiva, con tendencia a dejarse llevar por las opiniones de los demás, y que buscan apoyo excesivamente en los otros. Son individuos que no le gustan los cambios, prefiriendo lo tradicional, sin cuestionar las situaciones emergentes.
Resumen de Conceptos
ACOMODATICIA INDEPENDIENTE
Deferente (E-) Dominante (E+)
Tímida (H+) Atrevida (H+)
Confiada (L-) Vigilante (l+)
Tradicional (Q1-) Abierta al cambio (Q1+)
VII. Autocontrol (AuC)
Esta dimensión está relacionada con la capacidad del individuo en lograr la contención de su ansiedad.
Las personas que puntúan alto son los que piensan antes de actuar y no dejan que los aspectos emocionales perjudiquen su capacidad de decisión y de esta manera pueden enfocar sus energías con eficacia para lograr sus fines. La experiencia indica que las personas que puntúan alto en AuC, son creativos y productivos. Aquellos sujetos en los cuales la ansiedad es contenida o reprimida en forma activa, tiende a repercutir en forma negativa sobre la creatividad. Las personas con AuC alto, son intolerables con la ambiguedad y el desorden la vida cotidiana. Relacionado con el hábito de vida cuidadoso, metódico y calculado.
Una persona con AuC alto será socialmente escrupuloso y con una fuerte autoimagen como representación de sus objetivos.
Por el contrario una persona con AuC bajo, será descontrolado, laxo en sus principios, propenderá a satisfacer las necesidades del momento sin tener en cuenta sus principios y proyectos de futuro, socialmente descuidado en las normas culturales y de buena relación.
Resumen de conceptos
FALTA DE CONTROL(desinhibida) AUTOCONTROL
Laxo. Sigue sus propias necesidades.Descuidado en las reglas sociales Controlado excesivamente.Conoce el alcance de sus deseos.Socialmente escrupuloso. Seguidor de las normas.
3. Escalas Primarias
I. Afabilidad (A)
Esta escala subraya la tendencia de la persona a sociabilizar con el medio; por lo tanto va desde reservada sin lazos interpersonales (A-) hasta aquella implicada con los demás (A+)
A la personalidad A+ le gustaría conseguir un trabajo donde haya mucha gente con quien relacionarse, mientras que una persona A- , resultaría perfecta para un laboratorio de investigación donde el trato cotidiano con la gente sería ínfimo.
Resumen de conceptos
RESERVADO A- AFECTUOSO A+
alejado calmado
aislado participante
distanciado cooperativo
sigue sus propias ideas adaptable
desconfiado confiado
rígido despreocupado
frío risa fácil
II. Teoricidad (B)
Esta escala posee 15 elementos que evalúa la capacidad para resolver problemas utilizando el razonamiento. Esta escala es un instrumento para describir la capacidad intelectual. Aunque la capacidad de razonamiento no constituye un rasgo de personalidad, Cattell lo coloca en la lista a los fines de evaluar la estructura neurocognitiva del sujeto. Esta escala es la única que no sigue el modelo de respuesta 2, 1,0; en este caso sólo hay una respuesta correcta.
Teoricidad B - Teoricidad B +
Lentitud Presteza
Capacidad mental general baja Capacidad mental general alta
Incapacidad para manejar problemas abstractos Rapidez de aprendizaje, comprensión fácil
Poca aptitud para organizarse Tendencia a intereses intelectuales
Moral baja Moral alta
Inconstante Perseverante
Pensamiento concreto Pensamiento abstracto
III. Estabilidad (C)
Denominada también como “Fuerza del Yo”, esta dimensión hace mención a la estabilidad emocional del sujeto. Cattell encontró semejanzas entre esta dimensión y la elaborada por Eysenck bajo la denominación de “neuroticismo”.
Este constructo califica el modo de afrontamiento a los hechos cotidianos de la vida. El individuo que puntúa alto experimenta con adaptabilidad y equilibrio las diferentes peripecias de la cotidianeidad; mientras que aquella que puntúa bajo experimenta cierta falta de control sobre los hechos y presenta una tendencia de reaccionar en contra de ellas en vez de adaptarse a las soluciones. Por lo tanto un sujeto C+ es emocionalmente estable, adaptado y maduro, mientras que por el contrario un sujeto C- es reactivo y emocionalmente inestable
Resumen de Conceptos
Inestabilidad emocional C- Estabilidad emocional C+
Yo débil Mucha fuerza del Yo
Fácil turbación Maduro, tranquilo, se enfrenta a la situación
Evade las responsabilidades,tiende a darse por vencido No deja que las emociones afecten a la realidad
Preocupado Sereno
IV. Dominancia (E)
Este constructo describe al sujeto en términos de su capacidad en ejercer la voluntad de uno mismo sobre los demás. Una puntuación alta E+ describe una personalidad dominante, con tendencia a manifestar sus deseos y opiniones y a imponer los suyos propios sobre los demás. Para algunos mide cierto grado de sociopatía.
Una puntuación baja indica una personalidad que tiende a evitar el conflicto, permitiendo que se realicen los deseos de otros, posponiendo de este modo los suyos propíos.
Resumen de Conceptos
Sumision E- Dominancia E+
Dócil, acomaditicio Dominante, agresivo,competitivo
Diplomático,considerado Dogmático,duro,hostil
Ideas de dependencia Ideas posesivas
Humilde Desea que lo admiren
V. Animación (F)
Este constructo evalúa el grado de impulsividad y entusiasmo del sujeto.
Cattel asoció los siguientes adjetivos al polo de F+, a saber: “animoso, alegre, sociable, enérgico, rápido, hablador, ocurrente”, mientras que los adjetivos asociados con una puntuación baja F- fueron: “deprimido, distante, pesimista, introspectivo, incapaz de relajarse, ligado a los hábitos”.
La dimensión F es lo más cercano que el Cuestionario individualiza a lo que se reconoce como individuos con tendencia maníaco-depresivas.
Resumen de Conceptos
Gravedad F- Impulsividad F+
Sobrio, taciturno, Entusiasta,confiado a la buena suerte
silencioso hablador
meditabundo,reflexivo. franco,expresivo
se apega a sus valores personales se inclina hacia el grupo
Cauteloso rápido
VI. Atención a las normas (G)
Esta escala ha sido considerada afín al concepto psicoanalítico de SuperYo.
En los extremos una persona G- es indulgente y no acepta las normas, mientras que en polo opuesto G+ prioriza las normas, es cumplidora y formal.
Esta escala pone evidencia el grado de aceptación por parte del sujeto de lo que se reconoce como las normas culturales y de aquello que se considera correcto/incorrecto.
El individuo G+ tiene tendencia a ser inflexible y rígida consigo misma, mientras que la persona en el polo opuesto posee un pobre sentido de lo que es correcto e incorrecto, con falencia de interiorización de los valores morales aceptados, es poco convencional y posee dificultades en ajustarse a las normas y a las reglas.
Resumen de Conceptos
Poca aceptación de las normas G- Mucho carácter G+
Despreocupado moralista,formal
voluble perseverante
frívolo responsable
indulgente consigo mismo emocionalmente disciplinado
poco confiable dominado por el sentido del deber
desatento a las obligaciones personales preocupado por las normas, valores y reglas establecidas
VII. Atrevimiento (H)
Este es considerado el factor del arrojo y de la espontainedad. Una puntuación alta evidencia gustos por los riesgos a ultranza. Es el típico héroe de los comics.
La descripción de los extremos de este constructo se describe como H-: tímida, temerosa y cohibida, mientras que en el otro extremo H+: atrevida, segura y emprendedora.
Resumen de Conceptos
Timidez H- Atrevimiento H+
cohibido emprendedor, le gusta conocer gente
tímido, reprimido amistoso
sensible a la amenaza impulsivo
cuidadoso, considerado, pronto a ver peligros descuidado no ve signos de peligro
VIII. Sensibilidad (I)
El contenido de esta dimensión apunta al aspecto sentimental de la persona. El individuo con puntuación alta I+, posee tendencia a basar sus juicios en gustos personales y a valores de índole estético; mientras que las personas que puntúan bajo, poseen un enfoque más utilitario de las situaciones.
Los individuos I- son objetivas en sus juicios, nada sentimentales y utilitarias, valoran más los aspectos operativos de las cosas sin atender a aspectos sentimentales de las personas involucradas.
Resumen de Conceptos
Dureza I- Sensibilidad emocional I+
duro, nada sentimental tierno, sensible, dependiente
autoconfiado, acepta responsabilidad apegado, inseguro, busca ayuda y simpatía
actúa por evidencia práctica y lógica actúa por intuición sensible
constante en la tarea atención dispersa y volátil
pasa por alto los problemas de salud hipocondríaco, ansioso sobre sí mismo
IX. Vigilancia (L)
Este constructo define el grado de confianza de un individuo cuando interacciona con el medio. Una puntuación alta L+, indica una personalidad que está continuamente en alerta y no pueden relajarse, aún en situaciones en que es dable hacerlo, son desde este punto de vista personalidades desconfiadas del entorno, suspicaces, escépticas y precavidas en extremo. En el otro extremo las personas L- son confiadas y adaptables.
Cattell utilizó los siguientes adjetivos de su lista para los individuos con L bajo: “ confiado, comprensivo, sosegado,”, mientras que los individuos con L alto los caracterizó como: “ suspicaces, celosos, autosuficientes y retirados”.
Las listas con adjetivos comienza a reducirse por el hecho que ya nos encontramos con el noveno factor.
Los individuos L+, tienen propensión a ser opositores fácilmente, son antagónicos y con tendencias a pensar en ofensas. Está claro que llevando esta dimensión hacia los extremos confluye con síntomas de la clásica paranoia. Cattell alude a la puntuación alta, utilizando un neologismo: protensión; palabra formada con los términos en inglés paranoid-trend.
Resumen de conceptos
Confianza L - Suspicacia L+
confiado desconfiado
adaptable al cambio dogmático
No ve hostilidad suspicaz de injerencia
olvida las dificultades vivencia las frustraciones
comprensivo, permisivo tiránico
no preocupado por corregir a los demás exige a los demás aceptar sus errores
X. Abstracción (M)
Esta dimensión califica el tipo de cosas hacia las cuales el individuo fija su atención.
El individuo M+ posee una tendencia hacia la imaginación, mientras que los sujetos M- poseen más tendencias a dar importancia a aspectos prácticos de las cosas y a ser más realistas. Las personas M- tiene “los pies sobre la tierra”, mientras que las M+ son imaginativas e idealistas.
Resumen de Conceptos
Practicidad M- Imaginación M+
Práctico Imaginativo
Preocupaciones realistas bohemio, imaginativo
Convencional, lógico. absorto en ideas
interesado por realidades objetivas fantasioso
estable y cuidados enusiasmo inestable
XI. Privacidad (N)
Esta dimensión mide el grado de “apertura” de la personalidad.
En un extremo N- encontramos a un individuo abierto, llano y de comportamiento natural. En el otro polo N+ se trata de un individuo que “no muestra las cartas” fácilmente y que no habla de sí mismo con facilidad. Son individuos astutos y calculadores de la situación. Se trata de una personalidad que prefiere guardar sus problemas sin darlos a conocer a sus amigos y que no habla con comodidad de sus sentimientos. Sus cuestiones personales son guardados con celo.
Resumen de Conceptos
Franco, Sincero N- Astuto, calculador N+
gregario, se implica emocionalmente emocionalmente alejado
espontáneo, natural artificioso
XII. Aprensión (O)
Esta escala mide el grado de preocupación y la culpabilidad obsesiva.
En un principio los elementos que lo componen no fueron tomados muy en cuenta por Cattell, sin embargo la experiencia en la utilización de cuestionario, demostró su penetración en los individuos y de gran valor para el diagnóstico clínico.
El individuo O- se muestra seguro, satisfecho y despreocupado, mientras que la personalidad O+ se muestra aprensiva, insegura y preocupada.
Esta dimensión presenta deseabilidad social y se ubica en el polo O-.
Resumen de Conceptos
seguro de sí mismo O- Inseguro O+
confiado aprensivo
satisfecho tendencia a la culpabilidad
despreocupado escrupuloso
sin temores síntomas fóbicos
alegre llora fácilmente
Las escalas Q que viene a continuación están basados en los datos de Cuestionario y sólo han sido obtenidos a través de la utilización de este instrumento.
XIII. Apertura al cambio (Q1)
Esta dimensión mide el grado de Rebeldía de la personalidad. Una persona Q1- se mostrará tradicional y apegada a lo familiar; mientras que una Q1 + se verá abierta al cambio y liberal. El individuo Q1 – prefiere lo familiar y predictible y no se cuestiona cómo están hechas las cosas aunque no esté de acuerdo con ellas. Una persona Q1 +, por el contrario, intenta nuevas maneras de hacer las cosas y trata de modificarlas, así mismo encuentra muy aburrido el trabajo rutinario y habitual. En una persona Q1 – el trabajo rutinario le da confianza y tranquilidad.
Resumen de Conceptos
Conservador Q1- Experimental Q1 +
tradicional ideas libres
apegado a lo familiar abierto al cambio
XIV. Autosuficiencia (Q2)
Esta escala mide el grado de relación cooperativa con los otros, para algunos autores constituye una dimensión que mide Introversión-Extraversión.
En los polos opuestos se describe a una persona Q2 – como dependiente y seguidora del grupo, por el contrario una persona Q2 + se describe como autosuficiente, individualista y solitaria.
Una persona Q2 – está orientada hacia el grupo, prefiere estar rodeada de gente y le gusta compartir trabajo con los otros. Mientras que la persona Q2 + posee dificultades para trabajar al lado de otras personas y le cuesta pedir ayuda cuando lo necesita; su autosuficiencia extrema lo lleva a actuar en forma solitaria y autónoma. Le gusta hacer planes sin sugerencias ni interrupciones, mientras que por el contrario a la persona Q2 – disfruta de participar sus proyectos con los otros y llevarlo a cabo en equipo.
Si bien el grado de deseabilidad social está orientada hacia el individuo Q2 –, estos individuos también pueden presentar dificultades, puesto que no siempre el trabajo grupal será funcional a los objetivos o situaciones en que el grupo no puede prestar toda la ayuda necesaria.
Resumen de Conceptos
adhesión al grupo Q2- autosuficiencia Q2 +
dependiente del grupo lleno de recursos propios
Integrado al trabajo grupal individualista, solitaria
XV. Perfeccionismo (Q3)
Esta dimensión describe la organización y el deseo de orden en las cosas.
Una personalidad Q3- será flexible y tolerante con el desorden. Por el contrario una
Personalidad Q3 + poseerá fuerte tendencia a ser organizada, escrupulosa y deseo de
poseer dominio y previsibilidad sobre los hechos futuros.
Resumen de Conceptos
falta de control Q3 - Autocontrol Q3+
flexible, laxo controlado, perfeccionista
descuidado por las reglas socialmente escrupuloso
XVI. Tensión (Q4)
Los elementos de esta escala son los clásicos que se miden en la “neurosis de ansiedad”, y está asociada a la tensión nerviosa.
Un individuo Q4 – se demuestra relajada, plácida y paciente; mientras que una Q4+ se muestra tensa, enérgica, impaciente e intranquila.
La personalidad Q4 – se siente relajada y poco predispuesta al cambio, con un grado bajo de frustración.Por el contrario una personalidad Q4 + expresa una energía incansable y está orientada hacia la acción, cuando posee mucha energía puede manifestar impaciencia, irritabilidad y una tendencia a mostrarse intranquila en la espera.
Resumen de Conceptos
Poca tensión Q4 - Mucha tensión Q4+
Relajado tenso
Tranquilo impulsivo
no frustrado frustrado
Aletargado irritable
CAPÍTULO III
METODOLOGÍA DE TRABAJO
Hipótesis
Los pacientes asmáticos presentan variables psicológicas, estructuras y rasgos de personalidad que los diferencian de la población que no padecen de la enfermedad.
Diseño de la Muestra
Se realizó un estudio descriptivo/correlacional utilizando dos muestras de 26 personas cada una. Un primer grupo de “Asmáticos” y un segundo grupo de “No Asmáticos” que constituyó el grupo control.
Para evitar sesgos se homogenizó la muestra de asmáticos con igual número de testigos, teniendo en cuenta las variables de edad, sexo y grado de escolaridad, quedando de este modo la muestra problema y testigo apareados y distribuidos de acuerdo a las siguientes tablas:
Mujeres (n=14)
Edad/años Escolaridad hasta Primaria Completa Escolaridad hasta Secundaria Completa Escolaridad hasta Terciaria Completa
18 a 30 1 caso
31 a 50 2 casos 2 casos 4 casos
+ 50 1 caso 2 casos 2 casos
Hombres (n=12)
Edad/ años Escolaridad hasta Primaria Completa Escolaridad hasta Secundaria Completa Escolaridad hasta Terciaria Completa
18 a 30 1 caso 2 casos
31 a 50 2 casos 1 caso 5 casos
+ 50 1 caso
A cada uno de los sujetos de ambos grupos se le aplicó el cuestionario 16PF a los fines de evaluar los rasgos de personalidad.
La muestra del grupo “Asmáticos” se obtuvo de los pacientes que acudieron al Servicio de Alergia e Inmunología del Hospital Italiano de la ciudad de Córdoba, y que fueron caratulados como “asmáticos” por personal médico.
La recolección de datos en el Grupo Asmático, se realizó por médicos residentes del Departamento de Salud Mental del antes mencionado hospital, quienes fueron instruidos previamente de las características del presente estudio.
Los pacientes asmáticos fueron informados del objetivo del presente estudio y de los beneficios del conocimiento de su perfil psicológico en la evolución de su enfermedad.
A los individuos No asmáticos que se desenvolvieron como grupo control, fueron informados de las peculiaridades del cuestionario, siendo motivados para su realización, en las ventajas de poseer información acerca de su personalidad en la vida diaria. La ejecución del cuestionario fue realizado por mí personalmente.
Los criterios de exclusión en el grupo de asmáticos, fueron: poseer una evolución de la enfermedad de menos de un año -a fin de evitar sesgos por otro tipo de enfermedades respiratorias intercurrentes-, poseer menos de 18 años y estar en tratamiento bajo algún tipo de medicación psiquiátrica.
Como instrumento para la recolección de datos se utilizó el Cuestionario de Personalidad 16PF-5. Este cuestionario fue confeccionado por Raymond B. Cattell y editado por primera vez en el año 1949. La versión que se utilizó fue la quinta edición (adaptado al español), y está basada en los resultados psicométricos obtenidos en la cuarta edición del año 1993.
El cuestionario consta de 185 elementos con tres opciones de respuestas con el objetivo de medir los índices de MI (manipulación de la imagen o deseabilidad social) Infrecuencia (In) Aquiescencia (Aq) y los 16 factores primarios de personalidad: Afabilidad, Razonamiento, Estabilidad, Dominancia, Animación, Atención a normas, Atrevimiento, Sensibilidad, Vigilancia, Abstracción, Privacidad, Aprensión, Apertura al cambio, Autosuficiencia, Perfeccionismo y Tensión. El mismo cuestionario permite también obtener información de cuatro factores secundarios o dimensiones de la personalidad: Extroversión, Ansiedad, Dureza e Independencia.
Luego del relevamiento de los datos, las variables encontradas fueron analizadas con el programa estadístico SPSS.
Se utilizó la Prueba “t” de Student para la comparación de los diferentes rasgos, evaluados por las respuestas obtenidas mediante el cuestionario, entre el Grupo Asma y el Grupo de No asmáticos.
También se evaluó el comportamiento de los rasgos entre sí dentro del Grupo Asma, mediante la utilización del Test de Correlación de Pearson.
ANÁLISIS DE LOS DATOS
1. Estudio de las Diferencias de Medias
2. Estudio de las Correlaciones
1) ESTUDIO DE LAS DIFERENCIAS DE MEDIAS
Se compararon los valores obtenidos en las diferentes dimensiones por las respuestas obtenidas en el cuestionario, en ambos grupos: Asmáticos y No Asmáticos, y se utilizó el test “t” de Student a los fines de avaluar si existían diferencias estadísticas en cada uno de los rasgos de personalidad que evalúa el Cuestionario 16PF.
De estos rasgos se obtuvieron diferencias significativas en cuatro de ellos, con las puntuaciones que se objetivan en la tabla siguiente:
Diferencia de Medias entre Grupo de Asmáticos y No Asmáticos
Grupo Rasgo Media Valor “t” Valor P
No Asma
Asma B: TEORICIDAD/INTELIGENCIA 5,3077
3,7692 2,608
.012
No Asma
Asma M: ABSTRACCIÓN 5,1154
6,0385 -1,978
.053
No Asma
Asma Q2: AUTOSUFICIENCIA 6,9615
6,1538 1,832
.073
No Asma
Asma IN: INFRECUENCIA 4,6923
6,0769 -2,428
.019
El factor B de Inteligencia/ Teoricidad, La capacidad de Razonamiento no constituye un rasgo de personalidad en sí misma; sin embargo fue colocado por Cattell porque terminó considerando que era de importancia para la comprensión de algunos aspectos motivacionales en la personalidad humana, así como también en el significado y comprensión de los procesos mentales. Se considera que el estilo cognitivo interviene en la expresión de la mayoría de los rasgos de personalidad.
La escala de Inteligencia/Teoricidad, es la única que no posee las dos opciones para su puntuación. En ese caso sólo una respuesta es la correcta, y los elementos a contestar componen una serie de elementos donde la facultad de razonamiento y la capacidad lógica, constituyen elementos de importancia para lograr una respuesta correcta. Esta escala contiene 15 elementos que evalúan la capacidad de razonamiento para resolver problemas.
Según Karson y O`Dell, esta dimensión constituye un buen índice de atención y de motivación que poseyó el sujeto en contestar el cuestionario.
La falta de respuestas correctas que lo llevan a puntuar bajo en la dimensión B, puede obedecer al grado de ansiedad o preocupaciones que presenta el encuestado y que llevan al sujeto a no contestar adecuadamente.
En nuestro estudio las medias de No asmáticos y Asmáticos fueron de 5,3077 y 3,7692 respectivamente y con un valor de p<0.012 en la prueba de diferencia. Por lo que los Asmáticos presentan menos Teoricidad/Inteligencia (B-) en relación con los Asmáticos.
Si bien esta escala para inferir resultados definitivos acerca de la Inteligencia de un individuo se debería aplicar un test CI, es útil para relacionarla con otras escalas obtenidas.
Bajo esta óptica, se obtuvo un bajo puntaje en B (B-) que al relacionarlas con las que se obtuvo en nuestro estudio en la escala M (Imaginación autística) con diferencias a favor del grupo Asmático (M+), es dable entonces inferir algunos aspectos que caracterizan la personalidad del asmático: Existe apoyo para la hipótesis que los sujetos asmáticos, al poseer bajo B y una alta Imaginación autista (M+), son sujetos creativos, pero que en el momento de llevar a cabo un esfuerzo creador para poner en práctica sus pensamientos encuentran dificultades para llevar al plano de las concreciones sus idealizaciones.
Cuando se comparó las muestras entre asmáticos y no asmáticos según diferencia de género, el estudio no arrojó significancia estadística entre los hombres, pero sí entre mujeres. Se obtuvieron medias entre mujeres NO asmáticas y mujeres Asmáticas de 4,7857 y 3,1429 respectivamente (p<0,026). Por lo que las mujeres asmáticas son las responsables en la muestra total por los valores B (-) obtenidos.
Es decir que las mujeres asmáticas presentarían mayores problemas que las NO asmáticas en la resolución de problemas en el cual intervenga el razonamiento lógico, debido al estado de ansiedad y preocupación que presentan,.
De esta forma las pacientes asmáticas no encajarían en la deseabilidad propugnada por Vucovich P. y Vucovich G., en el sentido que los pacientes con “afrontamiento bueno” de la enfermedad serían aquellos que elaboraran estrategias adaptativas, “tales como el análisis lógico y la redefinición cognitiva”.
Se debe hacer mención que los valores bajos en la dimensión B, abarca según las normativas de interpretación del Cuestionario 16PF a otros aspectos de la personalidad como son: poco apto para organizarse, juicio deficiente, moral baja e inconstancia.
La inconstancia y la poca aptitud para organizarse, que se revelan a través de esta dimensión, puede llegar a ser también, un elemento tener en cuenta para el correcto cumplimiento de las medidas terapéuticas.
La Infrecuencia resulta de la elección como respuesta a las preguntas por un muy bajo nivel de encuestados, y surge a partir de la elección de la respuesta B, cuando el encuestado no elige las dos opciones que valúan una dimensión de personalidad y posee dudas en cuanto a estas dos opciones.
Según bibliografía (16PF-Cuadernillo instructivo; 2001), los bajos índices obtenidos en la dimensión B debido a la falta de atención al responder el cuestionario se deberían ver reflejados en altos valores de la dimensión Infrecuencia.
En la muestra aquí analizada es justamente lo que ocurre. El grupo de asmáticos obtuvo una diferencia a favor estadísticamente significativa con los No asmáticos, en la dimensión de Infrecuencia. El grupo de NO asmáticos presentó una media de 4,6923, mientras que en el grupo de Asmáticos lo fue de 6,0769 (p<0,019).
Los resultados obtenidos en la dimensión Infrecuencia, son los que otorgan una buena validez interna a la dimensión Teoricidad en su polo negativo. Más aún si se comparan que también la dimensión Infrecuencia, como ocurre también en la dimensión Teoricidad, sólo las mujeres asmáticas al compararlas con las no asmáticas tuvieron una diferencia estadística en su diferencia de medias: Mujeres NO asmáticas: 4,5714, mujeres Asmáticas 6,2857 (t = -2,265; p<0,034).
Las mujeres asmáticas al compararlas con sus pares sanas, obtuvieron significancia estadística en la t-Student en valoraciones negativas de las dimensiones B (Teoricidad/Inteligencia: B-) y en altos valores de Infrecuencia. No obteniéndose valores significativos en la muestra de varones.
Los bajos valores en las medias con significancia estadística, obtenidos en Teoricidad (B-) por el grupo de asmáticos al compararlos con los No asmáticos, se ven cimentadas por los valores estadísticamente significativos encontrados en la dimensión Infrecuencia, obteniéndose en ambas dimensiones valores significativos sólo en la muestra de mujeres.
En otras palabras las mujeres asmáticas presentaron mayores dificultades, que las mujeres no asmáticas, en la resolución cognitiva de problemas en los que está en juego la capacidad de razonamiento. Estos resultados pueden ser debido a la escasa atención dispensada en resolverlos, que podría quizás explicarse por un estado de “preocupación o ansiedad” al momento de realizar el cuestionario.
Los resultados obtenidos son coherentes a los conseguidos por Fernández Rodríguez, JC. et al; en el sentido que estos autores utilizando el cuestionario I.S.R.A, demostraron una importante relación en los pacientes asmáticos, demostrando que ellos poseen en mayor grado “sentimiento de inseguridad y preocupación” que sus iguales sanos.
Nuestros resultados son también congruentes con los observados por otros autores con respecto a este estado de “preocupación y ansiedad” en el paciente asmático. Gomez Centurión A., Baena Cagnani J. (p. 140), citan a Bekei M. en el siguiente párrafo: “Es observable un estado de tensión crónica que afecta la capacidad para pensar y sentir reflexivamente, con una sensación permanente de insatisfacción con lo que se hace y con lo que se tiene… una terrible ambición y urgencia por el tiempo, como peleando contra el tiempo que nunca llega ser suficiente, para toda la actividad que tiene que realizar…..”
Así también los resultados obtenidos en la dimensión Teoricidad son similares a las conclusiones esgrimidas por Fernández Rodríguez JC (ob.cit.). Aplicando el Test I.S.R.A el autor obtuvo puntuaciones altas en la dimensión ansiedad, expresándose de este modo al respecto: “Es decir, los asmáticos presentan rumiaciones de tipo cognitivo que le lleva a un estado de alerta y tensión con mayor frecuencia que el sujeto que forma parte del grupo control”.
En nuestro estudio, la dimensión Ansiedad, obtuvo valores de medias de 4,2231 y 4,4923 para el Grupo de No asma y Asmático respectivamente, con diferencia a favor del grupo de asmáticos, aunque estadísticamente no significativa.
Sin embargo el grado de “preocupación y falta de atención” se vió reflejado en nuestro estudio, por la significancia estadística encontrada en la dimensión Teoricidad que refleja en forma indirecta el estado de “preocupación y ansiedad”, que le impidió el razonamiento lógico para contestar adecuadamente el cuestionario pertinente.
En la dimensión de Abstracción o también denominado Imaginación autística, el grupo de Asmáticos evidenció significancia estadística con los No asmáticos en su valoración positiva (M+) con respecto a sus pares sanos.
Los No asmáticos presentaron una media de 5,1154, mientras que los Asmáticos lo fue de 6,0385. En la prueba t de diferencia de medias se obtuvo un valor p<0,053. Es decir que los asmáticos, comparados con los no asmáticos, presentarían mayor capacidad de imaginación, imaginativamente dominados por elaboraciones íntimas, fantasiosos, fácilmente entusiasmados pero con ocasionales cambios histéricos de abandono.
Cattell (1965) describe a la personalidad M+ como “autia”, palabra derivada de “autismo”, y describe al individuo como una persona con “tendencias generales de autismo, es decir con una predisposición a percibir la realidad falsamente y de acuerdo con sus propios deseos. Lo describe también como un rasgo en el cual el individuo está envuelto en “desarrollos imaginativos internos, bohemio, y falta de condiciones prácticas”.
En la dimensión M no se encontró diferencias estadísticas entre mujeres asmáticas y no asmáticas; mientras que entre hombres no asmáticos y asmáticos los valores de medias de 4,4167 y 6,3333 respectivamente, difieren significativamente (p< 0,004). Por lo que los hombres asmáticos son más fantasiosos e imaginativos que sus pares normales. Los hombres asmáticos son los responsables de la significancia estadística encontrada en la dimensión Abstracción en la muestra total.
La dimensión Q2 señala el grado de autosuficiencia e independencia en su polo positivo, mientras que en su extremo negativo indica por lo contrario su necesidad de adhesión al grupo como aspecto de su personalidad.
En nuestra muestra se obtuvieron Medias en los No asmáticos y los Asmáticos de 6,9615 y 6,1538 respectivamente (p<0,073 en la prueba de diferencia de medias), por lo que los Asmáticos son menos Autosuficientes (Q2-) al compararlos con los NO asmáticos.
Según bibliografía, esta dimensión es una expresión de la dimensión psicológica de Introversión (Q+) y Extroversión (Q-).
Los individuos Q (-) precisan del desarrollo de condiciones sociales de aceptación para ser admitido por el grupo. Presentarán características como locuacidad, adaptabilidad, confiados en otros y con una valoración positiva con respecto a las actividades grupales. Mientras que un individuo que puntúa alto en Q(+), serán personas con escasa valoración de lo colectivo, individualistas, poco confiados en el “otro” y tímidos. En este sentido la sociabilidad y las conductas de evitación social enmarcan a las personalidades Q- y Q+ respectivamente.
Cada una de estas facetas poseen virtudes y debilidades. Los autores Karson S y O´Dell JW, citan a Cattell en la siguiente expresión: “el individuo Q2 (+) evita la sociedad porque es una pérdida de tiempo, no por un rechazo emocional, sino porque la experiencia le ha enseñado que sus pensamientos están suficientemente organizados para resolver los problemas por sí mismos. En consecuencia esto conlleva una extremada independencia personal, que lo conduce al aislamiento social y al individualismo”.
Por otra parte, un individuo con bajos valores en Q2 (Q2-), puede tener también dificultades. En este sentido una excesiva adhesión al grupo, puede limitar la autosuficiencia de la persona en actividades en que las capacidades individuales deben ponerse en práctica para el logro de ciertos fines y objetivos vitales específicos, donde la confianza en sus propias capacidades debe ponerse en movimiento.
Así mismo la dimensión Q2 -, participa en la constitución del factor de segundo orden Extroversión, junto con las escalas de Afabilidad (A+), Animosidad (F+), Atrevimiento(H+) y Naturalidad N(-).
No se han encontrado estudios que correlacionen la escala Q2- con otras escalas o dimensiones de Extroversión estudiadas en otros cuestionarios como por ejemplo el Cuestionario de la Personalidad de Eysenck. Sin embargo podemos decir que los rasgos que estudian ambos tanto el 16PF a través de la dimensión Q2-, como el Cuestionario de Eysenck através de la dimensión Extroversión, tienen como objetivos poner evidencia los mismos tipos de rasgos de conducta que califican los prototipos de personalidad relacionados con la extroversión definida psicológicamente, como son la tendencia a la sociabilidad, la búsqueda de la compañía y la capacidad de comunicarse con otros.
Bajo este contexto teórico es útil poner de manifiesto los resultados logrados por Houvinen E., Kaprio J., Koskenvuo M., mediante un estudio prospectivo poblacional en 11.000 adultos, utilizando el Cuestionario de la Personalidad de Eysenck. Estos autores no encontraron rasgos predominantes de personalidad en los individuos asmáticos, pero sí encontraron diferencias de género en los factores psicológicos estudiados mediante el Cuestionario de Eysenck. Las mujeres evidenciaron un alto nivel de extroversión que fue tenida en cuenta por los autores como una variable predictora en mujeres para desarrollar asma en un futuro.
En nuestro estudio la dimensión Extroversión, arrojó medias de 3,6462 y 3,8269 en el grupo de No asmáticos y asmáticos respectivamente. Así el grupo de Asmáticos sería más Extrovertido que las personas sanas. Sin embargo al aplicarse la t-Student no se observó significancia entre ambos grupos. Esto quizás sea debido a que en el cuestionario 16PF, la dimensión Extraversión al ser un factor de segundo orden, interviene numerosas variables que no son consideradas en el Cuestionario de Eysenck.
En cuanto a la variable Q2- relacionada como hemos dicho con características de la personalidad extrovertida; no se encontró diferencias entre mujeres no asmáticas y asmáticas pero sí lo hubo entre los hombres.
La media entre la población de mujeres, comparando mujeres sin asma y asmáticas, fueron de 7,1429 y 6,5714, respectivamente; es decir que las mujeres asmáticas podrían ser más sociables y extrovertidas (Q2-) que las mujeres NO asmáticas; sin embargo al aplicar la T-Student no se observaron diferencias estadísticamente significativas.
No ocurrió lo mismo comparando hombres, donde la media de hombres sin asma fue de 6,7500 y la de asmáticos de 5,6667, con una significación de p<0,030 en la prueba t de Student. Es decir que los hombres asmáticos poseerían una personalidad más dependiente del grupo (Q-) que los hombres sanos.
La característica de la dimensión de esta personalidad Q2 (-) que es observable en nuestro estudio en hombres asmáticos, hace que ellos se encuentren en mejores condiciones de adaptabilidad para el trabajo en grupo que sus pares mujeres asmáticas.
Las condiciones para una correcta integración grupal incluyen los rasgos que posee la dimensión Q2 (-), como son la dependencia al grupo, orientación hacia la actividad grupal, preferencia en los juegos donde se tiene un compañero o se forman equipos y actividades en los que la labor se desarrolla con gente a su alrededor.
Por lo antedicho, es de presumir, que en una actividad grupal de autoayuda como parte del tratamiento para asmáticos, serán los hombres los que presenten mayor entusiasmo y motivación que las mujeres. Condiciones a tener en cuenta y de importancia en el momento de elaborar una estrategia de dinámica grupal en el tratamiento del asma.
La presencia de la dimensión Q2- en los hombres asmáticos, los torna más proclives al desarrollo de la resiliencia y por ende a una mejor evolución de los síntomas asmáticos.
Una característica del sujeto resiliente es la capacidad de adoptar “aptitudes sociales” positivas (Melillo A., 2008), es decir la capacidad de relacionarse y de establecer lazos con otras personas.
En lo que corresponde al individuo asmático y el desenvolvimiento de esta característica resiliente en estos pacientes, Zabalo D., lo denomina como “desarrollo de relaciones interpersonales”. En este tipo de característica resiliente, es donde la dimensión Q2- en un individuo asmático adopta una estrategia fundamental para la evolución de la enfermedad asmática. En este sentido los hombres asmáticos tendrían más capacidad para desarrollar estos parámetros de resiliencia, al ser de personalidad más gregaria que sus pares sanos.
Otra dimensión a tener en cuenta es el de Dureza (Dur). A este respecto no se obtuvieron diferencias en la muestra total ni comparando la muestra de hombres. Pero en la muestra de mujeres se encontró diferencias de significancia estadística entre los valores de medias de mujeres no asmáticas con una cifra de 5,8929 y la de mujeres asmáticas con una media de 6,8000. Aplicando la t-Student se obtuvo una significación estadística de p< 0,075.
Es decir que en la dimensión Dureza, las mujeres asmáticas se evidencian con mayor grado de Dureza que sus pares sanas. Cualidad que no presentan los hombres.
La dimensión positiva Dureza es un factor de segundo orden que está conformada por las dimensiones A+ (Reservada), Objetividad (I-), Práctica (M-) y Tradicional (Q1-). En su polo negativo las personas son Receptivas presentando valores positivos en Afabilidad, Sensibilidad, Abstracción y Apertura al cambio.
Como estereotipo se considera habitualmente que las mujeres son “receptivas”, mientras que a los hombres se le adjudican valores de Dureza.
Sin embargo, en nuestra muestra sólo las mujeres asmáticas evidenciaron valores de Dureza mayores que las mujeres No asmáticas y que no se evidenció en la muestra total ni en los hombres. Por lo que el valor de la dimensión Dureza, al ocurrir sólo en la muestra de mujeres le otorga mayor importancia.
El término “dureza” fue inicialmente denominado por Cattell bajo la palabra “cortertia”, un acrónimo conformado por la contracción de las palabras en inglés “cortical alertness”, traducido como “vigilancia cortical”; indicando con ello que las personas “duras” e “indiferentes” se encuentran mentalmente más despiertas, dejándose influir menos por las emociones que por su intelecto.
Las personas que puntúan alto en Dureza son consideradas como personas alertas y dispuestas a enfrentar los problemas cotidianos de la vida desde una perspectiva “fría” y cognitiva. La persona con “mentalidad dura” es inamovible en sus criterios y no suele acceder fácilmente a otros puntos de vista ni a nuevas experiencias incluidas sobre todo a aquellas vivencias que estén relacionadas con aspectos emocionales.
Se ha expresado anteriormente que un sujeto resilente estará en condiciones de enfrentar con mayor éxito el estrés y podrá desarrollar con buenos resultados el afrontamiento de la enfermedad asmática.
El mejor manejo del estrés en un sujeto asmático equivaldrá a un mejor manejo de la enfermedad. Así Godoy V., Moreno JE., (2002) expresan: “Existe una interacción recíproca y compleja entre el afrontamiento del estrés, ajuste emocional y salud de la persona con asma…El afrontamiento consiste en conductas y pensamientos (por ejemplo: pedir ayuda, analizar el problema o tratar de olvidar) empleados por un individuo para hacer frente a situaciones de tensión o estrés, tales como tener un hijo, cambiar de empleo, discutir con la pareja. Este depende tanto de la naturaleza del evento amenazante como los rasgos personales del sujeto”
Dentro de las características de un sujeto resilente citado por ZabaloD., se encuentra el rasgo de “flexibilidad”, como un rasgo de temperamento que le permite atravesar situaciones vitales estresantes mediante la innovación de nuevas estrategias y readaptación de nuevas conductas a una situación determinada.
Es evidente entonces que una persona asmática mujer con valores altos de Dureza tendrá indudablemente más dificultades para elaborar mecanismos de resiliencia utilizando la cualidad de la “flexibilidad” en su temperamento como factor favorecedor. La flexibilidad es definida como “la capacidad que permite atravesar y superar situaciones vitales estresantes mediante el desarrollo de conductas adaptativas y estrategias que antes no habían sido utilizadas”.
Una persona con Dureza como dimensión de personalidad será inamovibles en sus criterios, poco afecta a dejarse llevar por los sentimientos y con escasa propensión a abrirse hacia nuevas experiencias, sobretodo cuando están comprometidas las emociones y los sentimientos.
El diagnóstico de enfermedad asmática en un individuo adulto conlleva el desarrollo de nuevos hábitos y conductas que antes de la génesis de la enfermedad no eran tenidos en cuenta. En este sentido para la mujer asmática, de acuerdo a los rasgos que caracterizan a Dureza, será más difícil adaptarse a estos cambios. En este sentido la “flexibilidad” como característica positiva de la resiliencia, será un valor difícil para desarrollar en las pacientes asmáticas.
El constructo Dureza es un factor de segundo orden en el que intervienen otras dimensiones de la personalidad, que pueden contribuir con diferentes grados de intensidad y que deben ser tenido en cuenta para cualificar al paciente asmático en la dimensión Dureza.
Así Dureza posee Reserva (A-), Objetividad (I-), Práctica (M-) y Tradicional (Q1-).
La dimensión Reserva (A-), es cuidadosa en sus relaciones, es más afecta al trabajo en solitario y se encuentra incómoda en las situaciones donde se encuentren implicados relaciones personales en donde deban ponerse en manifiesto las emociones y los sentimientos. Cattell, citado por Karson S. y O`Dell JW, define a la persona A(-) como : “ obstruccionista, avinagrada, inflexible, rígida, indiferente, callada, reservada, desconfiada, cerrada, hostil, egoísta, impersonal, seca e impasible”.
La dimensión Sensibilidad I describe los aspectos sentimentales de un individuo. Un individuo I(-) (Objetividad), muestra menos emociones y hace hincapié a un enfoque utilitario de las situaciones. Es más operativo y excluye los sentimientos en la definición de soluciones.
La dimensión M describe los contenidos y temas que una persona encamina su atención y pensamientos. En el caso de una personalidad M (-) su atención está dirigida a cosas concretas y prácticas, se ubica siempre “con los pies sobre la tierra” y atento en ceñirse a las necesidades, intereses y resultados inmediatos.
La dimensión Q1, define a la personalidad de acuerdo a la manera en que el individuo se relaciona con los hechos y las cosas. La personalidad Q1(-), implica un temperamento conservador, tolerante con las ideas establecidas aunque sean deficientes y limitados. El individuo Q1 (-) no cuestiona su entorno, prefiere lo rutinario, predictible y familiar.
2) ESTUDIO DE LAS CORRELACIONES
Se estudió el grado de Correlación através del Coeficiente de Pearson, de las dimensiones de personalidad obtenidas en la muestra de pacientes asmáticos. Como punto de corte se estableció una significación menor al 1% en las correlaciones positivas, mientras que en las correlaciones negativas se determinó un corte en una significancia de menos del 5%.
Tabla de Correlaciones de Dimensiones en Pacientes Asmáticos
Teoricidad Estabilidad Dominancia Animación Atención a las normas
Estabilidad R=0,618**
P<0,001 R= -0,398*
P<0,044 R=0,574**
P<0,002
Sensibilidad R=0,645**
P<0,000
Abstracción R=-0,409**
P<0,038
Perfeccionismo(Q3) R=0,557**
P<0,003
Ansiedad R=-0,740**
P<0,000 R=-0,543**
P<0,004
Dureza R=-0,772**
P=0,000
Independencia R=0,577**
P<0,002
Autocontrol R=0,535**
P<0,005 R=0,832**
P<0,000
El interés de estas correlaciones estriba en su utilidad como valor predictivo de aparición de una acompañada de la otra y en cómo se comportarían mutuamente en caso de presentarse en la clínica.
Así mismo, algunas dimensiones son difíciles de exteriorizar y manifestarse en la clínica cotidiana, mientras que algunos rasgos de otras dimensiones son más accesibles a la observación. De esta manera el hallazgo de una dimensión hace prever la aparición de otra que no es tan asequible en la anamnesis rutinaria de un examen clínico.
Así tenemos que la dimensión “Estabilidad”(C) correlaciona en forma positiva con “Atención a las Normas” (G) y “Dominancia” (E), mientras que correlaciona negativamente con “Animación” (F).
La dimensión “Estabilidad” valora la capacidad del individuo para afrontar los problemas cotidianos de la vida con estabilidad emocional, adaptabilidad y madurez. Una persona con bajos valores tendrá poco control emocional sobre las diversas alternativas que proporciona la vida.
Valorar a un paciente asmático en su capacidad emocional para enfrentar la realidad circundante podría ser importante. Un bajo nivel de estabilidad (C-), si bien podría ir en contra de su capacidad afrontamiento, sin embargo nos encontraríamos con una persona cooperativa que evita los conflictos (E-) aunque con baja capacidad para aceptar y cumplir las normas y reglas estrictas (G-), pero con alta Animación (F+), es decir un sujeto espontáneo, activo y entusiasta.
Como se vió anteriormente las personas entusiastas y optimistas podrán desarrollar con mayor éxito el afrontamiento al estrés, y por lo tanto mitigar con buenos resultados la influencia de éste sobre la enfermedad asmática. Por lo dicho la dimensión Animación posee indudable importancia clínica a considerar en la personalidad del paciente asmático.
Mientras que un alto nivel de Estabilidad (C+), podría dar lugar a una personalidad con alta Dominancia (E+), es decir con tendencia a manifestar y forzar sus deseos y no busca acomodar sus criterios con los demás, junto con una personalidad seria, reprimida y poco espontánea (F-) y con alta G (G+), es decir con absoluta aceptación de las normas y las reglas. La persona G+, es una persona cumplidora, y establece un fuerte énfasis en la importancia de sostener y cumplir con las indicaciones y regulaciones. Se define a sí misma como “atenta a las normas” y “perseverante”. A causa de su excesivo celo y rigidez con las reglas, puede ser tomada en cuenta como dogmática. Karson, O´Dell JW; citan a Cattell con respecto a la personalidad G (-): “libre, voluble, frívolo, inmaduro, relajado, indolente, falto de escrúpulos, negligente ante las tareas sociales, mutable”. Por otra parte, los correspondientes a un alto G son: “perseverantes, decididos, insistentemente ordenados, conscientemente atentos a las personas y emocionalmente estables”.
La dimensión I (Sensibilidad) hace mención a los aspectos sentimentales y a la sensibilidad de una persona. La dimensión B, como vimos anteriormente, describe a la persona en su capacidad para resolver los problemas utilizando el razonamiento.
La correlación positiva entre Sensibilidad (I) y Teoricidad (B), abre posibilidades de encontrar características diferenciales en el paciente asmático. La dimensión I (+), hace mención a una persona sensible y que utiliza la empatía con otras persona, mientras que la dimensión B (+), describe a una persona más afecta a la utilización del razonamiento lógico.
La otra opción en los valores de correlación, es identificar una dimensión B (-) con I (-). La dimensión I (-) describe a una personalidad objetiva, nada sentimental y utilitaria y que se encuentra con una fuerte correlación positiva con B (-), es decir con escasa capacidad para resolver problemas utilizando el razonamiento lógico.
De este modo según la fuerza de correlación encontradas en ambas dimensiones, ante mayor sensibilidad (I+) en un paciente asmático, será predictivo encontrar a una persona con capacidad para el razonamiento lógico, comprensiva y con rapidez de aprendizaje (B+) y ante menor sensibilidad (I-), menor capacidad para capacidad manejar problemas abstractos y con mayor para manejar el pensamiento concreto y posibilidades de inconstancia (B-).
La dimensión B (-), fue encontrada con significancia estadística, cuando se comparó la muestra de asmáticos con No asmáticos, encontrándose en la muestra de mujeres y no así en los varones, significancia estadística.
Es entonces de valor hacer hincapié en que los valores bajos de Teoricidad (B-), implica una alta posibilidad de encontrar también una persona asmática con sensibilidad baja (I-) sobre todo en mujeres. En este sentido lo encontrado en nuestro trabajo en las mujeres asmáticas, escapa del estereotipo tradicional de género.
En nuestro estudio se encontró significancia estadística en mujeres asmáticas en la dimensión B (-). En caso de encontrarse esta dimensión en una mujer asmática, tendría una alta posibilidad, por el grado de correlación encontrado, de asociarse con característica de la personalidad (I-) que se caracteriza por ser “dura” en sus sentimientos, no afectado por ilusiones, auto confiado, que actúa por evidencia práctica y que pasa por alto los problemas de salud.
Esta correlación que podría ser vista como escapando de los estereotipos usuales en una perspectiva de género, es comprensible y da fortaleza interna a nuestro trabajo cuando se observan conjuntamente los resultados, utilizando la t de Student en la dimensión Dureza: la dimensión Dureza (+) obtuvo significancia estadística sólo en el grupo de mujeres NO asmáticas/mujeres con asma y no en la muestra total.
La presencia de la dimensión I (Sensibilidad emocional) puede presentar importantes consecuencias en la evolución clínica de la enfermedad asmática. El polo inferior (I-) de este constructo está integrado por la característica de la personalidad descripta como “pasa por alto los problemas de salud”; mientras que en su polo superior (I+) también es definido como “hipocondríaco, ansioso sobre sí mismo”
La expresión “pasa por alto los problemas de salud” hace mención a la insuficiente valoración de los síntomas que el sujeto podría poseer en caso de presentar alguna enfermedad. Con este enfoque lo que se conoce como “negación” de los síntomas es una definición conductual más cercana como expresión del individuo ante la enfermedad y que incluye la anterior definición.
“Negación de síntomas” es definida como: falta de búsqueda de asistencia, indolencia para cumplir con la terapia o el monitoreo médico, negligencia para aceptar el diagnóstico o la necesidad de tomar regularmente una medicación (Harrison BDW. 1998), o según lo expresan Jauregui Presa I., Tejedor Alonso MA. (2004): “negación es la escasa percepción de síntomas y de su gravedad”. Estos autores señalan: “El cumplimiento escaso del tratamiento afecta a más del 60% de los pacientes con asma bronquial. El concepto de adherencia no sólo se refiere a la toma de fármacos, sino también a la adopción de medidas generales y de prevención esenciales para el control del asma, y la identificación del paciente no adherente suele ser difícil y depende sobre todo de una buena relación clínica”. “Las causas de una baja adherencia incluyen el poco conocimiento de la enfermedad por el paciente, la falta de seguimiento periódico por el personal sanitario, el fenómeno de la negación, la escasa percepción subjetiva de los síntomas, la complejidad del régimen terapéutico o el temor a los efectos secundarios (corticofobia, etc..)”. Continúan diciendo los autores con respecto a la negación de los síntomas y sus consecuencias: “La negación de los síntomas es una respuesta maladaptativa a la enfermedad y una estrategia defensiva muy frecuente, que rehúye la etiqueta de asma bronquial y que suele asociarse a una percepción subjetiva de la disnea muy disminuida. Los pacientes con una percepción reducida de la disnea muestran un número estadísticamente mayor de visitas a Urgencias, ingresos hospitalarios, crisis asmáticas de riesgo vital y muerte por asma”.
De esta manera, la presencia de un sujeto con baja polaridad en I (I-), puede verse afectado por características en su personalidad que le impiden una mejor calidad de vida y aún más, ver influenciada negativamente su evolución y pronóstico.
Por otro lado un sujeto con alta polaridad en I (I+), presentará rasgos de personalidad hipocondríaca. Al respecto Chetta A.,Gerra G.,Foresi A., Zaoimovic A., Del Donno M., Chittolini B. et al (1998), utilizando una muestra de 36 pacientes asmáticos, encontraron correlaciones positivas significativas entre síntomas hipocondríacos en pacientes y el grado de severidad del asma.
Además la “hipocondría” es considerada una conducta inapropiada ante la enfermedad, según el marco teórico elaborado por Pilowsky.
Por lo expuesto, un sujeto asmático I (+), podrá verse afectado negativamente en las manifestaciones clínicas de su enfermedad.
Se encontró una correlación negativa entre las dimensiones Abstracción (M) y Atención a las normas (G). A este respecto es dable conceptualizar, que esta correlación es razonable de encontrar, puesto que una persona que puntúa bajo en M (-), será práctica y con los “pies sobre la tierra”, por lo que es esperable que esa persona acepte con convencimiento las normas y las reglas (G+). Mientras que por el contrario una persona M (+) será más fantasiosa e imaginativa, por lo que se esperará también rasgos de personalidad con tendencias a ser indulgente con poca atención a las normas y reglas (G-).
A este respecto es de valor señalar que en la muestra de varones asmáticos se encontró significancia estadística en la dimensión M (+), por lo que es dable predecir con certeza alta por el grado de correlación negativa encontrado, que ante un paciente varón asmático, nos podríamos enfrentar con un sujeto con imaginación y fantasioso y por ende con un bajo cumplimiento a las normas (G-), conduciendo al paciente a un bajo nivel de adherencia al tratamiento y a malos hábitos de conducta ante la enfermedad.
Se evidenció la presencia de una correlación positiva entre las dimensiones Perfeccionismo (Q3) y Atención a las Normas (G). Es decir que a mayor perfeccionismo, organización y disciplina mayor aceptación de las normas (G+). Mientras que a menor perfeccionismo y mayor tolerancia al desorden o a las faltas, mayor incumplimiento de las normas (G-). Como se ve estas dos dimensiones agregan un elemento más de importancia al cumplimiento y adherencia a los tratamientos y se refuerzan mutuamente.
La dimensión Ansiedad (Ans) correlaciona negativamente con las dimensiones Estabilidad (C) y Dominancia (E).Es decir que a mayores niveles de ansiedad menor estabilidad emocional(C-). Así mismo a mayor Ansiedad menor Dominancia, la persona de mostrará cooperativa con tendencia a evitar los conflictos (E-). Por el contrario a menor Ansiedad, mayor estabilidad emocional (C+) y mayor Dominancia (E+), por lo que la persona se mostrará competitiva y dominante.
Cabe decir que la dimensión Ansiedad, es un factor de segundo orden en el que intervienen otras escalas primarias, por lo que al considerar esta dimensión deberá tenerse en cuenta las escalas primarias que lo conforman.
La adecuada relación médico-paciente es el principal determinante del cumplimiento del tratamiento (Pérez Martin J.2000). Así también se interpreta como una buena relación médico-paciente, cuando se establecen lazos de empatía, confianza mutua y respeto entre el profesional actuante y el paciente (Girón M., Beviá B., Medina E., Palero MS.2002).
Así tendremos pacientes con Dominancia alta, que se presentarán competitivos con una tendencia a ejercer su propia la voluntad por encima a los deseos de los demás; por el contrario una persona con Dominancia baja: se manifestará con deseo de cooperación, participativa y con tendencias a evitar conflictos. Estas distintas maneras de comportarse se verán reflejadas en la relación médico-paciente.
La Dimensión Dureza (Dur), correlaciona en forma negativa con Teoricidad (B). Es decir que a mayor inflexibilidad, frialdad emocional y falta de apertura, menor capacidad de comprensión y rapidez de aprendizaje. Aparentemente estas dos dimensiones estarían relacionadas con la capacidad de mantener la “mente abierta” y la potencialidad de resolver los problemas utilizando el razonamiento.
Es de destacar que ambas dimensiones fueron encontradas con significancia estadística en la muestra de mujeres asmáticas comparadas con sus pares sanas. Por lo que su correlación adquiere mayor importancia.
En la muestra se encontró que las mujeres asmáticas poseían mayor niveles de Dureza (Dur +) que sus pares sanas, como así también que las mujeres asmáticas presentaban valores bajos en Teoricidad (B-). Hecho este que se ve refrendado con los valores estadísticos de correlación negativos obtenidos.
Las dimensiones Independencia y Teoricidad obtuvieron correlaciones positivas entre ellas.
La dimensión Independencia es un factor de segundo orden, conformado por otras escalas primarias. Básicamente la personalidad Independiente se caracteriza por su tendencia a ser activo y enérgico en la consecución de sus logros y objetivos. Una persona con estas características sobresalientes, puntuará alto en Teoricidad (B+).
Las dimensiones Autocontrol (AuC), Estabilidad (C), Atención a las Normas (G), obtuvieron valores de correlación positiva.
La dimensión Autocontrol está relacionado con la capacidad del individuo en “pensar antes de actuar”, no deja que lo dominen sus emociones y posee buenos hábitos de trabajo.
Así una persona asmática que posea capacidad para dominar sus impulsos (AuC+), es altamente probable que sea estable emocionalmente (C+) y posea respeto y buen cumplimiento hacia las normas y las reglas(G+).
Por lo contrario un individuo asmático que se presente con dificultades para reprimirse ante las urgencias, desinhibida ante el desorden(AuC-), será más probable que se encuentre acompañado con inestabilidad emocional, fácilmente perturbado (C-) con bajo cumplimiento a las pautas y, normas, con baja disciplina e indulgente consigo mismo(G-).
Es importante destacar que estas dimensiones de la personalidad como son el Autocontrol, la Estabilidad y la Atención a las Normas, serán de valor para lograr una empatía en la relación médico/paciente que así mismo tendrá influencia en la adherencia al tratamiento y en los programas educativos que se implementen como parte del tratamiento.
CAPÍTULO IV
CONCLUSIONES
En el transcurso del Análisis de Datos, se extrajeron las variables en las cuales se evidenciaron significancia estadística. Se utilizó para ello la Prueba T de Student, al comparar el grupo de Asmáticos con sus pares sanos en una muestra control homogenizada por sexo, edad y grado de instrucción.
Se obtuvieron valores con significancia estadística en las dimensiones de Teoricidad, Infrecuencia, Abstracción y Autosuficiencia
Así mismo se utilizaron los datos obtenidos en el grupo de Asmáticos en cada una de las dimensiones y se estudiaron los grados de correlación utilizando el Coeficiente de Pearson. Se obtuvieron valores con significancia estadística en las dimensiones de Teoricidad, Estabilidad, Dominancia, Animación, Atención a las Normas, Sensibilidad, Abstracción, Perfeccionismo, Ansiedad, Dureza, Independencia y Autocontrol.
Con respecto a la Hipótesis planteada en su momento, mediante la utilización de la T de Student para comparar pacientes asmáticos y sujetos sanos, se logró individualizar dimensiones psicológicas en el paciente asmático que lo diferencian de la población sana. Así mismo mediante el uso de la T de Student y el uso del Coeficiente de Pearson para estudiar las correlaciones existentes entre las dimensiones de la muestra de asmáticos, se alcanzaron los enunciados expuestos en los Objetivos Generales y Específicos.
Los valores obtenidos con significancia estadística aportaron datos de la enfermedad asmática en relación con el sujeto que enferma, y fueron analizadas teniendo en cuenta también las implicancias que poseen en lo que se refiere a adherencia al tratamiento, aceptación de hábitos nuevos, rechazo de conductas inadecuadas, mecanismo de afrontamiento de la enfermedad y resiliencia; como así también en la posibilidad de desarrollar técnicas de abordaje grupal y la probabilidad de elaborar una relación empática médico-paciente durante una enfermedad crónica que modifique positivamente la calidad de vida del paciente y los resultados de un tratamiento efectuado.
El estudio de la diferencia de medias arrojó cifras con significancia estadística en la dimensión Teoricidad en su polo negativo. Estos hallazgos se vieron reforzados por los valores altos encontrados en la dimensión Infrecuencia, además que ambas dimensiones fueran encontradas también sólo en las mujeres y no en los hombres.
Desde esta perspectiva se fundamentó que estos valores bajos en Teoricidad encontrados en los pacientes asmáticos de la muestra, se deberían a un “estado de ansiedad y preocupación constante” que no le permite una buena resolución de los problemas que precisen de un razonamiento lógico. Estos resultados se vieron también expuestos por otros autores y estudios ya citados.
A pesar de ello, la dimensión Ansiedad no obtuvo valores de Medias con significancia estadística, mediante la utilización del cuestionario 16PF.
Mediante el test de Personalidad de Eysenck, se han obtenido resultados con significancia estadística en la dimensión de Ansiedad. Sin embargo no existen estudios en los cuales ambas dimensiones puedan correlacionarse debido a la diferencia de las variables utilizadas para efectuar cada uno de los cuestionarios, no pudiéndose traspolar los resultados.
Con el estudio de las diferencia de Medias se logró poner en evidencia que los asmáticos escapan de algunos valores sociales estereotipados.
Así los hombres asmáticos resultar ser más imaginativos, fantasiosos y bohemios (Dimensión Abstracción +) que sus pares sanos.
En este mismo sentido, las mujeres asmáticas poseen mayor Dureza que las mujeres NO asmáticas. La “mentalidad dura” relacionada con esta dimensión, le impediría el desarrollo de la capacidad de desplegar la “flexibilidad” como rasgo de temperamento necesario en los sujetos resilentes. La disminución en la potencialidad resilente le impediría al paciente un mejor manejo del estrés y por ende de los síntomas de la enfermedad asmática.
El encontrar este valor de Dureza elevado sólo en las mujeres asmáticas comparadas con las no asmáticas, y no en la muestra total, le otorga a esta dimensión un valor privativo y característico.
Utilizando la t de Student, se encontró que los asmáticos son más sociables, dependientes del grupo e integrados al trabajo grupal (Q2-) que sus pares sanos. Estudiando por género esta variable, se encontró que los hombres asmáticos son más Q- que los hombres NO asmáticos. De esto se desprende que los hombres asmáticos tendrían mayores posibilidades de desarrollar la “sociabilidad y las relaciones interpersonales” como característica de resiliencia y de este modo desarrollar mayor capacidad para enfrentar a la enfermedad.
Su predisposición al trabajo grupal, los hace proclive a la utilización de grupos de autoayuda, que como se ha mencionado pueden ser de extrema utilidad en la evolución y tratamiento de la enfermedad asmática.
Estudiando las dimensiones de personalidad en el grupo de asmáticos y sus correlaciones mediante el Coeficiente de Pearson, se evidenciaron correlaciones significativas en las dimensiones Estabilidad, Dominancia, Animación, Atención a las Normas, Sensibilidad, Abstracción, Perfeccionismo, Ansiedad, Dureza, Independencia y Autocontrol.
Através del estudio de estas correlaciones se pueden lograr substanciales implicancias en la clínica cotidiana del enfermo asmático como son: afrontamiento del estrés, adherencia al tratamiento y aceptación de normas, percepción de la enfermedad y negación de síntomas; y significados en la relación médico/paciente en una patología de evolución crónica como es la enfermedad asmática.
Como campo para futuras investigaciones y en base a los resultados obtenidos, se podría establecer vínculos y correlaciones entre las dimensiones de la personalidad evaluadas por el 16PF y las diferentes maneras de afrontamiento de la enfermedad, además del estudio del comportamiento ante a la enfermedad que fueron vistas através de los constructos “Conducta apropiada” y “Conducta inapropiada”, aplicando en este último caso por ejemplo el cuestionario IBQ.
El concepto de que la enfermedad asmática posee un fuerte componente emocional proviene de muy antiguo. Así William Osler desde el siglo XIX se refirió al asma como una “afección neurótica”. Mckensi en 1886 publica un caso clínico de una paciente a la que el perfume de las rosas le producía crisis asmáticas, y cuando se le presentaba una rosa de papel, era esto suficiente para iniciar un ataque de asma (citado en Beneítez Maestre AM., Molina Ruiz W., Camps Rubiol T.; 2005).
A pesar de esta antigua conceptualizacion del asma como enfermedad psicosomática y aún cuando los pacientes asmáticos y médicos conocían que el estrés y los factores emocionales podían agravar la enfermedad asmática, los datos para confirmar esta afirmación eran insuficientes. Hace poco más de diez años autores como Busse WW., Kiecolt-Glaser JK., Coe C., Martin RJ., Weiss ST., Parker SR.(1995) expresan esta preocupación de estas forma: “Aún cuando los pacientes asmáticos y los médicos que tratan a los pacientes con asma a menudo informan que el estrés y las emociones pueden agravar el asma, los datos para corroborar esta afirmación son escasos. Además, la relación entre estrés y los actuales conceptos de asma han recibido poca atención en la investigación comunitaria”.
De allí que el conocimiento de las influencias de la personalidad y de las emociones en la evolución del asma habían sido reconocidas por la comunidad médica, pero el estudio metódico y estadístico no se había desarrollado convenientemente. Así lo señalan y lo expresan en el año 1993, los autores Garden GMF y Ayres JG.: “Existe ahora considerable evidencia que sugiere que los factores emocionales juegan un papel importante en el asma, pero existe poco acuerdo en la magnitud de ocurrencia de estos factores”.
Por lo que recién en estos últimos años, se comienza a avanzar en un estudio sistemático de la enfermedad asmática en relación con las variables emocionales y la personalidad del sujeto enfermo.
En este contexto de investigación reciente creemos, que el conocimiento de las variables psicológicas y la personalidad del sujeto que enferma de asma, se encuentra en sus preliminares.
Sostenemos en base a los datos aportados por este estudio, que la investigación de la personalidad del asmático y sus variables psicológicas, constituye un paso valioso en la comprensión del individuo enfermo y con consecuencias importantes para la evolución de su enfermedad, escapando de esta manera del modelo explicatorio puramente biologista.
Es por ello que para finalizar nos adherimos a la expresiones de autores precursores en esta temática como Belloch A., Perpiñá M., Paredes T., Jiménez A., Compte L. y Baños R. (1994) quienes habiendo realizado un estudio de personalidad en pacientes asmáticos terminan concluyendo: “Nuestros resultados afirman la utilidad de los procedimientos de estadística multivariados para explorar la complejidad y los aspectos multidimensionales de las relaciones entre las características de una enfermedad asmática crónica, como es el asma y la personalidad del paciente”.
Capítulo V
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Al descubrir la Homeopatía, la misma colmó mis expectativas. La Homeopatía como herramienta terapéutica posee una visión integral cuerpo-mente, por lo que el estudio de la psicología continuó siendo materia para profundizar, en mi evolución personal como médico. Además la Homeoapatía presta especial atención en lo que se conoce como "personalidad homeopática". Estas personalidades homeopáticas, surgen de la aplicación de sintomas mentales que a manera de rasgos son utilizados para la elaboracion de un perfil determinado para la prescripción de un medicamento homeopático. De allí que el estudio de las diversas "Teorías de la personalidad" se constituyó por mi parte en un excelente marco teórico para la correcta prescripcion homeopática al mejorar la comprensión del enfermo.
El asma es una enfermedad crónica y con el transcurso del tiempo se torna invalidante.Los médicos homeópatas recibimos muchos pacientes que cursan con esta enfermedad, debido a que no encuentran respuestas satisfactorias a los medicamentos convencionales. En los comienzos de mi carrera médica, los docentes no aprobaban el concepto de que las emociones jugaban un rol importante en evolución de la enfermedad asmática. Con el transcurrir del tiempo los conceptos evolucionaron y se reconoció el valor de las emociones y de la personalidad del paciente, en la genesis, evolución y mantenimiento de la enfermedad. Como médico homeópata debí entonces cotejar la enfermedad asmatica con sus síntomas físicos, pero tambien su estructura psíquica para una correcta prescripción. La Homeopatía en este sentido, se erige como la única terapéutica que tiene en cuenta ambas dimensiones para una correcta prescripción. De allí mi interés personal y profesional en esta enfermedad que reconoce en las emociones y en la personalidad variables a tener en cuenta para su adecuado tratamiento.
El presente trabajo fue elaborado en el marco de las exigencias para el otorgamiento del título de "Magister en Psicología Clínica" por parte de la Universidad Siglo 21.
Fue el fruto de dos años de trabajo y de la inestimable ayuda de mi Director de Tesis y en especial del Dr Eduardo Bologna quien me brindó sus valiosos consejos en el area de estadística.
UNIVERSIDAD EMPRESARIAL SIGLO 21
(Córdoba –Argentina)
Escuela de PostGrado
Maestría en Psicología Clínica
Trabajo Final de Graduación
“VARIABLES PSICOLÓGICAS y PERSONALIDAD EN EL PACIENTE ASMÁTICO”
Autor: Dr. AVESANI Humberto
Director de Tesis: Dr. VUCOVICH, Pedro
CAPíTULO I
INTRODUCCIÓN
Definición de asma bronquial
La enfermedad asmática es una entidad reconocida clínicamente hace muchos años, siendo su diseminación prácticamente universal.
A pesar de su amplia distribución y de los modernos métodos de diagnóstico en medicina, según lo expresa Farreras-Rozman (1995, p.753) “no se ha conseguido hasta hoy conseguir una definición completamente satisfactoria”.
El asma es reconocida como una entidad clínica y descripta como tal desde la época de Maimónides. En su libro de trece capítulos “Tratado sobre asma” escrito alrededor del año 1211, describe la enfermedad y sugiere las medidas higiénico-dietéticas para un mejor control e indica diversos tratamientos (Rosner F. 1981).
La etimología de la palabra “asma” proviene del latín “asthma” y del griego “jadeo”. Ambas acepciones pueden equipararse con el término médico “disnea”, es decir “respiración difícil”.
Según GINA (Global Strategy for Asthma Management and Prevention-2006) el asma se define como: “… un trastorno crónico inflamatorio de las vías aéreas en el que están implicados muchos elementos celulares. La inflamación produce hiperrepuesta bronquial que determina episodios de sibilancias, disnea, tirantez torácica y tos, sobretodo por la noche o en las primeras horas de la mañana. Los episodios se asocian por lo general con una obstrucción generalizada y variable del flujo aéreo que suele revertir espontáneamente o con el tratamiento.”
La enfermedad asmática se considera como una patología inflamatoria de las vías aéreas a las que se asocia intensa hiperreactividad bronquial frente a estímulos diversos. Actuando conjuntamente, ambos fenómenos ocasionan la obstrucción bronquial cuya intensidad varía de manera espontánea o por acción terapéutica.
Factores de Riesgo para el asma bronquial
(Martin Escribano P., Ramos Seisdedos G., Sanchos Aldás J.2006)
Factores predisponentes
• Atopía
• Género
Factores causales
• Alergenos domésticos (ácaros)
• Alergenos medioambientales (pólenes)
• Aspirina
• Factores ocupacionales
Factores facilitadotes
• Infecciones del tracto respiratorio
• Bajo peso del nacimiento
• Factores dietéticos
• Polución ambiental
• Tabaquismo activo y pasivo
Factores agravadores
• Alergenos
• Infecciones del tracto respiratorio
• Ejercicio físico e hiperventilación
• Condiciones meteorológicas
• Dióxido de sulfuro
• Alimentos, aditivos, fármacos
También se han observado y descripto diversos polucionantes de origen doméstico que tiene efecto sobre la génesis del asma. (Martín Escribano P., Ramos Seisdedos G., Sanchos Aldás J.).
Polucionantes domésticos
TIPO FUENTE
Producto de Combustión
CO Combustión de Gas y carbón
NO2 Combustión de gasoil
SO2 Motores de gas y propano
Partículas Chimeneas
Humo de leña Estufas o cocinas de leña
Humo de tabaco Cigarrillos y puro de tabaco
Compuestos orgánicos volátiles Mobiliario, materiales de construcción, productos de consumo (cosméticos,etc),productos de combustión (gas, leña), materiales aislantes
Bacterias Humidificadores y acondicionadores de aire.
Virus Tratamiento del aire
Alergenos
Pólenes Plantas
Hongos Humedad
Artrópodos (ácaros, cucarachas) Viviendas, moquetas y alfombrados, cocinas
Insectos
Epitelios mamíferos
Plumas pájaros
Fisiopatología
Los aspectos más estudiados en la génesis de la enfermedad asmática a tener en cuenta de acuerdo a bibliografía médica convencional son:
A. Inflamación bronquial;
B. Alergia y atopia;
C. Hiperreactividad bronquial
A) Inflamación bronquial
Los factores intervinientes en la génesis de la inflamación del árbol bronquial son las células, los mediadores químicos y los neurotransmisores.
1. Células:
Las células relacionadas con el desenvolvimiento del proceso de bronco constricción y que se encuentran en la luz del árbol bronquial durante el episodio asmático son los neutrófilos, eosinófilos, basófilos y mastocitos. Estas son las encargados de liberar los productos relacionados con el proceso bronconstrictivo como la histamina, la prostaglandina y los leucotrienos.
Las células contienen en su interior las sustancias responsables de los procesos constrictivos del árbol bronquial y son liberados por intermedio de la acción en su membrana celular de las IgE presentes en los procesos alérgicos.
2.Mediadores químicos
Las células presentes en epitelio bronquial segregan mediadores químicos que son los responsables del edema y la broncoconstricción de la mucosa respiratoria. La histamina es broncoconstrictora y aumenta las secreciones bronquiales. El PAF (Factor activador de las plaquetas) y los eicosanoides son los precursores metabólicos de sustancias como las prostaglandinas, los tromboxanos, las prostaciclinas y los leucotrienos, todas sustancias responsables en mayor o menor medidas de los fenómenos inflamatorios del árbol bronquial. Así también el PAF es un potente broncoconstrictor.
3. Neurotransmisores
Las vías aéreas están reguladas por el Sistema Nervioso Autónomo (SNA), que ejerce su actividad sobre la musculatura lisa bronquial y las glándulas secretoras. Dentro del SNA se halla el Sistema Simpático y el Sistema Parasimpático. El mediador químico del sistema simpático es la adrenalina la cual a nivel bronquial produce funciones broncodilatadoras, mientras que el mediador químico del Sistema Parasimpático lo constituye la acetilcolina que cumple funciones bronco constrictoras. Hallazgos experimentales han certificado que la regulación del árbol bronquial por el SNA puede cumplir una parte importante y se erigiría en un campo teórico explicativo en la relación de la génesis del asma y eventos psicológicos.
B) Alergia y atopia
El asma es una enfermedad que presenta una frecuente asociación con la rinitis alérgica y el eccema (dermatitis atópica).
Estas enfermedades presentan como rasgo bioquímico la producción elevada de anticuerpos IgE frente a sustancias del medio ambiente conocido como alergenos. Los alergenos denominados antígenos son responsables de la respuesta inmune exagerada conocida como hipersensibilidad o alergia.
Las reacciones de hipersensibilidad o alergia, constituyen una reacción anormal del sistema inmunitario ante un alergeno. Implica una respuesta excesiva e inapropiada a un antígeno
Esta producción elevada de anticuerpos Ig E es conocida en inmunología como Reacción de Hipersensibilidad de Tipo I. La Ig E es la responsable de fijarse en la membrana celular de los mastocitos e iniciar la serie de eventos con la liberación de los mediadores químicos enunciados anteriormente que son los que causan los cambios patológicos en la mucosa bronquial.
Dentro de las Reacciones de Hipersensibilidad tipo I, tenemos a las Reacciones anafilácticas sistémicas y localizadas.
En las Reacciones anafilácticas sistémicas, se encuentra comprometido todo el organismo. A menudo son mortales. Este tipo de reacciones se encuentran presentes en individuos susceptibles a los alergenos implicados, como son el veneno de abeja y avispas, hormigas y algunos tipos de fármacos como la penicilina. La muerte puede sobrevenir por colapso vascular y asfixia por excesiva constricción bronquiolar.
Las Reacciones anafilácticas localizadas, conocidas también como “Atopia”, se encuentran limitadas a un órgano o tejido, cuyo epitelio haya estado en contacto con el alergeno implicado.
Los alergenos relacionados con la génesis del ataque asmático son numerosos, dentro de los que se hallan los pólenes, los ácaros y algunos productos de origen animal como son las plumas y los pelos de perros y gatos.
También se han descrito reacciones anafilácticas a los alimentos
Las personas que desarrollan una Hipersensibilidad de tipo I del tipo de la atopia, tienen mayor susceptibilidad a desarrollar asma. Pero sólo el 10 % al 30% de los atópicos desarrollan asma ( Goldsby RA., Kindt TJ., Osborne BA., Kuby J.2003. p. 397).
El porque algunos individuos ante la presencia del mismo alergeno, unos desarrollan atopia y asma y otros no lo hacen, es un elemento de discusión. Algunos lo relacionan con causales de índole genéticas. Ciertas investigaciones relacionan al cromosoma 5, 5q31-33, el cual tendría un vínculo importante con la génesis del asma. Este cromosoma posee una alta concentración de genes vinculados con la producción de Interleukinas, responsables del mecanismo del fenómeno asmático.
Mecanismo de actividad
El Antígeno, en este caso el alergeno, se pone en contacto con la célula B, la célula B activada por el alergeno se convierte en célula plasmática. La célula plasmática segrega Anticuerpos Ig E. Las Ig E producidas por las células plasmáticas, se fijan en la membrana de las células mastocitos y basófilos. Las IgE se fijan en un sitio específico de la membrana conocido como “receptor FC”. Cuando penetra nuevamente el alergeno al organismo se une a la IgE unida a los mastocitos y basófilos, provoca la degranulación de estos y con la consiguiente liberación de mediadores quimicos responsables de las reacciones alérgicas y del fenómeno asmático.
Mediadores químicos participantes de la Reacción de hipersensibilidad tipo I y sus efectos
MEDIADOR EFECTO
Histamina, heparina Aumento de la permeabilidad vascular.
Contracción del músculo liso pulmonar
Incremento de la secreción de moco
Serotonina Aumento de la permeabilidad vascular.
Contracción del músculo liso pulmonar
Factor quimiotáctico de eosinófilos Quimiotaxis de los eosinófilos
Factor quimiotáctico de neutrófilos Quimiotaxis de neutrófilos
Proteasas Secreción bronquial de moco
Bradicininas Aumento de la permeabilidad vascular
Contracción del músculo liso pulmonar
Prostaglandinas Vasodilatación
Contracción del músculo liso pulmonar
Citocinas (interleukinas,factor de Necrosis Tumoral) Incremento de la producción de IgE por las células
Promueve inflamación vascular
Factor activador de plaquetas Contracción de músculo liso pulmonar
Leucotrienos Aumento de la permeabilidad vascular
Contracción del músculo liso pulmonar
Los leucotrienos representan el último avance en el conocimiento de la fisiopatología de la enfermedad asmática con importantes consideraciones e implicancias en el tratamiento del enfermo asmático. Los leucotrienos (del latín “leuco”: referido a los glóbulos blancos y “trieno”: triple conjugación de doble uniones proteicas), deriva de una familia de productos derivados del metabolismo del ácido araquidónico que utiliza a la enzima 5-lipooxigenasa para su producción. Los leucotrienos utilizan un receptor de la superficie celular de las células inflamatorias Estos receptores contienen en su estructura el aminoácido cisteína por lo que son conocidos como receptores cisteinil leucotrienos (receptores CystLt). Los receptores CystLt, son los mediadores para la actividad celular produciendo broncoconstricción, secreción de moco, y edema en la vía área (Peters-Golden M., Henderson WH. 2007).
La histamina se logra mediante la descarboxilación oxidativa del aminoácido histidina y se ubica principalmente en el mastocito. La histamina posee tres tipos distintos de receptores. El receptor H1 es el más relacionado con los fenómenos alérgicos, su activación provoca contracción del músculo liso intestinal y bronquial, aumento de la permeabilidad en el sector vascular y un aumento en la secreción de moco por parte de las células epiteliales del árbol bronquial. Los receptores H2 están más relacionados con la dilatación de los vasos sanguíneos y estimulación de la secreción glandular.
Además de los mediadores químicos mencionado liberados por los mastocitos y basófilos, otras células como los neutrófilos y eosinófilos, desempeñan un papel importante en lo que se conoce como “Fase tardía” de mantenimiento del proceso asmático.
El factor quimiotáctico de los eosinófilos, atrae a éstos hacia el lugar de contacto de la mucosa bronquial con el alergeno. Los eosinófilos de manera similar a como ocurre con los mastocitos y basófilos, se ponen en contacto con el alergeno y la IgE, produciéndose también sustancias químicas responsables del fenómeno asmático como son los leucotrienos, proteína básica principal, factor activador de las plaquetas y la proteína catiónica de los eosinófilos. La liberación de estos mediadores desempeñar una función defensiva frente a las infecciones.
En este caso de hipersensibilidad, estos mediadores contribuyen a las lesiones vasculares extensas en el tracto respiratorio.
Existe evidencia que la actividad de los eosinófilos en el árbol bronquial, contribuye a la inflamación crónica de la mucosa bronquial, y colabora para la presentación del asma bronquial persistente.(Goldsby RA et al.)
Un número considerable de citokinas regula la función de los eosinófilos en el asma. Dentro de ellas, la interleukina-5 estimula la liberación de eosinófilos dentro de la circulación y prolonga su vida. La presencia de alergenos en la vía aérea, aumenta la concentración local de interleukina-5, con lo que se correlaciona en forma directa con el aumento de la cantidad de eosinófilos en la vía aérea (Busse WW., Lemanske RF.2001).
Los neutrófilos son el otro grupo celular implicado en la génesis del asma. Atraídos por el factor quimiotáctico de los eosinófilos, cumplen una función análoga a la desplegada por los eosinófilos. Tanto los neutrófilos, como los eosinófilos, constituyen ambos responsables de lo que se denomina “reacción de fase tardía” en la provocación del asma bronquial, puesto que se da a posteriori de la acción de los mediadores químicos vasoactivos liberados en un principio por los mastocitos y células basófilas.
El área de la inmunología se halla en pleno proceso de nuevos descubrimientos que explican en parte la aparición del fenómeno asmático. En este contexto Schwartz RS (2002), cita un trabajo de Finotto et al., donde se explicita una nueva serie celular implicadas en las reacciones alérgicas. Ellas serían las células Th2 (de sus siglas en inglés “type 2 helper”). Estas células secretarían interleukinas que provocarían la inflamación alérgica y estimularía las células B a producir IgE y otros anticuerpos.
C) Hiperreactividad bronquial
Se considera bajo esta definición a los fenómenos de una respuesta broncoconstrictora excesiva frente a estímulos de diversos orígenes, pudiendo ser estos últimos de naturaleza física (ejercicios físicos, cambios de temperatura) o química (histamina).
Manifestaciones clínicas de la enfermedad asmática
La característica clínica más importante de la enfermedad asmática es la falta de aire o “disnea”. Esta es la expresión sintomática de las alteraciones fisiopatológicas que se provocan en el árbol bronquial: broncoconstricción y producción excesiva de moco, impidiendo el normal flujo aéreo.
El enfermo vivencia esta falta de aire con opresión toráxica y necesidad de hiperventilar. El aire que penetra en los pulmones no puede salir, evidenciándose una disnea a predominio espiratorio.
Expresiones clínicas de la falta de aire están dadas por síntomas de palidez y cianosis periférica.
Las características de estas manifestaciones clínicas varían de intensidad y frecuencia de presentación. Variando éstas de acuerdo a los resultados de la medicación instituída, como de la presencia o no de los factores desencadenantes.
La intensidad puede variar desde un simple jadeo o falta de aire hasta la crisis asmática propiamente dicha donde la limitación de la actividad se hace presente, el enfermo debe reposar para poder hacer frente al ataque agudo de asma. El ataque de asma revierte en forma espontánea o mediante medicación.
La gravedad del ataque del asma está dada por las características de la dinámica respiratoria implicadas. Puede ser de corta duración o ir hasta el estado conocido como “mal asmático”, circunstancia en que el ataque asmático se prolonga en el tiempo sin mejoría a pesar del tratamiento ambulatorio instituido y comienza a afectar el equilibrio hemodinámico del organismo. Este caso necesita de tratamiento hospitalario y si la situación se prolonga aún más, se debe acudir a la asistencia mecánica ventilatoria. La gravedad de esta situación si no es atendida de acuerdo a las circunstancias clínicas que se presenten, puede evolucionar hasta el Paro respiratorio, situación de riesgo vital que lleva a muerte si no es corregida por personal especializado.
La frecuencia de las crisis, está junto con la intensidad de las mismas, relacionada con el éxito del tratamiento instituido y con la presencia de factores desencadenantes. La frecuencia de presentación varía desde una continua persistencia de síntomas respiratorios crónicos sin presencia de períodos asintomática, hasta la remisión de sintomatología, que suele ocurrir en adolescentes donde la enfermedad se hizo presente durante la infancia.
La tos, de aparición nocturna es otra característica de la enfermedad. Habitualmente se acompaña de expectoración mucosa.
Los síntomas nasales como rinorrea, obstrucción y prurito nasal, junto con estornudos en salvas, son otros síntomas acompañantes.
Examen Físico
La auscultación del campo pulmonar manifiesta los clásicos ruidos pulmonares: roncus y sibilancias. En los casos graves de crisis asmática y sobre todo en niños, se observa la utilización de la musculatura accesoria pulmonar para compensar la falta de oxigenación. Este uso se ve reflejado en el tórax a través del tiraje intercostal y de las fosas supraclaviculares, junto con incoordinación respiratoria toracoabdominal.
Exámenes Complementarios
Aunque para el diagnóstico de la enfermedad asmática muchas veces solo es necesario la presencia de las manifestaciones clínicas, la utilización de pruebas complementarias es de utilidad para evidenciar la mejoría con el tratamiento instituido así como la evolución y pronóstico de la enfermedad.
• Radiología.
La radiografía pulmonar no evidencia signos radiológicos patognomónicos de la enfermedad. Algunas veces cuando la enfermedad es crónica y en momentos de crisis aguda puede comprobarse cierto grado de hiperinsuflación. La presencia de atelectesia es rara.
• Laboratorio
La presencia de elevada cantidad de eosinófilos puede revelar estado alérgico relacionado con la enfermedad asmática.
• Gases en sangre:
La deficiencia en la ventilación pulmonar puede ponerse de manifiesto mediante una concentración de gases en la sangre alterada. De esta manera en los estados crónicos puede existir en sangre un aumento del anhídrido carbónico (CO2) y una disminución de la concentración de oxígeno; mientras que en un estadio agudo de ataque asmático y debido a la hiperventilación se evidencia un descenso de presión de anhídrido carbónico en sangre, proceso conocido como de alcalosis respiratoria.
• Pruebas de funcionalidad respiratoria
Mediante la utilización de aparatos que miden el aire espirado, se puede medir la capacidad ventilatoria pulmonar y el grado de disfunción pulmonar. Básicamente existen dos mediciones para evaluar la capacidad pulmonar: el “volumen espirado durante el primer segundo”, y el “pico de flujo espiratorio”, ambas conocidas por las siglas de denominación inglesa como VEF1 y PEF respectivamente.
• Estudios inmunológicos
Pruebas de sensibilización alérgica mediante pruebas cutáneas e intradermoreacciones, con el objetivo de identificar el alergeno desencadenante de las crisis. Su valor reside en arbitrar las medias de control ambiental.
Anatomía Patológica
Evidencia que la inflamación de la vía aérea respiratoria, es el principal componente del asma bronquial, fue en un principio hallazgo de autopsias encontrados en casos de asma fatal. La vía aérea se presentaba infiltrada por células inflamatorias como neutrófilos y eosinófilos, los mastocitos presentaban degranulación, se evidenciaba engrosamiento de la membrana basal, pérdida de la integridad epitelial y oclusión por mucus de la luz bronquial; además de hipertrofia del músculo liso como también hiperplasia de las células. Estas observaciones fueron consideradas características del asma fatal, pero no se consideraban como patognomónicas de otras formas de asma y sólo habían sido descriptos en personas fallecidas. No se sabía acerca de los cambios histopatológicos que ocurrían en los bronquios de los pacientes asmáticos en vida (Haley KJ., Sunday ME.;Wiggs BR.; Pozakewich HP.; Reilly JI.; Mentzer SJ.; Sugarbaker DJ.; Doerschuk CM, Drazen JM.. 1998).
De hecho en forma más reciente con la utilización de técnicas de obtención de material a través de biopsia de epitelio bronquial y lavado bronquial, se han obtenidos evidencias de los cambios inflamatorios que ocurren en otros tipos de de características menos severa. Los cambios inflamatorios en el árbol bronquial ocurren desde el mismo comienzo de la enfermedad y están en relación con la evolución y severidad de la enfermedad. La presencia de células inflamatorias degranuladas, indica la participación directa de estas células en los procesos inflamatorios del árbol bronquial mediante la liberación de sus sustancias histoquímicas implicadas en los procesos inflamatorios. (Vignola AM.; Chanez P.; Campbell AM.; Souques F.; Lbel B.; Enander I.; Bousquet J. 1998).
Otros autores poseen una visión más comprometedora en la génesis de la enfermedad. Siempre se hace mención a la enfermedad asmática como acotada a los grandes y medianos espacios aéreos, sin embargo otros investigadores implican también al tejido alveolar dentro de los cambios histopatológicos. Esta visión podría tener implicancias importantes en el tratamiento farmacológico que se utiliza habitualmente. (Kraft M.; Djukanovic R.; Wilson S; Holgate ST, Martin RJ. 1996).
Básicamente se considera que los cambios histopatológicos ocurren en el epitelio bronquial. Las alteraciones que se producen es conocido como “fenómeno de remodelado”. Estos cambios comprenden las siguientes características (Robbins CK. 1990, p.818):
• Engrosamiento de la membrana basal del epitelio bronquial
• Edema e infiltrado inflamatorio en las paredes bronquiales, con presencia de eosinófilos que constituyen del 5 al 50% del infiltrado celular
• Incremento del tamaño de las glándulas submucosas
• Hipertrofia de las musculatura bronquial que refleja la prolongada broncoconstricción.
• A veces existen cambios enfisematosos con la cronicidad.
Epidemiología
Si se tomara en cuenta la definición de epidemia, la cual hace referencia a las enfermedades cuando atacan en gran número de personas, al mismo tiempo y en el mismo lugar; podríamos estar hablando desde este punto de vista de una epidemia de asma en el mundo.
Hoy en día el asma es la enfermedad crónica con mayor prevalencia en la niñez y la adolescencia, existiendo grandes variables entre los países. Se presume que actualmente el 10% de de los niños padecen de una forma u otra manifestaciones clínicas compatibles con enfermedad asmática.
Las cifras de prevalencia parecen ir en aumento en algunas regiones, aunque no se sabe con certeza si este aumento se debe a un aumento real del número de casos, o a que la población ha tomado más conciencia de la enfermedad y acude más al médico, por lo que la cantidad de niños diagnosticados por asma ha ido en aumento.
Actualmente el asma es la primera causa de hospitalización en niños y una de las más importantes en provocar ausentismo escolar como enfermedad crónica.
Los problemas para la correcta evaluación epidemiológica del asma, son los diferentes criterios con los cuales se establece un diagnóstico. Los cuestionarios para evaluar la enfermedad asmática depende de los criterios de diagnóstico médico empleados, de la definición de términos utilizados (“disnea”, “respiración entrecortada”, “bronco espasmo”, “ataque de asma”) y de la percepción de propia enfermedad por parte del paciente en términos de su intensidad y gravedad de expresión. Así mismo la percepción de síntomas, depende del estado emocional y psicológico del paciente
En los Estados Unidos de América, el asma afecta a casi 15 millones de personas. De 1982 a 1992, la prevalencia de la enfermedad subió un 42% y su tasa anual de mortalidad en un 40 %. En 1991 los Institutos Nacionales de Salud inician estudios sobre los factores desencadenantes y diversas variables demográficas y socioeconómicas. Dentro de las conclusiones que se arribaron fue que la densidad poblacional urbana poseía una fuerte correlación en la aparición de la enfermedad asmática, quizás debido por la mala calidad del aire que se respira en esos centros y que actúa como irritante ( Rev Panam Salud Pública-1997).
El Centro de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos informó un incremento de la prevalencia de la enfermedad asmática de cifras del 3,6% al 5,8 % en el año 2003. Según las cifras aportadas por este organismo, el asma es la tercera causa de hospitalizaciones entre las personas por debajo de los 18 años, siendo antecedida sólo por la neumonía y los traumatismos (Eder W.; Ege MJ.; von Mutius E.; 2006).
El Estudio Internacional sobre Asma y Alergia en la Niñez (ISAAC- por sus siglas en inglés), fue un relevante estudio en la investigación de la prevalencia de la enfermedad asmática que se realizó a nivel mundial. El estudio se realizó mediante un cuestionario administrado en 56 países e incluyo la recolección de datos de 721.601 niños a través de 156 centros distribuidos en todo el mundo. En septiembre 1997 finalizó la recolección de datos y se procedió a su análisis. (ISAAC. International Study of Asthma and Allergic Disease in Childhood. Steering Comitee extraído de: www.isaac.auckland.ac.nz).
Posteriormente se realizaron otros relevamientos, que evaluaron otras variables de estudio, el ISAAC II profundizó sobre los factores etiológicos, posteriormente se realizó una tercera fase el ISAAC III, que consistió en administrar el mismo cuestionario del ISAAC I, pero cinco años después, en los centros y a los niños a quienes se les habían administrado el cuestionario. Su objetivo era evaluar la tendencia de la prevalencia en los centros de los países implicados.
Los resultados que se obtuvieron, demostraron que existía una disminución de los pacientes asmáticos, especialmente en el grupo etáreo comprendido entre las edades de 13-14 años. Se observó una disminución de casos en los países de habla inglesa y Europa occidental, demostrando que el número de casos puede haber llegado a una meseta en estos países. Con respecto a América latina, donde la prevalencia era baja durante la fase I, se observó un aumento de porcentajes durante la Fase III del ISAAC. ( Rev Panam de Salud Pública. 2007).
Con respecto a la República Argentina, se estudiaron poblaciones de Buenos Aires, Córdoba y Rosario.
En Buenos Aires se relevaron las localidades de Capital federal, Almirante Brown, Mar del Plata, General Villegas, La Plata, San Nicolás, Pergamino y Bahía Blanca.
En el grupo etáreo de niños entre las edades de 13-14 años, con una muestra de n=2996, se obtuvo una prevalencia del 6,6 %; mientras que en las edades de 6-7 años con una n= 3005, la prevalencia fue del 4,1 %.
En Córdoba la prevalencia de la enfermedad asmática dentro de las edades de 13-14 años fue del 9,6 %, con una n= 3042.
Estos resultados obtenidos, coinciden con los conseguidos por otros autores años después, en regiones más alejadas y utilizando cuestionarios similares pero adaptados a la región; por lo que podemos argüir a favor de los datos obtenidos.( Tello MA.; Jinete del Villar RA.; Salmun N. 2003).
Otro estudio de envergadura realizado principalmente en Europa, aunque también abarcó ciudades de Canadá, Estados Unidos, Australia y África, fue el denominado ECRHS ( European Community Health Survey in Adults). El estudio multicéntrico incluyó la administración de un cuestionario a 140.000 individuos adultos entre las edades de 20-40 años de 22 países, y fue conducido entre los años 1990 a 1994. (International Steering Comité ECRHS. Extraído diciembre 2007 www.echrs.org )
Las cifras de prevalencia de enfermedad asmática fueron desde 2.0% al 11,9 %, de acuerdo a la zona geográfica implicada. Las más altas prevalencias pertenecen a los países de habla inglesa, mientras que las más bajas pertenecen a países de la región mediterránea y el este europeo ( Burney PGJ.; Luczynska C.; Chinn S.; Jarvis D. 1994) (Janson C.; Anto J; Burney P.; Chin S.; de marco R.; Heinrich J.; Kuenzli N.; Leynaert B.; Luczynska C.; Neukirch F.; Svanes C.; Sunyer J.; Wjst M. 2001). Los valores obtenidos fueron correlacionados con el ISAAC, obteniéndose valores similares, por lo cual ambos estudios multicéntricos pudieron ser validados mutuamente (Pearce N. ; Sunyer J.; Cheng S.; Chinn S.; Bjorksten B.; Burr B.; Keil U.; Anderson HR.; Burney P. 2000).
A pesar de los importantes esfuerzos relacionados con identificar la prevalencia del asma en el mundo y de los diversos estudios multicéntricos, el asma continúa siendo en su presentación una enfermedad que depende de muchos factores, lo cual hace que la dispersión de los valores dependiendo de las regiones geográficas sea una constante.
Control y tratamiento
Aunque las verdaderas causa de la enfermedad asmática, tanto en su fisopatogenia, como en sus factores desencadenantes y variables de comorbilidad, no son hasta ahora del todo manejables y en cierta medida desconocidas, el tratamiento de la enfermedad asmática se ha desarrollado en torno a las anomalías patológicas subyacentes, es decir: la inflamación de la vía aérea, hipersecreción del mucus y la hiperreactividad bronquial (Little F. 2006). Dice el autor citado: “ aún cuando estos tratamientos han probado ser efectivos, los médicos se encuentran a menudo humillados mientras que la condición asmática progresa a pesar de sus mejores esfuerzos para controlarla, estrategias que focalicen asociaciones con la enfermedad hasta ahora desconocidas son necesarias”.
A pesar de las herramientas terapéuticas a nivel químico que se posee, la enfermedad está lejos de poder controlarse de acuerdo a los criterios GINA (Global Initiative for Asthma Management and Prevention-2006).
En este sentido los autores Neffen H., Fritscher C., Cuevas Schacht F., Levy G., Chiarella P., Soriano JB., Merchall D. (2005); han evaluado a 2148 adultos o padres de pacientes asmáticos utilizando los criterios clasificatorios y de control de enfermedad de acuerdo a los criterios de GINA. La muestra fue obtenida dentro de los países de América latina De este modo, sólo el 2,4 % de los pacientes consultados reunió criterio para el total control de la enfermedad asmática. Los autores del documento verificaron un “inaceptable” alto nivel de morbilidad. Dentro de las causas por las cuales se verificó el fracaso del tratamiento figuran: errónea aplicación del tratamiento, inadecuada educación por parte del paciente de lo que la enfermedad asmática significa, negativismo por parte del paciente y reducción de las esperanzas de mejoría de calidad de vida.
Así mismo la adherencia y conformidad a un tratamiento y por ende al control de la enfermedad estaría afectado por variables psicológicas. Bosley CM, Fosbury JA, Cochranes GM (1995) publicaron un trabajo prospectivo con 102 pacientes asmáticos, en que la depresión y la ansiedad eran mayores entre los pacientes que habían discontinuado o abandonado el tratamiento en comparación con aquellos que presentaron adherencia al mismo.
Ello hace suponer que dentro del éxito de un tratamiento no sólo interviene la correcta elección de un medicamento y la utilización de un algoritmo propuesto, sino que también intervienen variables que exceden los criterios farmacológicos de prescripción médica clásica.
La prescripción de un fármaco, como de su posología y formas de administración, dependerá de la edad del paciente (niño o adulto), del estado de la enfermedad (agudo o crónico), de la intensidad de síntomas clínicos (leve, moderada o grave).
Los medicamentos utilizados de acuerdo a bibliografía médica son:
• Glucocorticoides
Pueden ser utilizados por vía sistémica e inhalatoria. De muy buena eficacia, sin embargo su uso no es curativo, su discontinuidad provoca un retorno de los síntomas. Así mismo su uso prolongado provoca reacciones adversas como desmineralización ósea y en los niños alteraciones en el metabolismo óseo con afectación del crecimiento en estatura (Saraví FD.; Guirao MA.; Carlos Elías P.; Guarnieri PJ. 2000).
• Inhibidores de los leucotrienos
Actúan inhibiendo a nivel del receptor la actividad de los mismos
• Beta 2 agonistas
Actúa provocando sobre el músculo liso bronquial provocando la broncodilatación
• Teofilina
Actúa como broncodilatador y en menor medida como antiinflamatorio
• Cromoglicato de sodio
Utilizado para el tratamiento a largo término
• Medicamentos Anti IgE
Utilizado en aquellos pacientes que cursan con elevado niveles de Ig E en sangre
• Medicación antihistamínica
• Desensibilización al alergeno
Mediante vacunas. La apropiada inmunoterapia exige la identificación del Alergeno
• Educación
Merece especial atención que dentro del esquema de Tratamiento debe incluirse un capítulo especial a la Educación del paciente por parte del personal sanitario.
Reflejando esta importancia Martín Escribano P.; Ramos Seisdedos G., Sanchos Aldás J., (p. 807) lo expresan diciendo: “El tratamiento del asma no sólo consiste en administrar con mayor o menor acierto determinados fármacos, sino que en la actualidad se considera que los aspectos educativos desempeñan un papel capital en el tratamiento de la enfermedad. Múltiples estudios han mostrado que los paciente convenientemente adiestrados experimentan un favorable curso clínico, incrementando la calidad y la función pulmonar, reduciendo la necesidad de fármacos, la frecuentación hospitalaria y los costes totales de la enfermedad.”
En el esquema de educación se incluyen el desarrollo de habilidades personales a fin de que los pacientes puedan comprometerse activamente con el tratamiento, con el objetivo de lograr mayor adhesión. A sí mismo se deberá incluir información básica, e instruir al paciente en técnicas y métodos de autocontrol de la enfermedad.
Es de destacar que a los fines que se cumplan con estos objetivos, es menester el desarrollo y la presencia de ciertas aptitudes y actitudes por parte de paciente con respecto a su enfermedad, desarrollo de la voluntad y adquisición de habilidades para modificar conductas no deseables para el mejoramiento de su salud. Así mismo será necesaria la construcción de una adecuada relación médico-paciente basada en la cooperación y la confianza mutua.
En la elaboración de estas estrategias de “Educación para la salud”, será indispensable el conocimiento de las variables psicológicas y la personalidad del paciente, a los fines de adecuar convenientemente los objetivos a cumplir en esta área.
Clasificación
Existen diversas clasificaciones que están relacionadas con distintas facetas de la enfermedad sin llegar a una total unanimidad de términos propuestos. Ello es debido a la propia dinámica de la enfermedad, y que no existe una etiología conocida hasta el momento que pueda dar una explicación totalizadora al conjunto del fenómeno asmático.
Sin embargo, a los fines del presente trabajo y sin entrar en las controversias que cada una de estas clasificaciones suscitan, nos hemos fundamentado para elaborar la presente clasificación en referencias bibliográficas (Naureckas ET., Solway J 2001;Calvo M. 2006; Gayoso Cervantes, O. 2003; Salazar J. 2001; Grammer LC, Greenberger PA. 1992; Martín Escribano P., Ramos Seisdededos G., Sanchos Aldás J.2006) y en grupos de expertos de calificación internacional como son el GINA (Global Initiative for Asthma-Global Strategy for Asthma Management and Prevention-2006) y el NAEPP ( National Asthma Education and Prevention Program- Expert Panel Report-Full Report 2007-National Heart, Lung and Blood Institute-National Institutes of Health-U.S. Department of Health and Human Services).
Así tenemos la siguiente clasificación:
1- De acuerdo a criterio inmunológico
• Asma Extrínseca o Alérgica
Relacionada con la Reacción de Hipersensibilidad tipo I. Su actividad está mediada a través de la reacción antígeno-anticuerpo y cursa generalmente con cifras elevadas de IgE.
Se encuentra relacionada con un fuerte componente genético, de historia familiar de alergia, eccema y fiebre de heno.
Comienza habitualmente en la infancia.
• Asma Intrínseca o Idiopática
Se presenta habitualmente sin títulos elevados de IgE a causa de que no se la relaciona con fenómenos alérgicos.
Se postula que la génesis de este tipo de asma radica en una hiperreactividad bronquial o excesiva “sensibilidad” bronquial, los cuales son capaces de reaccionar frente a numerosos estímulos de origen inespecíficos. Dentro de estos estímulos externos se ubican un sinnúmero de situaciones sin ningún tipo de relación entre ellos tales como: exceso de humedad, emociones e irritantes
• Ocupacional: relacionada con elementos irritantes en el lugar de trabajo. Su gravedad depende de la higiene industrial aplicada al lugar y a la susceptibilidad del paciente.
• Por intolerancia a medicamentos: tales como antiinflamatorios no esteroides y acido acetil salicílico.
• Asma inducida por ejercicios: se presenta con mayor frecuencia en niños asmáticos. Se desconoce la causa precisa. Se cree que podría deberse a la hiperventilación durante el ejercicio, que estimula la degranulación de los basófilos situados en la adyacencia del epitelio bronquial
2- De acuerdo al grado de severidad
CATEGORÍA Síntomas Síntomas nocturnos Función Respiratoria
Intermitente Síntomas, máximo 2 veces a la semana.
Sin síntomas y con PEF normal entre exacerbaciones.
Exacerbaciones breves ( pocas horas a pocos días); con variable intensidad Máximo 2 veces al mes. FEV o PEF del 80%
Persistente leve Síntomas más de 2 veces a la semana, pero no diarios.Las exacerbaciones pueden afectar la actividad Más de 2 veces al mes FEV o PEF mínimo 80% del predicho
Persistente moderada Síntomas diarios. Usos diario de de betaagonistas de acción corta. Las exacerbaciones afectan a la actividad. Exacerbaciones, como mínimo 2 a la semana, pueden durar días Más de 1 vez a la semana. FEV o PEF mayor del 60% y menor del 80% predicho.
Persistente Grave Síntomas continuos. Actividad física limitada. Exacerbaciones frecuentes Frecuentes
FEV o PEF máximo del 60% predicho
3-De acuerdo al grado de control de la enfermedad
Esta última clasificación difundida por ámbitos de expertos contempla una revisión de términos mas acorde con la dinámica de la enfermedad, teniendo en cuenta los resultados del tratamiento instaurado, mas que la descripción de la enfermedad en sí misma.
- Asma controlada
En este nivel no existe sintomatología diurna ni nocturna. No existen restricciones a la actividad física, ni tampoco necesidad de utilizar medicamentos de fase aguda (no más de dos veces semanales). Las pruebas de flujo son normales y no se presentan ataques de asma.
- Asma parcialmente controlada
En este nivel los síntomas diurnos se presentan dos veces a la semana, algunas veces de noche y ocasionalmente existe limitación de la actividad física. Medicamentos de fase aguda son necesarios más de dos veces por semana. Las pruebas de flujometría son anormales en un 80% con respecto a los valores normales. Los ataques de asma ocurren al menos una vez por año.
- Asma No controlada
En este caso el asma, posee episodios de tres o más características del asma parcialmente controlada por lo menos tres veces a la semana, los ataques de asma se presentan semanalmente.
Factores desencadenates de una crisis asmática
Además de los factores etiológicos causales del asma, existen factores, que sin estar directamente implicados en la génesis de la enfermedad, constituyen factores desencadenantes del fenómeno asmático.
• Contacto con alergenos
• Contacto con elementos irritantes de las vías aéreas respiratorias (tabaco, humo )
• Reflujo gastroesofágico: el reflujo de contenido gástrico actuaría como un irritante provocador de asma
• Menstruación y embarazo: los cambios hormonales en estos períodos, provocarían cambios en los mecanismos fisiológicos. La naturaleza íntima de estos cambios son por ahora desconocidos.
• Infecciosos: las infecciones concomitantes del tracto respiratorio aéreo alto provocados por bacterias, virus, pueden desencadenar un estado asmático por irritabilidad de la mucosa sujeta a procesos inflamatorios por parte del estado catarral alto.
• Climáticos: cambios bruscos de temperatura.
Aportes de la Psicología al conocimiento de la enfermedad asmática
La interacción mente-cuerpo. El campo de las emociones y los sentimientos
Las contribuciones de la psicología en sus distintas escuelas, el marco teórico psicoanalítico, el campo de las enfermedades psicosomáticas, la perspectiva de la Psicoinmunoneuroendocrinología (PINE), han tratado de esbozar una nueva dialéctica en la comprensión de la génesis y mantenimiento de las enfermedades y otorgar nuevos recursos en la comprensión del individuo sano/persona enferma.
A pesar de estos aportes, existen fuertes corrientes médicas que tratan de constreñir el proceso salud/enfermedad en un evento unidireccional causa-efecto y restringido sólo al ámbito de lo puramente biológico y medicalizar la enfermedad. Desde el campo de la educación médica y la bibliografía más utilizada por los futuros profesionales médicos y los médicos, continúan con la observación de la enfermedad desde un punto de vista biologista y negando los aspectos psicológicos de la enfermedad.
Así algunos autores de bibliografía médica especializada y referentes a nivel educacional de la comunidad médica como lo es Farreras-Rozman al explayarse sobre la génesis de la enfermedad coronaria y sus factores de riesgos, ponen en tela de juicio que las formas de conducta tipo patrón A según clasificación de Friedman y Roseman , según la cual aquellos individuos que presentan mayor grado de hostilidad y agresividad, pudieran tener alguna relación con la aparición de enfermedad cardiovascular. Se minimiza de este modo la participación de la psiquis en la génesis de esta importante enfermedad que afecta a gran parte de la humanidad, expresándose de esta manera (Farreras-Rozman, 1.995; p.535): “Durante…los últimos diez años se ha especulado sobre la posibilidad de que los enfermos coronarios presenten ciertos rasgos de conducta particulares. Friedman y Roseman denominaron patrón tipo A al de los individuos con mayor grado de hostilidad, agresividad, competitividad y sentido de urgencia del tiempo, y le atribuyeron la naturaleza de factor de riesgo coronario a esta forma de conducta; su importancia está en discusión”.
Sin embargo la personalidad tipo A y su relación con la enfermedad coronaria ha sido ampliamente estudiada. En este sentido Liebert RM y Langenbach Liebert L. (2000) citan diversos autores además de los estudios liminares de Friedman y Rosenman, en los cuales este tipo de personalidad se encuentra relacionada con eventos cardiovasculares. Al respecto los autores mencionan que el patrón de conducta tipo A es la principal causa de enfermedades del corazón y las coronarias de acuerdo a los trabajos de Friedman y Rosenman. Así mismo se descubrió que las personas tipo A producen más colesterol y catecolamina, elementos que se encuentran imbricados profundamente con la patología coronaria.
También se evidenció que la personalidad tipo A difieren de las tipo B, que son más relajadas y despreocupadas, en cuanto a ciertas respuestas glandulares y metabólicas que aumentan los riesgos de enfermedad coronario.
Además se encontró que la conducta tipo A difiere de la de tipo B en cuanto que la primera es más excitable, elevando por ejemplo su presión sanguínea, y de este modo elevando el riesgo de enfermedad coronaria.
Farreras-Rozman, con respecto a la enfermedad asmática, la personalidad y las emociones expresan (p. 760): “La hipnosis y la sugestión pueden provocar broncoconstricción. No es infrecuente que las emociones fuertes desencadenen o empeoren las crisis de bronco espasmo en los pacientes. En contra de una opinión muy extendida, nunca se ha podido demostrar que el origen del asma resida en un trastorno psicológico, ya que no se conocen casos convincentes de individuos sanos que hayan iniciado su enfermedad únicamente por motivos emocionales. Algunos estudios han mostrado que la personalidad puede influir sobre el pronóstico de la enfermedad, ya que se ha observado que el riesgo de muerte por asma es más elevado en los pacientes que padecen ansiedad y depresión...”.
Se deduce del párrafo citado, que el pensamiento médico hegemónico si bien reconoce algunas variables psicológicas presentes en la enfermedad asmática, desdeñan la posibilidad a que la enfermedad asmática sea el resultado multifactorial de entidades tanto físicas como psíquicas y que en el mantenimiento de la patología se deban reconocer entidades psíquicas que al momento actual de la bibliografía médica especializada convencional no son tenidas en cuenta.
Por otra parte intentos de superar los límites del reduccionismo biologista se están realizando por intermedio de la comunidad médica a través de investigaciones en el campo formal de la medicina y como contrapartida de los ejemplos citados anteriormente.
En este contexto hace mucho tiempo que investigaciones formales y de amplio reconocimiento por parte de la comunidad médica, ensayan un reconocimiento de la intervención del campo de lo emocional en la génesis de las enfermedades orgánicas.
El reconocido estudio de cohorte conocido como “The Framingham Study”, llevado a cabo desde el año 1948, evaluó en forma exhaustiva los factores de riesgo para contraer enfermedades cardiovasculares, dentro los que se identificaban: la hipertensión, hipercolesterolemia, tabaquismo, diabetes, obesidad, sedentarismo y los “factores biopsicosociales”.
De este modo, los factores “psicosociales” han comenzado a ser tenido en cuenta dentro de la bibliografía médica convencional. En este contexto, Rozanski A, Blumenthal JA, Kaplan J. (2000),incluyen citando bibliografía de referencia que dentro de los “factores psicosociales” deberían incluirse como los más importantes a la depresión, la ansiedad, el stress crónico, la irascibilidad y el aislamiento social. En este concepto se están tratando de influir en las variables psicosociales con medidas de intervención psicológica de tipo conductual. Las variables como personalidad tipo “A”, la ira y la hostilidad y la ansiedad, son tenidas en cuenta en el momento de diseñar una intervención psicológica (Fernández-Abascal EG, Dìaz MD, Domínguez Sanchez FJ; 2003) y de este modo influir sobre la evolución de la enfermedad cardiovascular.
Diversas investigaciones con amplia repercusión pública son realizadas por argentinos, tratando de impedir la dicotomía mente/cuerpo. En este sentido investigadores del Instituto Universitario CEMIC (Taragano,2002) hallaron en un estudio prospectivo, luego de 31 meses de seguimiento y utilizando una muestra de 478 pacientes, que el riesgo de daño cardíaco o cerebral era nueve veces mayor en los sujetos que habían sufrido gran ansiedad y no habían aceptado ayuda psicológica. El factor creador de ansiedad lo constituyó la crisis financiera del año 2001, conocida como la “crisis del corralito”. A sí mismo el estudio encontró que algunas de las características de la personalidad como la inquietud persistente, la impaciencia, la sensación de que siempre falta tiempo, al competitividad extrema, son características personales que nos ponen en riesgo cardiovascular. En esta misma línea Vicario y Taragano (2002) aportan en un artículo de revisión la importancia de la esfera emocional en las enfermedades cardiovasculares, sosteniendo que existe suficiente evidencia médica para sostener a la depresión como un “factor de riesgo independiente” para la enfermedad coronaria y el infarto de miocardio, y un “indicador de pronóstico negativo” para enfermos cardiovasculares. Los posibles mecanismos que se enuncian para explicar estos hechos es que “la disfunción del eje hipotálamo-hipófiso-suprarrenal junto con una reactividad plaquetaria alterada, incidirían en forma directa sobre el endotelio vascular, punto inicial del proceso arteriosclerótico responsable de los eventos clínicos y su ocurrencia”.
En cuanto a la enfermedad asmática en particular, la integración del hecho psicológico es reconocida por algunos autores y se realiza un esfuerzo para promover una visión integral de la misma.
Vucovich P. y Vucovich G. (2004, p.125) rescatan su importancia dentro del contexto de un hospital polivalente y su implicancia en la génesis y mantenimiento de la enfermedad como también en su tratamiento. De este modo reconocen a la personalidad del paciente asmático con las siguientes características:
• Sobreadaptación: adecuación exagerada. Adicción a la realidad externa en detrimento a la realidad psíquica
• Autoexigencia:”no reconoce sus límites, ni detecta cansancio, por lo que se excede en tiempo y esfuerzo”
• Hiperreactividad: “posee alto nivel de competitividad, características que se desprenden de los rasgos anteriores y le dan un claro perfil”
Los mismos autores, señalan características psicológicas que enmarcan la “modalidad de afrontamiento de la enfermedad” en aquellos pacientes asmáticos que presentan dificultades en cumplimentar con la medicación indicada, llevando como consecuencia a una agravación de su situación orgánica debido a la falla en la respuesta terapéutica
Modalidades en afrontamiento de la enfermedad
• Aprensivo: “sobredimensionan los síntomas......la pruebas de función respiratoria son cercana a la normalidad. Son “policonsultadores”, por lo tanto mezclan a voluntad distintos fármacos indicados por distintos profesionales, y así su riesgo es el abuso de broncodilatadores y corticoides.Los primeros pueden ser causa de arritmias cardíacas, y los segundos conducir al síndrome de Cushing, expresión mayor de lo efectos adversos de los glucocorticoides. Esta modalidad de afrontamiento corresponde al asma intermitente o persistente leve.
• Negador o con alta disociación: “ subestima la enfermedad, tiene auto percepción desminuida de la disnea. Al negar la enfermedad también niega al tratamiento; esta modalidad corresponde en un alto porcentaje a pacientes que tienen asma moderada o grave”. Continúan diciendo los autores “....Son enfermos de alto riesgo: al desvalarorizar las crisis demorando las urgencias, agravan al deterioro de la función pulmonar, por lo que llegan a las guardias hospitalarias en insuficiencia respiratoria, con riesgo de vida”. “Existe un tercer grupo intermedio, entre ambos extremos: afrontamiento bueno, considerado habitualmente por sus estrategias adaptativas, tales como el análisis lógico y la redefinición cognitiva, a la vez que utilizan en menor medida la descarga emocional, que implica fracasos en el control afectivo y se hipotetiza como desadaptativa. Estos pacientes cumplen los tratamientos, teniendo muy buena evolución y gratificando de esta manera a los profesionales que hemos elegido esta vocación”.
Como se ve en este párrafo, resulta de importancia fundamental para un correcto cumplimiento del tratamiento instaurado, tener en cuenta las características de la personalidad en cuanto a la génesis de la enfermedad, como también las diversas variantes que el paciente presenta en afrontar su enfermedad de acuerdo a su personalidad de base.
Así mismo Gomez Centurión A. y Cagnani J. (2004), plantean la importancia del reconocimiento de lo psicosomático en la enfermedad asmática como punto de inicio para la conformación de grupos de autoayuda como una alternativa de tratamiento dentro del programa de Salud Mental de un hospital de alta complejidad. Al respecto los autores expresan: “El objetivo propuesto tiende al logro de una dimensión “psicosomática” de la afección asmática, promoviendo internamente un esbozo de conciencia de enfermedad en su dimensión más amplia. Cuando hablamos de asma como afección psico-somática, estamos haciendo referencia a trastornos orgánicos en los que los factores psíquicos tienen una incidencia relevante, aunque esta sea desconocida. En un sentido más estricto del término haremos hincapié en los psico somático siempre que hablemos de un cuerpo que “padece y espera algo” que no puede tramitarse psíquicamente”. Posteriormente siguen expresando los mismo autores: “El síntoma, la crisis asmática en este caso, toma el valor de una denuncia masiva de postergación a la que el cuerpo es y ha sido sometido, producto de una disociación mente-cuerpo a la que estos padecimientos apelaron precozmente”. Estos autores analizan los resultados obtenidos en la terapia grupal con pacientes asmáticos, siendo abordados estos desde un ángulo psicosomático, y concluyen diciendo: “A modo de síntesis de lo anteriormente expuesto, queremos destacar que consideramos los grupos de autoayuda interdisciplinarios una alternativa de tratamiento para el paciente psico-somático. Con ello no invalidamos ni restamos importancia cualquiera de las demás alternativas, sean grupales, individuales o familiares, siempre que tiendan a la asociación de los psicosomático disociado; no sólo desde el ámbito de la toma de conciencia en el orden conceptual y técnico de los trabajadores “psi” para el abordaje al paciente, sino también desde el ámbito operacional, asociándonos al cuerpo médico y logrando de esta forma una más amplia red de significación de nuestra tarea, insertos en el ámbito institucional”.
El modelo biomédico imperante ha logrado una explicación satisfactoria de los fenómenos bio-fisiológicos que suceden en el enfermo asmático, pero ha fracasado en dilucidar preguntas que pertenecen más al ámbito del “enfermo” que de la enfermedad:
¿por qué algunos pacientes fracasan ante la medicación instaurada y otros no?
¿porqué algunos pacientes presentan períodos asintomático cuando en teoría se hallan expuestos a las mismas condiciones ambientales que provocaron la génesis de la enfermedad?
¿porqué a largo plazo, en la evolución de la enfermedad asmática crónica, los medicamentos administrados fallan en su eficacia, debiéndose aumentar las dosis hasta alcanzar el equilibrio funcional?
¿existen características psicológicas en los pacientes asmáticos que brinden mayor o menor adherencia al tratamiento?
Es indudable que el modelo biologista no logra responder a todas las inquietudes que surgen de la práctica cotidiana.
Dentro del contexto de las enfermedades psicosomáticas, se realiza un esfuerzo para conjugar las teorías biologistas de las enfermedades dentro de un marco más holístico. En el caso de la enfermedad asmática, la misma es reconocida por algunos autores clásicos como Henri Ey en el ámbito de la psiquiatría como una enfermedad psicosomática y dentro de los síndromes lesionales del aparato respiratorio. El autor citando a Alexander y French expresa (Henri Ey, 2000; p.909): “Desde 1941, Alexander y French describieron el retrato psicológico del asmático, que comienza en la infancia, por el miedo a perder el amor materno. El niño queda prendido en el ciclo de accesos de desesperación y cólera que terminan por constituir una estructura particular de las relaciones entre el niño y su madre. El asma representa una crisis de llanto inhibida (Alexander, 1951; Ziwar, 1956). La inseguridad profunda del carácter aproxima al asmático al neurótico fóbico y a la posición depresiva neurótica”. Continúa Henri Ey citando a F. Alexander, T. M French y Ben Rappaport del siguiente modo: “F. Alexander, T. M French y Ben Rappaport, describieron en 1941 los puntos esenciales de la psicodinamia del asma, de los que la separación de la madre sería el principal; estos autores han sido además los primeros en hablar del “grito reprimido”. Señalan la frecuencia de los trastornos respiratorios del niño futuro asmático; la pubertad reactivaría este primer esbozo y el asma estaría en relación con la pulsión sexual reprimida. Los estudios se multiplican. En la década siguiente en los Estados Unidos, en los Paìses Bajos (Stokvin, 1944), en Italia (Belloni,1955). Numerosos autores señalan las constataciones clínicas que caracterizan al asmático: ansiedad, timidez, retenciones pulsionales sexuales y agresivas, emociones bloqueadas, etc…; cierta rigidez de la personalidad hace que el Yo no pueda regresar y que estalle el asma, como síntoma de angustia y, al mismo tiempo, como recuperación del amor por la emoción desencadenada en los testigos. Marty sostiene la teoría de una relación de objeto específica de la alergia. Mitscherlich considera que no existe ninguna explicación suficiente todavía, pues todas las que hay son poco especificas. Hay que admitir, con numerosos autores, una especificidad de la respuesta para conflictos sin duda poco específicos (F Alexander, Stokvis, Groen)”.
El reconocimiento del componente psicológico del asma, como la comprobación de un perfil de personalidad específica y subyacente, puede cambiar el eje del tratamiento y el abordaje terapéutico de la enfermedad asmática.
Sin embargo en la práctica el enfermo asmático continúa acudiendo en su mayoría a los Servicios de Alergia y de Neumología, los niños asmáticos continúan siendo satisfechos en su demanda por la pediatría clínica y no son utilizados los equipos multidisciplinarios que reconozcan a la enfermedad asmática como una entidad nosológica de origen multifactorial en la realidad cotidiana.
De hecho, explicaciones biologistas desde la óptica de la fisiología clásica, se han enunciado para explicar la relación del fenómeno psíquico como productor o sostenedor del hecho patológico de órgano. De este modo los fisiólogos han demostrado un aumento de los reflejos vagales por factores psicológicos que producen contracción de la musculatura bronquial y broncoespasmo por medio del Sistema Parasimpático provocando crisis asmáticas como lo han señalado Rodríguez López, G. Rodríguez Vásquez J.C ( 1996), haciendo un compendio de estas explicaciones señalan: “ Los fisiólogos han demostrado la mediación de reflejos vagales aumentados en el asma, provocados por estímulos psicológicos y han podido bloquear ataques de asma de esta naturaleza con atropina; ya sabemos que las fibras musculares de los bronquios reciben una doble innervación automática, impulsos vagales que producen contracción e impulsos simpáticos que producen relajación. Así mismo se ha demostrado que la hiperreactividad bronquial puede ser también provocada por estímulos psicológicos, traducidos en el sistema nervioso central, mediante la actividad parasimpático aumentada”. Más adelante estos autores agregan: “las crisis de asma pueden resultar de la influencia de estímulos de origen social o psicológico (sugestión, reactivación de condicionamientos pasados, pensamientos, etc.) sobre el sistema nerviosos parasimpático, que aumenta la hiperreactividad bronquial y provoca una hiperventilación de origen psicológico, asociado a estados emocionales resultantes de la influencia de tales estímulos. La hiperventilación conduce al enfriamiento de las vías aéreas y a su sequedad, así como posiblemente a una mayor entrada de alergenos y elementos irritantes, presentes en el aire, todo lo cual es capaz de producir broncoconstricción en sujetos asmáticos susceptibles, ésta exacerbará a su vez la hiperventilación, entonces se añade un componente fisiológico y se establece un círculo viciosos continuo y la crisis de asma”. Más adelante agregan con respecto a la dimensión psíquica y la enfermedad asmática en relación con la bibliografía pertinente: “Todos estos estudios e investigaciones intentan explicar la inserción de los factores psicológicos en la causa del asma bronquial y como tal hay que estudiarlos en cada caso pues actúan como desencadenantes de la crisis ( rol etiológico), empeoran las crisis ( rol en el curso y evolución de la enfermedad) o resultan de las vivencias negativas asociadas a la enfermedad ( rol pronóstico). También condicionan a la persona enferma del asma, activan cada vez un sistema de miedos irracionales de base objetiva en experiencias traumáticas anteriores y dificultades reales enfrentadas con anterioridad, que van determinando los mecanismos de adaptación del individuo y lo deja paralizado y cada vez más vulnerable. Si estos síntomas inicialmente reactivos y funcionales se estabilizan, las posibilidades del éxito de la intervención psicológica se ven reducida”. Los autores terminan señalando: “El estudio psicológico del asmático para diagnosticar el proceso de enfrentamiento de la enfermedad y poder reeducarlo en el mejor control y adaptación a la misma, cobra especial importancia en el estudio integral y multifactorial de la enfermedad”.
Estos enunciados explicativos, proveerían un marco teórico mediativo entre el fenómeno psíquico y el soma como elementos conjuntivos en la génesis de la enfermedad. Las situaciones de ansiedad y stress parecerían actuar mediante la influencia de estos estados sobre el Sistema Nervioso Autónomo, mediante la sobre actividad del parasimpático o provocando un defecto de la transmisión adrenérgica.
Clásicamente el médico clínico utiliza parámetros clínicos para evaluar la gravedad de la enfermedad crónica, como el grado de obstrucción bronquial, la frecuencia de las crisis en cuanto a su magnitud y frecuencias de presentación. Otras variables como las psicosociales si es que son tenidas en cuenta, no son utilizables en el marco de un tratamiento. Sin embargo estos factores pueden ser imprescindibles en la evolución de la enfermedad asmática en el tiempo.
La ansiedad es una de las dimensiones estudiadas en el contexto de la enfermedad asmática.
Utilizando el cuestionario para ansiedad I.S.R.A (Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad), en pacientes asmáticos se encontraron resultados correlativos con significancia estadística entre asma y ansiedad. El I.S.R.A, es un inventario de tipo respuestas por situación. El total de los ítems de la prueba es de 224, midiendo diversos grados de ansiedad.
Fernández Rodríguez, J. C.; Cano Vindel A.; (2005) han señalado grados de asociación importantes entre asma y ansiedad: “Con las investigaciones realizadas con el I.S.R.A. se demuestra que la ansiedad guarda relación con el asma bronquial. Se demuestras que los pacientes asmáticos no sólo no poseen un grado más elevado de ansiedad general que sus iguales sanos, también se demuestra que poseen un mayor grado de sentimientos de inseguridad y preocupación, mayor activación del sistema nerviosos autónomo, mayor número de conductas motoras fácilmente observables por los demás y un mayor grado de ansiedad relativo a las cuatro áreas situacionales que evalúa este inventario”.
Los mismos autores citan a Pascual (1996), quien observó que aquellos pacientes asmáticos con mayor grado de ansiedad se caracterizaban por:
1.- Mayor necesidad de tratamiento medicamentosos antiasmático, reflejado tanto en la necesidad de mayores dosis de corticoides como días de hospitalización.
2.- Las mayores dosis de corticoides se relacionan con la intensidad de la sintomatología ansiosa, pero no se relacionan con un mayor grado de deterioro de la enfermedad. Esta sintomatología ansiosa puede llevar al médico a una confusión y diagnosticar una gravedad que en realidad no existe.
3.- Mayor tasa de hospitalizaciones que los sujetos con puntuaciones medias de ansiedad.
Los sujetos que puntúan más bajo en ansiedad se caracterizan por:
1.- Minimización de la intensidad de los síntomas aunque los perciban correctamente).
2.- Menor adherencia al tratamiento farmacológico indicado.
3.- Mayor tasas de reingreso en el hospital que los sujetos con puntuación media de ansiedad.
Comprobaciones de que los enfermos asmáticos muestran mayor emoción negativa que los individuos no asmáticos han sido también objeto de estudio. Los autores Leherer PM, Isenberg S, Hochron SM. (1993) realizan una revisión de la literatura sobre el tópico y llegan a la conclusión que los asmáticos poseen una tendencia a evidenciar un alto nivel de emociones negativas relacionadas con momentos de exacerbación y agudización de su sintomatología en períodos de sobrecarga emocional. Se hipotetiza que los mediadores relacionados entre asma y emociones incluyen la hiperreactividad vagal y alfa-simpáticas. Los autores en este modelo incluyen el tratamiento psicológico para el asma.
Isenberg S, Leherer PM (1992), señalan que la revisión de la literatura acerca de estas interrelaciones indica una relación entre asma, sugestión y emoción, proponiendo la hipótesis que estos efectos están mediados parasimpáticamente. La literatura revisada puntualiza que entre los asmáticos, la sugestión produce boncoconstricción y broncodilatación, y que situaciones de stress puede producir broncoconstricción.
Vazquez MI,Buceta JM,(1995) desarrollan una teoría teniendo en cuenta la mediación vagal de los efectos psicológicos sobre las vías áreas respiratorias. Bajo esta óptica las emociones negativas podrían ser un factor generatriz de la enfermedad o ser el resultado de la enfermedad. A este respecto algunas líneas de pensamiento abogan fuertemente por la teoría “psicomantenimiento psicológico” aduciendo que en realidad los factores biopsicosociales contribuyen francamente al mantenimiento y agravación de la enfermedad asmática.
Desde la Psicoinmunoneuroendocrinología (PINE), algunos autores postulan la interacción del sistema nervioso autónomo, el endocrino y el sistema inmunitario, mediado por el eje sistema hipotálamo-hipófisis-adrenal en las respuestas neuroinmunes. A través de este, las emociones influenciarían en la génesis del asma, y bajo este mecanismo la importancia de las emociones y los aspectos psicológicos serían fuertes intervinientes en la génesis del episodio asmático (Miller BD.2002). Al respecto Miller dice: “Las consideraciones más importantes en el tratamiento de niño o adulto asmático es ser consciente de las situaciones y eventos de vida estresantes, la calidad de las relaciones familiares, y la situación emocional individual del paciente. En el tratamiento de estos pacientes, es importante estar preparado para coordinar las intervenciones biológicas, psicológicas y familiares cuando estén indicadas y colaborar con conocimiento y respeto con el médico tratante...”.
Fernández Rodríguez JC (1998) en su Tesis Doctoral, realizó un estudio de diferencias en la personalidad en pacientes asmáticos comparado con NO asmáticos. Utilizó para ello a los siguientes cuestionarios como instrumento: el Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad (I. S. R. A.); Inventario de Expresión de ira estado/rasgo (S.T.A.X.I.) y el Cuestionario Tridimensional para la Depresión (C.T.D.). El autor encontró que los asmáticos presentan puntuaciones mayores que los sujetos normales en la escala cognitiva, “estas puntuaciones reflejan en los asmáticos una mayor presencia de pensamientos y sentimientos de inseguridad, miedo, preocupación, etc. Es decir los asmáticos presentan rumiaciones de tipo cognitivo que le llevan a un estado de alerta y tensión con mayor frecuencia que el sujeto que forma parte del grupo control...” Así también los asmáticos presentaron conductas motoras fácilmente observables como respuestas de escape o evitación tales como fumar, beber o comer en exceso. Comparando con los No asmáticos, los Asmáticos presentaron puntuaciones significativas en poseer mayor propensión o disposición para sentir estados de ira sin provocación específica y mayor tendencia a expresar ira con mayor frecuencia que los individuos No asmáticos. Utlizando el C.T.D., los asmáticos evidenciaron puntuaciones altas con respecto a los NO asmáticos, en presentar mayor número de pensamientos depresivos.
Se ha estudiado la influencia del estrés en el asma. La PINE posee actualmente el bagaje de conocimientos para dar respuestas satisfactorias a los mecanismos que se encuentran relacionados con las emociones y el soma.
Wright RJ (2005), establece que el estrés psicológico provoca activación del eje hipotálamo-pituitario-adrenocortical (HPA) y del sistema simpático adrenomedular, con aumento de la producción de cortisol y catecolamina, siendo este desequilibrio crucial para la enfermedad. Así mismo, se da una explicación a la resistencia al tratamiento con corticoides que se observa en algunos pacientes, esto se debería a que el estrés crónico provoca una activación del eje HPA, lo que induciría una regulación en menos de los receptores a los glucocorticoides, generando de este modo una resistencia funcional a los mismos.
En esta misma línea de pensamiento se encuentran los autores Priftis KN.,Papadimitriou A., Nicolaidou P. y Chrousos GP (2009), quienes en un trabajo de revisión, se expresan de la siguiente manera:“ El sistema de estrés coordina las respuestas adaptativas del organismo a estresores de cualquier tipo. Una respuesta inapropiada podría dar lugar a un incremento de las susceptibilidad a varios desórdenes, incluyendo el asma”; el eje HPA estaría imbricado en este proceso.
En un estudio de investigación experimental llevado a cabo en pacientes asmáticos y sujetos sanos, Ritz T., Stepide A., DeWilde S., Costa M. (2000), pusieron en evidencia que las emociones y el estrés incrementan la resistencia respiratoria en pacientes asmáticos.
En un estudio prospectivo llevado a cabo durante 18 meses en en 90 niños con edades comprendidas entre los 6 a 13 años de edad; Sandberg S.,Paton JY., Ahola S., McCann DC., McGuinness D., Hillary CR. Oja H.(2000), demostraron que la presencia de estresores crónicos y eventos adversos vitales (muerte, separación de padres, pérdida del sentido de seguridad), incrementan el riesgo de ataques de asma en niños.
Perpiñá Tordera M (2004) en un artículo de revisión y en base a diversos autores seleccionados señala: “Ahora sabemos que los sujetos que han experimentado episodios de asma casi fatal presentan tasas elevadas de ansiedad y pánico, y algo similar ocurre también entre los pacientes con asma lábil tipo I. Así mismo, se han podido comprobar los siguientes aspectos: a) la presencia de ansiedad altera la capacidad para detectar cambios en el grado de obstrucción de la vía respiratoria, b) la ansiedad y la depresión son variables independientes predictoras de los reingresos y de la duración de la estancia hospitalaria tras la agudización, y c) la morbilidad psiquiátrica dificulta el cumplimiento terapéutico”.
Teniendo en cuenta la relación de las emociones y los síntomas mentales en general con la enfermedad asmática, se realizan esfuerzos para un abordaje terapéutico del enfermo asmático poniendo énfasis en las dimensiones de la personalidad del paciente, como un intento de romper con estructuras que circunscriben al enfermo asmático como un paciente aquejado sólo de sus “pulmones”.
Benedito MC, Botella C y Alonso J (1996) estudiaron la influencia de tres procedimientos terapéuticos sobre las dimensiones de la personalidad del niño asmático: relajación, desensibilización sistémica como técnica de autocontrol e inoculación de estrés. Se estudiaron 39 pacientes asmáticos antes y después de las intervenciones psicológicas. Se analizaron las dimensiones ansiedad, neuroticismo, rigidez, extroversión, motivación y locus de control. El análisis estadístico reveló significancias estadísticas en algunas de las dimensiones de la personalidad consideradas antes y después de las intervenciones.
Se han realizado estudios sobre muestras poblacionales numerosas (Houvinen E., Kaprio J., Koskenvuo M., 2001) y analizado la prevalencia de la enfermedad asmática en estudios prospectivos. Si bien no se encontraron rasgos de personalidad distintivos de importancia en la prevalencia y comienzo en el adulto de la enfermedad asmática, pero se distinguieron estadísticamente diferencias entre rasgos de personalidad como neuroticismo y extroversión en mujeres, y la aparición de enfermedad asmática, así como también una disminución de las satisfacciones vitales.
Aproximadamente el 80% de los asmáticos son alérgicos y entre los desencadenantes de la crisis asmática se hallan un sinnúmero de alergenos. Al respecto es interesante citar el trabajo de Retamales R. (1998) sobre una muestra de 56 enfermos alérgicos, encontrando dimensiones de personalidad característicos. Se utilizaron pruebas de personalidad como el Cuestionario EPI de Eysenck, Cuestionario de Ansiedad de Spielberg y Test Arquetípico de Nueve elementos. La autora distinguió un alto nivel de estabilidad emocional de tipo neurótico, hipersensibilidad emocional, y ansiedad, así como una leve tendencia a la depresión. También se puso de manifiesto un “déficit de la capacidad de simbolización que tiene como consecuencia la dificultad para la expresión verbal de los sentimientos (alexitimia)”.
La alexitimia es un rasgo caracterizado por la dificultad en percibir y expresar las emociones y las sensaciones corporales. La falla en percibir disnea puede conducir a los pacientes alexitímicos a subestimar la severidad de una exacerbación asmática y por lo tanto incrementar el riesgo en desarrollar un caso “casi fatal de asma” (“near fatal asthma” en su expresión inglesa), es decir casos en que el paciente se encuentre en peligro de vida por su crisis asmática. Serrano J., Plaza V., Sureda B., de Pablo J., Picado C., Bardagi S., Lamela J., Sanchis J. (2006), estudiaron 179 pacientes que habían presentado un episodio de asma “casi fatal”, se utilizaron 40 pacientes asmáticos que no habían presentado este episodio como grupo control. El grupo de pacientes con episodio de asma “casi fatal” presentó un porcentaje mayor de síntomas de alexitimia, en comparación con el grupo control.
A pesar del caudal de argumentaciones teóricas para englobar al asma como una enfermedad psicosomática y/o de vincularla con desórdenes emocionales y psicológicos, son pocos los enfermos que son tratados desde una óptica integral. El paradigma hegemónico biomédico biologista y reduccionista imperante, evita que los pacientes puedan ser evaluados no sólo desde el punto de vista de su enfermedad somática en cuanto a su gravedad de acuerdo a la intensidad y frecuencias de las crisis, sino también ser inscriptos en una valoración de su personalidad y variables emocionales.
El paradigma hegemónico médico está basado en la enfermedad sin tener en cuenta las capacidades psicológicas del individuo enfermo para recuperar la salud. El modelo imperante sólo hace referencia al tratamiento médico farmacológico.
El campo de la investigación médica ha prestado y focalizado su atención en la capacidad de la noxa externa para provocar enfermedad. Este punto de vista centralizado sólo en lo externo está sesgado. Una prevención centrada sólo en evitar la noxa es rudimentaria en su expresión, puesto que quizás la noxa será un elemento que lo acompañe toda la vida.
El comportamiento humano ante la enfermedad
El estudio de la personalidad del paciente es de valor para la comprensión y resolución de situaciones que tienen relación con el aparato psíquico y la enfermedad orgánica.
Ante situaciones de estrés el individuo desarrolla estrategias de afrontamiento (“coping” en inglés), en las cuales los rasgos de personalidad tendrían un vínculo significativo. Las estrategias de afrontamiento deben ser consideradas como “aquellos esfuerzos cognitivos y conductuales que emplea el sujeto para controlar, reducir o eliminar la experiencia del estrés” (Rodríguez Campuzano ML.; Frías Martínez L.2005)
Estas estrategias y teniendo en cuenta diversos autores son según Rodríguez Campuzano ML.; Frías Martínez L.:
Confrontación: acciones dirigidas a la situación
Distanciamiento: olvidar, comportarse como si nada hubiera ocurrido
Autocontrol: guardar los problemas para sí mismo
Búsqueda de apoyo social: pedir consejo, exponer el problema a un amigo, etcétera.
Aceptación de la responsabilidad: disculparse, criticarse a sí mismo, etcétera.
Huída-evitación: beber, fumar
Planificación de solución del problema: establecer un plan de acción y seguirlo.
Reevaluación positiva: utilización de frases como “la experiencia enseña”, “hay gente buena”, etcétera.
Hacerse ilusiones: soñar, imaginar otras situaciones, desear poder cambiar lo que está ocurriendo.
Autoculpa: criticarse a sí mismo.
Así mismo según Rodríguez Campuzano ML.; Frías Martinez L., las personas optimistas poseen mejor resolución de las situaciones estresantes que los pesimistas, estos últimos ven al mundo fuera de control, mientras que el optimista considera que sus anhelos están a su alcance y se orienta más hacia el futuro, es más resistente al estrés porque no evita las situaciones sino que las enfrenta.
Trabajando con estas cualidades y teniendo en cuenta la personalidad del individuo se podría disminuir el grado de estrés y por ende atenuar la influencia de éste sobre la enfermedad asmática.
La manera de cómo se enferma el individuo y como reacciona el sujeto a la enfermedad constituye una forma de comportarse ante un hecho en el cual las personas reaccionan teniendo en cuenta su personalidad y su bagaje sociocultural.
El conocimiento de los rasgos de personalidad del paciente nos permitiría evaluar con mayor proximidad su manera de enfermar y sus posibilidades de sobrellevar o curarse su enfermedad. Es decir podríamos predecir su “Conducta de enfermedad”. Este término fue acuñado por Mechanic en 1962 para designar “las peculiaridades individuales de las respuestas ante la situación de enfermedad que mediadas por diferencias en su percepción y evaluación, estarían condicionadas por factores sociales como por las características personales del enfermo”, según la definición expresada por Nieto Munuera J.; Abad Mateo MA.; Torres Ortuño A. (1998).
Estos mismos autores sostienen que el constructo “Conducta de enfermedad” está conformado por múltiples variables que determinan el comportamiento de las personas ante la enfermedad y la salud. En un primer grupo se ubican la variable psicosocial, donde se encuentran las creencias sobre la enfermedad que mantiene el sujeto, su significado, como también “el proceso mental que supone la representación mental de la enfermedad y el afrontamiento a la misma”. En otro grupo se incluyen las variables social y cultural, “en donde los acontecimientos vitales y el apoyo social han demostrado fehacientemente su importancia”. Otra variable de importancia lo constituye la relación profesional médico-paciente, la cual es considerada como “mediadora y iatrogénica” según las circunstancias.
Posteriormente de la elaboración del constructo “Conducta de enfermedad”, se estableció un nuevo concepto: el de “Conducta Anormal de Enfermedad” en el cual se hacía también hincapié en los rasgos de la personalidad. Galán Rodríguez A.; Perez San Gregorio MA., Blanco Picabia A. (2001) citan a Pilowsky quien fue el que acuñó el término y quien definió la Conducta Anormal de enfermedad en los siguientes términos: “Es la persistencia de un modo inapropiado o desadaptativo de percibir, evaluar y actuar en relación al estado de salud de una persona, a pesar de que el médico ( u otros agentes sociales adecuados) hayan ofrecido una explicación racionalmente lúcida de la naturaleza de la enfermedad y del curso apropiado del tratamiento que debe ser seguido, con oportunidades para la discusión, negociación y clarificación con el paciente, basándose para ello en la evaluación de todos los parámetros de funcionamiento del sujeto ( biológico, psicológico y social) y teniendo en cuenta la edad, y el bagajejjeducacional y sociocultural del individuo”.
Estos modos “inapropiados” de reaccionar frente a la enfermedad se pondrían en evidencia através de un instrumento psicométrico que Pilowsky diseñó y puso en práctica denominado:“Illnes Behavior Questionaire”(IBQ). Galan Rodríguez A.; Blanco Picabia A.; Perez San Gregorio MA (2000) enumeran los elementos que pone en evidencia este cuestionario:
Hipocondría general: es un factor de conducta anormal de enfermedad, los que puntuarían alto en esa escala son aquellos sujetos con una actitud hacia la enfermedad llena de temor, con cierta conciencia de su naturaleza excesiva.
Convicción de enfermedad: refleja una creencia firme en la presencia de una alteración somática y un rechazo al intento de tranquilización por parte de los profesionales sanitarios.
Percepción psicológica versus somática de la enfermedad: una puntuación alta en este factor indica que el paciente está dispuestos a aceptar la influencia de factores psicológicos, mientras que puntuaciones bajas indican lo contrario.
Inhibición afectiva: mide las dificultades para expresar los sentimientos
Perturbación afectiva: evalúa la percepción de los sujetos sobre los síntomas afectivos originados por la enfermedad (ansiedad, depresión, tensión).
Negación: recoge la tendencia a negar existencia de problemas vitales aparte de la enfermedad, atribuyendo todas las dificultades a sus problemas de salud (y por tanto, considerando que si estuviera sano, no tendría ninguna dificultad).
Irritabilidad: dimensión que informa de sentimientos de enfado e irritabilidad, especialmente en contextos interpersonales.
Las dimensiones que evidencian conductas anormales ante la enfermedad asmática, fueron estudiadas por Campbell DA.; Yellowless PM.;McLennan G.;Coates JR.; Frith PA.; Gluyas PA.; Latimer KM.; Luke AJ.;Ruffin RE. (1995). Estos autores utilizaron el IBQ en 77 pacientes asmáticos que habían sufrido un ataque de “near fatal asthma”, es decir un ataque de asma en la cual había peligrado la vida. Se obtuvieron cifras importantes, el 57 % de los pacientes obtuvieron puntaje de más de tres puntos en una escala de 5 puntos en la dimensión de negación, como conducta inapropiada.
Las condiciones en que los pacientes se comporten ante la enfermedad de acuerdo a los constructos enunciados anteriormente, dependerán tanto del carácter y temperamento del individuo, como de sus rasgos de personalidad.
La vertiente psicoanalítica
Dentro de la corriente psicoanalítica, mucho se ha escrito para dar un marco explicativo y teórico a las vinculaciones de la fenomenología psíquica con la representación somática de la enfermedad.
Desde el ámbito de lo fisiológico se debe tener en cuenta que lo que falla en el asmático es el libre flujo del aire, y su principal componente el oxigeno, desde el interior del cuerpo al exterior y viceversa. Comenzamos nuestras vidas inspirando aire, nuestro primer acto en este mundo es un acto de independencia que llena nuestros pulmones y nos independiza de nuestra madre. Cuando nos vamos de este mundo nuestro último acto de vida es la última ola de aire con la cual nos liberamos de nuestro cuerpo. Entre dos actos respiratorios transcurre nuestra vida. Desde esta trascendencia del acto de respirar es que muchas palabras relacionadas con este simple acto, han llenado nuestro espacio cotidiano, tanto desde lo etimológico como desde lo simbólico, y desde donde las palabras alcanzan un significado distinto.
El aire o “pneuma” es traducido como “soplo”. Recordemos las palabras del Génesis bíblico cristiano “soplo divino” primigenio creador de las cosas visibles.
La palabra “psiquis” deriva del radical griego psykho- (alma), que a su vez proviene de psykhé (soplo de vida, aliento).
En castellano existen una serie de palabras que provienen de la raíz latina “spirare” que significa “respirar” y “soplar”, tales como: espíritu, inspirar, aspirar, espirar, expirar, suspirar, transpirar.
Otra raíz etimológica importante lo constituye la palabra “anhelare” que significa “respirar con dificultad”, de donde deriva palabras como aliento, alentar, anhelar.
Es de interés rescatar que estos términos abarcan procesos inconscientes que tienen una valoración distinta que su connotación literal.
Etimológicamente “inspirar” proviene del latín “spirare”, que significa “soplar hacia adentro”, “infundir ideas”.
De este modo la palabra inspiración no sólo designa al acto fisiológico de respirar, sino que posee también una connotación representativa simbólica de un acto creativo. Como dice Chiozza (1997, p. 57): “Resulta significativo que la palabra inspiración designe una parte del proceso respiratorio, la inhalación del aire, y también el “efecto de sentir del escritor, el orador, o el artista, aquel singular y eficaz estímulo que le hace producir espontáneamente, como si lo que produce fuera una cosa hallada de pronto y no una búsqueda con esfuerzo”.
De la misma manera, la palabra “aspirar”, posee la representatividad simbólica no sólo con el acto relacionado a la función respiratoria, sino también está relacionado con el deseo, la motivación y el anhelo en lograr un objetivo o un propósito determinado.
De la misma forma que el “desaliento” se interpreta como una “falta de aliento”, expresa de una manera u otra, la pérdida del deseo de sobrellevar una carga o la escasez de motivación para lograr un propósito. Al respecto dice Chiozza ( p. 63): “Otra forma de desaliento, que pone el acento en la aceleración del ritmo respiratorio, puede expresarse o simbolizarse mediante la respiración disneica anhelante. Anhelar “significa respirar con dificultad” (es decir disnea) y, también, “tener ansia o deseo vehemente de conseguir alguna cosa (Diccionario Real Academia española). Aquí también la coexistencia de ambos significados en una palabra nos remite a un mismo núcleo inconsciente. Si aceptamos que el anhelo lleva implícita una esperanza, y que la esperanza corresponde a la idealización defensiva de una espera que ha perdido la confianza en que se producirá el hecho deseado (desesperación), encontramos otro motivo para sostener que el anhelo encubre el desaliento”.
La palabra “desaire”, falta de aire, implica una connotación de desprecio. Lo mismo que la expresión “darse aires”, revela una situación de orgullo u pretensiones personales desmedidas.
De lo expresado se deduce las implicaciones, que desde el ámbito de lo simbólico provoca en los contenidos de la explicación psicoanalítica del fenómeno de la enfermedad asmática como enfermedad psicosomática.
Con respecto al paciente asmático, dice Chiozza : que existe “como rasgo caracterológico en los pacientes asmáticos, una terquedad vengativa”;y citando a Weizsaecker (pág. 67) explicita que esta terquedad surge frente al miedo a la “pérdida de la seguridad”. Continúa citando a Weiszaecker (pág. 67) diciendo: “el ataque asmático es una especie de llanto que tiene lugar en los pulmones, como expresión de miedo, terquedad y de aquella amenaza de enfermedad y muerte”.
Con respecto a la problemática del nacimiento y el paciente asmático, Chiozza cita a Racker expresando: “el nacimiento marca el momento de la primera función puesto que rompe la identidad entre sujeto y objeto; desde entonces el objeto y lo malo quedarán equiparados. En varios pacientes asmáticos encontró que se inhibían para amar porque lo vivían como desprendimiento de libido del yo, equivalente a la muerte. Estos pacientes experimentan el peligro de ser absorbidos (amados, comidos, matados) por la madre-Moloc, y ante ese peligro se tienen que defender”.
Según Chiozza, en los pacientes asmáticos lo que está alterado es la relación objetal y el vínculo materno es lo que se encuentra perturbada
Desde esta perspectiva, existe un conflicto entre “incorporar (amar, estar unido) y no incorporar (evitar lo malo y la muerte) a la madre”. De este modo se establece una lucha entre la madre que quiere entrar por las vías respiratorias y el propio paciente. La defensa consiste en cerrar los bronquios. Otra defensa lo constituye en incorporar al objeto, instalando un conflicto entre “retener y expulsar a la madre”. Sigue Chiozza diciendo (pág 68): “El enfermo introyectó al objeto y éste lo ataca, lo mata desde adentro. En este sentido, el asma sería una conversión somática de un delirio de ahogamiento.
Con respecto a la relación objetal materna y el proceso de nacimiento, Chiozza expresa (pág. 68): “En los asmáticos la madre es equiparada al aire. Tanto la inspiración como la espiración son mortales y el enfermo se ahoga, muere en este conflicto. Ahogarse equivale a la falta de aire y haber perdido a la madre. La contradicción entre la independencia y la pasividad se comprende en un plano más profundo: el del nacimiento. Nacer es separarse de la madre y morir. Pero nacer es también vivir. No nacer es también la muerte, pero es estar unido a la madre y, por lo tanto, vivir. Es esto lo que elige finalmente el asmático”.
Citando a O. Fenichel, Chiozza ( 68) dice con respecto a la crisis asmática y su relación con la madre: “El ataque asmático es, ante todo, un equivalente de angustia; ésta es percibida como un temor de asfixia, es un pedido de ayuda dirigido a la madre, a quien el paciente trata de introyectar por la respiración para estar permanentemente protegido”.
Knapp PH; Mushatt C; Nemetz J. (1966) elaboran interesantes implicancias psicoanalíticas en relación con el asma. Sus conclusiones están basadas en el caso de un hombre de 33 años de edad afectado de asma bronquial desde los siete años con algunos períodos de reversión y en trabajo psicoanalítico por 8 años. El paciente fallece en forma repentina el mismo día en que se aprestaba a reanudar su terapia, que había interrumpido durante las vacaciones de verano. Los autores analizan el trabajo realizado en consulta y elaboran conclusiones en esos 8 años.
Los autores hacen mención en que sus conclusiones están basadas en un trabajo de 10 años y habiendo estudiado a 100 pacientes asmáticos en consulta: “Los hallazgos obtenidos de ellos han contribuido a nuestras conclusiones, las cuales no están basadas únicamente a este solo paciente presentado aquí, él ilustra de una manera dramática y quizás exagerada las impresiones derivadas de esta experiencia sustancial”. A este respecto los autores sostienen. “este hombre en la superficie poseía amigos que lo admiraban, una familia afectuosa. Aún todavía, interactuaba exitosamente con mucha gente en su medio inmediato…..Sus sorprendentes deseos infantiles, que raramente reconocía, lo condujeron desde satisfacciones confortables en el presente, a sus secretas perversiones y nostalgias por el pasado. Poseía una infantil cordialidad, pero era tan infantil, que permanecía aislado. Hemos discutido la posibilidad que esta falencia en la personalidad, interactuando con predisposiciones biológicas, puede tipificar al asmático como así también a otras de las denominadas enfermedades psicosomáticas, particularmente en sus formas más severas”.
Teniendo en cuenta a la enfermedad asmática como mecanismo compensatorio de otros disturbios a nivel emocional y psicológico, desde el punto psicoanalítico los autores expresan: “A través de esta superficie de pasividad y dependencia, el asma dentro de la estructura presente psicológica (dejando de lado por ahora su fisiopatología), representaba para este hombre una solución por la cual él comunicaba su desesperado llamado, rechazando los impulsos destructivos asociados”.
Los autores, tomando el caso individual como ejemplo, analizan las similitudes que los pacientes asmáticos poseen desde el punto de vista psicoanalítico de acuerdo a su perspectiva: “Aquí deseamos puntualizar los variados aspectos de esta persona, la cual presenta similitudes tanto con otros pacientes asmáticos como con otros severamente afectados pacientes psicosomáticos. Estos aspectos son. 1- ) su pasiva y dependiente personalidad de manifestaciones externas; 2- ) el entramado entre lo psíquico y lo somático en los arcaicos elementos de su personalidad, 3) los disturbios emocionales que le permitían un alivio parcial, y 4- ) lo extremo de la tenacidad e indisolubilidad de sus conflictos”.
Finalmente los autores señalan en forma resumida las principales características psicológicas del paciente y su relación materna con el siguiente enunciado. “Su manifiesta indefensión y actitudes de dependencia, observadas también en otros pacientes asmáticos, estaban acompañadas por secretos deseos de excitación erótica y por explosivos impulsos hacia la violencia, a menudo sobreviniendo junto con un ataque de asma. Sus observaciones en su última sesión psicoanalítica fueron acerca de un asesino, que fue detectado mediante el análisis de sus pinturas acerca de una hermosa mujer (Imágenes que fueron vistas en un programa de televisión). Estas asociaciones sugieren una tentativa en resolver el intolerable conflicto de la pérdida mediante el mantenimiento de una imagen idealizada de su madre, un esfuerzo arriesgado por ocultos impulsos destructivos”.
No es propósito analizar el extenso y bien documentado trabajo de Knapp PH., Mushatt C., y Nemetz J., sino ilustrar los esfuerzos de la corriente psicoanalítica por dar un marco teórico a través de casos individuales, y que sin embargo posee una fuerte validación universal, para dar una explicación al fenómeno de la enfermedad asmática a pesar de los 40 años transcurridos desde su publicación. El paciente recibió tratamiento psicoanalítico por 8 años, sus sesiones fueron grabadas y analizadas por tres psicoanalistas. Las conclusiones que arribaron de sus asociaciones, fueron confrontadas con las experiencias obtenidas a través del análisis de 100 pacientes asmáticos sometidos a terapia.
Winnicott (1993) también abordó explícitamente la problemática del asma diciendo: “....para comprender plenamente el asma por obra de un factor externo adverso poderoso es necesario comprender el impacto que tiene sobre el niño el inconsciente reprimido que subyace en la compulsión de la madre a incurrir en un quehacer materno exagerado”.
Mas adelante agrega con respecto a la posición depresiva: “...Mucha más luz arroja sobre el significado del asma para el niño un tratamiento que tome en cuenta ese momento especial del desarrollo de la relación entre el niño y la madre que ha sido denominado la posición depresiva en el desarrollo emocional”. ( Winnicott, p.222)
Es interesante destacar la postura de reconocimiento de Winnicott con respecto a que traumas psíquicos alojados en el inconsciente que provendrían del momento del nacimiento y el parto, podrían estar relacionados con la enfermedad asmática: “Hay una mayor aproximación a la verdadera naturaleza del asma, aunque debe admitirse que mucho es lo que se está por comprender. El estado infantil trae consigo una revivencia de los problemas respiratorios asociados con los momentos posteriores al parto y con el propio proceso de nacimiento”. (p.223).
Winnicott como psicoanalista, tuvo una importante argumentación psicosomática en la génesis de las enfermedades (p.47): “El cuerpo de un niño puede soportar grandes tensiones, pero exactamente estas mismas tensiones, si continúan en la vida adulta, pueden desembocar a la postre en estados físicos irreversibles, como una hipertensión benigna, una úlcera de la mucosa de una parte del tracto digestivo, hipertiroidismo, etc.”.
La resiliencia en el paciente asmático
La enfermedad y la salud es un fenómeno humano. Bien dice Bleger (2003,p.73): “....todas las ciencias no son sino fragmentos de una sola realidad, única y total; todos los fenómenos se relacionan entre sí y se condicionan recíprocamente...”, “...No queda ninguna duda de que todos los fenómenos que estudiamos en psicología pueden y deben ser estudiados por la biología, pero esto último no implica la negación de la psicología, porque cada nivel de integración contiene el anterior, pero lo supera, de tal manera que aparecen cualidades y fenómenos nuevos que no existían en el nivel anterior”.
Son estas cualidades psicológicas que hacen que las personas ante la misma noxa o ante la misma enfermedad reaccionen de diferente manera y que individualizan al proceso de enfermedad en un enfermo. El concepto de “resiliencia” se encuadra dentro de esta orientación integradora mente/cuerpo.
La palabra resiliencia proviene de la física y designa la capacidad de resistencia elástica de algunos materiales al ser sometidos a los agentes físicos como el calor y constituye una cualidad para recuperar la forma inicial y soportar los golpes. Desde un punto de vista psicológico puede ser definida “como la capacidad del individuo a resistir ante un hecho amenazante mediante un proceso dinámico de adaptación positiva”.
Los sujetos resilientes tendrían algunas características comunes:
• Autoestima
• Exoestima
• Autoconfianza
• Introspección
• Independencia
• Sentido del humor
• Creatividad
• Curiosidad
• Aptitudes resolutivas
• Aptitudes sociales
• Moralidad
• Compromiso
• Flexibilidad
• Optimismo
Algunos autores propugnan que la aplicación de técnicas que fomenten el desarrollo de estas cualidades resilientes en el enfermo asmático, lo ayudarían a afrontar con mayor éxito su enfermedad asmática.
Al respecto es de valor mencionar el trabajo realizado por Zabalo D. en la Fundación PROSSA durante el Programa “Asma y Deporte” y que se halla bien documentado en su libro “Saquemos el león de la Burbuja” (Ed. Lumen.2000). En el mencionado Programa se aplicaron técnicas de aumento de la resiliencia en pacientes asmáticos propugnado el desarrollo de los siguientes parámetros:
-Optimismos y Esperanza aprendida: mediante la aplicación del criterio de curación del asma basada en el objetivo terapéutico.
-Locus de control interno: dándole elementos para el manejo de la crisis al propio paciente.
-Autoconfianza: evidenciar los cambios en el calibre bronquial que se producen luego de realizar los ejercicios respiratorios
-Sentido del humor: desdramatización del asma, fomentado mediante los juegos y el deporte, en especial la natación.
-Creatividad: desarrollar la capacidad fantasmática, reducida en estos pacientes, mediante los talleres de escritura, plástica y cine.
-Estilos de afrontamiento: fomentando las conductas desafiantes en lugar de las conductas de evitación.
-Cambios atribucionales: trabajo sobre el concepto de transitoriedad de la enfermedad, percepción de la crisis ajustada a parámetros objetivos mediante PEF.
-Exoestima: el trabajo en grupo de iguales y el desarrollo de la solidaridad genera un Valor Personal Social elevado
-Relaciones interpersonales: en los grupos de autoayuda aprenden a socializar y a mantener fluidas relaciones interpersonales.
-Autoestima: luego del trabajo en distintos talleres y viendo resultados en la remisión progresiva del asma en la mayoría de los casos, los pacientes dejan de ser pacientes y se sienten valiosos y merecedores de atención por sí mismo y no por su enfermedad asmática (“beneficio secundario del síntoma”)
Un cambio de paradigma
De lo que se trata entonces es de resolver la transición de un paradigma biologista y reduccionista, hacia la interpretación de la enfermedad en que los factores psíquicos y emocionales jueguen un rol terapéutico, no admitiendo solo a la farmacología clásica como la única responsable del bienestar de los enfermos.
Este cambio paradigmático no será un período de transición suave, sino por el contrario es un enfrentamiento entre los que defienden ambas posturas, en las cuales las crisis epistemológicas de lo que es la enfermedad y lo que representa un enfermo, buscan posicionarse.
T. S. Khun (1995, p. 245) abordó de manera clara lo que significan los cambios de paradigmas: “Pero para que un paradigma pueda triunfar deberá ganar algunos primeros adeptos, hombres que lo desarrollen hasta el punto de que puedan producirse y multiplicarse argumentos tenaces.”.... “Entonces más científicos se convertirán y continuarán la exploración del nuevo paradigma. Gradualmente, el número de experimentos, instrumentos, artículos y libros basados en el paradigma se multiplicarán. Otros hombres más, convencidos de la utilidad de la nueva visión, adoptarán el nuevo método para practicar la ciencia normal, hasta que finalmente, solo existan unos cuantos que continúen oponiéndole resistencia.”
El presente trabajo tiene como anhelo ser un punto más, en la imbricada malla de nuevas evidencias que sostengan el nuevo paradigma de una medicina más integral y multidisciplinaria.
Este cambio de paradigma en lo que a la enfermedad asmática se refiere en particular podrá traer consecuencias favorables para el tratamiento del enfermo, en donde la opción farmacológica clásica no sea la única herramienta a utilizar por el terapeuta. El enfermo asmático no pertenecerá en forma aislada al neumonólogo o médico clínico tratante, sino que será el eje de una unidad de salud conformado por clínicos y miembros del equipo de salud mental. Las opciones a tener en cuenta podrán ser variadas, al mantenerse el enfermo dentro de un concepto terapéutico más holístico e integral.
Este enfoque integrador que individualiza al sujeto podrá tener importantes consecuencias prácticas en el tratamiento de la enfermedad a saber:
Práctica de técnicas de relajación según las necesidades y rasgos de la personalidad del paciente
Abordaje sistémico, en donde los síntomas asmáticos sean tenidos en cuenta como un emergente de situaciones conflictivas a nivel familiar.
Contención psicológica mediante técnicas grupales.
Adaptación según la personalidad del individuo de técnicas de desarrollo artístico como la danza, o la pintura con fines terapéuticos.
Técnicas de afrontamiento con el fin de aumentar la resiliencia individual ante la enfermedad
Individualizar causas psíquicas a la falta de adherencia al tratamiento farmacológico
Preveer las causas relacionadas con motivaciones psicológicas que provocan la falta de adhesión al tratamiento
Habiendo reconocido la importancia del fenómeno psíquico en la génesis y mantenimiento de las enfermedades en general y de la enfermedad asmática en particular es dable preguntarse si en este contexto la personalidad y los rasgos individuales psicológicos inherentes a ésta, de acuerdo al abordaje teórico de cada una de ellas, pudieran representar un factor incuestionable en el momento de elaborar un diagnóstico y tratamiento integral del paciente asmático.
En este sentido, la estructura psíquica de la personalidad de un sujeto como variable psicológica de importancia en su manera de reaccionar al medio y a la enfermedad (resiliencia), aportaría un elemento de importancia en el tratamiento del paciente asmático.
El reconocimiento de la estructura del psiquismo en una determinada personalidad como factor psicológico de valor en el diagnóstico de la enfermedad asmática, conllevaría adscribir al concepto de que cada individuo “hace su propia” enfermedad de acuerdo a sus condiciones biológicas y “anímicas”.
Los rasgos caracterológicos del psiquismo de un individuo serían los factores individualizantes de la enfermedad y moldearían la actividad del sustrato biológico en la génesis y evolución de la enfermedad y podrían constituirse en variables predictoras de la misma.
Planteamiento del problema. Objetivos generales y específicos
PROBLEMA
¿Existen diferencias en las variables psicológicas que conforman la personalidad entre individuos asmáticos y no asmáticos?
OBJETIVOS GENERALES
Describir las variables psicológicas involucradas en la enfermedad asmática
Describir los rasgos de personalidad relacionados con el paciente asmático
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Identificar la existencia de estructuras y rasgos de personalidad en el enfermo asmático.
Comparar los rasgos de personalidad entre los individuos asmáticos y no-asmáticos
Identificar y analizar las diferencias de rasgos de personalidad entre asmáticos y no-asmáticos.
CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO
LA PERSONALIDAD
Evolución histórica del concepto de Personalidad
El interés por el estudio de la personalidad abarca un gran período de tiempo, y prácticamente la historia de la psicología y de las diversas corrientes que tratan de explicar la conducta humana, representando un esfuerzo por lograr un conocimiento más abarcativo del ser humano.
Es así que la palabra “personalidad” proviene del latín y es derivada del vocablo “personalitas”, utilizada para designar las máscaras o caretas que los actores utilizaban en las representaciones teatrales. La indudable connotación que la palabra indica, hace mención que la personalidad es el medio en que el ser humano interior se relaciona con lo circundante.
La palabra “persona” deriva de personalidad, por lo que se podría efectuar una disgregación etimológica diciendo que se es más persona en cuanto se tiene “más personalidad”. De allí que para algunas escuelas filosóficas, que la “personalidad” es una manera en que el “Ser interno” se reviste de una capa protectora o apariencia externa a los fines de desempeñar una actuación en la vida que lo rodea, a manera de una ficción escénica. En última instancia lo que acontece a nuestro alrededor son sólo símbolos externos que tratan de llegar a nuestro Ser interno a través de la “máscara” protectora de nuestra personalidad.
La teorías de la personalidad buscan explicar las conductas de los individuos y básicamente responder el porqué actuamos como lo hacemos ante diversos estímulos externos o situaciones en la vida.
Los autores de las diversas teorías de la personalidad fueron hijos de su tiempo, y la visión filosófica que subyace en cada una de las explicaciones de porque actuamos como lo hacemos, fueros atravesadas por el momento histórico en que se presentaron al público y teñidas de elementos culturales y sociales de la época que representaban. La diversidad de las teorías de ningún modo va en contra o en oposición de invalidarse una a otras, sino por el contrario enriquecen el amplio espectro del esfuerzo humano en comprender su funcionamiento psíquico. Cada una de las teorías elaboradas constituyen modelos predictivos y un intento explicatorio en responder ¿porqué la gente es como es?
Pervin LA (1996. p.3) define personalidad de la siguiente manera: “La personalidad representa aquellas características del individuo que explican los patrones permanentes en su manera de sentir, pensar y actuar”. De esta definición se desprende que dentro de la definición de personalidad debemos estimar valores importantes en todo individuo como son los sentimientos, los pensamientos y la conducta (manera de actuar) en nuestra cotidianeidad.
Según Pervin, lo que una Teoría de la personalidad trata de demostrar son los “qué, cómo y porqué”.
El “qué” hace referencia a las características de la personalidad y a la manera en cómo estas características se relacionan entre sí. El “cómo” hace hincapié a la manera en que los factores ambientales y genéticos determinan en mayor o menor medida los resultados en la personalidad de un individuo. El “porqué” está relacionado a las “razones de la conducta” de un individuo, si una persona es muy eficaz en su trabajo, ¿lo hace por complacer a sus superiores o porque sus necesidades económicas son muy grandes?
Todas estas preguntas pueden sistematizarse en cinco áreas, que según Pervin (1996) debe poseer toda Teoría de la Personalidad que desee ser científicamente aceptable, ellas son:
1. Estructura
2. Proceso
3. Crecimiento y desarrollo
4. Psicopatología
5. Cambio
1. Estructura:
Esta área hace mención a las unidades o eslabones en que está compuesta la Teoría. A manera de ladrillos de un edificio son los componentes básicos en que la Teoría está asentada. Hace referencia a los aspectos más estables y duraderos de la personalidad. A modo de ejemplo en la teoría freudiana estos aspectos lo constituirían los conceptos de Yo, Super Yo, Ello, inconsciente, preconsciente y consciente.
Las teorías de la personalidad se diferencian en el modo en como se conceptualizan estas unidades y en como se organizan jerárquicamente y en la forma de relacionarse entre ellas. Algunas unidades que forman la estructura de la teoría podrán ser más importantes que otras e interrelacionarse en forma simple o compleja.
2. Proceso
Esta área estudia las dinámica motivacionales que una teoría de la personalidad exhibe para explicar las conductas de un individuo. Básicamente existen cinco variantes de la teoría de la motivación: motivos de placer o hedonismo, motivos de crecimiento o autorrealización y motivos cognoscitivos.
Dentro del modelo hedonista se enfatiza la búsqueda del placer y la evitación del dolor, y básicamente está dividido en dos categorías: el modelo de reducción de tensión y el modelo de incentivo.
Los modelos de reducción de tensión explican las conductas humanas, puntualizando que las mismas obedecen en que los individuos buscan reducir la tensión de las necesidades fisiológicas mediante la satisfacción de tales exigencias. En la teoría freudiana las pulsiones sexuales y los mecanismos de defensas constituyen la explicación de la conducta humana. En el modelo de incentivo, se busca explicar los hechos aseverando que las conductas humanas están basadas en el deseo de logro de los objetivos y metas anheladas.
3. Crecimiento y desarrollo
En esta área toda teoría enfatiza como un individuo llega a ser lo que es, tratando de explicar el desarrollo de las diferencias individuales entre las personas en consonancia con el desarrollo de una persona como ser único y analizando como los determinantes actúan sobre esta persona para alcanzar su desarrollo. Tradicionalmente se reconocen dos determinantes clásicos en la evolución de la persona humana: los genéticos y los ambientales. Esta visión dual ha provocado debates importantes dentro de las teorías de la personalidad: ¿que es más importante en el desarrollo de una persona su naturaleza genética o las influencias del medio en que nació?
En la teoría freudiana este esquema se ve representado en las sucesivas etapas en la que se desarrolla el aparato psíquico según S. Freud: etapa oral, anal y fálica; y resolución del Complejo de Edipo.
4. Psicopatología
Una buena teoría debería explicar las causas del funcionamiento anormal o desordenado de la personalidad así como también las circunstancias del porque algunas personas enfrentadas a situaciones adversas en su vida pueden desarrollar mecanismos compensatorios hacia la salud psíquica, mientras que otros por el contrario despliegan comportamientos disfuncionales y psicopatológicos.
5. Cambios
Una teoría integral en su articulación debería explicar por qué la gente cambia o por el contrario se resiste al cambio en sus actitudes y conductas.
CLASIFICACIÓN
Podemos decir que todo intento clasificatorio es en última instancia un empeño de abordar una temática desde un modo estructurado y que depende muchas veces de las necesidades del que realiza la clasificación. Más aún cuando hablamos de personalidad en donde las teorías se enriquecen mutuamente y se hallan interrelacionadas. Sin embargo debemos intentar un análisis esquemático para comprender, aunque sea en forma compendiada una clasificación a los efectos de lograr una mejor comprensión de las diferentes teorías y cual de ellas es la que mejor se adapta a los fines del presente trabajo.
Con este objetivo se utilizará las clasificaciones bosquejadas por Lawrence Pervin en su extensa bibliografía que atañe al objeto de estudio de las personalidades humanas.
Según Pervin (1996; 2000), podemos abordar el estudio de la personalidad humana según dos vertientes:
I-) De acuerdo al modelo de investigación utilizada
II-) De acuerdo a su enfoque de estudio
I-) ESTUDIO DE LA PERSONALIDAD DE ACUERDO AL MODELO DE INVESTIGACIÓN UTILIZADA
A. Modelo de aproximación clínica
B. Modelo correlacional
C. Modelo experimental
A.) MODELO DE APROXIMACIÓN CLÍNICA
Autores de referencia:
Jean Charcot (1825-1893) y sus seguidores: Pierre Janet (1859-1947);Morton Price (1854-1929)
Jean Charcot y su discípulo Pierre Janet se abocaron primordialmente al estudio de la personalidad, particularmente la histeria, y son reconocidos históricamente por sus estudios sobre la hipnosis.
Morton Price introdujo el estudio de la “personalidad múltiple”, mediante descripciones que volcó en su libro “The dissociation of personality(1906)”.
Sigmund Freud (1856-1939)
Sigmund Freud y su teoría de la personalidad basada en los conceptos de división de la personalidad en tres formulaciones teóricas: Ello, Yo y Superyo, influencia en gran medida la elaboración de un marco doctrinario para la comprensión de las conducta humana. Creador de la terapéutica psicoanalítica como método de abordaje para la comprensión de los pensamientos y sentimientos inconscientes que se presentan en nuestra vida cotidiana.
Influenciados por el pensamiento freudiano, muchos otros abordaron el estudio de la personalidad basados en sus propias observaciones y experiencia; como ejemplo podemos citar a Jung y Adler, quienes en un principio estuvieron comprometidos con el pensamiento freudiano, pero que luego basados en sus propias formulaciones teóricas fundaron sus propias escuelas.
Henry Murray (1883-1988)
H Murray trabajó en la Clínica psicológica de Harvard. Dió gran importancia a la observación clínica por sus estudios de medicina, pero también trató de incluir cierta rigurosidad estadística por su formación bioquímica. Su esfuerzo fue el intentar plasmar en un retrato amplio de la personalidad humana, aunando los criterios observacionales del clínico con el rigor experimental. Este deseo se vio evidenciado en la creación del “Test de apercepción temática (TAT)”.
Carl Rogers (1902-1987) y George Kelly (1905-1966)
C Rogers fue un teórico de la personalidad humana claro representante de lo que se conoció como “movimiento del potencial humano”. Se acercó al enfoque psicoanalítico al reconocer al ser humano moviéndose por fuerzas ocultas inconscientes, y a la orientación conductista al aceptar que las reacciones conductuales de las personas depende en gran medida de los estímulos externos. C Rogers basó su visión de la personalidad en el concepto del Self, y del modo en como el individuo percibe y se adapta a su Self. Para C Rogers lo que moviliza al ser humano es su capacidad y deseo de “autorrealización”. Sus ideas en cuanto al proceso terapéutico se encuentran compendiadas en su libro “El proceso de convertirse en persona”.
El aporte de G Kelly a la teoría de la personalidad fue la de evidenciar que el comportamiento de los seres humanos se basa en la elaboración de “constructos” que pueden ser definidos como la manera que poseemos de analizar e interpretar al mundo. La problemática conductual del individuo se basaría en el hecho que estos constructos sean disfuncionales o no con la realidad circundante.
Para Rogers lo más importante era la experiencia humana y colocarla en empatía con el entorno, mientras que para G Kelly lo que se debía hacer referencia es a los constructos que elabora una persona, su meta era la de ayudar al sujeto a poner prueba su sistema de constructos frente a las circunstancias externas.
Este modelo implica la utilización individual de material clínico para elaboración de teorías acerca del funcionamiento de la persona. El valor de la individualización estriba en que pueden esbozarse muchas observaciones y elaborarse variadas hipótesis sobre un determinado conflicto o estructura de la personalidad. A favor de este modelo podemos argüir en su valor enriquecedor que brinda un marco teórico exegético de la conducta humana. En contraposición a esta riqueza de datos observados, podemos decir que este método adolece de una estructura observacional rigurosa y de confirmación de hipótesis que hagan de este modelo, un sistema fidedigno para la observación inequívoca y comprobación sistemática de las conclusiones a las cuales arriba. Por lo tanto el “análisis de la prueba” queda siempre en el campo subjetivo del observador.
B) MODELO CORRELACIONAL
El modelo de investigación correlacional utiliza las medidas estadísticas para establecer los grados de asociativos o “correlacionales” entre dos variables. Implica establecer las relaciones entre estas variables con significancia estadística. Por ejemplo busca evaluar el grado de asociación entre los individuos con trastornos anticipatorios y los resultados de sus exámenes. Si bien lo que se busca no son mecanismos causativos, se trata de obtener cierto grado de previsibilidad asociativa en el análisis de las variables correlacionales.
El precursor de modelo correlacional fue Sir Francis Galton (1822-1911), quien siendo primo de Darwin se vio influenciado por su teoría, y comenzó a observar y buscar las diferencias entre los seres humanos, tratando de descubrir si las diferencias entre ellos era debida a la herencia o factores exógenos. Comenzó así el estudio matemático de las variables utilizadas en el estudio de los sujetos. La intención de Galton era ver si las características humanas poseían características hereditarias, entre ellas por ejemplo la aptitud intelectual.. Galton con el transcurrir del tiempo evaluó una gran cantidad de individuos con sus características físicas y psicológicas. Para establecer relaciones entre ellos creo una medida matemática asociativa entre los datos denominada “coeficiente de correlación”. El trabajo de Galton fue seguido por su discípulo Karl Pearson (1857-1936), quien basado en los trabajos de Galton, creó el procedimiento estadístico utilizado y conocido hasta la fecha como “correlación del producto-momento de Pearson”. Así mismo los trabajos de Galton y de Pearson fueron seguidos por otro psicólogo británico, Charles Spearman (1836-1945). Spearman trató de determinar el origen de las diferencias individuales en la inteligencia. Para ello comenzó a estudiar mediante cuestionarios a centenares de personas con el objeto de estudiar sus aptitudes. Comenzó a estudiar los datos obtenidos y buscó agruparlos en grupos básicos de características que diferencian a la gente y que denominó factores. Para reunir estos factores, utilizó el procedimiento estadístico conocido como análisis factorial.
Este modelo correlacional através del análisis factorial de datos, influyó fuertemente en lo que se conoce actualmente como el “Modelo factorial de rasgos”, que se articuló alrededor de la implementación del “análisis factorial” como técnica matemática y al desarrollo del concepto de “factor” o “rasgo” como elemento básico de la estructura de la personalidad.
C ) MODELO EXPERIMENTAL
El modelo experimental reconoce la utilización sistemática de variables a estudiar. La investigación experimental trata de establecer relaciones causativas del fenómeno a estudiar.
El experimentador manipula la variable independiente dentro del contexto de un laboratorio, mientras que observa los efectos en la segunda variable, la variable dependiente. Como ejemplo, el experimentador puede influenciar experimentalmente el grado de ansiedad (variable independiente) sobre los resultados en el aprendizaje de una determinada habilidad (variable dependiente).
En este sentido Wilheim Wundt (1832-1920) adscribió a este modelo experimental, siendo el creador de la psicología experimental. Wundt sostenía que la psicología era la “ciencia de la experiencia inmediata” y estudió los efectos de los cambios en los estímulos (luces y sonidos) sobre la intensidad y la calidad de las experiencias en los sujetos estudiados. Wundt trató de estudiar el fenómeno psíquico dentro del campo de la ciencia experimental con procedimientos similares a los utilizados en las ciencias naturales.
Iván Pavlov (1849-1936) utilizó el laboratorio experimental para desarrollar su experiencia del reflejo condicionado en perros y elaborar su teoría de la “neurosis experimental”.
El conductismo a través de John B. Watson (1878-1958), adhirió al modelo experimental. Esta escuela sostenía que el propósito de la psicología era el estudio de la conducta objetiva y manifiesta, oponiéndose de este modo al uso de la introspección y al estudio de la subjetividad de los acontecimientos internos de la persona. Para Watson lo importante era el estudio de los acontecimientos que se desarrollaban alrededor de la díada estímulo-respuesta.
Desde un punto de vista, el modelo experimental constituye y representa el ideal científico por antonomasia en el estudio de la personalidad, puesto que manipula variables específicas, registra objetivamente los datos y trata de establecer relaciones causa-efecto lo más cercanas posible de acuerdo al análisis estadístico utilizado. Sin embargo, sus limitaciones en la dimensión de la psiquis humana son que mediante este modelo es imposible estudiar aquellos fenómenos psíquicos que no se pueden reproducir en el laboratorio. Así mismo el marco artificial inducido por el experimentador, limita la posibilidad de producción de nuevos descubrimientos en el campo subjetivo psíquico de la persona.
Un ejemplo típico de los logros obtenidos con el modelo experimental, es el desarrollo del concepto de “indefensión o debilidad aprendida”
II) ESTUDIO DE LA PERSONALIDAD DE ACUERDO A SU ENFOQUE DE ESTUDIO
A) Enfoque estructuralista: existe una estructura interna e indisoluble. Su enfoque de estudio va de lo teórico a lo empírico. En la personalidad se hallan descriptas las disposiciones e impulsos adquiridos a través de las experiencias y aquellos que son innatos. Desde un punto de vista estructuralista la personalidad lo constituye la organización mental del ser humano, en donde se haya comprendido los aspectos del carácter (intelecto, temperamento, habilidades, moralidad).
Comprende a las teorías:
Teoría Somatopsíquicas :
Teoría humoral
Teoría de Kretschmer
Teoría de Sheldon
Teorías psicodinámicas:
Teoría de S. Freud-M. Klein
Teoría de Jung
Teoría de Horney
Teorías organísmicas o fenomenológicas:
Teoría de Rogers
Teoría de A. Maslow
Teoría de F. Perls
Teorías conductistas:
La personalidad está marcada por el ambiente; lo que existe es la conducta.
Teoría de Skinner
Teoría de Bandura
Teoría de Ellis
Teoría de Rotter
B) Enfoque factorialista
La personalidad está determinada por los rasgos o funciones. Se constituye desde lo empírico a lo teórico. Los rasgos de la personalidad describen a las personas de acuerdo a su funcionamiento.
Abarca a los siguientes autores y teorías:
Teoría de Eysenck
Teoría de Cattell
Teoría de Allport
El concepto de “rasgo” designa a la consistencia o constancia de las respuestas característica de cada persona a las diferentes situaciones (Ej.: la emotividad, la generosidad).
Dentro de las teorías de la personalidad, los aportes de estos tres autores están comprendida en lo que se denominan las “Teorías de Rasgo”,
Se desarrolla el concepto de “tipo”, el cual designa a un conjunto de rasgos, implicando una configuración uniforme en las conductas de las personas. (Ej.: individuo tipo extrovertido/introvertido).
Teoría de Allport
Allport será recordado como el introductor de la teoría de rasgos. Fue su influencia teórica la que desenvolvió esta teoría y que fuera utilizada por el modelo factorialista para los cuestionarios pertinentes, aunque Allport nunca adhirió al modelo factorialista.
Allport sostuvo que había rasgos comunes a todas las personas y aplicable a toda la población (énfasis nomotético). Pero insistió también en rescatar la importancia de rasgos únicos en cada persona (énfasis ideográfico). Es por ello, por este deseo de individualizar a las personas, es que Allport nunca adhirió a la utilización del análisis matemático factorial en la teoría de rasgos.
Allport distinguió entre lo que consideraba como rasgos cardinales, rasgos centrales y disposiciones secundarias.
El rasgo cardinal debe ser interpretado como aquella característica de la personalidad más penetrante. Así se habla por ejemplo de rasgos cardinales “maquiavélicos”, “sádicos” etc…Los rasgos centrales hacen mención a características de la personalidad menos acentuadas pero que describen aún la manera de ser de la persona, así por ejemplo tenemos rasgos centrales como al bondad, la honradez, la indiferencia, la ama bilidad etc… En cuanto a las disposiciones secundarias son las que representan tendencias y expresiones de la personalidad menos consistentes y sobresalientes.
A pesar de que era un crítico del análisis factorial, Allport comenzó mediante un gran esfuerzo a desarrollar una “taxonomia de rasgos”, que fue utilizada a posteriori por otros teóricos de los rasgos y que utilizaron el análisis factorial.
Allport desarrolló una lista de términos hallados en el diccionario inglés que calificaban diversos tipos de rasgos. Allport encontró 18.000 términos que las calificó en categorías de acuerdo a las características perdurables y estables, estados de ánimo, características físicas, talentos y aptitudes de la personalidad. De esta manera Allport comenzó a desarrollar una clasificación de los rasgos basado en la utilización de términos de vocabulario que definen características de la personalidad y se erigió en el precursor de la “teoría de los rasgos”
Teoría de Eyseneck
Hans Eyseneck era un conductista clásico. Avizoraba al método científico estadístico como el apropiado para dar una comprensión teórica al funcionamiento psicológico de las personas. Para estudiar a los temperamentos de las personas, se basó en la técnica estadística del análisis factorial.
Concibió el concepto de tipo y rasgo como organizativas de la personalidad.
El tipo es el conjunto o síndrome de rasgos organizados alrededor de una estructura. Mientras que el rasgo debe ser considerado como las tendencias conductuales en actividad. De este modo explicaba la uniformidad de las conductas como mecanismos responsivos ante los mismos estímulos.
Eyseneck sostenía el valor de la herencia como condicionante de las conductas humanas, por lo que se abocó al estudio de los temperamentos en las personalidades.
En este sentido de acuerdo a la manera de reaccionar frente a los estímulos ubicó tres diferentes tipos de temperamentos o “dimensiones de personalidad” como ejes bipolares de opuestos. La persona podía ubicarse entre esos dos polos.
Neuroticisno
Introversión-Extroversión
Psicoticismo
Bajo la denominación de “neuroticismo” ubicó a las personalidades con temperamentos que oscilaban entre la tranquilidad y la calma con gran control emocional de sus reacciones conductuales, y aquellas con síntomas ansiosos, emocionalmente inestables, baja autoestima, tensos, tímidos, taciturnos y emotivos. El término “neuroticismo” no implicaba el desarrollo de síntomas neuróticos; su investigación dejaba entrever que aquellas personas que puntuaban alto en esta dimensión se hallaban más propensas a desarrollar síntomas neuróticos, de allí la denominación de esta dimensión.
Eysenck se apoyaba en sus descripciones en la fisiología para buscar explicaciones a sus hallazgos. De esta manera ubicó al neuroticismo dentro del funcionamiento del Sistema Nervioso Simpático, como una hiperactividad del mismo. Eysenck hipotetizó que las personas ubicadas en un puntaje alto de neuroticismo tenían una predisposición mayor a desarrollar síntomas neuróticos debido a una alta respuesta del Sistema Nervioso Simpático ante el más mínimo estímulo externo,lo que hacía que la persona estuviera en una grado de alerta exagerado y continuo. El ataque de pánico, sería para Eysenck, el arquetipo del síntoma neurótico.
La dimensión Neuroticismo-Estabilidad mediría el control emocional de la conducta.
El enfoque bidimensional de Extraversión-Introversión define la dimensión de la personalidad en términos de sociabilidad, actividad, buscador de sensaciones, emprendedor. Eysenck hipotetizó que estas características de “extraversión-introversión”, estarían relacionadas con un equilibrio de las funciones cerebrales de “inhibición” y “excitación”. Este enfoque mediría la relación del sujeto con el medio.
La dimensión del “psicoticismo” fue la última en ser descripta por Eyseneck. Fue la resultante en llevar sus investigaciones a instituciones asilares en el Reino Unido. Como era de esperar al analizarse los datos mediante la técnica factorial, se bosquejaron una serie de rasgos y cualidades que formaron parta de esta nueva dimensión. Como ocurre con el neuroticismo, la presencia de estos rasgos no implica enfermedad psicótica, sino que su manifestación se halla más frecuentemente entre psicóticos, pero que en determinados ambientes su aparición torna a una persona más susceptible a desarrollar síntomas psicóticos.
Los individuos con puntuaciones altas en este enfoque incluyen una serie de rasgos típicos como son: exagerada temeridad, despreocupación por las convenciones sociales y el sentido común, expresiones fuera de contexto para expresar sus emociones ante terceros. Lo que caracteriza al “psicoticismo” es la falta de aprendizaje de respuestas socialmente aceptadas ante un estímulo.
Teoría de Cattell (1905-1998)
La teoría de Raymond B. Cattell se apoya en el estudio factorial-estadístico de la personalidad, otorgándole gran importancia al método empírico.
Según R Cattell la personalidad es: “… aquello que permite predecir lo que una persona hará en una situación dada. En consecuencia, el objetivo de la investigación psicológica de la personalidad consiste en establecer leyes de lo que diferentes personas harán ante todo tipo de situaciones sociales y ambientales en general….La personalidad…..concierne a toda la conducta del individuo, ya sea manifiesta o latente.” (Cattell R, 1950; citado en Hall CS; Lindzey G, 1974).
La personalidad está estructurada en una serie de “rasgos” que dan explicación a la regularidad y consistencia a la reactividad conductual de las personas.
La estructura básica en la Teoría de Cattell es el concepto de rasgo, que se define como “una estructura mental”, inferida a partir de la conducta observada y destinada a explicar la regularidad o coherencia de ésta”.
Cattell explicitó que existen rasgos comunes, los cuales se encuentran en todos los individuos, también enunció la presencia de rasgos singulares que corresponden a un individuo particular y que no aparecen de la misma forma en ninguna otra persona.
La personalidad de un sujeto se define por la forma en que una persona reaccionará cuando se encuentre ante una situación determinada y se halla representada por la ecuación: R= f (sxp); en donde R es respuesta del individuo, s: situación estimulante, p: naturaleza de su personalidad, f: rasgos que generan tipos de respuestas.
El estudio de la estructura de la personalidad de Cattell constituye un nexo dialéctico entre las teorías clínicas de la personalidad y las experimentales. La conducta de un individuo dependerá de los rasgos de su personalidad y de la situación emocional relacionada con la situación que se trate.
Cattell también distinguió entre rasgos superficiales y fundamentales.
Los rasgos superficiales son expresivos de conductas que pueden aparecer unidas pero que no tienen una raíz causal común, estos rasgos pueden ser descubiertos a través de métodos subjetivos.
Los rasgos fundamentales, en cambio, conforman una dimensión de la personalidad unitaria e independiente, expresan una relación de conductas que covarían conjuntamente.
Cattel reconoce a dos grandes influencias en la aparición de los rasgos fundamentales: la herencia (“rasgos constitucionales") y aquellos moldeados por el ambiente en el que intervienen las "instituciones sociales" y las "realidades físicas que constituyen el patrón cultural"(Hall CS; Lindzey G.)
Los rasgos superficiales aparecen ante el observador como más importantes, puesto que pueden identificarse ante el simple hecho del la observación.
Dice Cattell con respecto a los rasgos fundamentales (Hall CS; Lindzey G.): “Los rasgos fundamentales se presentan como las verdaderas influencias estructurales subyacentes de la personalidad, las necesarias para encarar los problemas evolutivos, los psicosomáticos y los de integración dinámica...”
Para descubrir estos rasgos fundamentales se debe utilizar los procedimientos estadísticos del análisis factorial. De este modo el análisis factorial de Cattell se ubica dentro del enfoque nomotético, el cual pretende determinar leyes generales de la conducta, al contrario del ideográfico que aborda al sujeto individualizado como unidad funcional de análisis.
Así también R Cattell dividió a los rasgos según su modalidad de expresión:
• Rasgos dinámicos: son aquellos relacionados con la motivación del individuo a la concreción de algún objetivo
• Rasgos de aptitud: son aquellos concernientes a la efectividad en el logro de esos objetivos.
• Rasgos de temperamento: son los pertinentes a las características constitucionales del individuo
Fuentes de los datos
Cattell reconocía tres grandes fuentes de datos para la investigación de la personalidad:
• La historia personal o datos-L
• Cuestionario de autoevaluación o datos Q; que incluye las apreciaciones personales que el individuo posee sobre él mismo.
• El test objetivo o datos-T; mediante la elaboración de situaciones especiales con las cuales poder identificar las conducta de la persona de manera objetiva, como la inclusión de tareas en lápiz y papel.
En base a estos datos Cattell logró detectar los rasgos generales en los cuales logró basar su teoría de la personalidad mediante la utilización de análisis factorial.
Cattell comienza con un estudio exploratorio de 4500 nombres de rasgos obtenidos de un a lista de Allport que habían sido tomados anteriormente de un diccionario abreviado. Cattel posteriormente los reduce a 200, eliminado los términos sinónimos y metafóricos. Mediante la utilización de interrelaciones y agrupación de términos, Cattell logra individualizar 40 rasgos cuyas clasificaciones proveyeron el basamento para la aplicación del análisis factorial de los datos-L y datos-Q.
Las dimensiones de la personalidad que Cattell estableció como importantes con sus principales características luego de la revisión de los datos L y Q se enuncian en el cuadro siguiente (extraído de "Teorías psicológicas de la personalidad" de R. B . Cattell y G. M. Meredith):
Breve descripción de algunos rasgos fundamentales primarios hallados por análisis factorial
Descripción del nivel inferior Clasificación técnica.
POLO INFERIOR Clasificación Técnica
POLO SUPERIOR Símbolo estándar Descripción del nivel superior
Reservado, separado, frío esquizotimia afectotimia A Extrovertido,afectuoso,sin trabas, participante
Menos inteligente, pensamiento concreto capacidad mental general baja inteligencia B Más inteligente, pensamiento abstracto, brillante
Lo afectan los sentimientos, emocionalmente estable, fácilmente trastornado capacidad mental general baja.Fortaleza yoica inferior Fortaleza yoica superior C Emocionalmente estable, enfrenta la realidad,calmo.
Flemático, laxo Baja excitabilidad Alta excitabilidad D Excitable,estridente, busca llamar la atención
Humilde,suave,obediente,conformista. Sometimiento Dominación E Afirmativo, independiente, agresivo,empecinado
Sobrio, prudente, serio, taciturno Desurgencia Surgencia F Descuidado, atolondrado, alegre, entusiasta
expeditivo, obra a su antojo, deriva las obligaciones Fortaleza superyoica inferior. Fortaleza superyoica superior G Escrupuloso, perseverante, sosegado, atado a las reglas.
Arisco, contenido, apocado, tímido. Threctia Parmia H Aventurado, socialmente audaz, no inhibido, espontáneo.
Obstinado, confiado en sí mismo, realista, enemigo de frivolidades. Poca percepción estado de salud. Harria Premsia I Compasivo, dependiente, sobreprotegido, sensible. Ansioso sobre sí mismo, hipocondríaco
Confiado, adaptable, sin celos, fácil de llevarse con él. Alexia Protensión L Suspicaz, porfiado difícil de engañar
Práctico, cuidadoso,, convencional, regulado por realidades externas, formal. Praxermia Autia M Imaginativo, preocupado por urgencias internas, descuidado en asuntos prácticos, bohemio.
Franco, natural, sencillo, sentimental Sencillez Sagacidad N Astuto, calculador, mundano, penetrante
Plácido, seguro de sí mismo, confiado, sereno Adaptación imperturbada Proclividad a la culpa O Aprensivo, preocupado, depresivo, perturbado.
Conservador, respeta las ideas establecidas, tolera las dificultades tradicionales. Conservatismo Radicalismo Q 1 Experimentador, crítico, liberal, analítico, librepensador.
Dependiente del grupo, un afiliado y seguidor firme. Adherencia grupal Autosuficiencia Q 2 Autosuficiente, prefiere tomar decisiones, ingenioso.
Informal, no respeta el protocolo, desaliñado, obedece sus propios impulsos Autosentimiento débil Autosentimiento fuerte Q 3 Controlado, socialmente preciso, autodisciplinado, compulsivo
relajado, tranquilo, aletargado, no frustrado Tensión ergica baja Tensión ergica alta Q 4 Tenso, impulsado, sobreexcitado, irritable.
En el cuadro anterior se distinguen algunas dimensiones de la personalidad, denominadas con neologismos que nunca habían sido utilizados antes y que fueron creados por Cattell. Este hecho, fue una de las tantas causas por las cuales la Teoría de Cattell no fuera en sus comienzos del todo aceptada por los psicólogos clínicos.
En realidad la invención de estos neologismos por parte de Cattell, era la utilización de acrónimos, con el fin de que fuesen descriptores lo más fidedignos posible de la dimensión que se clasificaba.
De este modo muchas de sus palabras ideadas por él no sólo constituyeron un escollo para la mejor comprensión de su teoría, sino que también fueron objeto de malas interpretaciones que tenían como raíz el déficit de traducción.
Así por ejemplo Cattel utilizaba la palabra "syzothimia" para rotular a la dimensión de personalidad "A" en su polo negativo. Cattell se cuidó muy bien de que este término fuera mal interpretado con el término "schizothyme" acuñado por Kretschmer. Sin embargo justamente muchas de las traducciones de sus textos tradujeron "esquizotimia" el término elaborado por Cattell.
A este respecto dice Cattell en referencia al término "sizothymia" (Cattell RB;1965,Pág. 66-traducción propia): "En relación con este denominación, en vez de de la utilización de la palabra "schyzothyme", utilizada por Kretschmer para distinguir al temperamento normal del esquizofrénico, el público en general continúa tomando en cuenta el término "schizo" como indicativo de anormalidad. Debido a que los tests que describiremos para este factor sean probablemente registrados en niños escolares y discutidos con los padres, parecería mejor evitar términos que podrían ser malinterpretados, utilizando un nuevo término adoptado actualmente, denominado syzothimia, por sizo, derivando de la misma raíz de "size" ( en inglés) en píntura, que significa " aplanado" y se refiere a lo que los psiquiatras denominan " aplanamiento de los afectos", estos es, la ausencia de de emociones vibrantes y vívidas, como en la sizothimia. Esta frialdad y reserva es lo que caracteriza más que cualquier otra cosa, al normal A ( minus), es decir a la persona sizotímica".
Como vemos R Cattell tuvo que enfrentar no sólo las traducciones deficitarias de sus términos, sino también la resistencia en utilizar sus neologismos por parte de la comunidad.
La dimensión de personalidad H conocida como "parmia" y "threctia", en sus polos positivos y negativos, R Cattell las concibió en base a mecanismos fisiológicos que corresponderían y estarían relacionadas a las personalidades que estos términos tratan de describir. En este sentido la palabra "parmia" y "threctia" fueron derivadas de palabras utilizadas en inglés que describen estos rasgos de personalidad. Así lo explica R Cattell (Cattell RB; 1966,Pág. 99-traducción propia): " Por esta razón, en la hipótesis que el sistema nervioso parasimpático predomina en este tipo de individuo por sobre el sistema nerviosos simpático, se ha denominado con el corto término de parmia o "temperamento pármico". El polo opuesto es denominado threctia , porque su esencia es una alta susceptibilidad a la amenaza ( threat, en inglés)".
Del mismo modo el rasgo de personalidad I, fue denominado en su polo positivo con la palabra "premsia", mientras que su polo negativo con la palabra "harria". Estas palabra constituían los acrónimos de las palabras en inglés "protected emotional sensivity"(sensibilidad emocional protegida) y de "hard realism" ( realismo duro)
Como veremos más adelante estos neologismos fueron suplantados por otras palabras más fáciles de utilizar a los fines prácticos de su utilización clínica y mejor divulgación.
EL ANÁLISIS FACTORIAL
Aproximación histórica
Raymond B. Cattell nace el 20 de marzo de 1905 en la ciudad de Devonshire Inglaterra) y muere en los Estados Unidos el 2 de febrero del año 1998.
Obtiene su licenciatura en química y física (B.Sc.) en el “King´s College” de Londres en el año 1924. Esta formación en química y física, marcó posteriormente sus interés en el estudio de las personalidades en lograr una clasificación taxonomónica de la personalidad al estilo de Tabla Periódica de los Elementos de Dimitry Mendeleyeff, y lo ayudó en los conceptos matemáticos ya aprendidos en la utilización del análisis factorial para la descripción de la personalidad, con el que se encontró comprometido durante toda su vida. Viéndose atraído posteriormente por la psicología ingresa al “University College” de Londres y en el año 1929 obtiene su Ph. D. en Psicología.
Cattell comienza a interesarse en los estudios sobre la personalidad humana y adquiere una gran experiencia en psicología clínica infantil en la “Leicester Child Guidance Clinic”(1932-1937). Desde sus comienzos en la carrera de psicología, Cattell fue influenciado por C. E. Spearman en lo referente al análisis factorial, quizás debido a que originariamente Cattell había sido entrenado en sus comienzos como químico y físico. Cattell sustentaba la idea que el análisis factorial podía ser aplicado al estudio del comportamiento humano y que sus resultados podían asemejarse en objetividad y confiabilidad a aquellos logrados en la física convencional.
De esta manera Cattell poseía lo mejor que ambos campos del conocimiento humano podía ofrecerle. Por una lado su formación matemática y por el otro lado el ámbito de la subjetividad humana a través de la psicología. Catell era un convencido que a través de análisis matemático se le podría otorgar mayor previsibilidad y valor predictivo a las teorías clínicas de la personalidad. Catell pensaba que la medición de las variables psicológicas podía realizarse y no iba en desmedro a la subjetividad de la teoría clínica.
A este respecto Cattell se expresaba de la siguiente manera: “El nacimiento de la ciencia moderna se sitúa a menudo alrededor del año 1600, cuando Galileo comenzó a aplicar métodos cuantitativos a la observación mecánica. Se ha reconocido que la química se separó de la alquimia e inició una fase de vigoroso desarrollo cuando Dalton, Lavoisier y otros comenzaron a aplicar métodos cuantitativos para establecer leyes químicas. Por cierto hoy en día se acepta generalmente que como dijera Mach, “el objetivo de la ciencia es hallar fórmulas que expresan las relaciones entre fenómenos observados”. Juzgada según ese criterio, ¿cuál es el estado actual de la psiquiatría, en cuanto a ciencia?” (Cattell RB, Meredith GM, 1965, pág. 9)
El desarrollo de la Teoría de la Personalidad a través del análisis factorial de Cattell se desenvuelve en el intento de otorgar mayor firmeza, previsibilidad y predictividad a las teorías clínicas de la personalidad y a las especulaciones con respecto a las motivaciones conductuales por parte de la clínica. Cattell no fue un crítico de las teorías clínicas de de la personalidad en todo el sentido de la palabra, sino que por el contrario buscó mediante los estudios cuantitativos pertinentes, ser un nexo de unión entre la teoría clínica y la medición matemática de la subjetividad.
En este sentido se expresaba Cattell: “Las columnas gemelas que ofrece la psicología en apoyo del desarrollo de la psiquiatría, son las teorías de la personalidad y del aprendizaje. Hasta hace 50 años, la teoría de la personalidad se desarrolló principalmente como resultado exclusivo de la observación clínica- como lo ejemplifican las formulaciones de Kraepelin, Freud, Jung y Janet, verbigracia- o se basó en lo que podría llamarse la observación humana literaria y general, tal como lo ejemplifican las obras de William James, McDougall, Allport, Klages, Spranger y otros. La fase cuantitativa y experimental subsiguiente, que es el foco primordial de esta discusión, planteó inicialmente sus interrogantes en función de las teorías heredadas de la fase clínica y literaria anterior.
Sin embargo más recientemente ha construido una estructura teórica propia. Hasta la fecha, no ha logrado producir leyes científicas que puedan aspirar poseer los alcances y la elaboración de las especulaciones científicas derivadas de la fase anterior. Pero hay numerosísimos indicios de que ha construido cimientos muy sanos. Es el tipo de fundamento que producirá resultados definidos, expresados como leyes básicas y con poderes predictivos. Podemos esperar que se desarrollen en la ciencia aplicada con creciente rapidez durante la próxima década” (Cattell RB; Meredith G:, pág 11).
En el año 1939 Raymond B Cattell se dirige a los Estados Unidos, donde desarrollará toda su tarea de investigación, ocupando diferentes puesto académicos en distintas Universidades de ese país: Columbia, Duke, Harvard, Illinois. Durante su prolífica carrera como investigador y escritor, escribió más de 200 artículos y 15 libros. Su desarrollo teórico en la medición de la personalidad utilizando el análisis estadístico-factorial se ve corporizado en la creación del lo que se conoce como “Cuestionario 16PF (Personality factor)”. -
Revisión Metodológica
Cattell fue influenciado en el análisis factorial con las premisas de Spearman, y en cuanto a los términos utilizados para la asignación de rasgos, se basó en los estudios realizado por Allport, pero a diferencia de éste, utilizó el análisis factorial para la determinación de los términos en los diferentes grupos.
Utilizó miles de ítems aplicando cuestionarios a muchos individuos con el objetivo de determinar grupos en términos de rasgos. El objetivo de los cuestionarios era si los rasgos podían ser evaluados y descubiertos por las preguntas. Los cuestionarios fueron aplicados incluso en jardines de infantes y realizó también un seguimiento en el tiempo de las personas que habían respondido el cuestionario. Cattel aplicó el análisis factorial a las respuestas, obteniendo 16 factores o grupos de ítems. A partir de estos 16 factores elaboró lo que se llama “Cuestionario de los 16 factores de la Personalidad (16PF)”.
El análisis factorialista pertenece a la escuela experimental. Cattel utilizó el sistema multivariado donde diversas variables son medidas mediante el análisis factorial. A este respecto Cattell sostenía que el método experimental multivariado podía dar mayor respuesta a los interrogantes del fenómeno psíquico en contraposición al modelo experimental bivariado, en el cual se existían tan sólo dos variables: una independiente y otra dependiente. En este sentido Cattell se colocaba en abierta oposición a la escuela reflexológica-conductista. Es dable reconocer por ende que Cattel se encontraba más cómodo, como veremos más adelante, con los postulados de las diferente escuelas de personalidad clínica que con sus pares de la escuela experimental.
De esta manera Cattell sostiene (Cattell RB; Meredith GM; pág 12): “ Una de las razones por las cuales el mensaje del enfoque cuantitativo y experimental aún no se ha impuesto con la claridad con que puede hacerlo, es que la polvareda del conflicto domina ese terreno, sustentada por una batalla entre las escuelas bivariada y mutivariada de planificación experimental. La primera sigue el plan de experimentación clásica de la ciencia física; típicamente se maneja con una variable independiente y otra dependiente. Por ejemplo manipula un estímulo y mide una respuesta, tratando, y a menudo pretendiendo, mantener constante todo lo demás mientras lo hace. Wundt, Pavlov y Skinner, se hallan entre los defensores de este método, que ha sido heredado en forma completa por la escuela reflexológica de aprendizaje.
La segunda escuela de orientación experimental, que favorece el método multivariado, se debe a Sir Francis Galton, Spearman y Thurstone, y se ocupa en mayor proporción de métodos de correlación y del estudio simultáneo de la medición de muchas variables”.
Cattel luego establece diferencias entre el método multivariado y el bivariado expresando: “Por lo tanto el método multivariado tiene dos pretensiones de superioridad frente al plan experimental bivariado clásico. En primer lugar, el experimentador multivariado puede captar totalidades- entes normativos complejos, tales como los que enfrenta el clínico- mientras que el experimentador clásico habitualmente se maneja con única variable atomizada, a menudo de importancia menor e incapaz de representar un concepto complejo. En segundo lugar, el método multivariado puede pretender descubrir relaciones causales complejas sin tener que manejar, en la realidad, personas y circunstancias, cosa que siempre se ha considerado en la experiencia clásica”.
De este modo Cattell se posiciona como un defensor del modelo experimental, pero estableciendo premisas diferenciales con el método experimental clásico. Así Cattell no puede ser tomado en cuenta como poseedor de una concepción reduccionista o mecanicistas del hecho psicológico. Por el contrario, a favor de una visión integral de la subjetividad, continúa manifestándose de la siguiente manera: “La manipulación en las ciencias vitales tiene dos graves inconvenientes. Primero, puede trastornar los propios fenómenos que desea estudiar. Por ejemplo un perro al que se le han extraído las glándulas suprarrenales, sufre de algo más que de la supresión de la adrenalina de su torrente sanguíneo. Segundo la manipulación, en la vida de los seres humanos, de las vinculaciones emocionales cardinales típicamente implicadas en las generalizaciones clínicas, resulta práctica y éticamente imposible. Fundamentalmente es por esas razones que el experimentador que emplea solamente los métodos bivariados se ha orientado en proporción cada vez mayor hacia los experimentos con animales. Pero, incluso en circunstancias ideales, la aplicación de conclusiones extraídas de los experimentos con animales (que no incluyen conceptos culturales ni referentes al sí mismo) a sucesos que tiene lugar en la mente de seres humanos, impulsa al científico a un razonamiento especulativo en un grado grotescamente desproporcionado respecto de la precisión que caracterizaba su experimentación animal”. (Cattell RB; Meredith GM, pág. 13)
Como se ve la visión de Cattell con respecto al avance de la psicología desde el punto de vista de la investigación no era reduccionista ni simplista en su concepción. Tenía una dimensión totalizadora del fenómeno psíquico, la utilización de las matemáticas correspondía al uso de una herramienta de trabajo, pero para nada hacía prevalecer un método cuantitativo sobre el campo de la subjetividad.
Por lo tanto muchas críticas al análisis factorial multivariado, como un método donde la prevalencia de la matemáticas lo torna un mecanismo descontextualizado de la clínica carece de valor. Más aún Cattell con respecto al análisis factorial y su relación con la práctica clínica se expresaba del siguiente modo (Cattell RB, Meredith GM; pág. 14): “Tanto el clínico como el experimentador multivariado se ocupan de buscar generalizaciones mientras tienen en cuenta la conducta total, mediante la formulación de hipótesis que no pueden ser recogidas u operacionalmente representadas por una variable única. Por ejemplo, ambos pueden manejar los conceptos de instintos y de estructuras tan multifacéticos de la personalidad como los conceptos psicoanalíticos del Yo y Superyó. Pero en otro especto, el experimentador multivariado tiene más en común con el experimentador bivariado que el clínico: ambos exigen que los conceptos puedan referirse a operaciones mensurables y experimentos reproducibles, mientras que el clínico no pretende tal cosa y, con suma frecuencia, está dispuesto a proseguir sin la clase de resultados registrados y estadísticamente tratados que el experimentador considera indispensable”.
Como se ve en cierta medida Cattell se encontraba más cómodo conceptualmente con la práctica clínica cotidiana y sus teoría, pero veía la necesidad de que los constructos que se manejaban en las diversas teorías de la personalidad tuvieran un correlato capaz de ser mensurado estadísticamente. Dicho en propias palabras de Cattel: “ La teoría y la medición deben estar estrechamente unidas”.Como sustento de lo dicho Cattel se expresaba de la siguiente manera ( Cattell RB; Meredith GM; pág. 15): “Uno de los resultados desdichados del desarrollo de la matemática en el enfoque multivariado ha sido que, pese a que el clínico y el investigador multivariado están muy cerca en principio y en sus modos formales de razonar, cada vez que el clínico ha intentado llevar a cabo un experimento, con demasiada frecuencia ha caído en los esquemas sencillos del metodólogo bivariado”.
Se aprecia entonces, que Cattel sostenía fervientemente que la experiencia humana no podía resumirse en una experiencia de laboratorio, pero que debido a errores metodológicos, siempre se había relacionado al modelo cuantitativo con la experiencia reduccionista del laboratorio experimental como el único camino de brindar certeza estadística a la teoría.
Sin embargo Cattell sostenía que esto había sido una falacia, y veía como una necesidad que el análisis matemático y el método cuantitativo se erigiera en una herramienta promisoria para el futuro, a los efectos de brindar mayor certidumbre al campo de la clínica y abogando por la necesidad de una utilización transdisciplinaria de las habilidades en cada campo. Así se manifestaba Cattell (Cattell RB, Meredith GM; pág. 15) al respecto: “Puesto que los psiquiatras no pueden ser también matemáticos- salvo unos pocos ejemplos brillantes- , la organización interdisciplinaria eficaz de investigación actual exige que el experimentador multivariado acerque al clínico los conceptos estructurales que surgen, pero no en detalle sus bases matemáticas de apoyo”.
Su tarea es, pues, la de equipar al clínico con instrumentos de medición que correspondan a dichos conceptos. El investigador clínico puede muy bien utilizarlos en todo tipo de experimentos de criterio, empleando una comprensión puramente lógica de las dimensiones medidas, antes que una matemática. Después de todo, los recursos exclusivos del psiquiatra implican la aplicación de esos instrumentos de medición juntamente con su capacidad de comunicarse con el paciente. Es irrazonable esperar que exhiba igual competencia en cualquier zona del terreno de la investigación matemática, cuantitativa de la conducta, tal como lo sería esperar que el investigador multivariado fuese capaz de conducir competentemente una entrevista psiquiátrica”.
Se ha intentado esbozar el pensamiento de Cattell con el objeto de desvirtuar algunas afirmaciones que sostienen que la aplicación de Tests de personalidad multivariados, constituyen intentos reduccionistas de estudiar la personalidad humana, presentando escaso valor en la clínica cotidiana.
El CUESTIONARIO 16PF
Antecedentes metodológicos.
El objetivo de Cattell en la elaboración de un Cuestionario, era el de ofrecer un instrumento adecuado que sirviera como un descriptor lo más cercano posible de la personalidad de un individuo. De allí que el principal problema con el que se enfrentó fue de elaborar las dimensiones descriptivas de la personalidad que deberían ser tenidas en cuenta en el cuestionario. Existe en la vida cotidiana un sinnúmero de categorías descriptivas o formas para describir las personas. El reto de Cattell fue elaborar un conjunto de categorías descriptivas lo suficientemente apto y amplio para contener las variadas formas de la personalidad humana. Para lograr este objetivo Cattell se basó en los trabajos de Allport y Odbert. Allport y Odbert obtuvieron en un principio una lista de 18.000 adjetivos que calificaban a la personalidad humana, que recogieron del “Webster´s Second unabdriged Dictionary”( Segundo diccionario no resumido de Webster), que posteriormente fueron reducidos a 4500. Cattel trabajó con este listado, eliminado sinónimos, repeticiones y redundancias. Utilizando el análisis factorial Cattell obtiene una lista de 200 categorías descriptivas en lengua inglesa, posteriormente mediante el método de correlación se redujeron a 45 dimensiones de la personalidad. La descripción de este proceso de halla documentada en Cattell en su trabajo”Personality and mood by questionaire” (1973), citado por Karson S.; O´Dell JW (1995).
Cattell luego enumeró 12 ó 15 factores en lengua inglesa que parecían explicar de mejor manera las diferentes dimensiones de la personalidad humana y las denominó con las letras desde la A hasta la O. De este modo el primer factor A (Afectividad) fue el primero en ser encontrado, seguido de B (Inteligencia), luego el factor C (Fuerza del Yo) y así sucesivamente. Transcurrido cierto tiempo, Cattell se percata que algunos factores:D,J,K, no se encontraban asiduamente en los individuos sometidos a los cuestionarios por los que fueron eliminados. Así mismo otros factores fueron encontrados luego de las respuestas obtenidas en el cuestionario y que eran de frecuente presentación por los que también fueron agregados y se los denominó con la letra Q .
Las escalas que se logran en las respuestas al Cuestionario, adoptan la configuración en decatipos (escalas de 10 puntos). Los valores se han estandarizado, con una media de 5,50 y una desviación estándar de 2.
Este cuestionario posee algunas ventajas que lo hace sumamente útil comparado con otros tests utilizados en la actualidad.Con respecto al MMP1, este evalúa patologías mientras que el 16PF evalúa rasgos de normalidad. Es también un cuestionario mucho más completo por el número de variables que mide en relación con otros tests, su validación y uso internacional lo hace un instrumento referencial para medición de rasgos de personalidad.
Para cumplimentar con el propósito del presente trabajo se enunciará y desarrollará el modelo de dimensiones y rasgos de Cattell con el objeto de facilitar su comprensión. Para ello se utilizaron las descripciones basadas en el trabajo de Karson S,O´Dell JW (1995) y los enunciados explicativos del “Cuadernillo de aplicación del cuestionario 16 PF-5”(1995)
Dimensiones de Personalidad en el cuestionario 16PF
Se deberá tener en cuenta que el cuestionario básicamente analiza Escalas primarias (Factores de Primer orden) y Dimensiones Globales (Factores de Segundo Orden). Esta última se encuentra conformada por la interrelación de los factores de Primer Orden.
Cattell en su cuestionario analizó tres grandes categorías:
1. Estilos de respuesta
2. Dimensiones globales
3. Escalas Primarias
1. Estilos de Respuestas
I. Manejo de imagen (MI):
El Manejo de Imagen constituye una medida de “deseabilidadd social”. Una puntuación alta evidencia un elevado grado por parte del individuo de expresar conductas socialmente deseables, una puntuación baja evidencia una predisposición por parte del individuo en admitir conductas socialmente no deseables.
II. Infrecuencia (IN)
Está formada por elementos que fueron elegidos por un escaso número de casos. Son los resultados obtenidos mediante la elección de la respuesta “B” en el cuestionario.
III. Aquiescencia (AQ)
La aquiescencia es una categoría que evidencia la “distorsión motivacional” por parte del encuestado en engañar con las respuesta. Así por ejemplo una puntuación alta por arriba del promedio de 4, indica que la persona hizo grandes esfuerzos para contestar con la opción que le parecía “socialmente correcta”, tratando de este modo de engañar al encuestador dando una falsa imagen de sí mismo o la intencionalidad del encuestado en lograr una aprobación del examinador.
Las escalas primarias más significativas para evidenciar esta conducta son C ( Fuerza del Yo),L (suspicacia), O (culpabilidad) y Q4 (ansiedad flotante).
2. Dimensiones Globales
I. Apuntamientos
Con la presentación en decatipos, los decatipos inferiores a 3,50 y superiores 7,50 ; son indicativas de características peculiares y distintivas de la personalidad
II. Congruencia
El análisis de los datos de las dimensiones globales se hará de acuerdo a la pertenencia a la misma dimensión.
Se identificarán las escalas que son congruentes a las dimensiones que se analizan.
De este modo el sujeto que puntea alto para extraversión, los valores de las escalas en decatipos serán congruentes con esta dimensión.
III. Extroversión (Ext)
La dimensión extraversión es el primer factor de segundo orden estudiado por R. Cattell. Fue identificado primeramente por otros estudiosos de la personalidad como Gustav Jung y Eysenck.
La Extroversión se encuentra dentro del dipolo Extroversión-Introversión.
Una persona extrovertida puntúa alto en las escalas de Afabilidad(A+),Animación (F+), Atrevimiento social (H+), Abierta (N-), e Integrada al grupo (Q-).
La extraversión puede estar relacionada con una conducta proclive a manifestar sus sentimientos, como también el mostrarse empático con el medio. El individuo extravertido busca relacionarse con los otros y a sociabilizarse con el entorno en forma rápida.
Resumen de Conceptos
INTROVERSIÓN EXTROVERSIÓN
Reservada (A+) Afable (A+)
Seria (F-) Animosa (F+)
Tímida (H-) Atrevida, emprendedora (H+)
Calculadora/privada (N+) Llana, genuina, natural (N-)
Autosuficiente (Q2+) Seguidora, integrada (Q2-)
IV. Ansiedad (Ans)
La dimensión Ansiedad como la Extraversión, ha sido unos de los primeros en ser estudiados.
Posee como dipolo contrario la dimensión Ajustada. Un individuo bajo en Ansiedad, no significa normalidad.
Desde el punto de vista del análisis factorial la Ansiedad pude surgir como una respuesta a sucesos externos o generarse internamente. Puede formar parte del mecanismo lucha/huida, debido a una amenaza real o percibida.
Resumen de Conceptos
AJUSTADA ANSIOSA
Emocionalmente estable (C+) Reactiva (C-)
Confiada (L-) Vigilante,suspicaz (L+)
Segura (O-) Aprensiva (O+)
Relajada (Q4-) Tensa,impaciente (Q4+)
V. Dureza (Dur)
Denominada también en sus comienzos por Catell como Partemia-Cortertia.
Dentro de esta dimensión se agrupan cualidades de la personalidad de individuos con tendencia a la inflexibilidad, a la inamovilidad de sus conceptos y fijeza de criterio. La persona que puntúa alto posee características relacionadas con dificultades para aceptar nuevos puntos de vista, objetivos en sus juicios y que emocionalmente no se involucran con el problema.
En contraste con “Dureza” encontramos a la personalidad “Receptiva”. Esta personalidad es característica de los individuos que se involucran sentimentalmente con el problema, abiertos a experiencias novedosas, pero con impedimentos emocionales para emitir juicios objetivos.
Resumen de Conceptos
RECEPTIVA DUREZA
Afable (A+) Reservada (A+)
Sensible (I+) Objetiva, utilitaria (I-)
Abstraíada (M+) Práctica (M-)
Abierta al cambio (Q1+) Tradicional (Q1-)
VI.Independencia (Ind)
Individuos con puntuaciones altas corresponden a individuos activos y enérgicos en la consecución de sus fines. Poseen como cualidad el ser abiertos al cambio, pudiendo caracterizarse por su mordacidad y agresividad para lograrlo. La personalidad independiente no se amilana ante los cambios y le agradan los desafíos y los retos. La novedad constituye un aliciente y no un obstáculo. Por lo tanto posee tendencias en desafiar lo establecido y en expresar sus opiniones sin menoscabo.
En el polo opuesto encontramos la personalidad “Acomodaticia”. Estas personas poseen una personalidad pasiva, con tendencia a dejarse llevar por las opiniones de los demás, y que buscan apoyo excesivamente en los otros. Son individuos que no le gustan los cambios, prefiriendo lo tradicional, sin cuestionar las situaciones emergentes.
Resumen de Conceptos
ACOMODATICIA INDEPENDIENTE
Deferente (E-) Dominante (E+)
Tímida (H+) Atrevida (H+)
Confiada (L-) Vigilante (l+)
Tradicional (Q1-) Abierta al cambio (Q1+)
VII. Autocontrol (AuC)
Esta dimensión está relacionada con la capacidad del individuo en lograr la contención de su ansiedad.
Las personas que puntúan alto son los que piensan antes de actuar y no dejan que los aspectos emocionales perjudiquen su capacidad de decisión y de esta manera pueden enfocar sus energías con eficacia para lograr sus fines. La experiencia indica que las personas que puntúan alto en AuC, son creativos y productivos. Aquellos sujetos en los cuales la ansiedad es contenida o reprimida en forma activa, tiende a repercutir en forma negativa sobre la creatividad. Las personas con AuC alto, son intolerables con la ambiguedad y el desorden la vida cotidiana. Relacionado con el hábito de vida cuidadoso, metódico y calculado.
Una persona con AuC alto será socialmente escrupuloso y con una fuerte autoimagen como representación de sus objetivos.
Por el contrario una persona con AuC bajo, será descontrolado, laxo en sus principios, propenderá a satisfacer las necesidades del momento sin tener en cuenta sus principios y proyectos de futuro, socialmente descuidado en las normas culturales y de buena relación.
Resumen de conceptos
FALTA DE CONTROL(desinhibida) AUTOCONTROL
Laxo. Sigue sus propias necesidades.Descuidado en las reglas sociales Controlado excesivamente.Conoce el alcance de sus deseos.Socialmente escrupuloso. Seguidor de las normas.
3. Escalas Primarias
I. Afabilidad (A)
Esta escala subraya la tendencia de la persona a sociabilizar con el medio; por lo tanto va desde reservada sin lazos interpersonales (A-) hasta aquella implicada con los demás (A+)
A la personalidad A+ le gustaría conseguir un trabajo donde haya mucha gente con quien relacionarse, mientras que una persona A- , resultaría perfecta para un laboratorio de investigación donde el trato cotidiano con la gente sería ínfimo.
Resumen de conceptos
RESERVADO A- AFECTUOSO A+
alejado calmado
aislado participante
distanciado cooperativo
sigue sus propias ideas adaptable
desconfiado confiado
rígido despreocupado
frío risa fácil
II. Teoricidad (B)
Esta escala posee 15 elementos que evalúa la capacidad para resolver problemas utilizando el razonamiento. Esta escala es un instrumento para describir la capacidad intelectual. Aunque la capacidad de razonamiento no constituye un rasgo de personalidad, Cattell lo coloca en la lista a los fines de evaluar la estructura neurocognitiva del sujeto. Esta escala es la única que no sigue el modelo de respuesta 2, 1,0; en este caso sólo hay una respuesta correcta.
Teoricidad B - Teoricidad B +
Lentitud Presteza
Capacidad mental general baja Capacidad mental general alta
Incapacidad para manejar problemas abstractos Rapidez de aprendizaje, comprensión fácil
Poca aptitud para organizarse Tendencia a intereses intelectuales
Moral baja Moral alta
Inconstante Perseverante
Pensamiento concreto Pensamiento abstracto
III. Estabilidad (C)
Denominada también como “Fuerza del Yo”, esta dimensión hace mención a la estabilidad emocional del sujeto. Cattell encontró semejanzas entre esta dimensión y la elaborada por Eysenck bajo la denominación de “neuroticismo”.
Este constructo califica el modo de afrontamiento a los hechos cotidianos de la vida. El individuo que puntúa alto experimenta con adaptabilidad y equilibrio las diferentes peripecias de la cotidianeidad; mientras que aquella que puntúa bajo experimenta cierta falta de control sobre los hechos y presenta una tendencia de reaccionar en contra de ellas en vez de adaptarse a las soluciones. Por lo tanto un sujeto C+ es emocionalmente estable, adaptado y maduro, mientras que por el contrario un sujeto C- es reactivo y emocionalmente inestable
Resumen de Conceptos
Inestabilidad emocional C- Estabilidad emocional C+
Yo débil Mucha fuerza del Yo
Fácil turbación Maduro, tranquilo, se enfrenta a la situación
Evade las responsabilidades,tiende a darse por vencido No deja que las emociones afecten a la realidad
Preocupado Sereno
IV. Dominancia (E)
Este constructo describe al sujeto en términos de su capacidad en ejercer la voluntad de uno mismo sobre los demás. Una puntuación alta E+ describe una personalidad dominante, con tendencia a manifestar sus deseos y opiniones y a imponer los suyos propios sobre los demás. Para algunos mide cierto grado de sociopatía.
Una puntuación baja indica una personalidad que tiende a evitar el conflicto, permitiendo que se realicen los deseos de otros, posponiendo de este modo los suyos propíos.
Resumen de Conceptos
Sumision E- Dominancia E+
Dócil, acomaditicio Dominante, agresivo,competitivo
Diplomático,considerado Dogmático,duro,hostil
Ideas de dependencia Ideas posesivas
Humilde Desea que lo admiren
V. Animación (F)
Este constructo evalúa el grado de impulsividad y entusiasmo del sujeto.
Cattel asoció los siguientes adjetivos al polo de F+, a saber: “animoso, alegre, sociable, enérgico, rápido, hablador, ocurrente”, mientras que los adjetivos asociados con una puntuación baja F- fueron: “deprimido, distante, pesimista, introspectivo, incapaz de relajarse, ligado a los hábitos”.
La dimensión F es lo más cercano que el Cuestionario individualiza a lo que se reconoce como individuos con tendencia maníaco-depresivas.
Resumen de Conceptos
Gravedad F- Impulsividad F+
Sobrio, taciturno, Entusiasta,confiado a la buena suerte
silencioso hablador
meditabundo,reflexivo. franco,expresivo
se apega a sus valores personales se inclina hacia el grupo
Cauteloso rápido
VI. Atención a las normas (G)
Esta escala ha sido considerada afín al concepto psicoanalítico de SuperYo.
En los extremos una persona G- es indulgente y no acepta las normas, mientras que en polo opuesto G+ prioriza las normas, es cumplidora y formal.
Esta escala pone evidencia el grado de aceptación por parte del sujeto de lo que se reconoce como las normas culturales y de aquello que se considera correcto/incorrecto.
El individuo G+ tiene tendencia a ser inflexible y rígida consigo misma, mientras que la persona en el polo opuesto posee un pobre sentido de lo que es correcto e incorrecto, con falencia de interiorización de los valores morales aceptados, es poco convencional y posee dificultades en ajustarse a las normas y a las reglas.
Resumen de Conceptos
Poca aceptación de las normas G- Mucho carácter G+
Despreocupado moralista,formal
voluble perseverante
frívolo responsable
indulgente consigo mismo emocionalmente disciplinado
poco confiable dominado por el sentido del deber
desatento a las obligaciones personales preocupado por las normas, valores y reglas establecidas
VII. Atrevimiento (H)
Este es considerado el factor del arrojo y de la espontainedad. Una puntuación alta evidencia gustos por los riesgos a ultranza. Es el típico héroe de los comics.
La descripción de los extremos de este constructo se describe como H-: tímida, temerosa y cohibida, mientras que en el otro extremo H+: atrevida, segura y emprendedora.
Resumen de Conceptos
Timidez H- Atrevimiento H+
cohibido emprendedor, le gusta conocer gente
tímido, reprimido amistoso
sensible a la amenaza impulsivo
cuidadoso, considerado, pronto a ver peligros descuidado no ve signos de peligro
VIII. Sensibilidad (I)
El contenido de esta dimensión apunta al aspecto sentimental de la persona. El individuo con puntuación alta I+, posee tendencia a basar sus juicios en gustos personales y a valores de índole estético; mientras que las personas que puntúan bajo, poseen un enfoque más utilitario de las situaciones.
Los individuos I- son objetivas en sus juicios, nada sentimentales y utilitarias, valoran más los aspectos operativos de las cosas sin atender a aspectos sentimentales de las personas involucradas.
Resumen de Conceptos
Dureza I- Sensibilidad emocional I+
duro, nada sentimental tierno, sensible, dependiente
autoconfiado, acepta responsabilidad apegado, inseguro, busca ayuda y simpatía
actúa por evidencia práctica y lógica actúa por intuición sensible
constante en la tarea atención dispersa y volátil
pasa por alto los problemas de salud hipocondríaco, ansioso sobre sí mismo
IX. Vigilancia (L)
Este constructo define el grado de confianza de un individuo cuando interacciona con el medio. Una puntuación alta L+, indica una personalidad que está continuamente en alerta y no pueden relajarse, aún en situaciones en que es dable hacerlo, son desde este punto de vista personalidades desconfiadas del entorno, suspicaces, escépticas y precavidas en extremo. En el otro extremo las personas L- son confiadas y adaptables.
Cattell utilizó los siguientes adjetivos de su lista para los individuos con L bajo: “ confiado, comprensivo, sosegado,”, mientras que los individuos con L alto los caracterizó como: “ suspicaces, celosos, autosuficientes y retirados”.
Las listas con adjetivos comienza a reducirse por el hecho que ya nos encontramos con el noveno factor.
Los individuos L+, tienen propensión a ser opositores fácilmente, son antagónicos y con tendencias a pensar en ofensas. Está claro que llevando esta dimensión hacia los extremos confluye con síntomas de la clásica paranoia. Cattell alude a la puntuación alta, utilizando un neologismo: protensión; palabra formada con los términos en inglés paranoid-trend.
Resumen de conceptos
Confianza L - Suspicacia L+
confiado desconfiado
adaptable al cambio dogmático
No ve hostilidad suspicaz de injerencia
olvida las dificultades vivencia las frustraciones
comprensivo, permisivo tiránico
no preocupado por corregir a los demás exige a los demás aceptar sus errores
X. Abstracción (M)
Esta dimensión califica el tipo de cosas hacia las cuales el individuo fija su atención.
El individuo M+ posee una tendencia hacia la imaginación, mientras que los sujetos M- poseen más tendencias a dar importancia a aspectos prácticos de las cosas y a ser más realistas. Las personas M- tiene “los pies sobre la tierra”, mientras que las M+ son imaginativas e idealistas.
Resumen de Conceptos
Practicidad M- Imaginación M+
Práctico Imaginativo
Preocupaciones realistas bohemio, imaginativo
Convencional, lógico. absorto en ideas
interesado por realidades objetivas fantasioso
estable y cuidados enusiasmo inestable
XI. Privacidad (N)
Esta dimensión mide el grado de “apertura” de la personalidad.
En un extremo N- encontramos a un individuo abierto, llano y de comportamiento natural. En el otro polo N+ se trata de un individuo que “no muestra las cartas” fácilmente y que no habla de sí mismo con facilidad. Son individuos astutos y calculadores de la situación. Se trata de una personalidad que prefiere guardar sus problemas sin darlos a conocer a sus amigos y que no habla con comodidad de sus sentimientos. Sus cuestiones personales son guardados con celo.
Resumen de Conceptos
Franco, Sincero N- Astuto, calculador N+
gregario, se implica emocionalmente emocionalmente alejado
espontáneo, natural artificioso
XII. Aprensión (O)
Esta escala mide el grado de preocupación y la culpabilidad obsesiva.
En un principio los elementos que lo componen no fueron tomados muy en cuenta por Cattell, sin embargo la experiencia en la utilización de cuestionario, demostró su penetración en los individuos y de gran valor para el diagnóstico clínico.
El individuo O- se muestra seguro, satisfecho y despreocupado, mientras que la personalidad O+ se muestra aprensiva, insegura y preocupada.
Esta dimensión presenta deseabilidad social y se ubica en el polo O-.
Resumen de Conceptos
seguro de sí mismo O- Inseguro O+
confiado aprensivo
satisfecho tendencia a la culpabilidad
despreocupado escrupuloso
sin temores síntomas fóbicos
alegre llora fácilmente
Las escalas Q que viene a continuación están basados en los datos de Cuestionario y sólo han sido obtenidos a través de la utilización de este instrumento.
XIII. Apertura al cambio (Q1)
Esta dimensión mide el grado de Rebeldía de la personalidad. Una persona Q1- se mostrará tradicional y apegada a lo familiar; mientras que una Q1 + se verá abierta al cambio y liberal. El individuo Q1 – prefiere lo familiar y predictible y no se cuestiona cómo están hechas las cosas aunque no esté de acuerdo con ellas. Una persona Q1 +, por el contrario, intenta nuevas maneras de hacer las cosas y trata de modificarlas, así mismo encuentra muy aburrido el trabajo rutinario y habitual. En una persona Q1 – el trabajo rutinario le da confianza y tranquilidad.
Resumen de Conceptos
Conservador Q1- Experimental Q1 +
tradicional ideas libres
apegado a lo familiar abierto al cambio
XIV. Autosuficiencia (Q2)
Esta escala mide el grado de relación cooperativa con los otros, para algunos autores constituye una dimensión que mide Introversión-Extraversión.
En los polos opuestos se describe a una persona Q2 – como dependiente y seguidora del grupo, por el contrario una persona Q2 + se describe como autosuficiente, individualista y solitaria.
Una persona Q2 – está orientada hacia el grupo, prefiere estar rodeada de gente y le gusta compartir trabajo con los otros. Mientras que la persona Q2 + posee dificultades para trabajar al lado de otras personas y le cuesta pedir ayuda cuando lo necesita; su autosuficiencia extrema lo lleva a actuar en forma solitaria y autónoma. Le gusta hacer planes sin sugerencias ni interrupciones, mientras que por el contrario a la persona Q2 – disfruta de participar sus proyectos con los otros y llevarlo a cabo en equipo.
Si bien el grado de deseabilidad social está orientada hacia el individuo Q2 –, estos individuos también pueden presentar dificultades, puesto que no siempre el trabajo grupal será funcional a los objetivos o situaciones en que el grupo no puede prestar toda la ayuda necesaria.
Resumen de Conceptos
adhesión al grupo Q2- autosuficiencia Q2 +
dependiente del grupo lleno de recursos propios
Integrado al trabajo grupal individualista, solitaria
XV. Perfeccionismo (Q3)
Esta dimensión describe la organización y el deseo de orden en las cosas.
Una personalidad Q3- será flexible y tolerante con el desorden. Por el contrario una
Personalidad Q3 + poseerá fuerte tendencia a ser organizada, escrupulosa y deseo de
poseer dominio y previsibilidad sobre los hechos futuros.
Resumen de Conceptos
falta de control Q3 - Autocontrol Q3+
flexible, laxo controlado, perfeccionista
descuidado por las reglas socialmente escrupuloso
XVI. Tensión (Q4)
Los elementos de esta escala son los clásicos que se miden en la “neurosis de ansiedad”, y está asociada a la tensión nerviosa.
Un individuo Q4 – se demuestra relajada, plácida y paciente; mientras que una Q4+ se muestra tensa, enérgica, impaciente e intranquila.
La personalidad Q4 – se siente relajada y poco predispuesta al cambio, con un grado bajo de frustración.Por el contrario una personalidad Q4 + expresa una energía incansable y está orientada hacia la acción, cuando posee mucha energía puede manifestar impaciencia, irritabilidad y una tendencia a mostrarse intranquila en la espera.
Resumen de Conceptos
Poca tensión Q4 - Mucha tensión Q4+
Relajado tenso
Tranquilo impulsivo
no frustrado frustrado
Aletargado irritable
CAPÍTULO III
METODOLOGÍA DE TRABAJO
Hipótesis
Los pacientes asmáticos presentan variables psicológicas, estructuras y rasgos de personalidad que los diferencian de la población que no padecen de la enfermedad.
Diseño de la Muestra
Se realizó un estudio descriptivo/correlacional utilizando dos muestras de 26 personas cada una. Un primer grupo de “Asmáticos” y un segundo grupo de “No Asmáticos” que constituyó el grupo control.
Para evitar sesgos se homogenizó la muestra de asmáticos con igual número de testigos, teniendo en cuenta las variables de edad, sexo y grado de escolaridad, quedando de este modo la muestra problema y testigo apareados y distribuidos de acuerdo a las siguientes tablas:
Mujeres (n=14)
Edad/años Escolaridad hasta Primaria Completa Escolaridad hasta Secundaria Completa Escolaridad hasta Terciaria Completa
18 a 30 1 caso
31 a 50 2 casos 2 casos 4 casos
+ 50 1 caso 2 casos 2 casos
Hombres (n=12)
Edad/ años Escolaridad hasta Primaria Completa Escolaridad hasta Secundaria Completa Escolaridad hasta Terciaria Completa
18 a 30 1 caso 2 casos
31 a 50 2 casos 1 caso 5 casos
+ 50 1 caso
A cada uno de los sujetos de ambos grupos se le aplicó el cuestionario 16PF a los fines de evaluar los rasgos de personalidad.
La muestra del grupo “Asmáticos” se obtuvo de los pacientes que acudieron al Servicio de Alergia e Inmunología del Hospital Italiano de la ciudad de Córdoba, y que fueron caratulados como “asmáticos” por personal médico.
La recolección de datos en el Grupo Asmático, se realizó por médicos residentes del Departamento de Salud Mental del antes mencionado hospital, quienes fueron instruidos previamente de las características del presente estudio.
Los pacientes asmáticos fueron informados del objetivo del presente estudio y de los beneficios del conocimiento de su perfil psicológico en la evolución de su enfermedad.
A los individuos No asmáticos que se desenvolvieron como grupo control, fueron informados de las peculiaridades del cuestionario, siendo motivados para su realización, en las ventajas de poseer información acerca de su personalidad en la vida diaria. La ejecución del cuestionario fue realizado por mí personalmente.
Los criterios de exclusión en el grupo de asmáticos, fueron: poseer una evolución de la enfermedad de menos de un año -a fin de evitar sesgos por otro tipo de enfermedades respiratorias intercurrentes-, poseer menos de 18 años y estar en tratamiento bajo algún tipo de medicación psiquiátrica.
Como instrumento para la recolección de datos se utilizó el Cuestionario de Personalidad 16PF-5. Este cuestionario fue confeccionado por Raymond B. Cattell y editado por primera vez en el año 1949. La versión que se utilizó fue la quinta edición (adaptado al español), y está basada en los resultados psicométricos obtenidos en la cuarta edición del año 1993.
El cuestionario consta de 185 elementos con tres opciones de respuestas con el objetivo de medir los índices de MI (manipulación de la imagen o deseabilidad social) Infrecuencia (In) Aquiescencia (Aq) y los 16 factores primarios de personalidad: Afabilidad, Razonamiento, Estabilidad, Dominancia, Animación, Atención a normas, Atrevimiento, Sensibilidad, Vigilancia, Abstracción, Privacidad, Aprensión, Apertura al cambio, Autosuficiencia, Perfeccionismo y Tensión. El mismo cuestionario permite también obtener información de cuatro factores secundarios o dimensiones de la personalidad: Extroversión, Ansiedad, Dureza e Independencia.
Luego del relevamiento de los datos, las variables encontradas fueron analizadas con el programa estadístico SPSS.
Se utilizó la Prueba “t” de Student para la comparación de los diferentes rasgos, evaluados por las respuestas obtenidas mediante el cuestionario, entre el Grupo Asma y el Grupo de No asmáticos.
También se evaluó el comportamiento de los rasgos entre sí dentro del Grupo Asma, mediante la utilización del Test de Correlación de Pearson.
ANÁLISIS DE LOS DATOS
1. Estudio de las Diferencias de Medias
2. Estudio de las Correlaciones
1) ESTUDIO DE LAS DIFERENCIAS DE MEDIAS
Se compararon los valores obtenidos en las diferentes dimensiones por las respuestas obtenidas en el cuestionario, en ambos grupos: Asmáticos y No Asmáticos, y se utilizó el test “t” de Student a los fines de avaluar si existían diferencias estadísticas en cada uno de los rasgos de personalidad que evalúa el Cuestionario 16PF.
De estos rasgos se obtuvieron diferencias significativas en cuatro de ellos, con las puntuaciones que se objetivan en la tabla siguiente:
Diferencia de Medias entre Grupo de Asmáticos y No Asmáticos
Grupo Rasgo Media Valor “t” Valor P
No Asma
Asma B: TEORICIDAD/INTELIGENCIA 5,3077
3,7692 2,608
.012
No Asma
Asma M: ABSTRACCIÓN 5,1154
6,0385 -1,978
.053
No Asma
Asma Q2: AUTOSUFICIENCIA 6,9615
6,1538 1,832
.073
No Asma
Asma IN: INFRECUENCIA 4,6923
6,0769 -2,428
.019
El factor B de Inteligencia/ Teoricidad, La capacidad de Razonamiento no constituye un rasgo de personalidad en sí misma; sin embargo fue colocado por Cattell porque terminó considerando que era de importancia para la comprensión de algunos aspectos motivacionales en la personalidad humana, así como también en el significado y comprensión de los procesos mentales. Se considera que el estilo cognitivo interviene en la expresión de la mayoría de los rasgos de personalidad.
La escala de Inteligencia/Teoricidad, es la única que no posee las dos opciones para su puntuación. En ese caso sólo una respuesta es la correcta, y los elementos a contestar componen una serie de elementos donde la facultad de razonamiento y la capacidad lógica, constituyen elementos de importancia para lograr una respuesta correcta. Esta escala contiene 15 elementos que evalúan la capacidad de razonamiento para resolver problemas.
Según Karson y O`Dell, esta dimensión constituye un buen índice de atención y de motivación que poseyó el sujeto en contestar el cuestionario.
La falta de respuestas correctas que lo llevan a puntuar bajo en la dimensión B, puede obedecer al grado de ansiedad o preocupaciones que presenta el encuestado y que llevan al sujeto a no contestar adecuadamente.
En nuestro estudio las medias de No asmáticos y Asmáticos fueron de 5,3077 y 3,7692 respectivamente y con un valor de p<0.012 en la prueba de diferencia. Por lo que los Asmáticos presentan menos Teoricidad/Inteligencia (B-) en relación con los Asmáticos.
Si bien esta escala para inferir resultados definitivos acerca de la Inteligencia de un individuo se debería aplicar un test CI, es útil para relacionarla con otras escalas obtenidas.
Bajo esta óptica, se obtuvo un bajo puntaje en B (B-) que al relacionarlas con las que se obtuvo en nuestro estudio en la escala M (Imaginación autística) con diferencias a favor del grupo Asmático (M+), es dable entonces inferir algunos aspectos que caracterizan la personalidad del asmático: Existe apoyo para la hipótesis que los sujetos asmáticos, al poseer bajo B y una alta Imaginación autista (M+), son sujetos creativos, pero que en el momento de llevar a cabo un esfuerzo creador para poner en práctica sus pensamientos encuentran dificultades para llevar al plano de las concreciones sus idealizaciones.
Cuando se comparó las muestras entre asmáticos y no asmáticos según diferencia de género, el estudio no arrojó significancia estadística entre los hombres, pero sí entre mujeres. Se obtuvieron medias entre mujeres NO asmáticas y mujeres Asmáticas de 4,7857 y 3,1429 respectivamente (p<0,026). Por lo que las mujeres asmáticas son las responsables en la muestra total por los valores B (-) obtenidos.
Es decir que las mujeres asmáticas presentarían mayores problemas que las NO asmáticas en la resolución de problemas en el cual intervenga el razonamiento lógico, debido al estado de ansiedad y preocupación que presentan,.
De esta forma las pacientes asmáticas no encajarían en la deseabilidad propugnada por Vucovich P. y Vucovich G., en el sentido que los pacientes con “afrontamiento bueno” de la enfermedad serían aquellos que elaboraran estrategias adaptativas, “tales como el análisis lógico y la redefinición cognitiva”.
Se debe hacer mención que los valores bajos en la dimensión B, abarca según las normativas de interpretación del Cuestionario 16PF a otros aspectos de la personalidad como son: poco apto para organizarse, juicio deficiente, moral baja e inconstancia.
La inconstancia y la poca aptitud para organizarse, que se revelan a través de esta dimensión, puede llegar a ser también, un elemento tener en cuenta para el correcto cumplimiento de las medidas terapéuticas.
La Infrecuencia resulta de la elección como respuesta a las preguntas por un muy bajo nivel de encuestados, y surge a partir de la elección de la respuesta B, cuando el encuestado no elige las dos opciones que valúan una dimensión de personalidad y posee dudas en cuanto a estas dos opciones.
Según bibliografía (16PF-Cuadernillo instructivo; 2001), los bajos índices obtenidos en la dimensión B debido a la falta de atención al responder el cuestionario se deberían ver reflejados en altos valores de la dimensión Infrecuencia.
En la muestra aquí analizada es justamente lo que ocurre. El grupo de asmáticos obtuvo una diferencia a favor estadísticamente significativa con los No asmáticos, en la dimensión de Infrecuencia. El grupo de NO asmáticos presentó una media de 4,6923, mientras que en el grupo de Asmáticos lo fue de 6,0769 (p<0,019).
Los resultados obtenidos en la dimensión Infrecuencia, son los que otorgan una buena validez interna a la dimensión Teoricidad en su polo negativo. Más aún si se comparan que también la dimensión Infrecuencia, como ocurre también en la dimensión Teoricidad, sólo las mujeres asmáticas al compararlas con las no asmáticas tuvieron una diferencia estadística en su diferencia de medias: Mujeres NO asmáticas: 4,5714, mujeres Asmáticas 6,2857 (t = -2,265; p<0,034).
Las mujeres asmáticas al compararlas con sus pares sanas, obtuvieron significancia estadística en la t-Student en valoraciones negativas de las dimensiones B (Teoricidad/Inteligencia: B-) y en altos valores de Infrecuencia. No obteniéndose valores significativos en la muestra de varones.
Los bajos valores en las medias con significancia estadística, obtenidos en Teoricidad (B-) por el grupo de asmáticos al compararlos con los No asmáticos, se ven cimentadas por los valores estadísticamente significativos encontrados en la dimensión Infrecuencia, obteniéndose en ambas dimensiones valores significativos sólo en la muestra de mujeres.
En otras palabras las mujeres asmáticas presentaron mayores dificultades, que las mujeres no asmáticas, en la resolución cognitiva de problemas en los que está en juego la capacidad de razonamiento. Estos resultados pueden ser debido a la escasa atención dispensada en resolverlos, que podría quizás explicarse por un estado de “preocupación o ansiedad” al momento de realizar el cuestionario.
Los resultados obtenidos son coherentes a los conseguidos por Fernández Rodríguez, JC. et al; en el sentido que estos autores utilizando el cuestionario I.S.R.A, demostraron una importante relación en los pacientes asmáticos, demostrando que ellos poseen en mayor grado “sentimiento de inseguridad y preocupación” que sus iguales sanos.
Nuestros resultados son también congruentes con los observados por otros autores con respecto a este estado de “preocupación y ansiedad” en el paciente asmático. Gomez Centurión A., Baena Cagnani J. (p. 140), citan a Bekei M. en el siguiente párrafo: “Es observable un estado de tensión crónica que afecta la capacidad para pensar y sentir reflexivamente, con una sensación permanente de insatisfacción con lo que se hace y con lo que se tiene… una terrible ambición y urgencia por el tiempo, como peleando contra el tiempo que nunca llega ser suficiente, para toda la actividad que tiene que realizar…..”
Así también los resultados obtenidos en la dimensión Teoricidad son similares a las conclusiones esgrimidas por Fernández Rodríguez JC (ob.cit.). Aplicando el Test I.S.R.A el autor obtuvo puntuaciones altas en la dimensión ansiedad, expresándose de este modo al respecto: “Es decir, los asmáticos presentan rumiaciones de tipo cognitivo que le lleva a un estado de alerta y tensión con mayor frecuencia que el sujeto que forma parte del grupo control”.
En nuestro estudio, la dimensión Ansiedad, obtuvo valores de medias de 4,2231 y 4,4923 para el Grupo de No asma y Asmático respectivamente, con diferencia a favor del grupo de asmáticos, aunque estadísticamente no significativa.
Sin embargo el grado de “preocupación y falta de atención” se vió reflejado en nuestro estudio, por la significancia estadística encontrada en la dimensión Teoricidad que refleja en forma indirecta el estado de “preocupación y ansiedad”, que le impidió el razonamiento lógico para contestar adecuadamente el cuestionario pertinente.
En la dimensión de Abstracción o también denominado Imaginación autística, el grupo de Asmáticos evidenció significancia estadística con los No asmáticos en su valoración positiva (M+) con respecto a sus pares sanos.
Los No asmáticos presentaron una media de 5,1154, mientras que los Asmáticos lo fue de 6,0385. En la prueba t de diferencia de medias se obtuvo un valor p<0,053. Es decir que los asmáticos, comparados con los no asmáticos, presentarían mayor capacidad de imaginación, imaginativamente dominados por elaboraciones íntimas, fantasiosos, fácilmente entusiasmados pero con ocasionales cambios histéricos de abandono.
Cattell (1965) describe a la personalidad M+ como “autia”, palabra derivada de “autismo”, y describe al individuo como una persona con “tendencias generales de autismo, es decir con una predisposición a percibir la realidad falsamente y de acuerdo con sus propios deseos. Lo describe también como un rasgo en el cual el individuo está envuelto en “desarrollos imaginativos internos, bohemio, y falta de condiciones prácticas”.
En la dimensión M no se encontró diferencias estadísticas entre mujeres asmáticas y no asmáticas; mientras que entre hombres no asmáticos y asmáticos los valores de medias de 4,4167 y 6,3333 respectivamente, difieren significativamente (p< 0,004). Por lo que los hombres asmáticos son más fantasiosos e imaginativos que sus pares normales. Los hombres asmáticos son los responsables de la significancia estadística encontrada en la dimensión Abstracción en la muestra total.
La dimensión Q2 señala el grado de autosuficiencia e independencia en su polo positivo, mientras que en su extremo negativo indica por lo contrario su necesidad de adhesión al grupo como aspecto de su personalidad.
En nuestra muestra se obtuvieron Medias en los No asmáticos y los Asmáticos de 6,9615 y 6,1538 respectivamente (p<0,073 en la prueba de diferencia de medias), por lo que los Asmáticos son menos Autosuficientes (Q2-) al compararlos con los NO asmáticos.
Según bibliografía, esta dimensión es una expresión de la dimensión psicológica de Introversión (Q+) y Extroversión (Q-).
Los individuos Q (-) precisan del desarrollo de condiciones sociales de aceptación para ser admitido por el grupo. Presentarán características como locuacidad, adaptabilidad, confiados en otros y con una valoración positiva con respecto a las actividades grupales. Mientras que un individuo que puntúa alto en Q(+), serán personas con escasa valoración de lo colectivo, individualistas, poco confiados en el “otro” y tímidos. En este sentido la sociabilidad y las conductas de evitación social enmarcan a las personalidades Q- y Q+ respectivamente.
Cada una de estas facetas poseen virtudes y debilidades. Los autores Karson S y O´Dell JW, citan a Cattell en la siguiente expresión: “el individuo Q2 (+) evita la sociedad porque es una pérdida de tiempo, no por un rechazo emocional, sino porque la experiencia le ha enseñado que sus pensamientos están suficientemente organizados para resolver los problemas por sí mismos. En consecuencia esto conlleva una extremada independencia personal, que lo conduce al aislamiento social y al individualismo”.
Por otra parte, un individuo con bajos valores en Q2 (Q2-), puede tener también dificultades. En este sentido una excesiva adhesión al grupo, puede limitar la autosuficiencia de la persona en actividades en que las capacidades individuales deben ponerse en práctica para el logro de ciertos fines y objetivos vitales específicos, donde la confianza en sus propias capacidades debe ponerse en movimiento.
Así mismo la dimensión Q2 -, participa en la constitución del factor de segundo orden Extroversión, junto con las escalas de Afabilidad (A+), Animosidad (F+), Atrevimiento(H+) y Naturalidad N(-).
No se han encontrado estudios que correlacionen la escala Q2- con otras escalas o dimensiones de Extroversión estudiadas en otros cuestionarios como por ejemplo el Cuestionario de la Personalidad de Eysenck. Sin embargo podemos decir que los rasgos que estudian ambos tanto el 16PF a través de la dimensión Q2-, como el Cuestionario de Eysenck através de la dimensión Extroversión, tienen como objetivos poner evidencia los mismos tipos de rasgos de conducta que califican los prototipos de personalidad relacionados con la extroversión definida psicológicamente, como son la tendencia a la sociabilidad, la búsqueda de la compañía y la capacidad de comunicarse con otros.
Bajo este contexto teórico es útil poner de manifiesto los resultados logrados por Houvinen E., Kaprio J., Koskenvuo M., mediante un estudio prospectivo poblacional en 11.000 adultos, utilizando el Cuestionario de la Personalidad de Eysenck. Estos autores no encontraron rasgos predominantes de personalidad en los individuos asmáticos, pero sí encontraron diferencias de género en los factores psicológicos estudiados mediante el Cuestionario de Eysenck. Las mujeres evidenciaron un alto nivel de extroversión que fue tenida en cuenta por los autores como una variable predictora en mujeres para desarrollar asma en un futuro.
En nuestro estudio la dimensión Extroversión, arrojó medias de 3,6462 y 3,8269 en el grupo de No asmáticos y asmáticos respectivamente. Así el grupo de Asmáticos sería más Extrovertido que las personas sanas. Sin embargo al aplicarse la t-Student no se observó significancia entre ambos grupos. Esto quizás sea debido a que en el cuestionario 16PF, la dimensión Extraversión al ser un factor de segundo orden, interviene numerosas variables que no son consideradas en el Cuestionario de Eysenck.
En cuanto a la variable Q2- relacionada como hemos dicho con características de la personalidad extrovertida; no se encontró diferencias entre mujeres no asmáticas y asmáticas pero sí lo hubo entre los hombres.
La media entre la población de mujeres, comparando mujeres sin asma y asmáticas, fueron de 7,1429 y 6,5714, respectivamente; es decir que las mujeres asmáticas podrían ser más sociables y extrovertidas (Q2-) que las mujeres NO asmáticas; sin embargo al aplicar la T-Student no se observaron diferencias estadísticamente significativas.
No ocurrió lo mismo comparando hombres, donde la media de hombres sin asma fue de 6,7500 y la de asmáticos de 5,6667, con una significación de p<0,030 en la prueba t de Student. Es decir que los hombres asmáticos poseerían una personalidad más dependiente del grupo (Q-) que los hombres sanos.
La característica de la dimensión de esta personalidad Q2 (-) que es observable en nuestro estudio en hombres asmáticos, hace que ellos se encuentren en mejores condiciones de adaptabilidad para el trabajo en grupo que sus pares mujeres asmáticas.
Las condiciones para una correcta integración grupal incluyen los rasgos que posee la dimensión Q2 (-), como son la dependencia al grupo, orientación hacia la actividad grupal, preferencia en los juegos donde se tiene un compañero o se forman equipos y actividades en los que la labor se desarrolla con gente a su alrededor.
Por lo antedicho, es de presumir, que en una actividad grupal de autoayuda como parte del tratamiento para asmáticos, serán los hombres los que presenten mayor entusiasmo y motivación que las mujeres. Condiciones a tener en cuenta y de importancia en el momento de elaborar una estrategia de dinámica grupal en el tratamiento del asma.
La presencia de la dimensión Q2- en los hombres asmáticos, los torna más proclives al desarrollo de la resiliencia y por ende a una mejor evolución de los síntomas asmáticos.
Una característica del sujeto resiliente es la capacidad de adoptar “aptitudes sociales” positivas (Melillo A., 2008), es decir la capacidad de relacionarse y de establecer lazos con otras personas.
En lo que corresponde al individuo asmático y el desenvolvimiento de esta característica resiliente en estos pacientes, Zabalo D., lo denomina como “desarrollo de relaciones interpersonales”. En este tipo de característica resiliente, es donde la dimensión Q2- en un individuo asmático adopta una estrategia fundamental para la evolución de la enfermedad asmática. En este sentido los hombres asmáticos tendrían más capacidad para desarrollar estos parámetros de resiliencia, al ser de personalidad más gregaria que sus pares sanos.
Otra dimensión a tener en cuenta es el de Dureza (Dur). A este respecto no se obtuvieron diferencias en la muestra total ni comparando la muestra de hombres. Pero en la muestra de mujeres se encontró diferencias de significancia estadística entre los valores de medias de mujeres no asmáticas con una cifra de 5,8929 y la de mujeres asmáticas con una media de 6,8000. Aplicando la t-Student se obtuvo una significación estadística de p< 0,075.
Es decir que en la dimensión Dureza, las mujeres asmáticas se evidencian con mayor grado de Dureza que sus pares sanas. Cualidad que no presentan los hombres.
La dimensión positiva Dureza es un factor de segundo orden que está conformada por las dimensiones A+ (Reservada), Objetividad (I-), Práctica (M-) y Tradicional (Q1-). En su polo negativo las personas son Receptivas presentando valores positivos en Afabilidad, Sensibilidad, Abstracción y Apertura al cambio.
Como estereotipo se considera habitualmente que las mujeres son “receptivas”, mientras que a los hombres se le adjudican valores de Dureza.
Sin embargo, en nuestra muestra sólo las mujeres asmáticas evidenciaron valores de Dureza mayores que las mujeres No asmáticas y que no se evidenció en la muestra total ni en los hombres. Por lo que el valor de la dimensión Dureza, al ocurrir sólo en la muestra de mujeres le otorga mayor importancia.
El término “dureza” fue inicialmente denominado por Cattell bajo la palabra “cortertia”, un acrónimo conformado por la contracción de las palabras en inglés “cortical alertness”, traducido como “vigilancia cortical”; indicando con ello que las personas “duras” e “indiferentes” se encuentran mentalmente más despiertas, dejándose influir menos por las emociones que por su intelecto.
Las personas que puntúan alto en Dureza son consideradas como personas alertas y dispuestas a enfrentar los problemas cotidianos de la vida desde una perspectiva “fría” y cognitiva. La persona con “mentalidad dura” es inamovible en sus criterios y no suele acceder fácilmente a otros puntos de vista ni a nuevas experiencias incluidas sobre todo a aquellas vivencias que estén relacionadas con aspectos emocionales.
Se ha expresado anteriormente que un sujeto resilente estará en condiciones de enfrentar con mayor éxito el estrés y podrá desarrollar con buenos resultados el afrontamiento de la enfermedad asmática.
El mejor manejo del estrés en un sujeto asmático equivaldrá a un mejor manejo de la enfermedad. Así Godoy V., Moreno JE., (2002) expresan: “Existe una interacción recíproca y compleja entre el afrontamiento del estrés, ajuste emocional y salud de la persona con asma…El afrontamiento consiste en conductas y pensamientos (por ejemplo: pedir ayuda, analizar el problema o tratar de olvidar) empleados por un individuo para hacer frente a situaciones de tensión o estrés, tales como tener un hijo, cambiar de empleo, discutir con la pareja. Este depende tanto de la naturaleza del evento amenazante como los rasgos personales del sujeto”
Dentro de las características de un sujeto resilente citado por ZabaloD., se encuentra el rasgo de “flexibilidad”, como un rasgo de temperamento que le permite atravesar situaciones vitales estresantes mediante la innovación de nuevas estrategias y readaptación de nuevas conductas a una situación determinada.
Es evidente entonces que una persona asmática mujer con valores altos de Dureza tendrá indudablemente más dificultades para elaborar mecanismos de resiliencia utilizando la cualidad de la “flexibilidad” en su temperamento como factor favorecedor. La flexibilidad es definida como “la capacidad que permite atravesar y superar situaciones vitales estresantes mediante el desarrollo de conductas adaptativas y estrategias que antes no habían sido utilizadas”.
Una persona con Dureza como dimensión de personalidad será inamovibles en sus criterios, poco afecta a dejarse llevar por los sentimientos y con escasa propensión a abrirse hacia nuevas experiencias, sobretodo cuando están comprometidas las emociones y los sentimientos.
El diagnóstico de enfermedad asmática en un individuo adulto conlleva el desarrollo de nuevos hábitos y conductas que antes de la génesis de la enfermedad no eran tenidos en cuenta. En este sentido para la mujer asmática, de acuerdo a los rasgos que caracterizan a Dureza, será más difícil adaptarse a estos cambios. En este sentido la “flexibilidad” como característica positiva de la resiliencia, será un valor difícil para desarrollar en las pacientes asmáticas.
El constructo Dureza es un factor de segundo orden en el que intervienen otras dimensiones de la personalidad, que pueden contribuir con diferentes grados de intensidad y que deben ser tenido en cuenta para cualificar al paciente asmático en la dimensión Dureza.
Así Dureza posee Reserva (A-), Objetividad (I-), Práctica (M-) y Tradicional (Q1-).
La dimensión Reserva (A-), es cuidadosa en sus relaciones, es más afecta al trabajo en solitario y se encuentra incómoda en las situaciones donde se encuentren implicados relaciones personales en donde deban ponerse en manifiesto las emociones y los sentimientos. Cattell, citado por Karson S. y O`Dell JW, define a la persona A(-) como : “ obstruccionista, avinagrada, inflexible, rígida, indiferente, callada, reservada, desconfiada, cerrada, hostil, egoísta, impersonal, seca e impasible”.
La dimensión Sensibilidad I describe los aspectos sentimentales de un individuo. Un individuo I(-) (Objetividad), muestra menos emociones y hace hincapié a un enfoque utilitario de las situaciones. Es más operativo y excluye los sentimientos en la definición de soluciones.
La dimensión M describe los contenidos y temas que una persona encamina su atención y pensamientos. En el caso de una personalidad M (-) su atención está dirigida a cosas concretas y prácticas, se ubica siempre “con los pies sobre la tierra” y atento en ceñirse a las necesidades, intereses y resultados inmediatos.
La dimensión Q1, define a la personalidad de acuerdo a la manera en que el individuo se relaciona con los hechos y las cosas. La personalidad Q1(-), implica un temperamento conservador, tolerante con las ideas establecidas aunque sean deficientes y limitados. El individuo Q1 (-) no cuestiona su entorno, prefiere lo rutinario, predictible y familiar.
2) ESTUDIO DE LAS CORRELACIONES
Se estudió el grado de Correlación através del Coeficiente de Pearson, de las dimensiones de personalidad obtenidas en la muestra de pacientes asmáticos. Como punto de corte se estableció una significación menor al 1% en las correlaciones positivas, mientras que en las correlaciones negativas se determinó un corte en una significancia de menos del 5%.
Tabla de Correlaciones de Dimensiones en Pacientes Asmáticos
Teoricidad Estabilidad Dominancia Animación Atención a las normas
Estabilidad R=0,618**
P<0,001 R= -0,398*
P<0,044 R=0,574**
P<0,002
Sensibilidad R=0,645**
P<0,000
Abstracción R=-0,409**
P<0,038
Perfeccionismo(Q3) R=0,557**
P<0,003
Ansiedad R=-0,740**
P<0,000 R=-0,543**
P<0,004
Dureza R=-0,772**
P=0,000
Independencia R=0,577**
P<0,002
Autocontrol R=0,535**
P<0,005 R=0,832**
P<0,000
El interés de estas correlaciones estriba en su utilidad como valor predictivo de aparición de una acompañada de la otra y en cómo se comportarían mutuamente en caso de presentarse en la clínica.
Así mismo, algunas dimensiones son difíciles de exteriorizar y manifestarse en la clínica cotidiana, mientras que algunos rasgos de otras dimensiones son más accesibles a la observación. De esta manera el hallazgo de una dimensión hace prever la aparición de otra que no es tan asequible en la anamnesis rutinaria de un examen clínico.
Así tenemos que la dimensión “Estabilidad”(C) correlaciona en forma positiva con “Atención a las Normas” (G) y “Dominancia” (E), mientras que correlaciona negativamente con “Animación” (F).
La dimensión “Estabilidad” valora la capacidad del individuo para afrontar los problemas cotidianos de la vida con estabilidad emocional, adaptabilidad y madurez. Una persona con bajos valores tendrá poco control emocional sobre las diversas alternativas que proporciona la vida.
Valorar a un paciente asmático en su capacidad emocional para enfrentar la realidad circundante podría ser importante. Un bajo nivel de estabilidad (C-), si bien podría ir en contra de su capacidad afrontamiento, sin embargo nos encontraríamos con una persona cooperativa que evita los conflictos (E-) aunque con baja capacidad para aceptar y cumplir las normas y reglas estrictas (G-), pero con alta Animación (F+), es decir un sujeto espontáneo, activo y entusiasta.
Como se vió anteriormente las personas entusiastas y optimistas podrán desarrollar con mayor éxito el afrontamiento al estrés, y por lo tanto mitigar con buenos resultados la influencia de éste sobre la enfermedad asmática. Por lo dicho la dimensión Animación posee indudable importancia clínica a considerar en la personalidad del paciente asmático.
Mientras que un alto nivel de Estabilidad (C+), podría dar lugar a una personalidad con alta Dominancia (E+), es decir con tendencia a manifestar y forzar sus deseos y no busca acomodar sus criterios con los demás, junto con una personalidad seria, reprimida y poco espontánea (F-) y con alta G (G+), es decir con absoluta aceptación de las normas y las reglas. La persona G+, es una persona cumplidora, y establece un fuerte énfasis en la importancia de sostener y cumplir con las indicaciones y regulaciones. Se define a sí misma como “atenta a las normas” y “perseverante”. A causa de su excesivo celo y rigidez con las reglas, puede ser tomada en cuenta como dogmática. Karson, O´Dell JW; citan a Cattell con respecto a la personalidad G (-): “libre, voluble, frívolo, inmaduro, relajado, indolente, falto de escrúpulos, negligente ante las tareas sociales, mutable”. Por otra parte, los correspondientes a un alto G son: “perseverantes, decididos, insistentemente ordenados, conscientemente atentos a las personas y emocionalmente estables”.
La dimensión I (Sensibilidad) hace mención a los aspectos sentimentales y a la sensibilidad de una persona. La dimensión B, como vimos anteriormente, describe a la persona en su capacidad para resolver los problemas utilizando el razonamiento.
La correlación positiva entre Sensibilidad (I) y Teoricidad (B), abre posibilidades de encontrar características diferenciales en el paciente asmático. La dimensión I (+), hace mención a una persona sensible y que utiliza la empatía con otras persona, mientras que la dimensión B (+), describe a una persona más afecta a la utilización del razonamiento lógico.
La otra opción en los valores de correlación, es identificar una dimensión B (-) con I (-). La dimensión I (-) describe a una personalidad objetiva, nada sentimental y utilitaria y que se encuentra con una fuerte correlación positiva con B (-), es decir con escasa capacidad para resolver problemas utilizando el razonamiento lógico.
De este modo según la fuerza de correlación encontradas en ambas dimensiones, ante mayor sensibilidad (I+) en un paciente asmático, será predictivo encontrar a una persona con capacidad para el razonamiento lógico, comprensiva y con rapidez de aprendizaje (B+) y ante menor sensibilidad (I-), menor capacidad para capacidad manejar problemas abstractos y con mayor para manejar el pensamiento concreto y posibilidades de inconstancia (B-).
La dimensión B (-), fue encontrada con significancia estadística, cuando se comparó la muestra de asmáticos con No asmáticos, encontrándose en la muestra de mujeres y no así en los varones, significancia estadística.
Es entonces de valor hacer hincapié en que los valores bajos de Teoricidad (B-), implica una alta posibilidad de encontrar también una persona asmática con sensibilidad baja (I-) sobre todo en mujeres. En este sentido lo encontrado en nuestro trabajo en las mujeres asmáticas, escapa del estereotipo tradicional de género.
En nuestro estudio se encontró significancia estadística en mujeres asmáticas en la dimensión B (-). En caso de encontrarse esta dimensión en una mujer asmática, tendría una alta posibilidad, por el grado de correlación encontrado, de asociarse con característica de la personalidad (I-) que se caracteriza por ser “dura” en sus sentimientos, no afectado por ilusiones, auto confiado, que actúa por evidencia práctica y que pasa por alto los problemas de salud.
Esta correlación que podría ser vista como escapando de los estereotipos usuales en una perspectiva de género, es comprensible y da fortaleza interna a nuestro trabajo cuando se observan conjuntamente los resultados, utilizando la t de Student en la dimensión Dureza: la dimensión Dureza (+) obtuvo significancia estadística sólo en el grupo de mujeres NO asmáticas/mujeres con asma y no en la muestra total.
La presencia de la dimensión I (Sensibilidad emocional) puede presentar importantes consecuencias en la evolución clínica de la enfermedad asmática. El polo inferior (I-) de este constructo está integrado por la característica de la personalidad descripta como “pasa por alto los problemas de salud”; mientras que en su polo superior (I+) también es definido como “hipocondríaco, ansioso sobre sí mismo”
La expresión “pasa por alto los problemas de salud” hace mención a la insuficiente valoración de los síntomas que el sujeto podría poseer en caso de presentar alguna enfermedad. Con este enfoque lo que se conoce como “negación” de los síntomas es una definición conductual más cercana como expresión del individuo ante la enfermedad y que incluye la anterior definición.
“Negación de síntomas” es definida como: falta de búsqueda de asistencia, indolencia para cumplir con la terapia o el monitoreo médico, negligencia para aceptar el diagnóstico o la necesidad de tomar regularmente una medicación (Harrison BDW. 1998), o según lo expresan Jauregui Presa I., Tejedor Alonso MA. (2004): “negación es la escasa percepción de síntomas y de su gravedad”. Estos autores señalan: “El cumplimiento escaso del tratamiento afecta a más del 60% de los pacientes con asma bronquial. El concepto de adherencia no sólo se refiere a la toma de fármacos, sino también a la adopción de medidas generales y de prevención esenciales para el control del asma, y la identificación del paciente no adherente suele ser difícil y depende sobre todo de una buena relación clínica”. “Las causas de una baja adherencia incluyen el poco conocimiento de la enfermedad por el paciente, la falta de seguimiento periódico por el personal sanitario, el fenómeno de la negación, la escasa percepción subjetiva de los síntomas, la complejidad del régimen terapéutico o el temor a los efectos secundarios (corticofobia, etc..)”. Continúan diciendo los autores con respecto a la negación de los síntomas y sus consecuencias: “La negación de los síntomas es una respuesta maladaptativa a la enfermedad y una estrategia defensiva muy frecuente, que rehúye la etiqueta de asma bronquial y que suele asociarse a una percepción subjetiva de la disnea muy disminuida. Los pacientes con una percepción reducida de la disnea muestran un número estadísticamente mayor de visitas a Urgencias, ingresos hospitalarios, crisis asmáticas de riesgo vital y muerte por asma”.
De esta manera, la presencia de un sujeto con baja polaridad en I (I-), puede verse afectado por características en su personalidad que le impiden una mejor calidad de vida y aún más, ver influenciada negativamente su evolución y pronóstico.
Por otro lado un sujeto con alta polaridad en I (I+), presentará rasgos de personalidad hipocondríaca. Al respecto Chetta A.,Gerra G.,Foresi A., Zaoimovic A., Del Donno M., Chittolini B. et al (1998), utilizando una muestra de 36 pacientes asmáticos, encontraron correlaciones positivas significativas entre síntomas hipocondríacos en pacientes y el grado de severidad del asma.
Además la “hipocondría” es considerada una conducta inapropiada ante la enfermedad, según el marco teórico elaborado por Pilowsky.
Por lo expuesto, un sujeto asmático I (+), podrá verse afectado negativamente en las manifestaciones clínicas de su enfermedad.
Se encontró una correlación negativa entre las dimensiones Abstracción (M) y Atención a las normas (G). A este respecto es dable conceptualizar, que esta correlación es razonable de encontrar, puesto que una persona que puntúa bajo en M (-), será práctica y con los “pies sobre la tierra”, por lo que es esperable que esa persona acepte con convencimiento las normas y las reglas (G+). Mientras que por el contrario una persona M (+) será más fantasiosa e imaginativa, por lo que se esperará también rasgos de personalidad con tendencias a ser indulgente con poca atención a las normas y reglas (G-).
A este respecto es de valor señalar que en la muestra de varones asmáticos se encontró significancia estadística en la dimensión M (+), por lo que es dable predecir con certeza alta por el grado de correlación negativa encontrado, que ante un paciente varón asmático, nos podríamos enfrentar con un sujeto con imaginación y fantasioso y por ende con un bajo cumplimiento a las normas (G-), conduciendo al paciente a un bajo nivel de adherencia al tratamiento y a malos hábitos de conducta ante la enfermedad.
Se evidenció la presencia de una correlación positiva entre las dimensiones Perfeccionismo (Q3) y Atención a las Normas (G). Es decir que a mayor perfeccionismo, organización y disciplina mayor aceptación de las normas (G+). Mientras que a menor perfeccionismo y mayor tolerancia al desorden o a las faltas, mayor incumplimiento de las normas (G-). Como se ve estas dos dimensiones agregan un elemento más de importancia al cumplimiento y adherencia a los tratamientos y se refuerzan mutuamente.
La dimensión Ansiedad (Ans) correlaciona negativamente con las dimensiones Estabilidad (C) y Dominancia (E).Es decir que a mayores niveles de ansiedad menor estabilidad emocional(C-). Así mismo a mayor Ansiedad menor Dominancia, la persona de mostrará cooperativa con tendencia a evitar los conflictos (E-). Por el contrario a menor Ansiedad, mayor estabilidad emocional (C+) y mayor Dominancia (E+), por lo que la persona se mostrará competitiva y dominante.
Cabe decir que la dimensión Ansiedad, es un factor de segundo orden en el que intervienen otras escalas primarias, por lo que al considerar esta dimensión deberá tenerse en cuenta las escalas primarias que lo conforman.
La adecuada relación médico-paciente es el principal determinante del cumplimiento del tratamiento (Pérez Martin J.2000). Así también se interpreta como una buena relación médico-paciente, cuando se establecen lazos de empatía, confianza mutua y respeto entre el profesional actuante y el paciente (Girón M., Beviá B., Medina E., Palero MS.2002).
Así tendremos pacientes con Dominancia alta, que se presentarán competitivos con una tendencia a ejercer su propia la voluntad por encima a los deseos de los demás; por el contrario una persona con Dominancia baja: se manifestará con deseo de cooperación, participativa y con tendencias a evitar conflictos. Estas distintas maneras de comportarse se verán reflejadas en la relación médico-paciente.
La Dimensión Dureza (Dur), correlaciona en forma negativa con Teoricidad (B). Es decir que a mayor inflexibilidad, frialdad emocional y falta de apertura, menor capacidad de comprensión y rapidez de aprendizaje. Aparentemente estas dos dimensiones estarían relacionadas con la capacidad de mantener la “mente abierta” y la potencialidad de resolver los problemas utilizando el razonamiento.
Es de destacar que ambas dimensiones fueron encontradas con significancia estadística en la muestra de mujeres asmáticas comparadas con sus pares sanas. Por lo que su correlación adquiere mayor importancia.
En la muestra se encontró que las mujeres asmáticas poseían mayor niveles de Dureza (Dur +) que sus pares sanas, como así también que las mujeres asmáticas presentaban valores bajos en Teoricidad (B-). Hecho este que se ve refrendado con los valores estadísticos de correlación negativos obtenidos.
Las dimensiones Independencia y Teoricidad obtuvieron correlaciones positivas entre ellas.
La dimensión Independencia es un factor de segundo orden, conformado por otras escalas primarias. Básicamente la personalidad Independiente se caracteriza por su tendencia a ser activo y enérgico en la consecución de sus logros y objetivos. Una persona con estas características sobresalientes, puntuará alto en Teoricidad (B+).
Las dimensiones Autocontrol (AuC), Estabilidad (C), Atención a las Normas (G), obtuvieron valores de correlación positiva.
La dimensión Autocontrol está relacionado con la capacidad del individuo en “pensar antes de actuar”, no deja que lo dominen sus emociones y posee buenos hábitos de trabajo.
Así una persona asmática que posea capacidad para dominar sus impulsos (AuC+), es altamente probable que sea estable emocionalmente (C+) y posea respeto y buen cumplimiento hacia las normas y las reglas(G+).
Por lo contrario un individuo asmático que se presente con dificultades para reprimirse ante las urgencias, desinhibida ante el desorden(AuC-), será más probable que se encuentre acompañado con inestabilidad emocional, fácilmente perturbado (C-) con bajo cumplimiento a las pautas y, normas, con baja disciplina e indulgente consigo mismo(G-).
Es importante destacar que estas dimensiones de la personalidad como son el Autocontrol, la Estabilidad y la Atención a las Normas, serán de valor para lograr una empatía en la relación médico/paciente que así mismo tendrá influencia en la adherencia al tratamiento y en los programas educativos que se implementen como parte del tratamiento.
CAPÍTULO IV
CONCLUSIONES
En el transcurso del Análisis de Datos, se extrajeron las variables en las cuales se evidenciaron significancia estadística. Se utilizó para ello la Prueba T de Student, al comparar el grupo de Asmáticos con sus pares sanos en una muestra control homogenizada por sexo, edad y grado de instrucción.
Se obtuvieron valores con significancia estadística en las dimensiones de Teoricidad, Infrecuencia, Abstracción y Autosuficiencia
Así mismo se utilizaron los datos obtenidos en el grupo de Asmáticos en cada una de las dimensiones y se estudiaron los grados de correlación utilizando el Coeficiente de Pearson. Se obtuvieron valores con significancia estadística en las dimensiones de Teoricidad, Estabilidad, Dominancia, Animación, Atención a las Normas, Sensibilidad, Abstracción, Perfeccionismo, Ansiedad, Dureza, Independencia y Autocontrol.
Con respecto a la Hipótesis planteada en su momento, mediante la utilización de la T de Student para comparar pacientes asmáticos y sujetos sanos, se logró individualizar dimensiones psicológicas en el paciente asmático que lo diferencian de la población sana. Así mismo mediante el uso de la T de Student y el uso del Coeficiente de Pearson para estudiar las correlaciones existentes entre las dimensiones de la muestra de asmáticos, se alcanzaron los enunciados expuestos en los Objetivos Generales y Específicos.
Los valores obtenidos con significancia estadística aportaron datos de la enfermedad asmática en relación con el sujeto que enferma, y fueron analizadas teniendo en cuenta también las implicancias que poseen en lo que se refiere a adherencia al tratamiento, aceptación de hábitos nuevos, rechazo de conductas inadecuadas, mecanismo de afrontamiento de la enfermedad y resiliencia; como así también en la posibilidad de desarrollar técnicas de abordaje grupal y la probabilidad de elaborar una relación empática médico-paciente durante una enfermedad crónica que modifique positivamente la calidad de vida del paciente y los resultados de un tratamiento efectuado.
El estudio de la diferencia de medias arrojó cifras con significancia estadística en la dimensión Teoricidad en su polo negativo. Estos hallazgos se vieron reforzados por los valores altos encontrados en la dimensión Infrecuencia, además que ambas dimensiones fueran encontradas también sólo en las mujeres y no en los hombres.
Desde esta perspectiva se fundamentó que estos valores bajos en Teoricidad encontrados en los pacientes asmáticos de la muestra, se deberían a un “estado de ansiedad y preocupación constante” que no le permite una buena resolución de los problemas que precisen de un razonamiento lógico. Estos resultados se vieron también expuestos por otros autores y estudios ya citados.
A pesar de ello, la dimensión Ansiedad no obtuvo valores de Medias con significancia estadística, mediante la utilización del cuestionario 16PF.
Mediante el test de Personalidad de Eysenck, se han obtenido resultados con significancia estadística en la dimensión de Ansiedad. Sin embargo no existen estudios en los cuales ambas dimensiones puedan correlacionarse debido a la diferencia de las variables utilizadas para efectuar cada uno de los cuestionarios, no pudiéndose traspolar los resultados.
Con el estudio de las diferencia de Medias se logró poner en evidencia que los asmáticos escapan de algunos valores sociales estereotipados.
Así los hombres asmáticos resultar ser más imaginativos, fantasiosos y bohemios (Dimensión Abstracción +) que sus pares sanos.
En este mismo sentido, las mujeres asmáticas poseen mayor Dureza que las mujeres NO asmáticas. La “mentalidad dura” relacionada con esta dimensión, le impediría el desarrollo de la capacidad de desplegar la “flexibilidad” como rasgo de temperamento necesario en los sujetos resilentes. La disminución en la potencialidad resilente le impediría al paciente un mejor manejo del estrés y por ende de los síntomas de la enfermedad asmática.
El encontrar este valor de Dureza elevado sólo en las mujeres asmáticas comparadas con las no asmáticas, y no en la muestra total, le otorga a esta dimensión un valor privativo y característico.
Utilizando la t de Student, se encontró que los asmáticos son más sociables, dependientes del grupo e integrados al trabajo grupal (Q2-) que sus pares sanos. Estudiando por género esta variable, se encontró que los hombres asmáticos son más Q- que los hombres NO asmáticos. De esto se desprende que los hombres asmáticos tendrían mayores posibilidades de desarrollar la “sociabilidad y las relaciones interpersonales” como característica de resiliencia y de este modo desarrollar mayor capacidad para enfrentar a la enfermedad.
Su predisposición al trabajo grupal, los hace proclive a la utilización de grupos de autoayuda, que como se ha mencionado pueden ser de extrema utilidad en la evolución y tratamiento de la enfermedad asmática.
Estudiando las dimensiones de personalidad en el grupo de asmáticos y sus correlaciones mediante el Coeficiente de Pearson, se evidenciaron correlaciones significativas en las dimensiones Estabilidad, Dominancia, Animación, Atención a las Normas, Sensibilidad, Abstracción, Perfeccionismo, Ansiedad, Dureza, Independencia y Autocontrol.
Através del estudio de estas correlaciones se pueden lograr substanciales implicancias en la clínica cotidiana del enfermo asmático como son: afrontamiento del estrés, adherencia al tratamiento y aceptación de normas, percepción de la enfermedad y negación de síntomas; y significados en la relación médico/paciente en una patología de evolución crónica como es la enfermedad asmática.
Como campo para futuras investigaciones y en base a los resultados obtenidos, se podría establecer vínculos y correlaciones entre las dimensiones de la personalidad evaluadas por el 16PF y las diferentes maneras de afrontamiento de la enfermedad, además del estudio del comportamiento ante a la enfermedad que fueron vistas através de los constructos “Conducta apropiada” y “Conducta inapropiada”, aplicando en este último caso por ejemplo el cuestionario IBQ.
El concepto de que la enfermedad asmática posee un fuerte componente emocional proviene de muy antiguo. Así William Osler desde el siglo XIX se refirió al asma como una “afección neurótica”. Mckensi en 1886 publica un caso clínico de una paciente a la que el perfume de las rosas le producía crisis asmáticas, y cuando se le presentaba una rosa de papel, era esto suficiente para iniciar un ataque de asma (citado en Beneítez Maestre AM., Molina Ruiz W., Camps Rubiol T.; 2005).
A pesar de esta antigua conceptualizacion del asma como enfermedad psicosomática y aún cuando los pacientes asmáticos y médicos conocían que el estrés y los factores emocionales podían agravar la enfermedad asmática, los datos para confirmar esta afirmación eran insuficientes. Hace poco más de diez años autores como Busse WW., Kiecolt-Glaser JK., Coe C., Martin RJ., Weiss ST., Parker SR.(1995) expresan esta preocupación de estas forma: “Aún cuando los pacientes asmáticos y los médicos que tratan a los pacientes con asma a menudo informan que el estrés y las emociones pueden agravar el asma, los datos para corroborar esta afirmación son escasos. Además, la relación entre estrés y los actuales conceptos de asma han recibido poca atención en la investigación comunitaria”.
De allí que el conocimiento de las influencias de la personalidad y de las emociones en la evolución del asma habían sido reconocidas por la comunidad médica, pero el estudio metódico y estadístico no se había desarrollado convenientemente. Así lo señalan y lo expresan en el año 1993, los autores Garden GMF y Ayres JG.: “Existe ahora considerable evidencia que sugiere que los factores emocionales juegan un papel importante en el asma, pero existe poco acuerdo en la magnitud de ocurrencia de estos factores”.
Por lo que recién en estos últimos años, se comienza a avanzar en un estudio sistemático de la enfermedad asmática en relación con las variables emocionales y la personalidad del sujeto enfermo.
En este contexto de investigación reciente creemos, que el conocimiento de las variables psicológicas y la personalidad del sujeto que enferma de asma, se encuentra en sus preliminares.
Sostenemos en base a los datos aportados por este estudio, que la investigación de la personalidad del asmático y sus variables psicológicas, constituye un paso valioso en la comprensión del individuo enfermo y con consecuencias importantes para la evolución de su enfermedad, escapando de esta manera del modelo explicatorio puramente biologista.
Es por ello que para finalizar nos adherimos a la expresiones de autores precursores en esta temática como Belloch A., Perpiñá M., Paredes T., Jiménez A., Compte L. y Baños R. (1994) quienes habiendo realizado un estudio de personalidad en pacientes asmáticos terminan concluyendo: “Nuestros resultados afirman la utilidad de los procedimientos de estadística multivariados para explorar la complejidad y los aspectos multidimensionales de las relaciones entre las características de una enfermedad asmática crónica, como es el asma y la personalidad del paciente”.
Capítulo V
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